Una vez Kyle trajo consigo otra mesa y una vela prendida, se fue mientras se llevaba la mesa destruida, dejando solos al Vicecapitán y a Luciel.
"Lo siento mucho por el comportamiento de mi guardia." – se disculpó el Vicecapitán. – "Es como te lo dije, llegaste en un mal momento a este pueblo sin poseer una Tarjeta de Identificación, últimamente hemos tenido problemas con bandidos y ladrones, y bueno, él se encuentra más frustrado que nadie por la situación."
"…" – Luciel que seguía aterrado por lo que había ocurrido con Evans no decía nada, mientras el Vicecapitán algo molesto veía el rostro pálido con lágrimas todavía.
"En serio, lo siento, aun así, por esa razón últimamente hemos reforzado la seguridad y puesto total atención a cualquier persona sospechosa, personas como tú, que, aunque seáis joven, no poseer una Tarjeta de Identificación es un serio problema que haría a cualquier persona sospechar de ti."
"��"
Viendo que Luciel seguía sin decir nada, el Vicecapitán trato de cambiar de tema.
"Bueno, ahora que me doy cuenta, todavía no me presento." – dijo el hombre quien se quitó el casco mostrando su cabello café. – "Mi nombre es Glover, y soy el Vicecapitán de los Guardias del Pueblo de Esperanza."
"…"
"También soy el encargado de vigilar la entrada." – diría. – "Dime, ¿Cómo te llamas?"
"Yo…"
"No te preocupes, no pasará nada malo sí me dices tú nombre, después de todo, yo ya te dije el mío."
"Me llamo Luciel…"
"Luciel, ya veo." – dijo Glover con una sonrisa. – "Bueno Luciel, no te preocupes, no te pasará nada sí eres honesto conmigo, después de todo puedo ayudarte con tú situación, después de todo, no sería para nada bueno sí alguien que se encuentra solo como tú pasará la noche en las afueras de la seguridad del pueblo."
"…"
"¿Y qué edad tienes?"
"… doce…"
"Ya veo, eres todavía muy joven como para salir a viajar a otro pueblo, en especial uno tan alejado como este." – dijo Glover.
"…"
"Bueno, aun así, dime, ¿Cómo has llegado hasta aquí? Como ya te dije, el Pueblo de Esperanza está muy alejado de los demás pueblos, y es muy sospechoso que un joven como tú haya llegado hasta aquí solo y sin una Tarjeta de Identificación." – dijo el Vicecapitán Glover.
"…"
"Vamos Luciel, sí no me dices la verdad, no podré ayudarte, y aunque no lo quiera hacer, deberé mandarte a las afueras del pueblo y prohibirte la entrada."
"…" – Luciel no sabía sí decirlo. – "Es difícil de decir, o, mejor dicho, difícil para vos de entender."
"¿Difícil?" – preguntó extrañado el Vicecapitán Glover.
"Sí."
"Y… ¿Por qué es difícil de decir? ¿O por qué es difícil que yo lo crea?"
"Solo, por eso, es muy difícil de decir y se le hará muy difícil de creer."
"Dame una mejor razón Luciel, después de todo, no pasara nada, no creo que haya algo que tú me digas que me sea imposible de creer."
"…"
"Vamos Luciel, sí no me lo dices, no seré capaz de ayudarte, y, por lo tanto, tendrás que echarte del pueblo, y creedme cuando dijo que haya afuera es un sitio demasiado peligroso, lo cual vuelve a hacerme cuestionarme en como pudiste llegar sin problemas." – dijo el Vicecapitán Glover.
"Yo…"
"…" Glover no dijo nada, espero a que Luciel hablará.
"Yo… no soy un habitante de este mundo."
"¿Cómo?" – preguntó Glover.
"Es como os dijo, yo no soy de este mundo, provengo de un mundo diferente llamado Tierra, un mundo que ya no existe y por el cual yo ahora me encuentro en este mundo, aparecí a una distancia no tan lejana de este pueblo hace poco." – dijo Luciel honestamente.
"…" – Glover se quedó callado, incapaz de hablar, o, mejor dicho, no sabía que decir o hacer, no podía creer en lo que Luciel había dicho, era algo imposible para él que alguien como Luciel viniera de otro mundo, después de todo, él pensaba que solo alguien loco de la cabeza diría tales palabras.
Por lo que al final, Glover se paró, decidiendo salir a tomar algo de aire fresco y pensar en lo que Luciel recién acababa de decir.
"¡Es la verdad! ¡No le miento!" – gritó Luciel nerviosamente al ver al Vicecapitán salir de la habitación.
Ya solo en la habitación, Luciel no pudo evitar sentirse nervioso al pensar que el Vicecapitán Glover creyera que él estaba loco, y no saber lo que le pasaría le ponía aun más nervioso. Aunque algo que Luciel no notó es que ni Evans ni Glover notaron la presencia del Libro Negro que sostenía Luciel.