En efecto.
Mientras los dos No-muertos eran aniquilados por la Pitón de Montaña, Lin Yun se apresuró a sacar unos cuantos cristales de maná espiritual con una mano y los apretó contra el Libro de la Muerte que tenía en la otra, volviendo a invocar a los dos No-muertos con rapidez.
Esos dos No-muertos revividos se convirtieron en sombras cuando, una vez, más atacaron a la Pitón de Montaña como dioses de la muerte. Y, enseguida, se volvió a escuchar el sonido punzante de la lanza de Lagulin cuando esta atravesó la cabeza de la Pitón de Montaña.
Al mismo tiempo, incontables Lanzas de Hueso que emitían un aura siniestra florecieron en la cabeza de la serpiente. Durante algún tiempo, una gran cantidad de hechizos de No-muertos explotaron como fuegos artificiales.