Siguiendo esa misma lógica, actualmente, Roswaal no veía el mérito de seguir actuando así con Emilia.
Probablemente él había perdido la calma con ella y con su constante incapacidad para superar la Prueba, y se había dado por vencido con ella. Y eso era aceptable. Porque si esa fuera la situación, al menos ella podría entenderla y estar de acuerdo.
Pero actualmente había algo que asustaba más que eso a Emilia.
_Emilia: Roswaal... ¿Cuánto tiempo estuviste viendo pelear a Subaru y Garfiel?
_Roswaal: — ¿Cuánto tiempo?
_Emilia: Te noté allí... hace un minuto. Mientras Subaru y Garfiel se estaban golpeando... justo después de que Subaru usara Shamak.
Abusando de su desgastada puerta, Subaru había usado magia por quién-sabe-cuál vez.
Él había exprimido los restos de maná que tenía y usado la magia como si estuviese reuniendo el último monto de su poder. El resultado fue un hechizo bastante ineficaz, que pronto se dispersó.
Pensando en eso, ese había sido el momento exacto en el que Emilia realmente quiso correr hacia Subaru.
Subaru en una ocasión reunió lo último de su poder para lanzar un Shamak en presencia de Emilia, y eso acabó en una abrumadora e incuestionable derrota.
Seguramente nadie la culparía por recordar aquella imagen de él en aquel entonces, solaparla sobre la imagen de él ahora mismo y estar a punto de gritar. Pero cuando Subaru apuñaló a Garfiel con su as escondido, el cristal, y las probabilidades cambiaron al cincuenta por ciento, una emoción distinta al pánico brotó en el corazón de Emilia.
Y habiendo perdido ese apremiante sentido de urgencia, Emilia lo notó por primera vez.
Notó los signos irregulares de alguien observando la batalla, al igual que ella.
_Emilia: Al principio, pensé que estabas allí para ayudar a Subaru si llegaba a su límite. Parece que Ram y Otto-kun hicieron algo para intentar detener a Garfiel, así que me preguntaba si estabas aquí también como un refuerzo para Subaru. Pero...
_Roswaal: Exa~cto, he venido aquí como refuerzo para Subaru-kun. Eso es lo que podría decir, pero no me creerí~as.
_Emilia: Incluso sin Puck, por lo menos puedo entender las corrientes de maná. Estabas viendo la pelea en la que podías intervenir en cualquier momento... pero, en realidad estabas apuntando...
_Roswaal: —
Los ojos heterocromáticos de Roswaal se entrecerraron al mirar a Emilia.
Sus ojos también se habían entrecerrado así mientras estaba observando la pelea. Con su magia en su apogeo y siempre listo para disparar, con su objetivo fijado en Subaru.
_Emilia: Responde, Roswaal. ¿Qué pensabas hacerle a Subaru?
Emilia extendió la palma de la mano hacia Roswaal.
Puck no estaba con ella. Ella sentía ansiedad por mantener el control de su maná. Los espíritus menores estaban tratando de advertirle, aterrorizados por Roswaal y la magia ominosa que él tenía.
Si ella no podía depender completamente en ellos para que la ayudasen, entonces tendría que hacerlo ella misma.
_Emilia: Por favor, responde. Si no lo haces, yo...
_Roswaal: Ya pasamos la etapa de las preguntas, y usted to~davía duda al tomar decisiones. Su actitud despreocupada no tiene fin. ¿O tal vez tiene demasiadas expectativas en la buena voluntad de los demás? Se suponía que en sus días hasta ahora sólo había recibido malicia. ¿Cómo es que se las arregla para exponerse tanto?
_Emilia: — hk.
Roswaal, con desprecio desenfrenado, se impone a las palabras de clemencia de Emilia.
Sus ojos heterocromáticos también albergaban animosidad, sin concederle ni un centímetro a Emilia. Lo mismo se aplicaba a las múltiples formas de maná que se agitaban caóticamente dentro de él.
Los asuntos avanzaban en una dirección cuestionable. Emilia, sin darse cuenta, dirigió la mano hacia el pecho, y entonces recordó que el familiar contacto ya no estaba, rechinando los dientes.
Su debilidad, tratando inconscientemente de confiar sus preocupaciones a Puck, la frustraba.
Para ocultar esa debilidad, Emilia aumentó la fuerza de su mirada a Roswaal.
_Emilia: No quieres responder a mi pregunta. Entonces, tampoco me — eep.
Contendré — era como ella quería continuar.
Pero, en cuanto ella se decidió y comenzó a construir una concentración de maná, algo golpeó el lado de su cabeza.
Sorprendida por el desorden de su cabello plateado, Emilia miró al lado, y entonces vio el hocico de un dragón de tierra.
Era Patrasche. Su empuje —o realmente su golpe, ya que fue demasiado fuerte como para describirlo de otro modo— hizo que los ojos de Emilia se abrieran de par en par. El hocico de la elegante cara de la dragona negra se clavó de nuevo en la frente de Emilia.
_Emilia: Tú...
No podían hablarse una a la otra, pero, aun así, parecía que Patrasche la apoyaba.
— Tranquilízate. Con serenidad, haz lo que debas hacer.
Sintiendo que Patrasche le estaba diciendo eso con severidad, Emilia se dio cuenta de que se había predispuesto a luchar. Ella cerró los ojos. Cuando se giró hacia Roswaal, su mano ya no tocaba su pecho.
_Roswaal: En verdad... No~ tengo buenos recuerdos con los dragones de tierra.
Viendo el cambio en el semblante de Emilia, Roswaal expresó su irritada opinión de Patrasche.
El cuidado de Patrasche había destruido efectivamente los planes de Roswaal. Lo que significaba que Roswaal quería que Emilia se pusiera violenta y lo atacara en ese momento.
Emilia: No sé lo que estás pensando ahora mismo. Si ella no me hubiera detenido en ese momento, sé que yo habría... pero, es casi como si quisieras que lo hiciera.
_Roswaal: Simplemente mencionaré esto por consideración. En verdad a mí tampoco me gusta sufrir daño~.
_Emilia: ¿...? Pero, a nadie le gusta eso.
Ella frunció el ceño. Los labios de Roswaal parecían relajarse sarcásticamente. Emilia no podía imaginar en lo más mínimo qué significaba aquella sonrisa.
En cualquier caso, la fuerza bruta no era la opción que debería elegir aquí.
_Emilia: Dime, Roswaal. Es obvio que ahora mismo no eres como sueles ser. ¿Cómo es que estás... desesperado de esta forma?, dímelo.
_Roswaal: ...Así que desesperado. Mmm, vaya vaya, qué sorpresa.
_Emilia: Es como si estuvieras abandonando todo, y no te hubiera importado ser golpeado con magia... Si me dices que no es desesperación, no te creeré.
Emilia podía entender ese comportamiento destructivo en el que uno se harta de sí mismo, y se deja llevar por un arranque de locura absoluta. La pregunta era si se dirigía hacia adentro o hacia afuera.
Emilia era del tipo que lo dirigía hacia adentro. Quizás Roswaal era igual.
_Emilia: Si es así, entonces háblame. No sé qué puedo hacer por ti, pero puedo ayudarte. Quiero decir, hasta ahora me has ayudado con muchas cosas, y...
_Roswaal: — No. Es suficiente, Emilia-sama.
Pero la frágil voz de Roswaal rechazó la mano ofrecida por Emilia.
Habló con su voz más baja hasta ahora, con los ojos insensibles mientras rechazaba a Emilia. Con su maquillaje de payaso — y debajo de esos cosméticos que sonreían, Emilia se dio cuenta de que él estaba suprimiendo sus emociones hasta un punto doloroso. Ella tragó saliva inconscientemente.
El semblante de Roswaal hacía parecer que se había dado por vencido en absolutamente todo.
_Emilia: Suficiente... ¿qué quieres decir?
_Roswaal: Significa justo lo que parece. No pretendo que entienda mis intenciones, ni las heridas de estos dos, ni la Prueba... ya ni siquiera la Selección Real i~mportan ni por un segundo. —Porque este mundo ya está en su final.
_Emilia: Un mundo que ya está en su final... o, ¿qué significa eso de que no importa? La Selección Real y la Prueba no importan... ¡Roswaal, ¿qué estás diciendo?!
Emilia gritó enojada, incapaz de comprender lo que Roswaal estaba diciendo.
Roswaal lucía bastante sospechoso. Pero el vacío de su semblante, y el maná que rodeaba su figura, eran tan abundantes en vacío que podrían oprimir físicamente.
El corazón de Roswaal actualmente estaba en el summum de la inestabilidad.
Aunque Emilia entendía eso, ella no podía aceptar esas afirmaciones.
Lo que Roswaal quería abandonar era todo lo que era importante para Emilia, algo indefinible cuya existencia fue demostrada por el hecho de que Subaru tomara tantos riesgos.
Los gritos de Garfiel habían ilustrado claramente cuál era su postura.
Él quería destruir la Tumba, y evitar que la Prueba siguiera existiendo.
¿Qué era lo que buscaba haciendo irrompible la barrera del Santuario? Probablemente un inmutable día a día, eso era lo que Emilia pensaba.
Y Emilia podría comprender la postura de Garfiel.
Continuar sin cambios, ser capaz de seguir sin cambiar. Ese camino era tranquilo y cómodo.
Si pudieras tener una vida mundana en la que pases tu tiempo en un lugar pacífico con aquellos que aprecias, entonces nadie podría negar el deseo de permanecer sumergido en ese ambiente.
Pero Subaru negó ese deseo categóricamente, demostró su terquedad, y apartó ese concepto.
La postura de Emilia era idéntica a la de Subaru, ya que ella estaba instando a que el cambio llegara al Santuario. Pero la de ella no era tan definitiva como la de Subaru, ni entendía los sentimientos de la gente del Santuario tan bien como él.
Este lugar era un paso necesario en el camino para que ella lograse sus metas, nada más que un lugar donde había pisado. ¿Qué pensarían los que la rodeaban de los cambios que trajo su interferencia en este lugar?
Emilia, totalmente concentrada en su propio interior, no se había planteado esta pregunta tan obvia.
En cambio, fue Subaru quien preguntó.
Una vez más, ella había hecho que Subaru cargase con su carga y había ignorado todo.
Y fue porque se dio cuenta de que eso existía.
Pero Roswaal estaba tratando de descartar este presente que la toma de riesgos de Subaru había abierto.
_Emilia: Roswaal... ¿qué intentas abandonar? Es lo que... lo que empezó entre tú y yo, ¿verdad? Y a mitad de camino, eres... ¡Esto no es perdonable!
Emilia gruñó, y las cejas de Roswaal reaccionaron.
Una pizca de fuerza regreso a él mientras se cubría el ojo azul con la mano y el ojo amarillo temblaba.
_Roswaal: ¿Empezó conmigo y con Emilia-sama? ¿De qué está hablando?
_Emilia: ¿Eh...?
_Roswaal: Esto empezó conmigo y con mi Maestra… Absolutamente, no~ con usted. Así que, permitir que termine debería estar dentro de mi propia libertad y la de mi Maestra. Por supuesto que lo está.
_Emilia: ¡No puedes hacer eso!
Incluso con la increíble aura que la sobrecogía, Emilia levantó la voz.
Ella miró al payaso, moviendo los brazos hacia arriba.
_Emilia: Así que tal vez empezó contigo y con esa persona... pero el asunto ya no se trata sólo de ustedes dos. Tampoco es sólo mi problema. Hemos arrastrado a mucha gente en esto, causado problemas a mucha gente, ¡y seguimos haciéndolo! ¡No puedes terminarlo cuando quieras!
_Roswaal: Este camino sólo lleva al final. Entonces… ¿Qué~ podría estar mal en dejar que todo termine antes de que lleguemos a ese fina~l? Esta vez ha sido inútil para nosotros, de~spués de todo... Pongamos nuestras expectativas en nuestros próximos nosotros, y en Subaru-kun.
_Emilia: ¿En Subaru?
Poner expectativas en Subaru, ¿qué significaba exactamente?
Emilia observó al caído Subaru y nuevamente consideró que las palabras de Roswaal no debían convertirse en realidad.
Por supuesto.
Subaru ya había hecho más que suficiente. Si las expectativas fueran puestas en él, las respondería excesivamente. No se le debía pedir más de lo que ya había hecho.
Cuando se da algo, naturalmente debe ser recompensado.
_Emilia: ¿Cómo puedes decir que el camino que abrió Subaru llega al final? Todos los del grupo de Subaru trabajaron juntos para abrir un camino cerrado. ¿No es eso entonces lo que fue esta batalla?
_Roswaal: Ir a la izquierda o a la derecha llevará a un callejón sin salida. Cuando se está en frente de esa encrucijada, cua~lquier lucha es en vano. Ya que la totalidad del curso verdaderamente correcto está escrito aquí.
Roswaal sacó un tomo negro del bolsillo.
Al ver esa cosa desconocida, un impulso surgió dentro de Emilia, arañando su pecho. Sus ojos se abrieron de par en par.
Ese libro le daba un terrible mal presentimiento.
No tenía título ni portada, parecía un libro totalmente mundano, pero por alguna razón el simple hecho de mirar el tomo hacía que Emilia sintiera una presión que casi fomentaba la inestabilidad mental.
_Emilia: Ese libro es...
_Roswaal: Una réplica del Libro de la Sabiduría. O quizás podría llamarse un Evangelio superior. Para todos, sus escritos aparecen como garabatos ilegibles, excepto para mí. Es un texto que cuenta el camino a lo largo de la historia correcta, el cual debe seguirse.
_Emilia: La historia que hay que seguir... ¿Quieres decir como "La Piedra de la Historia del Dragón"?
_Roswaal: Siguen los mismos principios si se rastrean sus raíces, eso fue lo que mi Maestra me dijo.
Sólo cuando Roswaal dijo la palabra "Maestra", la emoción volvió a sus ojos.
Su tono era el de visualizar a alguien querido, como si esa simple palabra de tres sílabas hubiera llevado por mucho tiempo una emoción que no podía suprimir por completo, pronunciada con una dicción que permitía tal suposición.
Roswaal era capaz de pensar así de alguien, sin ningún problema. Era capaz, pero intentaba considerar que todo lo que veía no valía nada.
_Emilia: ¿Quieres decir que vas a arruinarlo todo porque el curso actual es diferente del que dice ese libro? ¿Pero qué se logrará con eso? Si buscamos un camino diferente, diferente al del libro, que no es un callejón sin salida...
_Roswaal: Es exactamente lo mismo que dijo Subaru-kun. ¿Acaso esa es otra idea que viene de segunda mano de él?
_Emilia: — hk!
Roswaal se rio un poco. Sintiendo que él dio en el blanco, la garganta de Emilia dejó salir un sonido sordo.
El semblante de Emilia incitó a Roswaal a dar un suspiro de aburrimiento.
_Roswaal: Palabras prestadas, opiniones preparadas. Incluso la noción de que debes desafiar las Pruebas fue algo a lo que has sido empujada... Bue~no, no te culparé. Fui yo y los que la rodeaban quienes exigimos que lo hicieras, no usted misma. Palabras dichas con el conocimiento de que tu yo vacío e insignificante no puede hacer otra cosa más que esto... Subaru-kun en verdad fomenta cosacrueles.
_Emilia: Cosas crueles...
_Roswaal: El tema aquí es él, a~sí que por supuesto él continuó sin explicar la necesidad lógica o lo que sea acerca de desafiar la Prueba, y simplemente dio un discurso motivador a Emilia-sama, ¿cierto? Él te impuso su complacencia, y te dijo que podías hacerlo si querías. Lo sé. Lo sé, de~ hecho. De~spués de todo, él y yo somos la misma clase de persona~.
_Emilia: ¿Subaru y tú son la misma clase de persona? ¿Qué quieres decir?
_Roswaal: Significa que imponemos nuestros ideales a las mujeres que amamos.
Una afirmación.
Roswaal cerró un ojo, mirando a Emilia sólo con el amarillo. Su sonrisa era fuerte mientras lanzaba declaración tras declaración a la silenciada Emilia.
_Roswaal: ¿Con qué palabras él te abordó? Declaraciones completamente agradables al oído, ¿cierto? Él mimó a Emilia-sama, te impuso ideales, te trató con ternura y cuidado como si estuviera manipulando un objeto quebradizo, ¿cierto? No consideró ni por un segundo que en realidad Emilia-sama es débil y frágil de corazón, que tienes miedo y deseas huir, que posees un tipo de corazón tan mundano, ¿cierto? Él no tiene ni una pizca de interés en tu verdadero yo. Lo que le ha encaprichado es la versión brillante que tiene de usted en su cabeza. — ¿Co~rrecto?
_Emilia: —
_Roswaal: Yo también era así. Con ella, sólo veía lo ideal. "Es maravillosa, es brillante, no hay nadie más grande que usted". Eso le decía, y así fue como la consolé, enfocando mi amor como si manejara una obra de vidrio... aunque esas cosas no tengan ni el más mínimo significado.
Hablando con rapidez, Roswaal apartó la mirada, aparentemente irritado.
¿Hablaba de Subaru, o de sí mismo? Tal vez ni siquiera el propio Roswaal podía distinguirlo claramente.
Abrumada por su impulso, Emilia tomó un breve respiro.
Lo tomó para poder decir lo que tenía que decir, aunque se sintiera intimidada por la actitud de Roswaal.
_Emilia: ... ¿Eso es todo?
_Roswaal: —
_Emilia: ¿Esos son todos los puntos en común que crees que hay entre Subaru y tú?
Roswaal miró sospechosamente a Emilia.
Una duda había surgido dentro de él. Su falla al no decir nada era obviamente su respuesta a la pregunta de Emilia. Lo que significaba que sí, ella tenía que decirlo por él.
Ella tenía que corregir ese concepto que él tenía de Subaru.
_Emilia: Si eso es todo lo que intentabas decir, entonces...
_Roswaal: —
_Emilia: Subaru y tú no se parecen en nada.
De hecho, Subaru había dicho una frase tras otra de idealismo, y no le explicó a Emilia el significado de liberar el Santuario.
Pero el argumento de Subaru ciertamente no consistía enteramente en palabras bonitas o adulaciones para Emilia.
_Emilia: Subaru… Él me llamó "una mujer que eres un dolor en el trasero".
_Roswaal: ... ¿Qué?
_Emilia: Que ¿quién me creo que soy? Haciendo nada y aun así causando tantos problemas. «Siempre preocupándote por lo que ya se ha ido, deja de darle a los demás estas expectativas vacías. Cada cosa que sale de tu boca sólo son palabras sin sinceridad, te falta de todo, es insoportable verlo». —Subaru dijo todo eso de mí.
_Roswaal: —
_Emilia: Subaru me está prestando la debida atención. Ahora pienso que no puedo seguir mostrándole sólo mis partes patéticas. En cambio, tú finges que estás mirando hacia adelante cuando en realidad no estás mirando nada en absoluto. No te pareces en nada a Subaru.
Si Natsuki Subaru era alguien que sólo podía visualizar una imagen idealizada de Emilia, entonces ella seguramente seguiría abrazándose las rodillas dentro de la Tumba.
Y también con Garfiel. Si su oponente no hubiese sido Subaru, quien sabía más que los ideales pero que, sin embargo, optó por discutir con idealismos, entonces él no habría escuchado.
Subaru vio la debilidad de Emilia, y aun así le dijo que la amaba.
Subaru conocía la amabilidad de Garfiel, y aun así le exigía que cambiara.
Sean quienes sean, si querían quedarse atascados en un sitio, Subaru correría hacia ellos y los regañaría.
No puedes estar aquí, hay más que puedes hacer, levanta la cabeza, mira hacia adelante, levanta los puños, no tienes tiempo de quedarte quieto.
— No puedes quedarte quieto para siempre.
_Roswaal: ¿Natsuki Subaru, hizo la elección correcta en este Santuario...? Algo tan ridículo no podría... eso significaría que, el escrito de este Libro de la Sabiduría...
_Emilia: Mis recuerdos han resurgido, y estaba muy ansiosa. Puck se fue, y yo estaba a punto de ser aplastada.
La discrepancia entre lo que pensaba y la respuesta de Subaru condujo a Roswaal a la confusión.
Emilia se puso la mano sobre el pecho, no para sentir la presencia allí, sino para sentir el latido de su corazón.
_Emilia: Pensé que, cuando lo recordara todo, me convertiría en otra persona. Pensé que, cuando eso pasara, la persona que he sido hasta ahora resultaría ser la equivocada.
Incluso ahora, dentro de su mente había una chica perdida en sus recuerdos.
Cuando esa chica alcance una imagen definida, alguien irreversible aparecerá.
Y cuando llegue, el mundo de Emilia cambiaría completamente.
Emilia temía ese cambio, se inclinaba a rechazarlo, pero sabía que el cambio era necesario.
Independientemente de qué cambiaría, el camino que había recorrido hasta ahora no desaparecería.
No importaba cómo Emilia cambiaría de ahora en adelante, aunque se convirtiese en una persona con un origen diferente al que tenía actualmente, eso no hacía que los sentimientos que tenía actualmente fueran un error.
Quizá ella estaba en un punto muerto, quizá se había detenido, pero volvería a caminar.
Observaría qué dirección parecía avanzar, y continuaría.
_Emilia: Cuando quiero hacer algo, cuando quiero cambiar algo, cuando eso es lo que quiero hacer — tengo a alguien que me dirá que está bien, y me guiará hacia adelante. Eso es lo que aprendí.
_Roswaal: ¡Eso es un engaño!
_Emilia: No es mentira en absoluto. Subaru me dijo que cree en mí, y quiero creer en él. Aunque lo que dijo puede parecer una tontería sin fundamento. Aunque quizá yo quiera decir que era mentira... Tengo que hacerlo para que no sea una mentira.
Ella no quería permitir que la etiqueta de "mentiroso que andaba por ahí predicando sobre las esperanzas insustanciales que hay en la inútil e insalvable Emilia" cayera sobre Subaru.
Natsuki Subaru afirmó que Emilia podía hacerlo. Y, en este momento, Emilia veía dicha declaración como una mentira.
Pero si ella rompía su caparazón, y lograba hacer lo que él había afirmado, su mentira ya no sería una mentira.
Esto era lo que la gente llamaba deseos.
_Emilia: Lo que quiero hacer es convertir mentiras en deseos, haciendo ahora lo que tengo que hacer.
Como Subaru frenéticamente y desesperadamente le enseñó.
Lo que reposaba dentro de Emilia y que antes ella era incapaz de darle forma, finalmente tomó la forma de esas palabras.
Ella no estaba segura de que ésta realmente fuera la respuesta correcta.
Lo que cambiaría algo indefinido en algo correcto serían las acciones de Emilia.
Y le gustaría avanzar sin vacilar en hacerlo, sin indecisiones al respecto.
_Roswaal: ¡—! ¡Absurdo!
El rostro de Roswaal palideció mientras retrocedía un paso.
Él depuso su habitual compostura y la expresión vacía que tenía hasta ahora, forzando su voz a través de su cerrada faringe, con un semblante de desesperación y temblando de miedo ante la respuesta de Emilia.
Levantó el brazo, señalando a Emilia. Su voz se quebró mientras gritaba.
_Roswaal: ¡¿Por qué?! ¡¿Cómo?! ¡¿Cómo has llegado a esa respuesta, ahora, aquí?! ¡¿Cómo es que Natsuki Subaru le comunicó a usted lo que yo no pude comunicarle a mi Maestra?! ¡Él, ahora mismo! ¡A estas alturas! ¡No está bien que él logre esos sentimientos!
_Emilia: Recuerdo a qué le tenía miedo. Ahora mismo estoy en medio de fortalecerme a mí misma para enfrentarlo... ¿Y tú de qué tienes miedo?
_Roswaal: ¡Es obvio! ¡Desviaciones de los escritos! ¡Seguir adelante sin que la historia avance como está escrito aquí, y sin ser capaces de lograr nuestra prometida reunión! ¡¿Qué otra cosa podría ser?!
_Emilia: Pero parece que no es con eso con lo que tienes un problema ahora mismo.
_Roswaal: ¡—!
Un fuego de rabia chispeaba en los ojos de Roswaal.
Él estaba expresando su ira por el hecho de que no podía simpatizar con la mentalidad de Subaru.
Roswaal quería que Subaru sintiera lo que él mismo había experimentado en el pasado.
Lo que dijo antes sobre que Subaru y él eran la misma clase de persona probablemente no había sido una broma vaga, sino que Roswaal estaba convencido de que debería ser así.
Quizás pensó que Subaru y él deberían seguir la misma corriente en cuanto a cómo confrontaban a las personas que amaban, y sufrir las mismas heridas.
Esa inquebrantable convicción suya estaba a punto de desmoronarse.
Así percibió Emilia la confusión actual de Roswaal.
_Roswaal: Aaaaguh, ¡¿qué está pasando?! ¡¿Cómo es que me está pasando esto precisamente a mí?!
Roswaal se llevó la mano a la boca, sin preocuparse por el maquillaje cuando éste se caía; sus mejillas se retorcían.
_Roswaal: ¿He sido manipulado como una marioneta desde el momento de la apuesta? ¿La pérdida de Garfiel, y la recuperación de Emilia, todo fue calculado? ¿…Me equivoqué desde el momento en que empecé a hacer planes en contra de alguien con la habilidad de impedir que algo ocurra? ...Pero, entonces, ¿con qué propósito yo...?
_Emilia: ¿Roswaal?
La presencia de Emilia desapareció de la consciencia de Roswaal a causa de la vertiginosa tormenta de pensamientos que lo absorbía.
Lo que él estaba pensando tan frenéticamente probablemente era cómo corregir un mundo que se había desviado de sus planes.
Pero ya no existía ningún método para lograr tal cosa en este mundo.
Emilia no sabía qué tipo de profecías estaban escritas en aquel libro.
Roswaal estaba acorralado. La desviación debía ser increíble.
Tanto, que ya se podría llamar a este lugar un mundo diferente —
_Roswaal: — Ahh, ya veo.
Roswaal dejó escapar un murmullo.
Su voz había recuperado su tono inteligente, haciendo que Emilia anticipara que se había ocupado temporalmente de su malestar. A través de una conversación lógica, podían encontrar un punto de compromiso y —
_Roswaal: No~ hay necesidad de preocuparse por nada. Después de todo, existe el contrato. No hacía falta preocuparse de si él podría o no hacer aquello.
_Emilia: ¿De qué estás hablando? Roswaal, ¿qué es...?
_Roswaal: Nada. No es nada en absoluto, Emilia-sama. Mis más profundas disculpas por preocuparla y molestarla. Es mejor que proceda como se desea de usted, y como yo también espero.
Inclinándose, Roswaal depuso su comportamiento de payaso mientras le sonreía a Emilia.
Emilia, por supuesto, no podía estar de acuerdo con esto. Él parecía haber vuelto a su actitud habitual, totalmente distinta a su trastorno anterior.
El hecho de que ese trastorno parecía un comportamiento considerablemente más propio de él, era una locura.
_Emilia: ...Actuar como esperas. ¿Qué es lo que esperas de mí?
_Roswaal: Naturalmente... Que desafíe la Prueba a su antojo, y que se alcancen resultados.
Roswaal no mencionó exactamente a quién le favorecerían esos resultados.
Tal vez lo esté deseando sea como sea. Emilia sintió algo de ese estilo.
Ella no entendía por qué Roswaal deseaba eso.
Ni por qué se volvió tan arrogante, ni por qué lo asumió y se tranquilizó.
Sólo era un mar de cosas que ella no entendía. Pero,
_Emilia: Ahora mismo, tú... definitivamente no me hablarás de eso, ¿verdad?
_Roswaal: ...
_Emilia: Está bien. No intentaré forzarte a decirlo. Sé que ahora mismo no estoy calificada para hacer eso. — Pero no te aferres a la idea de que puedes seguir ocultándolo para siempre.
_Roswaal: — Alentador, de hecho. Conociendo la verdad, y ahora recuperándose, veremos si puede mantenerte en sus engaños.
Él terminó con una declaración un tanto maliciosa, pero también una declaración que Emilia encontraba de alguna forma suplicante.
Con eso, Roswaal le dio la espalda y caminó. Probablemente regresaría al alojamiento donde se estaba recuperando.
Al final, ella no supo por qué vino él aquí y observó la pelea. Pero la densa y agitada masa de maná permanecía dentro del cuerpo de Roswaal mientras anhelaba un milagro.
_Roswaal: Ah sí. — Emilia-sama, una advertencia.
_Emilia: ¿Sí?
Roswaal se detuvo y levantó el dedo. Las cejas de Emilia se levantaron.
Roswaal sonrió irónicamente al ver que Emilia mostraba una actitud demasiado indefensa cuando se enfrentaba a alguien con quien acababa de terminar una conversación hostil.
_Roswaal: Sobre Garfiel... Es mejor que no subestime lo profunda que es su naturale~za. Su obsesión no es tan superficial como para que una simple derrota en una pelea le haga cambiar de opinión.
_Emilia: — Entendido.
Emilia lo aceptó. Con eso, Roswaal abandonó la escena.
Ella lo vio alejarse, y entonces se dio cuenta de que lo único que quedaba aquí era su propia respiración y la respiración del dragón negro que había visto cómo Roswaal retrocedía hasta el final.
Y luego la respiración profunda y dormida de los dos hombres inconscientes.
_Emilia: Hauhhhh...
Las cejas de Emilia temblaron mientras suspiraba profundamente.
Al notar que Patrasche reaccionó a esto abriendo los ojos de par en par, Emilia mostró una sonrisa forzada.
_Emilia: No, está bien. Fue gracias a ti que mantuve la compostura... Pero eso fue muyyy tenso. Eso podría haberse convertido en una pelea con Roswaal.
_Patrasche: —
_Emilia: Mmm. Odio pelear cuando ni siquiera sé por qué estamos peleando. ¿Y por qué Roswaal estaba siendo así? ...Tal vez Subaru lo sabría.
Emilia respondió a la bondadosa mirada de Patrasche mientras ella se arrodillaba junto al ensangrentado Subaru y lo levantaba suavemente.
Sus dedos frotaron la sangre seca mientras acariciaba su hinchada cara. Su rostro se retorció, como si sintiera el cosquilleo del dolor.
_Emilia: Necesito curarlos. Subaru y Garfiel odian el dolor.
_Patrasche: —
_Emilia: Ah, está bien, no necesitas parecer tan preocupada. Estoy un poco preocupada por mi control ya que Puck no está aquí, pero cuando se trata de una simple curación, puedo obtener la ayuda de los espíritus menores.
Emilia habló con los espíritus que la rodeaban, cuyo tenue brillo envolvió su figura mientras obtenía su ayuda.
Las delicadas luces cubrieron a Subaru y Garfiel, y sus heridas comenzaron a curarse.
El semblante de Subaru parecía relajarse.
Emilia mostró una pequeña sonrisa mientras colocaba suavemente la cabeza de Subaru sobre su regazo.
¿Cuántas veces ella le había prestado a Subaru su regazo?
A ella le habían dado demasiadas cosas, tantas que no tenía ni idea de qué hacer para recompensarlos.
_Emilia: Cuando te despiertes, hay taaantas cosas que quiero preguntarte.
Con ese susurro, Emilia enroscó el dedo en un mechón del cabello de Subaru.
La cara de Subaru se contrajo. Las mejillas de Emilia se relajaron un poco.
— Diez minutos más tarde, Otto salió del bosque, cargando a Ram sobre la espalda, para volver a reunirse con todos ellos.