章節 29: Veintinueve
haber cambiado la mente de su marido Gaara con su poderosa técnica.
En el interior de la limousina estaba Gaara quien abrazaba a su marido feliz. Mitsuki no podía creer lo que veía y oía.
- Mitsuki, lo nuestro fue un error. Un desagradable error que mi amado esposo está dispuesto a perdonarme - decía un Gaara sin vida.
Mitsuki miró detenidamente a su amado para darse cuenta que hablaba en serio, aunque no entendía por qué hacía aquello.
El peliazúl estaba sujetado por dos gorilas mientras Menma preparaba una inyección.
-G-Gaara ¿qué sucede?-Sucede que me dí cuenta del intenso amor que siento por Menma, pero tú eres una molestia - ésto lo dijo con desprecio.
- Tranquilo amor - dijo Menma - Todo tiene solución en ésta vida. Sujétenlo.-¿Qué me van a hacer? ¿Qué es eso?
- Una droga que te quitará las fuerzas. No las necesitarás a donde vas - dijo Menma- Gaara mi amor, no dejes que me haga ésto....por favor...
Pero Gaara miraba la escena con intensa frialdad, como si aquel fuese otra persona y no su amado. Mitsuki sintió el pinchazo en su brazo, e inmediatamente todo le dió vueltas. Apoyó la cabeza en el respaldo del asiento, ya no intentaba soltarse.
Se empezó a sentir muy mal, respiraba entrecortado. Menma reía con crueldad. Abrazó a Gaara y ambos se besaron con intensa pasión frente al peliazúl quien derramó lágrimas de pesar.
La limousina se detuvo y una de las puertas se abrió. Bajaron a Mitsuki y lo arrastraron a un valdío, donde lo arrojaron en la basura. Aquel era el peor de los barrios de la zona sur, donde habitaban los maleantes más peligrosos.
- Pudrete aquí maldito - dijo Menma - Ésto te enseñará a no querer quitarme lo que me pertenece.
Luego Menma y sus dos gorilas se fueron, subieron a la limousina y se alejaron del lugar. Dentro Gaara lloraba pero Menma le secó las lágrimas y lo besó.
Gaara no solo no se resistió, sino que le respondió con otro beso más intenso. Sin embargo sentía que su alma estaba desecha.
Mitsuki intentó moverse pero sentía que su cuerpo le pesaba como plomo, tuvo que usar toda su voluntad para incorporarse y arrastrarse lejos de allí.
Acercandose hacia una pared para poder colocarse de pie. Respiraba entrecortado mientras las lágrimas humedecían su rostro.
¿Por qué? Algo le sucedió a Gaara para que actúe así. Pero le dolía, no obstante, ver a su amado en brazos de esa basura.
Se apoyó en la pared y sacó su celular, su visión era borrosa. Pero aún así marcó el nombre de Shura y luego el botón llamar. Respiraba enrrecortado.
-Hola - dijo Shura- Shura....a-ayúdame...p-por favor...-¿Mitsuki? ¿Dónde estás?
- No lo sé....M-Menma dijo que en la zona sur...no sé...-¿Menma?
- Por favor Shura....por favor....ayúdame....t-tengo m-miedo....
- Tranquilo Mitsuki, te localicé por el gps de tu celular. Voy en tu busqueda.
Cuando colgó, el peliazúl guardó el celular porque sabía que era la única forma en que Shura lo encontraría.
Se puso en marcha sujetándose por las paredes, caminando en extremo lento mientras respiraba entrecortadamente. La noche empezaba a caer, y con ella comenzaron a salir las bandas y pandilleros.
Unos cinco pandilleros se acercaron a Mitsuki, reían maligmamente mientras sacaban las armas. Pero en ese momento, la arena dorada envolvió esas armas y las despedazó.
Los pandilleros no entendían nada pero Shura dijo:- Si saben lo que les conviene se alejarán de él. - luego les dió oro en polvo, su propia arena, quitándole su chakra. - Quedense con esos polvos de oro. Pero a cambio vayanse.
Se apuraron a juntar hasta el último grano en sus bolsitas negras y se fueron corriendo. Shura sujeto a Mitsuki y lo llevó al interior de su auto. Tras sentarlo y colocarle el cinturón de seguridad, se subió él también y se fue del lugar.
Su lamborgini dejó atrás muy pronto esa nefasta zona. Cuando llegó a su departamento, ayudó a Mitsuki a entrar y lo llevó a una de las habitaciones. Allí se detuvo a revisarlo, el peliazúl le relató lo que le sucedió sin dejar de llorar.
El odio que Shura sentía por Menma se fue intensificando cada vez más. Haciendo uso de sus conocimientos de medicina, Shura pudo detectar cuál era la droga que Menma usó contra Mitsuki, para crear un antídoto y usarlo en su amado peliazúl.
Al cabo de unos momentos, Mitsuki se fue sintiendo mejor. Shura lo ayudó a dormir. Sabía que despertaría a los pocos minutos, debido a intenso dolor que padeció.
El azabache no se movió del lado del peliazúl, durante toda la noche se sintió descompuesto, efecto de la droga que usaron contra él.
Shura sabía que eso era normal ya que el mismo cuerpo de Mitsuki eliminaba lo toxico. Ahí aprovechaba Shura para fortalecerlo inyectándole vitaminas.
Durante un día y medio Mitsuki la pasó muy mal pero siendo ayudado y apoyado por Shura. Cuando físicamente estuvo mejor, Shura le preparó un baño usando sales curativas.
Así pasaron tres semanas en las que el peliazúl había caído en una intensa depreción intentando en un par de ocasiones quitarse la vida. Pero siendo detenido por Shura.
- Haré que vuelvas a tener ganas de vivir Mitsuki. No permitiré que hagas locuras.- Shura...no soporto más...¿por qué Gaara eligió a ese monstruo?
Shura se había decepcionado de su padre hacía mucho tiempo ya. Apretó los labios con furia, ya que no entendía la actitud de Gaara.
Siendo el dueño del corazón de Mitsuki, algo que él, Shura, anhelaba con locura, tampoco hallaba respuesta alguna.
La desvastación de Mitsuki le dolía a Shura a más no poder. Acariciaba al peliazúl con dulzura.- Mitsuki, tranquilo. Recuerda que no estás solo. Puedes contar conmigo.
Menma consiguió que la universidad le quite la beca a Mitsuki, que lo despidan del trabajo y no le renueven el alquiler de su departamento.
Shura fue a buscar las pertenacias de Mitsuki cuando supo aquello. Luego fue a la universidad, a la facultad de derecho, donde hizo el trámite para que se cobren las cuotas y las inscripciones a la cuenta que él, Shura tenía.
Cuando llegó al departamento le dijo a Mitsuki aquello pidiendole que se quede en su departamento.
El peliazúl se sentía entre la espada y la pared, debido a que sabía lo que Shura sentía por su persona. Pero a su vez sabía que no podía negarse a su generocidad debido a que no tenía otras opciones.
Shura lo abrazó con suavidad, Mitsuki se puso rígido pero le correspondió dicho abrazo.
- Nunca te daré la espalda Mitsuki, te amo tanto que no pienso permitir que ni Menma ni mi padre te vuelvan a dañar.
Shura acariciaba la espalda del peliazúl con extrema suavidad, mientras besaba su cuello. Pero Mitsuki tomó fuerzas y se apartó de él diciendole:
- Shura te lo suplico....no...por favor amigo...no...Te agradesco la ayuda....te necesito...pero...no así...por favor....por favor entiendelo.
- Si, lo entiendo. Tranquilo Mitsuki....perdona mi arrebato...yo...te quiero....- Lo sé y yo también te quiero amigo....pero...me duele tanto...que...
Shura lo abrazó fraternalmente, consolandolo. Sabía que a su amado peliazúl le venía bien llorar, sacarse la amargura y tristeza de su alma.
Pero a su vez debía proteger a Mitsuki, porque era fácil que cayera a un doloroso estado depresivo.
- No dejaré que te consumas en la depresión. No permitiré que ellos te ganen Mitsuki.- Gracias Shura, muchas gracias. También lucharé por sobreponerme a ésto....con tu ayuda.
Shura le preparó alimentos importantes para su salud, así Mitsuki se iría reponiendo más rápido al menos físicamente. En cuanto a lo emocional, le llevaría más tiempo a Mitsuki reponerse.
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