A sabiendas de que una emboscada podría estar esperándoles, decidieron continuar subiendo las escaleras que llevaban al último piso del Ayuntamiento.
Y, de camino hacia allí…
_Crusch: Subaru-sama, lo siento mucho. De ser cierto, a Glotonería, usted es el que más—
_Subaru: —No sigas, Crusch-san. Nadie piensa que hayas hecho algo mal.
Crusch susurró una disculpa mientras observaba cautelosamente la situación escaleras arriba, a pesar de que para ella también era frustrante. Disculparse no solo no aliviaría sus respectivos malestares, sino que haría que se sintieran más incómodos.
_Subaru: …Lo siento, Rem. Espera un poco más, por favor.
Pronunciando el nombre de la chica que seguía durmiendo en la mansión, Subaru se disculpó de todo corazón.
Si pudiera hacerlo, Subaru regresaría para reventar completamente a ese Arzobispo del Pecado tan despiadado.
Nadie le culparía si lo hiciera para que esa chica regresara.
Pero si lo hiciera, la confusión sacudiría la vida y muerte de muchas personas.
Si no tuviera que preocuparse por las consecuencias de sus actos, lo tendría mucho más fácil; incluso teniendo en cuenta que ella seguramente se enfadaría y le regañaría cuando se despertase.
_Crusch: …
Crusch se mantuvo callada al ver a Subaru morderse el labio y contener el aliento. Simplemente cerró los ojos lamentando haberse disculpado y reanudó la marcha con ella al frente.
El Ayuntamiento era un edificio de cinco pisos, y Subaru y Crusch ya estaban en el cuarto.
En el tercer piso había salas de reuniones y salas llenas de documentos; a juzgar por el plano del edificio, la sala de transmisiones debería estar en la última planta. Lo que significaba que…
_Subaru: Entonces, Lujuria también estará allí, pero…
_Crusch: Sí, supongo. Pero, ¿de verdad la altura de estos pasillos…?
Dudando, Crusch frunció el ceño mientras echaba un vistazo al pasillo del cuarto piso. Subaru también dudaba de la misma cosa: la dragona negra, que desde lejos parecía tan voluminosa como un elefante, no debería caber en este tipo de pasillo tan estrecho, en el que como máximo cabían cuatro personas apretujadas hombro con hombro.
Aunque, obviamente, cabía la posibilidad de que ella simplemente hubiese destruido la pared para entrar a la sala, en vez de atravesar el pasillo.
_Crusch: ¿Qué opina?
_Subaru: Como mínimo, creo que podemos asumir que no nos espera una emboscada en este pasillo. Estás de acuerdo conmigo, ¿verdad, Crusch-san? El problema será la emboscada en la sala de transmisiones, pero vamos a contrarreloj. Estoy seguro de que han preparado algo allí.
_Crusch: …Sí, yo también lo creo. Así que han preparado la emboscada en la sala de transmisiones.
_Subaru: Saben que iremos allí tarde o temprano. Pero… aún no hemos visto a ningún trabajador del Ayuntamiento. En el peor caso, podrían haber optado por usarlos como rehenes…
Mientras más lo pensaba, peor se imaginaba la situación.
El problema no era sólo los enemigos que pudieran encontrarse allá arriba: el poder de combate de Crusch se encontraba disminuido, y tampoco podían contar con ayuda de la magia. Después de todo, que Beatrice no pudiera participar de la batalla, también limitaba a Subaru. Y, si se fijaba bien, su pie derecho estaba sangrando demasiado.
_Subaru: Vamos directo a la boca del tigre… Si la batalla de afuera finalizara, podrían ayudar con la pelea de abajo y la situación cambiaría drásticamente, pero…
_Crusch: Si eso ocurriera, Lujuria dejaría de tener motivos para posponer la transmisión. Al final, los únicos que podemos hacer algo al respecto, somos Subaru-sama y yo.
_Subaru: La mejor manera de contrarrestar la emboscada que nos espera…
Crusch observó muy intensamente a Subaru. Al sentir la presión que ejercía esa mirada de Crusch, Subaru suspiró.
_Subaru: Ehm… ¿Crusch-san?
_Crusch: Una vez le oí decir a Wilhelm que, en situaciones así, Subaru-sama es quien da con la mejor solución. Y yo también lo creo.
_Subaru: ¡El peso de la confianza me está aplastando!
La sobreestimación de Wilhelm hizo que incluso la expectación de Crusch ignorara la evidente falta de optimismo de Subaru.
Aunque estaba a punto de colapsar por el peso de dicha expectativa, Subaru pensaba que no les quedaba mucho tiempo, aunque no hubiera un tiempo límite establecido.
Y entonces decidió…
_Subaru: Para contrarrestar la emboscada…
_Crusch: Sí.
_Subaru: Si el enemigo está esperando que aparezcamos por allí, obviamente nosotros deberíamos aparecer por donde no se lo espere.
※ ※ ※ ※ ※
Había varios elementos importantes en una emboscada.
Lo primero de todo era la ubicación. La emboscada era una táctica que era puesta en práctica por un oponente que esperaba la oportunidad de atacar a un enemigo desde una ubicación dominante. Ese era el elemento más esencial.
En segundo lugar, el enemigo tenía que aparecer en dicha ubicación. Tender la emboscada, pero no encontrar al oponente clave la haría completamente inútil.
Además, también era necesario estimar cuándo el enemigo llegaría al lugar de la emboscada. Si había una falta de concentración durante la emboscada, será menos efectivo.
Así que, asumiendo que Lujuria estaba tendiendo una emboscada, las tres condiciones se habían cumplido.
En cualquier caso, el grupo de Subaru necesitaba irrumpir en la sala de transmisiones dentro de un margen de tiempo determinado. Desde la perspectiva de su enemigo, no había presa que fuera más agradable de cazar.
_Subaru: Por lo tanto, primero debemos destruir esta situación.
_Crusch: Lo entiendo... No, más bien he decidido creer en usted, Subaru-sama; no diré nada más. Dejaré que usted se encargue de esto.
La sala de transmisiones estaba en el último piso—un piso más arriba de donde estaban Subaru y Crusch.
En vez de ir al último piso, Subaru y Crusch subieron a la azotea para prepararse para arruinar la estrategia de Capella.
Crusch, que inicialmente estaba desconcertada por la propuesta de Subaru, parecía decidida. Esta forma de hacer las cosas era su gran virtud invariable, tanto antes como después de perder los recuerdos.
_Crusch: Honestamente, quiero ver cómo va la batalla en la plaza…
_Subaru: Pero si vamos a verlo, nuestras acciones hasta ahora no habrán servido de nada.
Incluso a esta altura, podían escuchar espadas chocando y a Garfiel soltando groserías. Esa lucha seguía en curso, por lo que no cabía esperar ayuda de ese frente.
_Subaru: Hablando de eso…
Mirando alrededor, Subaru examinó la situación en la azotea y señaló con la barbilla.
Marcas de garras habían sido dejadas por todas partes en el suelo, rastros de la dragona negra caminando alrededor. Las barandillas y vallas que daban a la plaza fueron derrumbadas por la magia que Julius usó.
Subaru pensó sobre ese terrible poder mientras examinaba la azotea, confirmando que realmente estaban debajo, en la sala de transmisiones.
Naturalmente, Capella estaría esperando allí en una emboscada.
_Crusch: Subaru-sama.
_Subaru: ¿Qué pasa? Por favor, tómate un momento si no estás preparada.
_Crusch: Ahora mismo… acabo de notar algo.
_Subaru: ¿—?
Mientras Subaru se ocupaba de una valla de hierro, Crusch habló de una manera algo débil. Subaru la miró con sorpresa, y ella le miró con una expresión rígida.
_Crusch: Parece que tengo cierto miedo a las alturas.
_Subaru: Una debilidad inesperada... Ya sé. ¡Ven!
Confirmando que la valla era firme, Subaru afianzó su látigo y luego asintió hacia Crusch, quien le devolvió el gesto, pero de una forma rígida. Ella se dirigió mansamente a los brazos de Subaru.
_Crusch: —Por favor, no me suelte.
_Subaru: Crusch-san, hay muchos hombres que malinterpretarían eso, así que será mejor que no digas ese tipo de cosas a menudo.
_Crusch: ¿—?
Al ver a Crusch ladear la cabeza, Subaru suspiró con una sonrisa forzada. Luego, con Crusch acurrucada, aferrándose en sus brazos, él se balanceó desde el edificio.
Obviamente sus cuerpos fueron arrastrados hacia abajo por la gravedad. Cuando cayeron, llegaron al punto más bajo que el látigo alrededor de la muñeca de Subaru les permitiría.
_Subaru: ¡—hk!
Soportando el peso de ambos a la vez, los hombros de Subaru dolían tanto que parecían estar a punto de romperse.
Girando de lado, los dos se balancearon en un arco ascendente, alcanzando otra pared exterior del Ayuntamiento. Viendo que se acercaba una ventana, Subaru extendió sus pies y la atravesó rompiendo el cristal.
_Crusch: ¡Gah—hk!
_Subaru: ¡¿Qu—?!
Cuando se rompió el cristal, Subaru y Crusch entraron en la sala de transmisiones. Por un momento, Crusch pareció soltar un pequeño grito, pero Subaru fingió no escucharlo mientras la liberaba de sus brazos.
Ambos se pusieron de pie, miraron inmediatamente a su alrededor y descubrieron...
_Dragona: —hk.
Al ver con los ojos abiertos de par en par a ellos dos entrar por la ventana, la dragona negra se puso rígida.
El mismo enorme cuerpo que habían visto en el techo estaba metido en la habitación. La dragona negra había doblado sus alas, mirando hacia la puerta por la que uno normalmente entraría.
Presumiblemente, la dragona tenía pensado convertir a Subaru en cenizas en el momento en que tratara de entrar a la habitación por la entrada normal, pero esa estrategia había sido completamente derrotada.
Obstruida por su propio gran cuerpo, la dragona negra estaba en una habitación que limitaba enormemente sus movimientos. Aunque se preparó para contraatacar moviendo sus alas—
_Subaru: ¡Crusch-san!
_Crusch: ¡Sí!
Como si se hubiera liberado a sí misma del miedo a las alturas, Crusch asintió en respuesta antes de atacar con su corte de espada.
La cuchilla de viento atravesó el aire hacia la dragona negra, dañando una de sus alas y dejando al descubierto sus patas. De un salto, Crusch se acercó e hizo un corte directo a una pata frontal. La dragona negra gritó ruidosamente a la vez que sangre negra comenzaba a esparcirse.
_Dragona: ¡¡¡AAAAAAGGGHHHH!!!
_Subaru: ¡Cuidado! ¡Al suelo— ¿ah?!
La dragona negra se retorcía de dolor, sus grandes alas convirtieron la sala en un caos mientras las agitaba salvajemente.
Aunque esta habitación era más grande de lo usual, no era tan robusta como para resistir las alteraciones de una criatura del tamaño de un elefante. Para escapar de esta destrucción, Subaru se giró para correr, pero en ese momento encontró—
_Niña: ¡——!
—A los pies de la dragona negra, una joven niña encadenada que temblaba.
Subaru cruzó miradas con aquella niña llena de lágrimas.
Dándose cuenta de que Lujuria había adoptado una estrategia de rehenes muy efectiva si la emboscada fracasaba, Subaru se llenó de ira.
Enfocándose, Subaru instintivamente eligió moverse hacia adelante en vez de escapar.
La cola de la dragona pasó rozando la cabeza de Subaru cuando él se deslizó hacia la pequeña niña. Levantando el pequeño cuerpo temblante, golpeó con su látigo ferozmente la espalda de la dragona. No parecía haber infligido mucho daño, pero eso le permitió a Subaru expresar su ira.
Pero los golpes de Crusch no eran tan ineficaces.
_Dragona: ¡Espera! ¡Espera! ¡Esto no es—!
_Crusch: ¡No hace falta que respondas! ¡Esto es lo que mereces por el caos y desastre que has causado en la ciudad!
La incesante espada de Crusch se movía como si tuviera mente propia.
Con una fragilidad casi decepcionante, la dragona negra no opuso resistencia ante esa fuerza.
Crusch cortó el ala restante y pateó con su larga y delgada pierna a Capella, quien dio un llanto agudo. Aunque esto más bien no tenía nada que ver con Subaru, ese gran cuerpo era agitado por un sinnúmero de ataques, y ella retrocedió en dirección contraria a la ventana que Subaru había roto.
Las alas de la dragona negra aún no habían empezado a regenerarse.
Aunque Capella llamaba a su cuerpo inmortal, si ésta era su velocidad de regeneración, entonces no podría ser considerada una amenaza.
_Crusch: ¡Es tu fin!
_Dragona: ¡Espe—!
Sin permitirle terminar, Crusch soltó numerosos ataques sucesivos sobre el torso, cabeza y alas de la dragona negra. Su gran cuerpo golpeó la pared, atravesó el marco de la ventana y cayó fuera.
Mientras caía, la dragona negra hubiera querido expandir sus alas, pero el ala de un lado de la dragona estaba cortada de raíz, y el ala del otro lado era como una tela con huecos, incapaz de soportar el intento de vuelo.
_Dragona: ——hk
La dragona negra, sin oportunidad de regenerarse, no tuvo tiempo de decir nada, simplemente cayendo hacia el suelo.
Unos pocos segundos después, la dragona negra golpeó el suelo con el sonido de carne golpeando una pared o una toalla mojada cayendo al piso.
_Crusch: Iré a confirmar y vigilar. Subaru-sama, ¿puede encargarse de esta niña?
_Subaru: Cla-Claro, entendido.
Caminando hasta el marco de la ventana por donde cayó la dragona negra, Crusch se quedó ahí para vigilar. Con plena confianza en ella, Subaru también bajó a la niña que acababa de rescatar.
La niña aún estaba en un estado de pánico, y había confusión en sus temblorosos ojos mientras miraba a Subaru. Era inevitable. Después de semejante experiencia, cualquiera estaría asustado.
_Subaru: Ya ha pasado. La dragona mala de ahora acaba de ser asesinada por la señorita superheroína de ahí, aunque no fue fácil... ¿Y las demás personas?
_Niña: Ah... eh...
_Subaru: Quizás sea difícil de creer, pero soy un aliado. Hemos venido a salvarlos. Tenemos que terminar rápido, antes de que los tipos malos vuelvan. ¿Puedes ayudarme?
Él dobló sus rodillas para igualar la altura de los ojos de la niña, y habló calmadamente.
Ésta era la conducta inconsciente que Subaru usaba cuando hablaba con alguien más joven que él. Ella pareció calmarse un poco, respirando hondo como si se fortaleciera antes de responder.
_Niña: En esa habitación… todos, allí.
_Subaru: ¿Están encerrados? En esa habitación…
La niña apuntó a una pequeña habitación al fondo de la sala de transmisiones.
En realidad, esta habitación no es la sala de transmisiones, ¿verdad?
Aunque la sala era grande, no había ningún dispositivo mágico que pareciera un equipo de transmisión; lo que significaba que la sala a la que la niña apuntaba probablemente sí era la sala de transmisiones.
Mientras dirigía su mirada hacia esa sala, Subaru vaciló. Quería indagar acerca de la vida o muerte de la gente dentro. Sin embargo, preguntarle a la niña sería algo muy cruel y desconsiderado.
Así pues, Subaru tocó la aún temblante cabeza de la niña y empezó a caminar hacia la sala lentamente.
_Subaru: …
Con latidos rápidos y fuertes, Subaru sintió sudor en su espalda.
No se había puesto tan nervioso ni siquiera cuando saltó antes con Crusch usando su látigo, a imagen y semejanza de Tarzán; pero misteriosamente ahora su garganta se sentía reseca de repente. Algo terrible iba a pasar; ese mal presentimiento se negaba a salir de su mente.
_Crusch: ¿Subaru-sama?
_Subaru: Todo está bien. Estoy a punto de empezar a investigar el lugar. ¿Y Lujuria?
_Crusch: …Por aquí también todo va bien. No sé por qué, pero se mantiene donde cayó.
Crusch respondió mientras miraba hacia abajo para vigilar a Lujuria. Al escuchar esa respuesta, Subaru tomó un profundo respiro frente a la puerta que daba a la habitación del fondo y extendió su mano hacia el picaporte.
Había una posibilidad de que hubiera otros cultistas escondiéndose en la sala de transmisiones.
Pudiendo ese ser el caso, que Subaru inspeccionara esa habitación no era la mejor opción.
Pero, por alguna razón, ese tipo de preocupación parecía sobrante. Y, de hecho, esta idea era correcta. Porque, en realidad, ningún ocultista ocupaba la habitación, sino—
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Una gran cantidad de esas criaturas observaron en silencio a Subaru, quien estaba totalmente desconcertado.
No, tal vez él sólo quería asumir que estaban mirando. Subaru no tenía forma de entender cómo esas criaturas observaban el mundo, y tampoco quería saberlo.
Simplemente sintió consternación. Su voz no funcionaba. Esta situación sólo podía describirse como sin palabras. Sus pensamientos se congelaron, y no pensó en nada. Sin embargo, finalmente comprendió una cosa: cuál era la fuente de ese sonido irritante que se oía de fondo en la transmisión que había escuchado en el refugio.
_Subaru: …¿Qué, es esto?
En respuesta a Subaru, ese sonido se escuchó.
Ese sonido le dio la bienvenida a Subaru, un sonido temible, un sonido desafiante, un sonido alegre, un sonido sin sentido—
El sonido de muchísimas alas batiéndose resonó por toda la habitación.
En la oscura habitación, innumerables ojos rojos compuestos y parpadeantes se movieron, como si estuviesen observando a Subaru.
La transmisión había sonado como si muchas moscas se hubieran amontonado en una habitación. Y todas las moscas eran del mismo tamaño de una persona.
_???: ¡¡AAAHH!!
_Subaru: ¡¿—Hk?!
Mientras estaba totalmente en blanco, Subaru oyó un repentino grito de dolor detrás de él.
Sorprendido por esa repentina respuesta, Subaru cerró la puerta, silenciándose junto a ella el sonido de un centenar de alas batiéndose. Y al mirar hacia atrás, vio…
_???: ¡Kyajajaja! ¡Estúpido, estúpido! Escoria, la carne en sus cabezas simplemente no es suficiente. ¿Realmente trataste de igualarme en una batalla de ingenio? ¡¿Quién puso el azúcar en tu cerebro y lo derritió~?! ¡Kyahjajajaja!
Crusch era aplastada bajo el talón de la chica que emitió esa risa aguda y estridente. No había duda de que se trataba de aquella risa venenosa y familiar.
_Capella: ¡Soy yo, Capella-chan! ¡Kyajajajaja!
Mientras Capella guiñaba el ojo y sacaba la lengua, Crusch vomitó mucha sangre, y el blanco de sus ojos apenas se veía.