—Elige sabiamente, Claire —su vida está en tus manos —. El corazón de Claire dio un vuelco cuando sus palabras llegaron a sus oídos. ¿Acaba… acaba de amenazar con matar a Leo?
—No te atreverías... —lo miró con fuego en los ojos mientras las palabras salían de sus labios como puñales.
—Olvidas que soy el presidente, él va a morir y nadie dirá una palabra al respecto. Pero depende de ti si quieres salvarle la vida o no, tienes una semana para decidir .
—PODRÍAS ARDER EN EL INFIERNO —. Sus labios se llenaron de bilis al observar al monstruo sentado con una sonrisa en los suyos .
Claire no sabía qué tan rápido corría, solo sabía que llegó a su habitación y comenzó a cambiarse de ropa. No podía quedarse aquí, no, ni un segundo más, a menos que quisiera enloquecer. Saliendo corriendo de la casa, les pidió a los guardias que la llevaran de vuelta a casa y ellos obedecieron sin hacer preguntas, sabía que ese hombre debió haberles ordenado que la dejaran marcharse.