—Padre, ¿me ha llamado?
El Sr. Howard la miró, había un brillo en sus ojos pero Claire lo ignoró. Cuando vio que no iba a decir nada, sonrió;
—Bien, como ya he cenado, volveré adentro, que tenga un buen día —dijo y sin esperar su respuesta, se giró para salir;
—¡Detente ahí mismo! —El Sr. Howard ya había tenido suficiente; su voz resonó en la habitación enviando escalofríos por la espina dorsal de Claire. Ella se detuvo en su lugar;
—Por favor, es mi culpa, no le hagas caso. Claire, te hemos estado esperando para poder cenar juntos —El Sr. Howard le dijo, más bien le ordenó.
Claire lo miró fijamente durante lo que parecieron minutos y luego forzó una sonrisa y caminó hacia el comedor.