El solo hecho de pensar en el efecto hizo que Rhett se quedara mirando fijamente, con un zumbido en su cabeza. Ni siquiera escuchó lo que decía Lin Yun.
―Señor Rhett... ―Lin Yun lo llamó por segunda vez.
Como si se despertara de un sueño, Rhett Watson se dio cuenta de que se había olvidado de sí mismo y soltó una risita incómoda.
―Lo siento, Alto Mago Merlin, estaba perdido en mis pensamientos...
―Ja, ja… ―Lin Yun señaló los materiales de alquimia―. Tu familia Watson también tiene una parte de estas cosas, puedes tomar un frasco de bilis, tres colmillos y siete escamas...
―¿Eh? ―Rhett se quedó atónito al oír que Lin Yun le ofrecía tanto. Después de todo, la familia Watson no había hecho mucho contra la Pitón de Montaña. Solo esperaban conseguir algunas sobras, pero si la familia Merlin se negaba a concedérselas, no tendrían ningún recurso.