La voz de Subaru temblaba, pero no sólo de miedo. Ante su pregunta, Regulus sonrió y continuó como si estuviera discutiendo un tema sin importancia.
_Regulus: ¿Estás preocupado por mí? Si ese es el caso, te lo agradezco. Sea como sea, no hay ningún problema. El destino es inevitable… en particular, en el amor o la amistad, las palabras de una persona no pueden ser establecidas. Si el destino me dijo que ella sería mi futura esposa, entonces estoy destinado a ser su futuro esposo, todo esto es algo preestablecido.
_Beatrice: …Hay algo terriblemente mal con ese tipo, de hecho.
Inconscientemente, Beatrice dejó salir un murmullo de desagrado hacia Regulus y su defectuosa teoría.
Subaru tenía la misma opinión. Regulus usaba bonitas y suaves palabras para encubrir la subyacente locura en sus creencias. La cantidad de problemas que esos sentimientos traerían era algo de lo que Subaru no quería ni pensar.
_Subaru: He tenido suficiente. Es imposible que nosotros dos nos entendamos el uno al otro. Es desagradable admitir que una persona tan horrible es un rival en el amor.
Subaru apartó su mano de la pared y se dejó caer de regreso al suelo.
Mirando al silencioso Subaru, Regulus asintió como si hubiera captado la idea principal.
_Regulus: Ya veo, entiendo. ¿Sabes? Lamento decirlo, pero… el destino de un amante no puede ser compartido. El adulterio es desagradable, ¿no crees?
_Subaru: ¡Cállate! Emilia-tan será mi esposa. No se la daría a alguien como tú.
_Regulus: Ooh, se llama Emilia. Un nombre bonito. Uno muy adecuado para que dos tortolitos como nosotros se llamen, en verdad es muy adecuado para esta adorable chica.
_Subaru: Ni siquiera sabías su nombre… ¿y dices que la quieres como futura esposa? ¡¿Qué rayos?! ¿Qué te ha hecho—?
_Regulus: Su rostro.
Subaru se atragantó con sus palabras, sin habla y enojado. Malentendiendo su silencio, Regulus ladeó su cabeza.
_Regulus: Un rostro adorable. Eso es puro amor y todo eso, ¿verdad?
_Subaru: Vete al infierno.
_Beatrice: Muérete, supongo.
Estando de acuerdo con el enojo de Subaru, Beatrice también negó el amor demasiado desconsiderado de Regulus.
Avanzando en el aire, el cuerpo sin peso de Subaru seguía bajo los efectos de Murak. A la vez que Subaru acortaba la distancia entre ellos montando el viento, Regulus levantó su mirada, como si estuviera sorprendido.
En este momento, Regulus no podía comprender las implicaciones de un combate a corta distancia.
Subaru lo entendió. Más que no ser inteligente, Regulus no compartía la familiaridad con la batalla como sí lo hacía Sirius. Eso no significaba que no estuviese preparado; sino que más bien, no necesitaba un arma.
Por esto, acercársele sería casi un suicidio. Aun así, Subaru tenía una poderosa razón por la cual entrar en un combate cercano con Regulus.
— Se debía a que ésta era la única manera de poder usar su as en la manga.
_Regulus: ¿Por qué vienes hacia mí? De verdad que no lo entiendo. No es necesario hacerlo, pero si hay un significado aparte de la desesperación, quiero que me lo digas. Después de todo, no carezco de consideración; quiero entender incluso a los oponentes que caerán.
_Subaru: Gracias por la revelación — ¡Beako!
_Beatrice: ¡Preparada, de hecho!
Regulus se aproximó a Subaru con su mano izquierda extendida.
Cada uno de esos dedos era como una mortífera arma que terminarían con la vida de Subaru. Antes de que eso pasara, Subaru tomó un respiro y gritó.
Este era uno de los frutos del esfuerzo que Subaru y Beatrice habían acumulado durante el año pasado.
_Subaru: ¡¡—E.M.M!!
_Regulus: ...¿Qué?
El agudo canto indujo a la dañada puerta de Subaru a absorber el maná de Beatrice para conjurar una exclusiva magia que nadie antes había hecho jamás.
Ellos habían conjurado una magia de defensa absoluta, E.M.M., uno de los tres conjuros originales ideados por Beatrice y Subaru.
El cuerpo de Subaru sería envuelto en un campo invisible de magia que le permitiría salir de este plano existencial, anulando cualquier ataque sobre él, sea físico o mágico.
Subaru no recibió ningún daño cuando las puntas de los dedos de Regulus lo tocaron. Al presenciar este acontecimiento, por primera vez, Regulus reveló una expresión de rígido shock.
Subaru apuntó hacia su cara y ferozmente atacó con su puño izquierdo.
_Subaru: ¡Yah!
_Regulus: —hk.
El lado del rostro de Regulus fue golpeado.
Subaru lo había atacado con un duro golpe, pero ni la más mínima marca había quedado cuando la cabeza de Regulus fue empujada. El daño había sido completamente negado. Esto era lo que Subaru esperaba; una guardia eterna y constante de Regulus.
_Beatrice: ¡No está listo aún, supongo!
Antes de que Regulus pudiera contraatacar, Beatrice gritó que las condiciones para el siguiente movimiento aún no habían sido completadas.
En esta cercana proximidad, Subaru necesitaba esquivar los ataques de Regulus. Estar a la defensiva haría cualquier acción increíblemente difícil. En ese caso, Subaru necesitaba abandonar parte de su alma.
_Regulus: No te preocup—
_Subaru: ¡Providencia Invisible!
A la vez que Regulus sufría un ataque, sus palabras fueron interrumpidas.
Eso era debido a que había sido mandado a volar. Subaru miró la escena a la vez que tosía sangre, toscamente limpiando las comisuras de sus labios con su manga.
Solamente los ojos de Subaru podían ver su Providencia Invisible.
Subaru podía ver claramente una tercera mano negra surgiendo de su pecho, con un pavoroso poder.
Su cuerpo entero crujió, su alma se debilitó, y algo venenoso fluía a través de su cuerpo, materializándose como sangre negra en su garganta.
Después de pagar el precio por la habilidad, Subaru era capaz de usar un ataque total. Ese golpe, que consumió mucho de Subaru, probablemente no se compararía con una patada de Garfiel.
Aun así, ese ataque invisible tendría una fuerza correspondiente al esfuerzo necesitado.
_Beatrice: Subaru, ¿estás bien, de hecho?
_Subaru: Cof, cof… de alguna manera. Y en cuanto a ese tipo, es fuerte, pero sus ataques son cutres. De entre todos a los que me he enfrentado hasta ahora, es comparable a Rachins.
Escupiendo el resto de la sangre que obstruía su garganta, Subaru señaló la baja energía de combate de Regulus.
Regulus había revelado que era un novato sin experiencia que a lo sumo estaba al nivel de Subaru. Mientras Subaru mantuviese su concentración, los mortíferos dedos de Regulus podrían ser evitados continuamente.
_Beatrice: —
El hombro de Subaru fue tocado. Ese era el silencioso reporte de Beatrice.
Debido a sus potentes efectos, sus hechizos eran de corta duración. Adicionalmente, sus hechizos tenían un límite diario; un abuso de los mismos resultaría en menos potencia.
_Beatrice: Aunque los efectos de E.M.M. han terminado, en este caso, incluso sin magia, tienes una oportunidad, Subaru. Así que, si te apuras...
_Subaru: La victoria podría estar esperando. Veo la luz de la esperanza.
_Regulus: No hay tal cosa. Me disculpo por el malentendido. He desperdiciado más tiempo del que debería, ya que no eres tan interesante. Pero ese no es el problema aquí. No es bueno que estemos teniendo un desacuerdo. Esta es una violación de derechos. Ya que he sido golpeado dos veces desde que empezamos, si no golpeo, sería injusto, ¿no?
Regulus aterrizó en el suelo, mirando al decidido Subaru.
Su expresión había perdido su calma original y estaba alcanzando una de furia.
_Subaru: ¿¡Qu—!?
_Regulus: …¿Qué estás planeando?
El suelo entre Subaru y Regulus se incineró repentinamente.
Subaru fue empujado hacia atrás por la onda expansiva que lo alcanzó, mientras que Regulus soportó el aire caliente como si fuera una brisa pasando por su rostro.
Obviamente, los dos se giraron hacia la culpable de esto — Sirius.
Hasta ahora, por la razón que fuera, la psicópata no se había involucrado en la pelea entre Subaru y Regulus. Aunque la intención detrás de su falta de movimientos era desconocida, Subaru hubiese preferido que se hubiera mantenido así. Sus acciones habían resultado en un cambio muy abrupto.
Subaru no tenía medios para combatir las llamas de Sirius, y definitivamente prefería luchar contra Regulus, quien sólo podía actuar a corta distancia. Además, aún debía encontrar una manera de derrotarla.
Subaru tragó saliva a la vez que la situación se deterioraba.
Actualmente, sus circunstancias eran mucho peores a las que había imaginado.
_Sirius: —Te encontré.
_Subaru: ¿—?
Parada de forma desagradable, Sirius miraba a los dos hombres que la observaban — No, al único que miraba era a Subaru.
La psicópata había olvidado por completo su deseo de matar a Regulus, y únicamente miraba con una obsesión mental a Subaru. Su mirada estaba llena de locura y, al verla, la garganta de Subaru súbitamente se secó.
Luego ella levantó sus manos, antes sin vida y adormiladas, y las apretó contra su propio rostro.
_Sirius: Te encontré, te encontré, te encontré, te encontré. ¡Aah, aaah, AAAAH! ¡Sí, en verdad eres tú! Lo siento, no lo noté en un principio. Lo siento, lo siento mucho. Aah, me alegro. De verdad. ¡Como imaginé, ¿has regresado a por mí?!
_Subaru: ¿Qué…?
_Sirius: ¡¿Dónde has estado, cariño?! Te busqué por todas partes, pero no podía encontrarte; ni siquiera después de desgarrar a todos tus repuestos buscándote… Por lo que seguí desgarrando, seguí seguí seguí seguí seguí seguí seguí seguí seguí seguí seguí seguí seguí seguí seguí seguí seguí seguí seguí… Pero, ¡al fin notaste cómo te he estado buscando y volviste a mí!
Su aguda y sonora voz salía con un obvio entusiasmo.
Manteniendo las manos en las mejillas, Sirius meneaba su cuerpo a la vez que daba voz a una serie de sonidos complacidos. Ese extraño gesto era verdaderamente indescriptible.
¿Qué clase de estado era éste?
Pero, si hubiera que describirlo, sus acciones lucían similares al comportamiento de alguien que ha estado buscando a su difunto marido durante mucho tiempo. Una mujer que ha sido consumida por un amor ciego.
_Sirius: ¡Porque mis sentimientos te han alcanzado! ¡Quiero ser una contigo, porque finalmente notaste el deseo por el cual he estado rezando! ¡Porque mi Amor finalmente te alcanzó!
_Subaru: …
_Sirius: ¡Siempre he esperado sólo por ti…! ¡Mi querido, mi querido Petelgeuse Romanée-Conti!
Hablando con una loca sonrisa, Sirius Romanée-Conti dijo el nombre de su difunto marido a la vez que dirigía una cariñosa y afectiva mirada hacia Subaru.
— La ya nefasta situación se había deteriorado drásticamente, resultando en la peor de las peores condiciones.
Subaru tembló bajo la embelesada mirada de Sirius y sus estremecedores respiros exaltados.
La psicópata no le prestó atención al calor que quemaba su rostro vendado, sino que estaba completamente concentrada en mirar fijamente con un brillo demencial en sus ojos a Subaru.
_Subaru: ¿Querido... Petelgeuse?
Subaru nunca habría querido escuchar de nuevo el nombre de ese chiflado. Cuando Sirius Romanée-Conti empezó a llamar a gritos a su difunto marido, por la mente de Subaru ya había surgido la idea de que Petelgeuse Romanée-Conti había sido su marido.
Aun así, él se mostraba reacio a considerarlo seriamente, ya que al hacerlo se combinaría la existencia del chiflado Petelgeuse y la psicópata Sirius.
No quería pensar en la unión de la peor pareja posible: los Romanée-Conti.
_Subaru: Una pareja donde ambos son Arzobispos del Pecado es ridículamente desastroso… aunque era inevitable que él eligiera una novia como ésta.
De verdad, el Culto de la Bruja no tenía ni un solo miembro normal.
El engreído Petelgeuse; Sirius, quien imponía su amor sin permiso; y Regulus, que trataba el amor como un destino superficial — todos ellos eran escoria.
_Subaru: Ahora que lo pienso, sus nombres se parecen un poco. ¿Todos ellos terminan en "us o use"?
Subaru enterró la rápida agitación de su mente bajo pensamientos triviales y sin sentido.
Ahora mismo, Subaru sentía que había encontrado algo muy extraño; pero, por mucho que lo intentara, no sabía exactamente qué era.
_Sirius: Por favor no estés tan callado, Petelgeuse. Eres un hombre muy malo. Ya estás otra vez con esa fría actitud hacia mí; eso me, me, me... ¡me impacienta!
Sin saber el motivo del silencio del pensativo Subaru, Sirius lo interpretó por su cuenta mientras mantenía sus manos en su rostro y su cintura se movía hacia adelante y atrás.
La escena de pesadilla se propagó a la multitud alrededor de Sirius, cada uno de los presentes mostraba su extraña y delirante expresión de afecto.
_Regulus: ...En serio, no puedo soportarte más. Aunque probablemente su reciente truco te haya dado ese tipo de idea, sigue siendo muy trágico. La correcta conexión del destino debería unirlos sin importar qué clase de obstáculos enfrenten. Como yo y mis esposas. Sin embargo, una separación por vida y muerte antes de que los resultados puedan florecer no solo es triste, sino también muy desagradable.
_Sirius: Sí, te lo agradezco mucho. Lo siento mucho. Ahora, perdóname, pero estoy ocupada. Ya lo sabes, ¿verdad? Los entendimientos mutuos son importantes. Las concesiones mutuas también lo son. Has cumplido tu propósito, así que, ¿podrías irte lo más pronto posible? Después de todo, yo también tengo mis propios asuntos privados.
_Regulus: Cierto, mi propósito de encontrar a mi futura esposa ha sido cumplido.
La locura de Sirius dio paso a la racionalidad, y Regulus pasó por alto aquella implicación a la vez que miraba a Emilia, todavía en sus brazos.
Luego él se giró hacia Subaru.
_Regulus: Pero la persona que ha estado intentando asesinarme a mí y a mi futura esposa, y que me ha estado molestando desde el primer momento, todavía no me ha permitido satisfacer mi venganza, en una clara infracción de mis derechos. No me gusta tomar una iniciativa violenta, pero en este caso, se trataría de una venganza justa. Sí, este es un acto de justicia. Aunque podría soportar esto e irme, estaría desfavoreciendo a la legitimidad. Es decir, irse sería una pérdida de justicia. No debería sentar ese precedente.
_Subaru: No me hables con ese tono de superioridad. Obviamente, yo no te agrado, así que quieres matarme. No justifiques eso con alguna doctrina basura.
_Regulus: De hecho, que me respondan es una gran sorpresa. Que me contesten como si yo estuviera equivocado es incluso una mayor sorpresa. Tú, ¿eres del tipo de persona que no está de acuerdo con sus oponentes? En ese caso, la única cosa que puedo decir es que eres pequeño y superficial. Creo que este tipo de persona, que no puede escuchar las palabras de los demás con sinceridad, un día recibirá su justa recompensa por eso. ¿Qué piensas?
_Subaru: ¿Acaso tienes el derecho de decir eso?
Los ojos de Regulus se abrieron de par en par como si estuviera profundamente desconcertado.
Quizá Regulus pensaba sinceramente que su discurso estaba justificado. Más bien, estaba completamente convencido. Si no, no podría ser un subordinado de alto rango en aquel culto anormal.
Las conversaciones lógicas eran sólo una ilusión. Aunque ellos hablaban el lenguaje humano, eran criaturas pertenecientes a un ecosistema alienígena.
Olvidar eso haría que uno fuera tragado por esas endulzadas palabras.
_Regulus: Sirius. Parece ser que lo has excluido del radio de acción de tu autoridad. ¿Qué sucedió?
En lugar de encarar al silencioso Subaru, Regulus dirigió la conversación a Sirius.
Frunciendo el ceño ante su discurso, Subaru descubrió que el miedo que estuvo inmovilizando su corazón había desaparecido.
Los dedos de Beatrice seguían temblando ligeramente mientras agarraban los hombros de Subaru, lo cual demostraba que no habían salido del radio de influencia de la habilidad.
Lo que significaba que únicamente Subaru había sido excluido. Y eso se debía a—
_Sirius: ¿El motivo no es obvio? Ya que sé que él es esa persona, si sigo compartiendo mis sentimientos, podrían accidentalmente transmitirse a él.
_Regulus: No te avergüences, es muy espeluznante. Habiendo proclamado tu amor, amor, amor, no tiene sentido actuar como una doncella. Realmente no te entiendo.
_Sirius: ¿No crees que permitir que estos inexplicables sentimientos que no pueden ser expresados con palabras sean sentidos de semejante manera es insípido? Hasta el mismísimo final, hasta el momento en que me convierta en uno con él, sellaré este sentimiento dentro de mí. Ya lo he decidido. ¡Sí, por Amor!
_Regulus: Tus sentimientos importantes nunca van a poder alcanzarlo debido a esa deshonestidad, ¿sabes? Tú, Sirius Romanée-Conti, sólo puedes extrañarlo con sentimientos sinceros y continuos. ¿No crees que usar el apellido de otra persona es bastante desagradable? Supongo que, en cierto modo, es como el legado de Petelgeuse. Bueno, él ya está muerto, así que ya no importa.
_Sirius: ¡Esa persona y yo estábamos enamorados!
Escuchando el asombrado discurso de Regulus, Sirius explotó.
La psicópata se agarró el cabello en un frenesí y su saliva salió disparada de su boca mientras le gritaba a Regulus.
_Sirius: ¡Después de todo, cada vez que le observaba, él siempre me devolvía la mirada! ¡Cuándo lo toqué, él no me regañó! ¡Cuándo le hablaba, él me prestaba atención! ¡Cuándo inhalaba su aliento, nunca me alejó! ¡Tenía permitido dormir con él! ¡Podía tomar sus cosas prestadas libremente! ¡Me otorgó el honor de quemar a la semibruja! ¡Él me dio mi nombre! ¡Sonrió por mí! ¡Sólo por mí! ¡Sólopormísólopormísólopormísólopormí!
Su respiración se volvió agitada mientras sollozaba lágrimas de amor no correspondido.
Ella se explicó claramente.
La psicópata llamada Sirius tenía un oscuro y retorcido amor puro.
_Regulus: Cielos… Tratar con tales fuertes convicciones subjetivas es difícil.
Encogiéndose de hombros, Regulus habló como si esperara que Subaru estuviera de acuerdo con él.
Subaru le devolvió un "¿Tienes derecho a decir eso?" para evitar que Regulus atacara. Necesitaba aplacar los dos tontos extremistas que estaban cerca de él.