Al día siguiente Tomas desayunaba cuando esa chica misteriosa apareció, dándole un gran susto,
-¿cuando vas a dejar de asustarme así?-
La chica solo se rió como siempre, -¿que desayunas?-
-solo estos tontos panqueques con fresas y miel-, -oye ¿a que clase de persona no le gustan los panqueques?-, -si te gustan tanto cómelos tú-
La chica solo asintió y le quitó en plato de las manos mientras sonreía, Tomas la miro sorprendido, entonces ella se sentó a su lado para compartirlos, juntos los comían en silencio, pero para él, algo en el sabor era diferente, se la había pasado durante los últimos seis meces comiendo esos mismos panqueques, pero fue como si ella hiciera que el sabor fuera diferente, Tomas entonces interrumpió ese pensamiento cuando le pregunto con calma en su voz,
-si no me dices tu nombre entonces al menos ¿dime tú edad?- con la boca un poco llena ella le contesto,
-tengo 16, ¿y tú?-, -17-, ella trago y luego bromeo, -ja, viejito-, -¿como que viejito? Soy un año mayor que tú?- ella volvió a reírse, -pones una cara graciosa cuando te sorprendes-
Tomas la miro, le llamaba la atención el sonido de su risa, era un sonido que a diferencia de otras risas no lo molestaba ni lo irritaba, sentía que podía oírla todo el día, era una sensación que jamás había sentido pero por un momento eso le molesto por alguna razón luego lo entristeció.
Ella le pregunto -¿de que estás enfermo?- el con calma le contesto -cancer de pulmón-... -¿y tú?-
-cancer de mama- Tomas se sorprendió, -pero solo tienes 16 años-, -lo sé, eso pensé pero lamentablemente es un cancer que puede dar a cualquier edad, pero a mi me diagnosticaron a los 12 años, antes vivía en San Francisco pero mis padres y yo nos mudamos aquí para iniciar un nuevo tratamiento- Tomas por primera vez mostró interés en una charla con alguien así que puso más atención que de costumbre... cuando ella dijo,
-y ¿cual es tu historia?- el jamás había hablado de su vida con nadie más que no fuera su tío pero decidió contestar,
- pues, al principio era un tumor, los doctores creyeron que estaba en mi cabeza, tenía quince cuando me hicieron mi primera cirugía, creímos que todo había terminado, pero luego descubrieron que había otro tumor más pequeño en mi garganta y luego bajo a mis pulmones pero no lo habían visto hasta que creció más- ella dejo de sonreír por un segundo poniendo mucha atención a la historia cuando pregunto,
-¿y tus padres?- Tomas tomo con broma esa pregunta, -pues mi padre con una instructora de yoga en Shanghai, y mi madre en una oficina de abogados- La chica tomó con risa él comentario, -al menos tienes los libros y el chocolate- Al oír eso los chicos empezaron a reírse un poco, lo cual extraño mucho a Tomas, hacia un año que no hablaba y mucho menos se reía con alguien más- después de esa charla todo el hospital apago las luces y todos se dispusieron a dormir, pero cerca de las dos de la mañana Tomas fue despertado por un sonido, volteo y vio a esa chica pidiéndole en voz baja seguirla, él no entendía nada pero decidido seguirla... cruzaron unas cuantas puertas y subieron barias escaleras hasta llegar a la zotea del hospital, el aire estaba helado pero Tomas dejo de sentirlo cuando miro hacia arriba, el cielo estaba lleno de estrellas, parecían iluminar el cielo era lo más hermoso que había visto... después vio a la chica sentada en el borde y se sentó con ella aunque con temor de caerse, un pequeño silencia fue interrumpido con su voz,
-cuando ves cosas cómo está... olvidas todos tus problemas y sufrimiento- y por primera vez ella pudo ver una sonrisa en la cara de Tomas... otra vez hubo un largo silencio... cuando ella dijo,
-mi nombre es... Isla- Tomas al escuchar su nombre la miro con una sonrisa en su cara, miro su rostro iluminado por las estrellas, aunque él no quería admitirlo sentía una gran alegría dentro de él, y en ese segundo deseaba que ese momento fuera eterno...