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56.16% La Leyenda del Scire / Chapter 41: Capítulo 7: Leah Foster  

Chương 41: Capítulo 7: Leah Foster  

Fons, Ash, Residencia Harch - 22 de Marzo - Año 526

 

Leah dio vueltas en su cama con varios pensamientos que no terminaban de concluir... Había sido una semana atareada para ella, había comenzado la universidad no hacía apenas un mes y su primer período de exámenes pasó como un tren bala... No dormía más de cuatro horas por día, por esa razón se le hizo aún más extraño que fuera tan tarde y no pudiera dormirse.

 Miró el reloj a su izquierda para verificar la hora... 2:00 a.m. Tenía que levantarse en cinco horas y su cuerpo no cesaba al cansancio. Cuando dio la última vuelta suspiró hondo y abrió los ojos sólo apreciando el techo, se veía tan vacío y profundo, se sentía solitaria en la habitación. Instintivamente su mente trajo a Vlas a sus pensamientos, una sensación de nostalgia vino a ella y comenzó a pensar en él... Ya eran dos semanas desde que no entrenaba con él, se había acostumbrado a hacerlo y volver a su rutina diaria le dio más trabajo que dejar su zona de confort en primer lugar.

 Cuando esa idea se plantó en ella se abrió un árbol de pensamientos, todos acaparados por la figura de Vlas... Extrañaba esos días con él, extrañaba entrenar con él, pasar tiempo con él, hablar con él y todo lo que hacían juntos... ¿Extrañaba esos momentos o lo extrañaba a él? Fue la primera pregunta crucial que se hizo cuando su mente decidió comenzar a trabajar de nuevo.

 Horas tras horas sin sacárselo de su mente... Miró una última vez el reloj y las 4:00 a.m se veían en el visor, ya era demasiado tarde para dormir, en tres horas tenía que levantarse para ir a la universidad por lo que decidió trasnochar para que en la noche no tuviera problemas de poder dormir gracias al cansancio de todo el día.

 Se sentó en el borde de su cama y prendiendo los botones de su pijama buscó sus pantuflas con sus pies debajo de la cama. Cuando se calzó se puso de pie y caminó hacia la puerta y al abrirla salió hacia el pasillo. Caminó por la oscuridad apoyándose en las paredes, hasta que distinguió la luz de la escalera.

 Bajó hasta la cocina, pretendía tomar un vaso de agua antes de dirigirse a la sala a mirar televisión. Apoyada en la barra de la cocina fijó su mirada en la manija de la puerta trasera y se dio cuenta de que estaba abierta. Dejó su vaso en el lavavajillas y se acercó a la puerta, cuando iba a cerrarla corrió un poco la cortina y al mirar hacia afuera vio a una persona sentada bajo un árbol en el jardín, no tardó mucho en reconocer su figura al darse cuenta de que era Vlas.

—¿Qué haces? —preguntó al salir hacia el patio trasero, acercándose a él, hasta sentarse a su lado.

—Oh... Leah, estaba aburrido y no encontré nada bueno en la televisión, por lo que vine aquí a comer estas manzanas que encontré en la cocina, ¿Quieres una? —le ofreció, sacando algunas de una canasta que tenía a su lado.

—Sí... Gracias —respondió Leah tomándola. Era grande y roja, le dio un mordisco y la maravilló el hermoso sabor sumado a lo jugosa que estaba.

—¿Y tú? ¿Qué haces por aquí? Es demasiado tarde para que estés despierta, ¿No crees? —preguntó Vlas, con un tono bromista. 

—No podía dormir y bajé a la cocina a tomar un vaso de agua, pero noté que la puerta estaba abierta así que vine a ver que estabas haciendo —respondió Leah, dándole algunos mordiscos más a la fruta hasta dejar solo el tallo.

—Ya veo... Bueno, no estaba haciendo nada especial, sólo esperaba a que llegara la mañana, quiero saber que tan importante es lo que Rhys tiene para decirme, y luego esperar hasta la reunión.

—Claro... ¿Entonces no tienes problemas de que me quede contigo hasta que sea la hora de irme? —preguntó Leah, simpáticamente

—Ningún problema, ¿Quieres hablar de algo en especial? Si no, no le encontraría razón a que te quedaras —preguntó Vlas.

—Sólo quería pasar tiempo contigo, ¿Hay algo malo en ello? —insinuó Leah, con una media sonrisa.

—Mira tú... Pero aunque tú no tengas preguntas yo sí tengo algunas —dijo Vlas, desprendiendo interés.

—Lánzalas, todavía tenemos tiempo.

—Sabes, desde el día de tu cumpleaños he tenido una duda en mente, luego de todo lo que dijiste de Lara ese día me gustaría saber qué pasó realmente contigo y con ella... ¿Me puedes decir algo? No lo sé, algo sobre el pasado de ambas, o tu forma de ser en esos años, lo que sea, si te soy sincero, se siente extraño haber oído todo eso de ti y de todas formas no haber comprendido en su totalidad tal expresión de sentimientos, sé que todo lo que dijiste tiene aún más trasfondo.

Leah escuchó esto y sonrió levantando la mirada hacia el cielo estrellado y pensó unos momentos que responder.

—Entiendo... A ver, empecemos por lo primero: Yo perdí a mis padres hace seis años, tenía doce, por lo que mi recuerdo de ellos sigue muy presente, ellos murieron en un accidente de tren cuando iban hacia la ciudad vecina de Raven, ahí está la segunda sede de la Corporación Harch.

—¿La empresa de Lara?

—Exacto... Ellos eran ejecutivos, muy importantes en su puesto, formaban parte de la Junta Directiva, luego de la guerra la empresa había entrado en una crisis, el anterior Director había sido asesinado y la nueva Directora era Lara, pero ella no estaba en el mejor estado mental ni emocional como para dirigir una multinacional, por eso le pidió expresamente a mis padres que se encargaran de dirigirla por unos meses, al menos hasta que se recuperara.

—Ya veo por donde viene la cosa.

—Ellos hacían viajes todas las semanas, y en uno de esos sucedió el siniestro. —Su piel se erizó sólo de recordar ese momento. Paró un segundo y luego de tragar saliva, siguió—. Al principio fue algo extraño para mí, porque aunque tuviera doce años y no entendiera muy bien la muerte, sabía que era algo malo, después de todo, había vivido una guerra y veía todos los días muertes en las noticias y en las calles, así que no era algo ausente en mi vida, pero fue diferente cuando esas muertes fueron las de mis padres, personas que me importaban realmente, eran lo único que tenía... Mi vida entera, y con su partida... Me había quedado sola —soltó esa última frase sintiendo un leve escalofrío. Miró a Vlas y él la miraba con reparo, a su vez advirtió que él tenía su mano apoyada en su hombro, y se sintió genuinamente segura—. Estuve un mes entero intentando asimilar sus muertes, porque aunque sabía que no volverían no quería aceptarlo, algo obvio, a todos los que perdimos algo nos sucede, pero no pude dejar de hacer lo que hacía todos los días, mi rutina no se rompió, no lloré, no estuve de duelo, nada... Sólo seguí con mi vida ignorando lo que había pasado, pero había un hueco en ella, sí, faltaban cosas muy importantes para que fuera igual que todos los días, pero intenté no arraigarme a esa pérdida... Y hoy me doy cuenta de que esa fue la decisión más errónea de mi vida.

—¿Estás diciendo que no lamentar la muerte de tus padres fue el peor error que hayas cometido?

—En otras palabras, sí... Yo conocí a Lara tres meses después de eso, ella estaba muy afectada, cargaba con muchas pérdidas en su espalda ya que para ese momento sus padres ya habían muerto, eso yo no lo conocía, lo que sí sabía era que ella tenía cierta culpa autoimpuesta por la muerte de los míos... «Yo debía haber sido quien estuviera en su lugar», fue lo que me dijo cuando le pregunté el motivo por el cual estaba tan mal, esas palabras fueron una llave para abrir la puerta de mis sentimientos reprimidos, todo lo que había guardado esos meses se lo solté en el rostro, le reproché todo, le grité tantas cosas que ni yo sabía por qué lo hacía, no sabía por qué estaba enojada con ella, no sabía de dónde había salido ese enojo, pero mi mente decía que debía encontrar un culpable, quizás ese fue el detonante, necesitaba alguien para canalizar mis lamentos, y esa fue Lara. —Cerró su puño con cierta impotencia, la misma sensación que había sentido aquella vez. Pero no era por la misma razón, era por saber el gran error que había cometido, y que tardó mucho tiempo en enmendar. 

—¿Por eso es que dices que fue un error no lamentarte antes? Porque si lo hubieras hecho no habrías tratado mal a Lara —asumió Vlas, con certeza.

Él conocía la sensación de no lamentarse, pero también conocía la de lamentarse, de todas formas alguien saldría herido. Él decidió tomar la segunda opción conociendo los antecedentes de Rhys, comprendió que era más fácil herirse a sí mismo que echarle la culpa al resto y terminar por lastimarlos a todos, todo terminaría por volver a él y luego no sabría qué hacer con el peso de saber que la inocencia que alguna vez tuvo fue destruida por sus propias acciones, acciones que a su vez destruirían su mundo y acabarían con todo lo que amaba... Él tampoco se quería ver en ese lugar.

—Claro... Luego de mi desahogo ella comenzó a llorar pidiéndome perdón, esa fue la primera y única vez que vi a Lara tan destrozada en los seis años que la conozco, y eso me llegó a doler mucho a mí también, el resentimiento y la represión me habían convertido en alguien desconocido, incluso para mí misma, llevándome hasta el límite de lastimar a otra persona solamente por capricho y dolor... Luego de ese día pasaron unos meses, no la volví a ver de nuevo, hasta que un día en el orfanato que estaba viviendo llegó un persona diciéndome que una familia había decidido adoptarme, yo no estaba totalmente segura de si quería tener una nueva familia, o vivir en otro lugar, sentía que traicionaba a mis padres al hacerlo, pero eso era sólo una inseguridad mía, obviamente mis padres querían lo mejor para mí, y vivir toda mi vida en un orfanato no era algo del todo beneficioso para mi educación y futuro... Así que acepté.

—¿Ella te fue a buscar?

—No... Fue Rhys —respondió, dándole gracia a la situación.

—Espera... ¿Qué? —preguntó Vlas, atónito. 

—Sí... Rhys fue quien fue a buscarme, yo no tenía ni idea de quién era, su rostro me parecía conocido pero todavía no concluía la idea de recordar de donde lo conocía, o quién era esa persona, sumándole al hecho de que era demasiado joven... Con su apariencia de adolescente no creí que él fuera la persona que me iba a adoptar.

—Quizás era el hijo de la familia que te iba a adoptar, ¿No crees?

—Pensé lo mismo, de hecho era la idea que me hice al no querer preguntar sobre su vida, pero todavía no termina la historia... Rhys me llevó a su casa, o sea, aquí. —Señaló la mansión—. Cuando la vi por primera vez me trajo demasiados recuerdos, como si ya hubiera estado antes, y estos eran por una simple razón... Realmente había estado antes, me di cuenta cuando entramos y en la puerta esperaba Lara... No quise entrar, pero Rhys, quien venía detrás de mí me empujó obligándome a entrar, y tras esto, cerró la puerta mientras se quedaba parado en esta... «Ya no es momento de que te quieras arrepentir», dijo: «Si hay algo de lo que tienen que hablar, háganlo ahora, las dejaré solas», y abandonó la habitación cuando sólo quedamos Lara y yo cara a cara... Listas para resolver nuestros problemas.

 

Seis años atrás...

 

Fons, Ash, Residencia Harch - 2 de Febrero - Año 520

 

LEAH

 

 Ella... Ella de nuevo había entrado en mi vida, creí que luego de haberla visto aquella vez jamás lo haría de nuevo, pero parece que el destino no nos tenía planeado caminos muy alejados.

 Y ahí estábamos, mirándonos cara a cara sin saber qué decir. No tenía pensado hablar hasta que ella diera las primeras palabras, sentía que no tenía nada de qué hablar con ella, así que sólo la miré esperando que hablara... Y así fue.

—Lo siento —dijo, con una tímida voz, y cabizbaja.

Quería ver su rostro mientras decía eso, pero sólo con su tono de voz se percibía a leguas el gran remordimiento que poseía, supuse que no levantar la mirada era una forma de demostrar que estaba muy arrepentida de lo que había sucedido.

—Quizás debería haber hablado contigo luego de lo sucedido, sabiendo lo que sucedió con tus padres puedo entender que hayas actuado así aquella vez, yo hubiera hecho lo mismo en tu lugar... Aunque estoy ignorando el hecho de que hice lo mismo —siguió, todavía con su actitud reservada.

Bajé la mirada y noté como sus manos apretaban con fuerza la parte baja de su vestido, sus manos estaban cerradas con tanta fuerza que sus venas se marcaban y hasta cierto punto su movimiento se asemejaba al de un temblequeo.

—¿Hiciste lo mismo? —pregunté confundida, esas palabras sólo me hacían entender que ella también había perdido a sus padres, pero no quería sacar conclusiones apuradas, por lo que sólo decidí escucharla hasta conocer su historia.

—Mis padres murieron hace unos meses, y al igual que tú, por ocultar mis sentimientos, terminé por desahogarlos en otras personas, situaciones o hasta en mí misma, autodestruyéndome... Sé que quizás creas que no es lo mismo, porque como has visto, tengo personas a mi alrededor, y puede que no esté totalmente sola como tú, en mi visión no lo es, por eso luego de que me dijeras esas cosas entendí tu posición e intenté hacer algo para mejorarla, hasta que mi novio me dio la idea de hacerme cargo de ti, por eso te adopté, no te estoy pidiendo que me lo agradezcas ni tampoco lo hago por caridad, pero realmente siento demasiada culpa por la muerte de tus padres, ellos me hablaban mucho de ti, estaban demasiado orgullosos de su hija, te adoraban demasiado y velaban por tu futuro de la misma manera... Ellos también hicieron mucho por mí y mi familia, por eso creo que darte las herramientas para que tengas un futuro y cumplir con su voluntad a la vez que darte un camino para que al menos seas feliz a tu manera es lo mínimo que puedo hacer —ella terminó de hablar. Y realmente no comprendí muy bien lo que me había dicho.

¿Lo estaba haciendo por culpa o realmente sentía que podía ayudarme? No lo había dejado en claro, y aunque se notaba una acción demasiada genuina y empática, no me iba a quedar con esa duda.

—Lara... No sé qué sucede contigo, tampoco es algo que me interese, tienes tu vida y puedes hacer lo que quieras con ella, pero si realmente quieres ayudarme o al menos hacerme sentir bienvenida en tu hogar, no cargues con la culpa de que mis padres hayan muerto, porque eso me hace sentir que sólo soy una herramienta para satisfacer tu necesidad de redención, si lo haces por ti sólo dímelo, lo entenderé y no me molestaré contigo por hacerlo, no soy una niña y comprendo todo lo que sientes, pero sólo necesito que seas sincera conmigo.

—No lo hago por mí, si fuera así sólo te hubiera hecho una transacción con mucho dinero y te hubiera dejado arreglarte con eso, pero en cambio te adopté y te traje a vivir a mi casa para que recuperes algo de confianza y devolverte un poco del calor de una familia, sé que nunca será igual que con tus padres, probablemente jamás pueda tener un poco del cariño que ellos sí tuvieron de ti... Pero todo eso no me importa, sólo quiero que tú puedas seguir tu camino con prosperidad, sólo eso me haría sentir feliz a mí, porque lo perdí todo, y ya no tengo nada por lo cual seguir adelante... Nada excepto tu presencia en mi vida, Leah... Quiero que seas feliz. —Su voz representaba dolor y tristeza a la vez.

Realmente era una chica dañada, la culpa de la muerte de mis padres formaba parte del gran círculo de sentimientos autodestructivos que ella tenía a su alrededor. Ella era una chica hermosa, eso fue lo que aprecié de ella en primer lugar, pero incluso siendo demasiado atractiva, no se llegaba a vislumbrar con plenitud en consecuencia de la obvia tortura que la invadía y la destruía lentamente. 

 Para mí era normal que una persona actuara así, y no podía culparla por eso, de hecho estaría siendo hipócrita si lo hacía. No quería profundizar en lo que sentía, ni tampoco escarbar en su pasado y vida privada, pero sólo con esas palabras era demasiado expresiva, por lo que pensé: ¿Realmente importaba si lo hacía por culpa o para alimentar su ego? Ella me estaba dando la posibilidad de un futuro, aunque lo hiciera por culpa era una gran acción, ella no era mala ni alguien interesada, sólo estaba lastimada y quería curar esa herida. Si yo era la cura no podía hacer menos, la iba a ayudar, ella no debía pedirme perdón por un accidente del cual no tuvo control, no tenía que pagarme nada, de hecho, la única persona que tenía una deuda en ese momento era yo... Con ella.

—Lara... No es tu culpa que mis padres hayan muerto, creo que te lo tendría que haber dicho al principio, te hice sentir mal y te obligué a adoptarme para que al menos te sintieras mejor contigo misma, realmente no me importan las razones por las cuales lo hiciste, sólo importa que lo hiciste, y en eso sí tengo que agradecerte, quizás empezamos con el pie izquierdo, pero no tengo problemas en que podamos mejorar nuestra relación con el paso del tiempo, sólo si no te has arrepentido de tu decisión.

Pude ver como la expresión de su rostro cambio en un segundo de angustia a felicidad, me miraba con una sonrisa y no decía nada, probablemente se había quedado sin palabras.

—No creo que se arrepienta de su decisión jamás, es lo que ella siempre quiso. —Escuché una voz a mis espaldas y cuando volteé vi al chico guapo que me había ido a buscar en primer lugar... ¿Su novio?—. Por cierto, soy Rhys Windsor, la pareja de Lara, desde este momento soy tu padre legal, o tutor, o hermano mayor... Como tú me quieras llamar, no me molesta que me digas Rhys si es lo que quieres —dijo, con una sonrisa, acercándose a Lara luego de pasar a mi lado—. Ven, mi amor... Ya pasó, todo está bien ahora. —Le dio un abrazo, y ella hundió su rostro en sus brazos. La escuché llorar.

—¿Está bien? —pregunté algo preocupada, certificándome de que ella no estuviera llorando por mi culpa. 

—Así como le dije a ella: «Todo está bien ahora», sólo está emocionada por la situación —respondió Rhys, todavía con Lara en sus brazos—. Entonces, con las cosas arregladas, debería decir... Bienvenida a casa Leah. —Sonrió con simpatía. Esas palabras suavizaron mi corazón, y le respondí con una sonrisa también, extrañamente ese chico tenía un cualidad que me hacía sentir cómoda luego de lo sucedido, con sólo una sonrisa, quizás lo más atractivo de él ni siquiera fuera su apariencia, sino que su carisma—. Puedes subir por esas escaleras y caminar por el pasillo, en la tercera puerta a tu derecha verás un cartel con tu nombre, ahí es tu habitación... Lara se pasó la noche ordenándola y decorando el cartel. —Señaló las escaleras que llevaban a la planta alta.

—¿En serio? —pregunté sorprendida, ligeramente un entusiasmo comenzaba a crecer en mí.

—No sé cuál es tu color favorito, pero usé el violeta... Espero te guste, si deseas puedes cambiarlo.

Escuché su voz mostrando un poco de su rostro mientras Rhys todavía la sostenía entre sus brazos.

—No tengo color favorito, pero creo que me acabo de decidir por uno. —Comencé a caminar con rapidez, y subí las escaleras a toda velocidad—. Oh sí, lo olvidaba... Gracias por esta oportunidad... Sé que ninguno de nosotros ha sido del todo feliz en nuestras vidas, pero creo que juntos podemos salir adelante, y llegar a ser muy unidos.

Di una vuelta luego de mis palabras y los vi a ambos mirándome sorprendidos.

En un movimiento rápido Rhys me dirigió su mirada y entendí la señal en sus ojos cuando la bajó hacia Lara. Ella tenía una inmensa sonrisa dibujada en su rostro, y escuché unas palabras luego de su reacción:

—Pienso lo mismo, Leah... Bienvenida a casa. —Su voz había cambiado a un dulce tono esta vez... Esa era ella, esa era la persona que me había adoptado, y desde ese momento supe lo distinta que sería mi vida a su lado... Al lado de ambos. 

 

Presente...

 

Fons, Ash, Residencia Harch - 22 de Marzo - Año 526

 

—Y así fue como terminé aceptando que me adoptaran... Lo que pasó después creo que lo sabes, se convirtieron en personas demasiado importantes para mí, quizás lo único que tengo actualmente... Ellos son mis padres, mis únicos amigos, y la razón por la cual sigo adelante día a día intentando cumplir mi sueño... Ellos son mi vida —terminó Leah, con una sonrisa.

—¿Los vas a visitar? —preguntó Vlas.

—¿Qué?

—A tus padres, ¿Los visitas?

—Oh, claro... Sí, voy al cementerio casi todos los domingos... A veces necesito estar sola con ellos y ahí es el mejor lugar... Donde estamos solos, y puedo contarles todo lo que siento, quizás no me puedan responder, pero sé que me escuchan, y sólo eso es necesario. —El tono de Leah era nostálgico.

—Te entiendo... Aunque ya no lo visito seguido por culpa de todo lo sucedido ahí, cuando vivía en Remia era recurrente en la tumba de mi hermano, ciertos momentos necesitaba al menos sentir que pasaba tiempo con él, también hace una semana fui a visitar a Zenda, le dejé flores y un regalo por su cumpleaños, y al igual que cuando visitaba a Demian, sentir que al menos estaba ahí por un rato... Conmigo —dijo cabizbajo. Él solo quería que estuviera con él de una sola manera... Pero ya era imposible.

—¿Cuántos años tenía ella cuando sucedió? —preguntó Leah, con curiosidad.

—Mi edad... Dieciséis años. —Observó el rostro de Leah y bajó la mirada otra vez.

 Leah lo miró en silencio, quería decir algo pero tenía miedo de cómo reaccionaría Vlas, y al no quererlo hacerlo pasar por un mal momento sólo procedió a tragarse sus palabras.

—Estuve diez años pensando que si ella se iba me moriría... Y mira, no estoy muerto, a eso se refería cuando me dijo que tenía que aprender a «vivir por mí», todavía no sé si lo aprendí, todavía me siento culpable por su muerte y la mayoría de veces que las situaciones me salen mal pienso que si ella hubiera estado aquí quizás sería mejor, aunque sí, probablemente mi vida sería mejor si no hubiera muerto pero ahora ya no hay vuelta atrás... Haga lo que haga sé que ella no volverá... Ella nunca volverá.

Esos melancólicos sentimientos que sentía cuando visitaba aquella montaña al norte de Ash volvieron. No había pensado en Zenda por mucho tiempo, comenzó a ver innecesario desconcentrarse de lo que tenía frente a él en aquel momento, su cada vez más arduo entrenamiento lo hizo distraerse de sus pensamientos, pero desde su cumpleaños ella había vuelto a su memoria, y como lo sabía, todos tenían un día el cual existía para recordar... Parece que ese era el de él.

Todavía con Zenda en su mente, siguió en silencio, no levantó su cabeza y olvidó el hecho de que estaba siendo acompañado en ese momento. Pero volvió a tierra cuando sintió como los brazos de Leah comenzaban a rodearlo, y un ligero peso se apoyaba en su espalda.

—¿Qué haces? —preguntó riendo.

—Abrazándote, no sabía cómo animarte con palabras así que opte por acciones, creí que lo necesitabas —respondió Leah, acercándose a su oído mientras seguía apoyada en su hombro.

 —Gracias... Sí que lo necesitaba —dijo Vlas, levantando la mirada. No sabía que justo el rostro de ella estaba a su lado, lo descubrió cuando cruzó su mirada con la de Leah.

 Ambos se sonrieron cuando el viento primaveral de la cercana mañana comenzaba a soplar. Vlas apreció como los dorados cabellos de Leah volaban con la brisa, algunos taparon su rostro y entre risas la ayudó a quitárselos de la cara. Leah era tan linda, Vlas lo había notado muchas veces, desde esa primera vez que la vio en Remia, hasta su salida en Fons, y el catalizador fue ese día de su cumpleaños, cuando tuvo esos pensamientos sobre ella, y deseó vivir ese sueño que ella creó en su mente, reviviéndolo en esta una y mil veces... Pero esta vez estaba mucho más cerca que todas las anteriores, y eso que sentía se volvió incluso más evidente, más vívido... Anhelarlo ya no era una ilusión, era una realidad, y no existiría mejor momento para que esa mirada se prolongara por más tiempo del que deseaba, esa sonrisa, esa belleza... Quizás sí tan solo: «Ámala... Sé que quieres ser feliz... No pierdas la oportunidad... Vlas Windsor... Tú eres el único capaz de elegir aquello que te hace feliz».

—Leah... Perdón, no sé qué me sucedió —dijo Vlas, retrocediendo al apoyar sus manos en el suelo.

La había besado.

—Ey, quédate tranquilo, fue sólo un beso, tampoco es el fin del mundo —respondió Leah, peinando su cabello detrás de su oreja—. Creo que tengo que irme de hecho, se me hizo tarde —agregó, señalando la casa.

—Claro... Puedes ir tranquilamente —dijo Vlas, evitando su mirada, su rostro había quedado rojo.

—Gracias por escucharme, Vlas —dijo Leah, al ponerse de pie—. Nos vemos luego. —Se alejó hasta abrir la puerta trasera y abandonar el patio al entrar a la cocina.

—De nada, Leah —ella no lo había escuchado decir eso, pero Vlas vio el gesto final de ella antes de cerrar la puerta... Le guiñó el ojo—. Imbécil, imbécil, imbécil —maldijo, golpeando el suelo repetidas veces—. Tenías que arruinar la situación así, eres un imbécil. —Tomó su cabeza con las dos manos y se lanzó hacia atrás cayendo de espaldas al césped, quedó boca arriba, mientras apreciaba el cielo despejarse sintió la necesidad de confirmarlo, para sí mismo más que nada—. Tal sueño se volvió realidad... ¿De qué quería resignarme? Todo aquello que quise ignorar... Al final, sucedió... Estoy enamorado de Leah.

«Hace mucho tiempo lo estoy».

 

En la tarde...

 

Fons, Ash, Valle de Ash - 22 de Marzo - Año 526

 

—Hoy ya es la última lección teórica sobre la Energía del Alma que te daré yo, luego de esto ya sólo tendrás que entrenar y entrenar para fortalecerte, ni siquiera ha comenzado el verdadero entrenamiento —dijo Rhys, dando largos pasos en su camino—. ¿Te sucede algo? He visto que desde la mañana has estado extraño —agregó.

—Bueno... Algo así, pero es externo al entrenamiento, no creo que afecte a lo que me enseñes —respondió Vlas, quitándole importancia, estaba concentrado en seguir los pasos de su hermano.

—No del todo, el estado emocional afecta demasiado al funcionamiento de la energía, que directamente también afecta al del Scire, es un efecto dominó... ¿Me vas a decir que te sucede? —insistió.

—Leah y yo... Nos besamos —respondió Vlas.

 Rhys, quien seguía con la mirada puesta en su camino, sonrió.

—Así que era eso... Ya me lo veía venir, cuando en el almuerzo de hoy cada vez que cruzaban miradas se ponían nerviosos pude notar que algo así había pasado... Pero ahora que lo pienso, ¿Cuál sería el problema?

—Que se trata de Leah.

—Sí... Y es una chica como cualquier otra, cuando yo besaba a una chica en lugar de sentirme tan incómodo como tú, me ponía feliz —declaró Rhys, riendo.

—Pero no funciona así para mí, Rhys... No es una chica cualquiera como dices, es Leah, y creo que esto que me pasa con ella es algo más que sólo atracción.

—¿Acaso estas confundido con lo que sientes por ella? ¿O sólo no quieres aceptar que te enamoraste de Leah? Vamos, no seas tonto, ¿Qué tiene de malo haberte enamorado de alguien como ella? Si es una chica hermosa, de hecho, si te pones a pensar... ¿Cómo no hacerlo? —preguntó Rhys—. Ella es tierna, graciosa, sensible y afectuosa, tan empática como amable, dedicada y tenaz, puede verse algo tímida y solitaria, pero es inmensamente humana, y su mirada... Su mirada es el amor en sí mismo... Ella vio algo en ti, Vlas... Algo que la conmovió hasta el alma, ¿Y tú? ¿Te vas a quedar en ese lugar para siempre? ¿O quieres saber lo que es?

—Todo eso que dijiste... Todo eso es tan poco para describirla... Ella es magnífica, ¿Puedo decirte lo que pienso de ella?

—Dime.

—Me gusta estar a su lado, oír su voz y apreciar su firme mirada... Soñé con ella mil vidas, donde sostenía mi mano y me mostraba el camino... No lo sé, Rhys... No quiero creer lo contrario, pero... Si llegara a amarla, y encontrara en ella mi felicidad... Ese camino que quiero recorrer, ¿Dependería de mí?

—¿Tú amor depende de ti?

—Depende de mi corazón... Y no puedo controlar lo que este deja salir.

—Tú no eliges a quien amar, pero si eliges que ese amor se haga realidad... Tú recorrerás ese camino por tu propia cuenta... Eligiendo ser feliz a tu manera... ¿Crees que amarla no depende de ti?

—Es que... Volver a amar... No lo sé... Todo lo que pasó con Zenda, su recuerdo fue lo que me llevó a sentir esto en primer lugar, y yo... No puedo formar parte de un dilema toda mi vida... Y elegir que ese amor se haga realidad es la resolución a tanto que quise dejar atrás.

—No te puedes rendir en ese sentido, Vlas... Nunca vas a dejar de amar, porque el amor es la base de la vida, y si quieres correr de este... Sólo sufrirás... Eternamente.

«Nada es eterno, ni siquiera el amor, pero quizás sí la sensación de querer amar... Y eso es suficiente para que este vuelva, una y otra vez». Zenda le dijo eso aquel día, cuando él eligió su amor, presagiando su vida, su camino... Ella no tenía idea de lo que sucedería en el futuro, él menos aún, pero igualmente pudo ser capaz de abrir paso a tantas secuencias de recuerdos, donde el amor siempre estuvo presente, y terminó dándole razón... Como se la daría siempre... Porque sí... Este iba a volver... Una y otra vez.

—Creo que no entendiste muy bien a lo que me referí, Rhys... Todo esto sucedió porque anoche hablamos algunas cosas sobre nosotros y le conté lo que sentía con respecto a estos meses que pasaron desde que Zenda ya no está a mi lado... Y ahora siento que lo hice porque quería que terminara de hablar sobre Zenda, no la quería tener en mi cabeza en ese momento, por eso dirigí la situación hacia otro lado besándola... Pero eso es sólo una excusa estúpida, Zenda no tiene nada que ver en esto... Yo no quiero amar a Leah sólo por querer dejar de amar a Zenda... No quiero olvidar eso que sentí, no quiero reemplazar nada tampoco —respondió Vlas, sintiéndose agobiado.

—Eres joven, Vlas... Amarás tantas veces en el correr de tu vida que algunas ni siquiera las notarás hasta mucho tiempo después... Amarás tanto, que cada uno se grabará en tu alma con fuego... No vas a olvidar nada... El amor no se olvida.

—Entonces... Si quiero amarla... ¿Qué debo hacer?

—Bueno, si ese el caso sólo hay una solución para tu disyuntiva: Ver que sintió cada uno con ese beso y ponerse de acuerdo a cómo van a seguir desde ahora, listo... Leah ya tiene dieciocho años y tú estás por cumplir diecisiete, tienen la madurez necesaria como para resolver esta situación entre ustedes, una situación realmente cotidiana a su edad, tampoco hagamos un escándalo de un simple beso —respondió Rhys, todavía sonriendo—. Si yo me hubiera preocupado por cada beso que di en mi adolescencia no podría haber vivido en paz —bromeó—. Al final... Amar no es una decisión, es un proceso, y eso ya lo sabes.

—Sí, sí, lo entiendo... Y realmente lo arreglaré con ella, sólo te dije todo esto porque tú me lo preguntaste, además se trata de Leah, y tú la conoces bien, encima de eso, siendo ella tu hija supongo que Lara ya debe de tener conocimiento, y tarde o temprano te lo iba a contar.

—Tienes razón... Aun así, quiero decirte algo muy importante: No importa lo que haya pasado con Leah, no importa lo que sientas por ella ni tampoco importa si quieres a futuro comenzar algo, no la compares con Zenda, no lo hagas por nada del mundo, ni siquiera debería haberte pasado por la cabeza hacerlo... Zenda y ella son dos personas distintas con distintas influencias en tu vida y en distintas etapas... Lo repito, no lo hagas, estarías faltándole el respeto a ambas... ¿Entiendes Vlas? —preguntó, buscando la confirmación de su hermano con firmeza, él se había quedado en silencio a sus espaldas.

—Si... Lo sé, Rhys... Sólo hablaré con ella sobre eso más tarde, no quiero arruinar nuestra relación.

—Mejor así... Ahora, continua siguiéndome, tengo algunas cosas que explicarte y mostrarte —dijo Rhys, sin cortar su caminata.

 Vlas lo siguió, pero aunque se moría por saberlo, no podía ver lo que Rhys hacía metros adelante, sólo veía oscuridad, cientos de abedules lo rodeaban en su camino, el olor a humedad se hacía notar, no lograba apreciar el cielo con tantas ramas entrelazándose sobre él, y con el frío haciéndose presente a través de un fuerte y seco viento. Se adentraron aún más profundo en el lugar, Vlas miraba alrededor y sólo seguía viendo árboles y más árboles que a medida que llegaban al centro se hacían más y más altos también, vio algunos arbustos en el suelo, distinguió zarzamora, era su favorita cuando visitaba el parque en Ajax. Cuando llegaron al final del camino este se abrió en cinco caminos, le sorprendió ver animales por primera vez en su pasaje, algunas ardillas saltando entre los árboles y corriendo entre sus piernas, también escuchó un ruido a sus espaldas entre los arbustos, y vio salir un gran venado, parecía haberse asustado de su presencia. 

—Rhys, ¿Cuándo llegaremos? —preguntó, ya se encontraba arrastrando sus pies.

Habían tomado el camino del medio, y este no cambió en nada el ambiente, siguió viendo exactamente lo mismo, y ya se había tornado aburrido.

—No te precipites Vlas, ya llegaremos —respondió su hermano, quien no parecía estar para nada afectado por la caminata.

Vlas no contó el tiempo el resto del camino, pero juró haber caminado por horas, hasta que al fin llegaron a su destino. Un sendero que se alzaba a la vista en una inmensa montaña.

—Llegamos, aquí es.

Rhys señaló frente a él una larga y gigantesca cadena montañosa que Vlas reconoció al instante.

—Es la frontera con Remia... ¿Acaso caminamos por todo el valle de Ash hasta llegar aquí? —preguntó Vlas, con sus brillantes ojos verdes volviéndose aún más verdes al apreciar el frondoso paisaje frente a él.

—Así es... El Monte Shin, la montaña más alta del mundo... ¿Jamás la habías visto con tus propios ojos?

—No, incluso cuando vivíamos en Remia nunca fui más allá del norte de Dunch o Ajax, las únicas elevaciones que vi alguna vez fueron las leves colinas que rodeaban Gala y Crystel —respondió Vlas, todavía inmerso en la vista de ese pedazo de roca gigante que parecía llegar hasta el cielo, incluso no se veía su punto más alto, este estaba cubierto de nubes.

 —Por allá se encuentra Prince y más al oeste Draco, ahí comienza la zona desértica de la nación de Fons, las montañas se convierten en arena y al llegar al Gran Desierto de Infiana lo único que ves son los infinitos granos dorados del lugar... Parece una condena que nunca termina —dijo Rhys, señalando con su dedo índice a su izquierda, más allá del oeste que antes había mencionado.

—El mundo es inmenso, ¿Tú lo has recorrido todo?

—Me faltan algunas partes... Entre ellas toda la nación de Bellum Giant al sur, y las Islas del Rey al este de aquí, en el medio del océano. —Señaló esta vez al lado contrario.

—¿Las Islas del Rey son parte de Fons?

—Dicen que fue la primera capital de la nación hace quinientos años, el primer hogar del rey Delta..

—Rhys... Creo que ya es momento de que lo aceptemos, ¿Cierto? —Vlas lo miró con obviedad, y Rhys asintió soltando una risa.

—Así es Vlas... Obviamente Delta fue un poseedor del Scire, ni siquiera debería ponerse en duda... Ese poder fue lo que lo elevó al estatus de un dios en primer lugar, y lo que hizo posible toda su conquista... Su historia está tan llena de enigmas que no se han podido responder con los años, no se sabe nada de su vida antes de ser conquistador, sólo que su lugar de nacimiento fue ahí... En las Islas del Rey, hace más de quinientos años, y probablemente en ese lugar sea donde se encuentren las respuestas a todos los misterios que rodean a Delta, y su extraña muerte luego de dominar el mundo entero. —Alzó su imperiosa mirada y la dirigió al este, se perdió entre las montañas que se amontonaban una arriba de la otra—. O quizás sólo se aburrió luego de haber logrado todo lo que se propuso, y desapareció para vivir en paz... ¿Quién sabe? —añadió quitándole importancia a la situación. Luego de un leve silencio de su parte, volvió a caminar.

—Oh por Sun, no de nuevo —se quejó Vlas. 

—Quédate tranquilo, solo quiero mostrarte algo rápidamente —dijo, abriendo sus brazos, y en un pestañeo, eliminó toda la vegetación a su alrededor, quizás en un radio de diez metros, no quedó nada más que tierra y polvo.

—Wow... Eso fue algo bastante sorprendente, podría decir que no me lo esperaba, eliminaste todas esas plantas de la raíz solo moviendo tu mano. —Vlas señaló la situación, y con alta sorpresa, se acercó a su hermano quien le hizo un ademan.

—Así tendremos una mejor vista del lugar —respondió Rhys, activando su sello—. Vlas, quiero que mires aquella parte de la cordillera, ¿Lo ves? —Señaló un grupo de montañas que se encontraban flanqueando al Monte Shin, eran de la mitad de altura que este pero de todas formas su inmensidad era considerable. 

—Sí, la veo... ¿Qué sucede con...? —no terminó de formular esa pregunta cuando se quedó sin palabras, y todo su cuerpo se tensó.

 No sabía lo que estaba sucediendo, y un miedo naciente se hizo presente, pero la situación se había vuelto tan hipnotizante que no pudo desviar la mirada por un segundo, aunque todo estaba pasando muy rápido. La montaña caía lentamente al verse partida por la mitad, era gigante y la caída parecía una calamidad que destruiría el mundo, todo se venía abajo... Ahí supo de dónde venía ese miedo... Le recordaba aquella vez en Ajax y la caída de asteroides.

—Rhys... Dime que eso no es un ataque. —Vlas esperó lo peor, pero cuando giró hacia su hermano este estaba tan sosegado que lo único que pensó fue que todo era acto suyo.

No se movió, seguía paralizado, pero ya no por el miedo, sino que por la maravilla que para él significaba ver ese espectáculo natural... Aunque si había sido obra de Rhys no lo era tanto. Ya había vuelto en sí cuando la mitad de la montaña comenzó a deslizarse de su lugar, cayendo como una avalancha sin freno hasta chocar contra las demás que la rodeaban y dispersarse por el lugar.

—Quédate tranquilo... Fui yo —dijo Rhys, orgulloso de sí mismo—. Me gustó la forma en la que se vio, parecían efectos especiales de una película de catástrofe —añadió riendo.

—No... No puede ser... ¿Qué carajos fue eso Rhys? —preguntó Vlas, con su mente ahora menos pasmada, pero con la misma cantidad de asombro que empezó a tener cuando el suceso inició.

—Eso es algo demasiado fácil, sólo fue un corte superficial —respondió Rhys, al pasar al lado de su hermano acarició su cabello—. Eso es a lo que debes aspirar —agregó.

—¿Ese es el punto máximo del Scire?

—¿Eso? ¿El punto máximo del Scire? —rio—. Eso no es nada, un ataque de ese índole ni siquiera podría hacerme un rasguño, eso no puede ser nunca el punto máximo del Scire.

—¿Entonces? Eso no es algo que pueda hacer cualquiera, ¿O sí?

—Sí, y no... Pero ahora que lo dijiste, te explicaré lo de las condiciones.

—Bien, te escucho —Vlas respondió, volcando su atención a Rhys

—¿Recuerdas cuando te hablé sobre mi Possessionem y te dije que tenía ciertas limitaciones?

—Sí, me dijiste que era porque al ser de la misma sangre, parte de tu alma también era de nosotros, o algo así, por lo que si esa persona tenía un buen control de energía podía revertirla fácilmente.

—Exacto... Bueno, eso es una condición... Empezaré con lo básico: El cuerpo es sólo una extensión de todo lo que conocemos como alma, y como dije aquella vez, el espíritu y la mente son inmateriales e inmortales, por lo que si modificamos un poco estas, terminaremos por modificar el cuerpo también... En eso se basa una habilidad condicionada, le ponemos condiciones a nuestra alma para que en base a su energía, y a un periodo de tiempo definido de igual manera, deje que todas las secciones de estas se despierten y permitan utilizar alguna técnica que sea parte de nosotros mismos —explicó Rhys.

—Claro, entiendo, ¿Tú tienes alguna? 

—Sí... Varias, las más poderosas son condicionadas, si no, podría hacer cualquier cosa sin tener una consecuencia —rio... Aunque sabía que en realidad no era tan así.

 Rhys poseía más de una habilidad condicionada, pero en su caso sólo eran las más avanzadas del Scire, habilidades que sólo funcionaban si este estaba dominado al 100%.

 La que más condiciones tenía era la antes mencionada, Possessionem.

 Condiciones del Control de Almas:

 Primera condición: Dominio de las tres áreas del alma. 

 Segunda condición: El usuario debe tener igual o mayor energía que el rival.

 Tercera condición: El control sólo se puede utilizar en el lapso de un minuto.

 Cuarta condición: Se necesita al menos diez segundos para activar el control.

 Quinta condición: No funciona con personas de la misma línea sanguínea que el usuario.

—No solo sucede con esa habilidad, mi teletransportación no funciona si antes no pongo un sello con un poco de mi energía en el lugar u objeto que quiero teletransportar... Y luego está la Desintegración, la cual sólo puedo usar si el objeto que quiero desintegrar está hecho totalmente de materia y no tiene siquiera una pizca de Energía del Alma —explicó, quitándose los lentes de contacto.

—Wow, me gusta ese color de ojos, supuse que se podía hacer algo así —dijo Vlas, observando cómo los ojos de su hermano se tornaban en un color fucsia brillante.

—No es lo que piensas Vlas, no es algo básico como cambiar el color de ojos, son una extensión del Scire y se llaman «Ultra Omnes» en su idioma original y «Rexyss» en shi... Yo les llamo Ojos del Alma, se me hace más fácil, si quieres puedes hacer lo mismo.

Vlas notó que Rhys ignoró el significado del nombre de su habilidad en shi: «El rey que se eleva por encima de todo». Era el mismo significado que tenía su propio nombre en indyl. El idioma de su descendencia, del antiguo Imperio Indil. Eso sólo significaba una cosa; o era una coincidencia, o el nombre de Rhys estaba influenciado por esa habilidad, el poder de un rey o quizás de un dios... Aunque en esa época normalmente los reyes eran considerados dioses entre humanos, véase Delta Ex Fons.

«El rey que se eleva por encima de todo» fue el significado que su madre había elegido para el nombre de Rhys luego de que él naciera, pero la opción fue dada por Rygal, el cual el significado de su nombre en indyl era: «El único iluminado».

Rygal no hacía nada por coincidencia. Si desde ese momento tenía planeado el destino de Rhys su jugada le había salido demasiado bien, ya que al final, el nombre de Rhys le daba significado a su poder, y a su insignia como rey o ser superior. Su cabeza se llenó de dudas. Rhys no había mentido aquella vez cuando le dijo que detrás del plan de su padre se encontraba algo mucho más oscuro y trascendental, no era simple ambición, era mucho más que eso... Y todos estaban involucrados, si el destino de Rhys estaba unido a tanto tiempo atrás eso significaba que la tragedia de su familia no se radicaba solamente a Rygal, sino que a los inicios de Remia, el pasado Indil, o las guerras mundiales. A Fons, Filii Dei y Bellum Giant. A esa pelea que decidió el destino del mundo, y el legado de Delta Ex Fons... Era mucho más... «Una historia que se repite», los siete impactos, y ese salvador... Rhys... Rhys era mucho más... Rhys no era sólo su hermano... Rhys era un ser único destinado a la grandeza... Esa era la respuesta a tanto poder... Así que era eso.

—Espera... —lo interrumpió. Rhys lo miró confundido—. No, nada, creí que había escuchado algo —añadió, ocultando la razón inicial de su pausa.

En ese momento se percató de que Rhys era sumamente inteligente y culto, una persona con el conocimiento del mundo entero, de culturas, de idiomas, religiones, sociedades, políticas, fenómenos y poderes. Rhys no dejaría pasar un detalle tan importante sólo porque sí, por eso, Vlas cayó en cuenta de la principal razón por la que no dijo nada sobre la similitud entre el significado de su poder y su nombre. Él ya lo sabía, y no quería hablar de ello. Quizás era algo que quería ocultar hasta que descubriera el sentido de tal coincidencia, o las razones de Rygal para llamarlo así, y lo oculto detrás de su plan.

No iba a subestimar a su hermano de nuevo, él debía de tener algún as bajo la manga, algo que llevara años preparando, algo que todavía no estaba terminado, y por eso no quería hablar de ello.

—¿Seguro? Pareces algo confundido.

—Sí, no comprendí muy bien ese poder... O sea, ¿Es una habilidad ocular?

Desvió la conversación hacia otro lugar, dejando de lado toda la hipótesis que había formulado. Quizás sería interesante en otro momento, pero no en ese.

—Exacto, la primicia y lo más básico que te puedo explicar es que aumentan el poder del Scire hasta el infinito.

—Eso suena muy loco... ¿Y cómo funcionan? —preguntó, emocionado.

—La puerta del alma son los ojos, siempre usamos la expresión «ver más allá» para referirnos a algo que no se pueden ver con unos simples ojos humanos, bueno, el Scire trae esa metáfora a la realidad, y hace que estos ojos realmente te hagan ver más allá.

—¿Cómo? Espera, déjame entender, ¿Tú puedes ver la Energía del Alma, y las demás secciones del alma inmateriales pero como si fueran materiales?

—Sí, puedo hacer eso... —rio Rhys, con insignificancia—. Pero al mismo tiempo puedo ver tan detalladamente el espacio que puedo ser capaz de notar una partícula a kilómetros de distancia, también puedo guardar todo lo que vea en mi mente y rebobinarlo las veces que quiera en menos de una milésima de segundo, también potencian el control de la energía a una precisión tal que puedo crear un agujero negro con un solo dedo alterando un átomo... Sé que suena increíble Vlas, pero si es posible —explicó Rhys, colocándose sus lentes de contacto de nuevo.

—No... Te creo, sé que no me estarías mintiendo, pero hay algo que no me cierra, ¿Cómo fue que los despertaste? —preguntó Vlas, con curiosidad—. ¿Desde cuándo eres la persona más fuerte del mundo?

—Ja... Esa es una larga historia, para otro día, pero lo que si te puedo explicar es cómo se despiertan, no es un proceso difícil, de hecho es más difícil controlarlos. —Rhys se sentó en el suelo y encontró comodidad estirando sus piernas con su mirada puesta en aquel pedazo de montaña que faltaba—. A ver... Cuando dominas el Scire al completo tienes la posibilidad de potenciar ese poder aumentando tu cantidad de energía, eso se puede hacer de dos maneras: Una de esas es asimilando otros Scire, a eso me refería cuando dije que había nuevos poseedores, la mayoría de ellos heredaron ese poder de las dinastías a las que pertenecen, si tienes la misma sangre que un poseedor puedes llegar a heredar su poder... Pero ese no es el único camino para potenciar tu Scire, el otro es con los Ojos del Alma... Supongo que has escuchado alguna vez la frase de: «La humanidad no es parte del universo... La humanidad es el universo mismo» —apenas terminó de decir eso, Rhys miró a Vlas, quien asintió con una sonrisa. El chico había recordado esa charla con «Ser», el día que obtuvo su Scire—. A todos nos dicen lo mismo... Pero eso tiene una sola razón, para un poseedor del Scire la única forma de controlar el espacio a merced y convertirse en el universo es dejando de lado la vida y con una voluntad más allá que su existencia, quizás también habrás escuchado mil veces que la única manera de alcanzar la iluminación y hacerse uno con el universo es a través de la meditación y la paz, pero eso es erróneo, no se le puede inculcar esas enseñanzas a personas que no viven a través de la paz, todos somos diferentes y de las tantas razones que hay para existir no podemos sólo basarnos en la serenidad de una persona para que se convierta en un iluminado, y sí, lo único que necesitamos para llegar a ser el universo es un sentimiento que sea tan fuerte que sostenga nuestra existencia misma, de ahí viene el potencial del Scire, el control del universo en un sello... Esto hace que el máximo poder de este sea igual que la existencia misma... Infinito.

—Todos somos uno, uno somos todos —musitó Vlas.

—Así es... El individualismo es debilidad, la debilidad es lo contrario a la fortaleza, y la fortaleza atrae evolución, y dime... ¿Hemos evolucionado?

—¿Sí?

—No lo sé... Lo que sí sé es que debemos aprender de nuestros propios errores, pero de la misma forma, dejar de pensar en que somos lo único que importa, porque a pesar de que nuestra vida es sólo nuestra... ¿Todo lo que nos rodea lo es?

—¿Tiene sentido siquiera creer que pensando un poco en uno mismo nos separamos de la humanidad?

—No, pero lo que tiene sentido es que quererlo todo es la perdición, y en la perdición, ¿Dónde quedan los sentimientos?

—¿Qué tienen que ver los sentimientos en todo esto?

—Es que todavía no te conté cómo se despiertan. —Alzó su dedo hasta cerca de su ojo—. Mira, como dije antes, sabes que la mayoría de Energía del Alma viene de los sentimientos, no importa cuales, cuanto más fuerte sean más energía crean... Los ojos funcionan en base a esa teoría, cuando tienes tu Scire al 100% y ese sentimiento superior a tu existencia por al menos un segundo se apodera de tu cuerpo estos despiertan para no volver a desactivarse jamás, y la única forma de poder controlarnos es poniendo en la balanza un sentimiento igual de fuerte del que los despertó.

—Así como el mismo concepto de que la única forma de anular la Energía del Alma es con la misma cantidad de esta.

—Sí... Lo entendiste, te dije que era algo demasiado básico.

—Es que hablaste tanto, y entre tanto existencialismo pensé que todo se podría haber reducido en «estos ojos me hacen invencible», y te ahorrabas esos cuatro minutos que estuviste explicando —bromeó Vlas.

—Lo sé, pero necesitas comprender cómo funcionan para que si alguna vez te sucede algo por el estilo entiendas qué te está sucediendo, además, tampoco es que me hacen invencible, tienen un límite de tiempo de cinco minutos, después de utilizarlos todo ese tiempo ya no puedo volver usarlos hasta que pase una semana, y si por alguna razón el sentimiento que los controla desaparece, terminaré muriendo corrompido y consumido por este poder... Pero son sólo detalles —comentó, poniéndose de pie.

—Bueno, para un poder tan grande sí que necesitas bastantes límites y consecuencias en su uso desmedido... Y con respecto a las habilidades condicionadas, ¿Hay algún límite de condiciones que se les pueda poner?

—No del todo, mientras más condiciones se les ponga más fuerte se hacen y más si quieres mezclarlas con tus emociones, por ejemplo, si decides que una habilidad funcione sólo cuando estás enojado, toda la energía que se despierta a través del enojo será usada para esta y estaría por encima de cualquiera que se base en varios de ellos...

—Sí, entiendo, por lo que sí quiero dominar mi Scire al completo no sólo debo entrenar físicamente, sino mental y emocionalmente también, ¿No?

—Exactamente —asintió Rhys, dándose la vuelta. Así, dio unos pasos hacia el sur... Alejándose por donde habían venido—. Pero en eso yo ya no puedo involucrarme —añadió, mientras su voz se desvanecía con el ruido del viento que azotaba el lugar.

—¿Qué? ¿Qué dices Rhys? Tú dijiste que me ibas a entrenar... ¿Cómo voy a hacerlo yo solo? —Vlas no podía entender la actitud de Rhys, y mientras lo veía alejarse, su confusión y desasosiego se hacían más grande.

—Ja... Cada Scire es una extensión de uno mismo, yo no puedo ayudarte en eso... La única persona capaz de entenderte eres tú —respondió, activando su sello. Este comenzó a brillar—. Tu primera prueba será llegar a casa desde aquí, la única salida es el valle por el cual venimos... En él puse algunas trampas, como marionetas hechas de mi energía, tendrás que vencerlas si quieres salir vivo —agregó.

—Espera... ¿Cómo quieres que haga eso? No tengo ni idea de cómo usar mi sello.

—Y no lo sé Vlas, justamente la vida se trata de tomar decisiones, según tú, eres bueno formulando estrategias, vamos a ver qué tan competente eres... Ah, y son marionetas, no sienten dolor, así que no pararan hasta que tú las destruyas completamente... Suerte en eso —soltó, antes de desaparecer.

—Espera... Rhys —Vlas lo llamó una última vez, pero ya se había ido—. Maldito, ¿Acaso me quiere matar? —maldijo, mirando sus alrededores... Esta vez, solitario y atrapado en el medio de la nada—. Voy a terminar muerto.


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Chương 42: Capítulo 8: El camino que elegirás

Fons, Ash, Residencia Harch - 22 de Marzo - Año 526

 

—Hola mi amor. —La voz de Lara hizo eco en la sala, acompañada del sonido de sus tacones golpeando el piso.

—Hola cariño, ¿Qué tal estuvo la reunión? —preguntó Rhys, acostado en el sillón, cuando la vio entrar lanzó su celular al bolsillo de su abrigo y se sentó, dejándole espacio para que ella se sentara a su lado. 

—Creo que debería dejar que alguien más se encargue de ellas, pero no me siento cómoda al no estar al tanto de los movimientos de la empresa, por lo que hasta que no avance más el embarazo seguiré yendo —respondió, tomando asiento al lado de Rhys. Comenzó a desenganchar la hebilla de sus tacones y se los quitó, lanzándolos lejos.

—Entiendo, eres demasiado responsable en ese tipo de cosas... Entonces, ¿Estuviste bien? ¿No pasó nada extraño?

—No... Tú sabes, algunas que otras nauseas, es hasta que me acostumbre, después de todo es mi primer embarazo y no creo que sea fácil —respondió. Notó que Rhys la había perdido de vista luego de ella inclinarse hacia atrás, y en un rápido movimiento, se lanzó encima suyo.

—¡Ay! ¿Qué haces? —preguntó Rhys, riendo. Cuando sintió el cuerpo de Lara encima del suyo la sostuvo pasando su mano por su cintura.

—Te amo mucho, ¿Lo sabes, no? —preguntó ella, mirándolo a los ojos.

—Sí... Lo sé, lo tengo tan en claro —respondió Rhys, inclinado a darle un beso.

Pero este llegó antes de parte de ella. Y sus labios se unieron, con calidez, y suavidad. Rhys notó como el sabor del lápiz labial de ella se desparramaba por sus labios... Le encantó.

—Ey... ¿No vieron a...? — Leah entró a la sala, e interrumpió su pregunta apenas apreciar el panorama. Rhys y Lara enredados en sí mismos, y en un beso, sobre el sillón.—. Perdón, ¿Interrumpo algo? —preguntó, esta vez con consideración.

—No, no... Estábamos... Sí, eso, eso, tú sabes —tartamudeo Rhys, entre risas. Miró a Lara a su lado y ella tampoco podía aguantar las risas.

—Realmente nadie me creería nadie si les digo que mis padres tienen veintiocho y treinta años respectivamente y que actúan como adolescentes, aunque no es un reproche, deseo que actúen así toda su vida a que se conviertan en unos viejos amargados —señaló la chica, con una sonrisa.

—De hecho, no me molestaría envejecer y convertirme en un viejo amargado, aunque un viejo amargado bastante atractivo —bromeó Rhys, haciendo gala de su hermoso semblante.

—Yo soy más atractiva que tú... De hecho, mi color de ojos y de cabello son más hermosos —soltó Lara, detonando una discusión.

—¿Perdón? Lo de tu cabello no lo voy a negar, pero mis ojos son más hermosos —contradijo Rhys, todavía seguro y fehaciente de su creencia.

—Chicos, ¿Pueden dejar de pelear sobre eso? Todos sabemos que los ojos más hermosos los tiene Vlas —interrumpió Leah, y ambos la quedaron mirando en silencio.

—Pero si Vlas tiene el mismo color que los míos —protestó Rhys, alargando más la situación.

—No... Los de él son más claros, Leah tiene razón —Lara terminó por concordar con Leah.

Con sólo una mirada ya se habían complotado para hacerle la vida imposible a Rhys.

—Maldita sea... Son dos contra uno, es injusto —rezongó él una última vez, y cruzó sus brazos aceptando su derrota.

—Lara me apoya, así que cerramos el debate... Aunque debo decir que si ustedes tuvieran un hijo probablemente tendría los ojos más hermosos, envidiaría demasiado a ese niño, sería la perfección hecha persona, tales genes son únicos —explicó Leah, con encanto.

—Gracias por halagarnos, Leah, pero por más que eso suene muy bien, no somos ese tipo de personas, estamos muy lejos de ser perfectos —dijo Rhys, cabizbajo en señal de modestia, hasta que se dio cuenta de algo—. Espera... Ahora que dijiste algo sobre tener un... —No pudo terminar de hablar, y giró un poco su mirada al sentir como la mano de Lara le tapaba la boca e impedía que pronunciara sus palabras.

–—Rhys... ¿Qué estabas a punto de decir? —preguntó ella, entre susurros. Él golpeó su mano intentando que ella lo soltara para responder esa pregunta.

—¿Acaso es un secreto? Deberíamos decírselo cuanto antes... Tarde o temprano se terminará dando cuenta —respondió Rhys.

—No tengo nada que argumentar... ¿Quién se lo dice entonces? ¿Tú o yo? —preguntó Lara.

—Bueno, me parece que están muy misteriosos, no me dejen con el suspenso, díganme por favor. —Leah descifró el aura de discreción que los rodeaba a ambos, y al saber que sería testigo de un gran secreto no pudo evitar emocionarse un poco.

—Vas a tener un hermano... —soltó Lara, y la expresión de su hija como reacción a sus palabras no tuvo reparo.

¿Un hermano? Desde pequeña había esperado escuchar esa noticia. Primero de sus padres, ilusión que se rompió con su fallecimiento, y cuando se acostumbró a su nueva familia supo que con el amor que se tenían Rhys y Lara algún día llegaría el momento en el cual la frase «vas a tener un hermano» se hiciera realidad... Y el momento se estaba presentando frente a ella.

—¿Qué? ¿Acaso estas embarazada? —Esperó la obvia respuesta con una latente emoción atrapada en su garganta... Apenas Lara lo confirmara esta saldría disparada.

—Sí... Apenas es un mes y medio, pero igualmente vamos a ser padres —respondió Lara, inclinándose hacia su izquierda, un poco recostada a Rhys. Le dio un abrazo.

—No... No puede ser... ¡Es la mejor noticia que me han dado en mi vida! —Los ojos de Leah se llenaron de lágrimas de felicidad al soltar su excitación acompañada de una rápida y presurosa respiración. 

—¿Tan así cariño? —preguntó Lara, con una sonrisa. La reacción de Leah era maravillosa, la hizo sentirse alegre en un instante.

—Ustedes no saben lo mucho que deseaba tener un hermano... Es algo... Es algo que esperaba hace demasiado tiempo. —Rhys y Lara comprendieron que no mentía con su afirmación, y ambos se miraron con una sonrisa—. ¡Los amo! —Alzó la voz, y se lanzó hacia ellos, quienes la atraparon en un fuerte abrazo.

—Nosotros también —correspondieron Rhys y Lara al mismo tiempo.

Los tres abrazados parecían una familia perfecta.

 Ese pensamiento pasó por la cabeza de Rhys en un segundo... Mirándolo de esa forma, era cierto... Él tenía una familia. Tanto tiempo había estado solo, y ahora tenía una familia unida, tenía eso que había anhelado siempre. Desde que era niño quiso saber lo que se sentía el calor de un abrazo familiar, pero cuando no era su padre dejándolos de lado por el trabajo o porque era un energúmeno bastardo, era su madre intentando repartir su tiempo para él y sus dos hermanos. Creció con mucho cariño, no lo iba a negar, Clio no era una persona fría ni nada por el estilo, el tiempo que pasaba con él, aunque fuera poco era grato, pero eso no quitaba el hecho de que tenía dos padres, y el cariño de uno solo jamás completaría a un niño necesitado.

 Nunca se hizo se la idea de alguna vez casarse o tener un hijo, su crianza había sido por y para gobernar, nada más, incluso los amigos que tenía no eran más que solo estándares que lo seguían por su apellido y estatus, o al menos asi siempre lo vio él. La primera vez que quiso formar una familia fue luego de la vez que se le declaró a Lara... A los dieciséis años. Lara se le había adelantado aquella vez y le había robado un beso luego de una larga tarde que pasaron juntos, y él aprovechó esa oportunidad para decirle todo lo que sentía, y para ambos, fue igual. Después de dejarla en su casa caminó hacia la suya tocando sus labios, y con una sola idea en la cabeza: Casarse, formar una familia y ser feliz junto a ella.

 Mirando al pasado con la perspectiva que tenía en ese presente podría decir que fue mucho más optimista de lo que creía, y acertado también. Siete años después de decláresele, se casó con Lara Harch, meses antes a su casamiento habían adoptado a una adorable niña llamada Leah... Olvidando su deseo de la adolescencia no se dio cuenta de lo rápido que se había cumplido su anhelo. Principalmente porque no se lo había vuelto a plantear de nuevo otra vez... Pasó mucho a su alrededor que convirtió ese deseo en algo secundario, había muchas cosas que debía arreglar antes de llegar hasta ese punto primero: Proteger a Lara y a Leah era lo principal, mantener una paz prolongada también, entrenar a sus pupilos, salvarse a sí mismo de la oscuridad, acompañar a Lara en la lucha contra sus miedos e inseguridades, alejar a Rygal de todo lo que quería, volver a Remia por Vlas y su madre, y dejarles ser felices en ese futuro que les prometió... Era demasiado, demasiado como para que su único deseo fuera formar una familia, al final eso no sería una necesidad... Sería una consecuencia.

 Con esa misma idea llegó a una sola conclusión... Las consecuencias empezaban a hacer presencia, así que eso sólo significaba una cosa, estaba yendo por el camino que debía, y comenzaba a darle un poco de esperanza a todo y a todos los que lo rodeaban... Por eso las lágrimas se hicieron presentes; no solo por saber que Lara, la mujer con la cual se había casado y que a su vez amaba con su alma, lo acompañaba en su camino, ni porque ambos esperaban un hijo, ni por la familia que habían formado; tampoco por saber que luego de diez años esperando volver a reencontrarse ahora tenía a su hermano a su lado, ni por saber que incluso con todo lo que sufrió mientras vivía su vida, al final comenzaba a ser feliz haciendo sus deseos realidad... No, no lloraba sólo por eso... Lloraba porque veintiocho años no eran nada, lloraba porque todavía tenía mucho camino por delante, lloraba porque incluso teniendo la solución al problema principal no podía hacer nada para arreglarlo, lloraba porque había perdido demasiado, lloraba porque aun siendo feliz, todavía no terminaba de estar triste... Era un llanto agridulce, un llanto de penas y glorias, así como lo era el mundo, así como lo era su vida... Así como siempre fue él... Tan ambiguo y conflictivo, sin tener la respuesta a nada, sin certezas... Sin el conocimiento exacto de su destino, ese por el que de todas maneras luchaba sin parar. «¿Qué será conmigo al final?», se preguntó mil veces. Sólo como motivación, para encontrarle respuesta. Y que esa respuesta, al menos... Lo dejara ser libre... Lo dejara ser feliz.

—Lo siento chicas —dijo, sonando un poco su nariz al ponerse de pie.

—Rhys... ¿Estás llorando? —preguntó Leah, desviando su mirada hacia él, quien se alejaba de ellas sin mirar atrás.

—No... Me entró algo en el ojo —respondió riendo, aún sin voltearse.

—Sí, Leah, está llorando, es más sentimental de lo crees —declaró Lara.

—Ey... No me expongas —reprochó, dándose la vuelta. Todavía tenía el rastro brillante que una lagrima le había dejado en su mejilla izquierda.

—Realmente no puedo creerlo... Seis años y jamás vi una sola lágrima o sentimiento de tu parte, cada día me sorprendes más. —Leah negó con su cabeza ligeramente, todavía impresionada por la situación.

—No te dejes engañar, Leah, él es así siempre, que se haga el fuerte delante de ustedes no quita que todas las noches duerma abrazado a mí como un bebé —dijo Lara, y al instante, Leah soltó las carcajadas que había estado intentando guardar, ya no podía aguantarse.

—No puede ser, ¿En serio? —preguntó, sin parar de reírse, con sus carcajadas resonando en la sala como un ruido seco.

—Hmm... Me parece que estamos con muchas ganas de hablar hoy, Lara —respondió Rhys molesto, haciendo el mismo gesto de cruzarse de brazos otra vez.

—Vamos Rhys, los chicos ya deberían saberlo, ¿Cuántas veces les has hecho saber que por mi harías cualquier cosa?

—Sí... Lo peor de todo es que realmente lo haría. —Se acercó hacia y ella peinó su cabello hacia atrás—. Ese es el precio que tengo que pagar por haberme casado con la mejor chica del mundo —dijo, besando su frente.

—¡Ay! Son tan hermosos, desearía que mi vida de casada sea como la de ustedes, aunque probablemente ni siquiera tenga vida de casada —soltó Leah, algo decepcionada.

—Yo creo que Vlas no opina lo mismo —bromeó Rhys.

—¡¿Qué?! No me digas que te lo dijo —preguntó Leah, sorprendida.

—Ajá, me enteré hace un rato, y si te soy totalmente sincero, no me sorprendió para nada —respondió Rhys.

 —Esperen... Me siento fuera de lugar... ¿Alguien me dirá de que están hablando? —preguntó Lara, intentando entrar en el contexto.

 —Leah y Vlas se besaron, y ahora el chico está en un trance mental del cual no puede salir... Así de fácil —respondió Rhys, recapitulando lo sucedido... Con cierta pereza.

—¿Tan rápido? Yo les daba al menos dos semanas más —dijo Lara, algo desilusionada.

—En realidad yo lo veía más cercano, aquella vez que salieron juntos fue mi apuesta —replicó Rhys.

Leah notó que el intercambio de Rhys y Lara se debía a una idea algo equivocada que habían formado sobre ella y Vlas. Porque sí, ella no podía negar el inicial interés que tuvo en Vlas desde esa primera vez que lo vio en Remia, y cruzaron miradas. Ese interés lentamente se fue convirtiendo en aprecio y en una pequeña atracción. No sólo su apariencia le parecía atractiva, también su historia y su personalidad, ella encontró en Vlas sus mayores debilidades; un chico tímido y reservado que no mostraba mucho lo que sentía, pero en el intento de evitarlo era el momento en el cual más lo hacía... Ella al principio sólo lo quiso ayudar, su preocupación era genuina, pero cuando el interés de Vlas se comenzó a volcar hacia ella y entendió que lo que ambos comenzaban a sentir era mutuo se replanteó si realmente su atracción por Vlas era sólo eso, o si ya había pasado la frontera del enamoramiento.

Y así era, pero Vlas era su primer interés romántico. Nunca vio descabellado no haber tenido uno antes, no era una chica que acostumbraba a hablar con personas del sexo opuesto, por lo que hasta cierto punto le encontró lógica a lo que comenzó a sentir por Vlas, era el primer chico al cual veía de esa manera, desde que lo vio en Remia sintió algo diferente en él, y aunque el amor a primera vista no era algo en lo que creyera, quizás en ese momento fue cuando la flechó... Pero no importaba la lógica ni las suposiciones, los sentimientos no se podían explicar de esa manera y quizás todo su pensamiento era erróneo, y realmente se había enamorado de Vlas en ese instante... Por primera vez en su vida.

—¿En serio le afectó hasta tal punto? —preguntó la chica, mostrando cierta curiosidad.

—En realidad sólo lo dije para exagerar... No fue tan extremo como para dejarlo en un trance mental, pero sí, le afectó, no puede sacárselo de su cabeza, aunque intente ignorarlo... —Rhys la miró, y una sonrisa sugerente se hizo ver en su rostro—. Creo que hasta le gustó más de lo que dice... Porque aunque no quiera aceptarlo, está muy enamorado de ti.

—Wow... No pensé que habría sido tan importante para él, pero si te lo contó y me dices que parece afectado es por algo... Además eso... De que está enamorado de mí.

—Te lo dije, cariño —indicó Lara—. Te dije que él sentía lo mismo que tú.

—No me digas que tú también te enamoraste de Vlas... Por Sun. —Rhys comenzó a reír—. No puede ser, que lindos que terminaron siendo los adolescentes de hoy en día.

 —Tú eras igual, Rhys —lo molestó Lara, riendo también.

—¿Cuándo nos besamos por primera vez, Lara? —él consultó.

—Emm, ¿No fue aquella vez en el cumpleaños del hijo del rey? En el palacio de la Isla Rem.

—Cierto, tú me odiabas en ese momento, fue una buena forma de limar asperezas, soñé semanas con ese beso luego, tú te habías vuelto a Fons y creí que no te volvería a ver jamás.

—Estábamos hablando de Vlas y Leah, ¿Cómo pasaste a lo que pasó con nosotros casi catorce años atrás? —preguntó Lara.

—Oh, sí, eso... Perdón, Leah... ¿Ibas a decir algo? —Rhys volvió al tema inicial.

—En realidad, no, me estaba gustando esa historia que estabas contando —ella rio—. Pero, en cuanto a Vlas... ¿Cómo te lo contó? Lo viste raro, ¿Desilusionado quizás? —inquirió.

—Lo vi normal, lo de siempre, sabes cómo es Vlas, pero obviamente fue chocante para él... Y seguramente me lo contó porque para él más que ser importante fue confuso, deberían hablar, ¿No crees? —preguntó Rhys—. Le dije lo mismo a él, así que cuando vuelva e intente hablar contigo no lo tomes como sorpresa y estate preparada, no quiero que un beso interfiera en su entrenamiento, él está muy entusiasmado con su progreso y pensar en eso le perturba sus emociones —añadió, tomando un papel que vio sobre la mesa.

—¿Y dónde está él ahora? —preguntó Lara.

—En el valle de Ash... Y como lo supuse, parece que eso realmente lo perturbó —respondió él, sacudiendo el papel hasta hacer algo visible en él. Con la imagen ya clara, se lo dio a Leah.

En él se veía una foto de Vlas tirado en el suelo del centro del valle. No se lograba percibir demasiado bien lo que estaba sucediendo, pero Leah pudo llegar a entrever como varias sombras borrosas lo rodeaban.

—Hmm... Así que lo enviaste ahí —habló Lara, con un tono de voz solemne, como esperando que Rhys hiciera eso.

—Sí, vi que estaba preparado físicamente, aunque eso es lo menos necesario, sólo necesitaba darse cuenta de que para vencer a las marionetas ni siquiera necesita golpearlas, con infundirles bastante energía como para superar su límite era suficiente.

—¿No crees que fue un error? En la foto se ve perfectamente que está en las últimas —dijo Leah, preocupada.

—No, todo lo contrario, de hecho ya ganó la batalla, sólo que al ser un principiante no sabe cómo administrar totalmente su energía, y la gastó toda en algunas marionetas que no necesitaban más de su 20% —respondió Rhys, activando su Scire—. Vuelvo en un rato, debo explicarle algunas cosas —añadió, y al desvanecerse su figura desapareció de la vista de las chicas.

Leah y Lara se miraron con el mismo rostro de confusión.

—No entiendo muy bien lo que acaba de pasar... ¿Pero quieres que prepare algunas galletas en la cocina mientras me cuentas todos los detalles de tu beso con Vlas? —preguntó Lara, entusiasmada.

—Hecho —asintió Leah, con una sonrisa.

—Bien... Vamos. —La tomó de la mano con rapidez y ambas se dirigieron hacia la cocina.

 

Fons, Ash, Valle de Ash - 22 de Marzo - Año 526

 

—Fuiste inteligente al darte cuenta de su debilidad, pero también fuiste imprudente al usar toda tu energía de una, debes saber administrarla mejor, Vlas.

Vlas yacía en el suelo mojado, rodeado de arbustos y árboles que no dejaban nada a la imaginación. Rhys sólo se acercó y se sentó a su lado.

—No creí que poner mi energía en otros objetos fuera tan complicado, cuando lo hacía con mis cadenas era demasiado fácil, pero con ellas no pude controlarla y solo se fue de mi cuerpo. —Vlas no se movió, sólo siguió acostado boca arriba. Todo su cuerpo le dolía.

—Exactamente, por esa razón Leah hizo que practicaras con las cadenas más de un mes, cuando las cadenas se acostumbran a tu cuerpo prácticamente se vuelven tu cuerpo también, por eso infundirle energía es fácil, ya que sólo es distribuirla por algo más que parece formar parte de ti, como si de sangre recorriendo tu cuerpo se tratara... Con las marionetas fue más difícil porque no tienes ese control sobre las demás cosas como yo... Debes afinar tu manipulación en la energía —explicó Rhys, jugando con algunas de las hojas que caían de los altos árboles.

—¿Así que no es totalmente necesario que me acostumbre a los objetos que quiero manipular o conjurar?

—No... A menos que quieras usar esos objetos en una habilidad, como tus cadenas por ejemplo... Sin embargo, si te acostumbras a ellos obviamente se te será más fácil de usar tu energía en ataques o defensa haciéndolos mucho más fuertes y resistentes, pero no siempre es necesario, ya que es prácticamente imposible acostumbrarte a cada objeto del espacio sin tener los Ojos del Alma, por eso tu cuerpo es tu mayor arma, si administras y afinas tu energía con precisión cada objeto que tomes y utilices para tus propios fines van a ser más fáciles de fortalecer con tu poder —se explayó. Al terminar, tomó un pedazo de madera y lo convirtió en una hoja de papel—. Toma, intenta hacer que esta hoja corte como un cuchillo —añadió, dejándosela a Vlas en la palma.

—¿Eso es posible? —preguntó el chico, confundido.

—Sí, al parecer Leah no te lo dijo, pero cuando la entrené ella pulió una habilidad que se basa en usar papel y producir cortes con pedazos de este, como si fueran cientos de cuchillos viniendo de todos lados, así que ten cuidado cuando esté molesta y tenga una hoja cerca —bromeó Rhys.

—Ja, no espero menos —chistó Vlas, cuando al tomar la hoja le infundió algo de su energía. La que le quedaba—. Espero salga bien —agregó, lanzándola con rapidez. Esta se clavó contra un árbol como una estaca.

—¡Wow! Lo hiciste a la primera. —Rhys lo aplaudió, impresionado—. Así que el problema no es infundirla, sino que es la cantidad que infundes, debemos controlar eso mediante un entrenamiento de concentración, si puedes balancear tu energía alrededor de tu cuerpo también puedes comenzar a practicar tu vuelo —dijo, poniéndose de pie.

—Ya esperaba que eso pasara, tenía demasiadas ganas de que me dijeras que estaba listo para volar —respondió Vlas, parándose también, emocionado, ya se le había olvidado el dolor que antes tenía.

—Cálmate, todavía es muy temprano para que lo hagas, dije que primero necesitas balancear tu energía y eso toma tiempo —declaró Rhys, comenzando a caminar—. Volvamos a casa, los chicos deben de estar por llegar para comenzar la reunión —agregó, y se perdió entre los boscosos caminos.

—Ahí voy... Espérame —soltó Vlas, siguiéndolo apurado, antes de perderlo de vista.

 

Mientras tanto...

 

Remia, Zenith, Residencia Di Rem - 22 de Marzo - 526

 

La oscura habitación sólo iluminada por la luz de la hoguera se sentía vacía, ese vacío contrastaba con el calor que esta lanzaba, haciendo un ambiente impredecible donde no se sentía ni frío ni calor, el ambiente perfecto para la tranquilidad de quien estaba ahí. Tranquilidad que fue interrumpida cuando se escuchó el rechine de la gruesa puerta de madera de roble abriéndose de par en par.

—¿Su alteza? —llamó una chica, adentrándose en la oscuridad.

—Sea lo que sea dímelo rápido y vete, interrumpes mi momento de tranquilidad —respondió Rygal, de pie frente a la hoguera, con un vaso de whisky en la mano.

—Sí. —Ella se apuró a buscar el aviso entre todos los papeles que llevaba en sus brazos—. Hemos recibido algo de información nueva sobre la situación en Fons, parece que el rey abdicará y entregará el trono a su hijo, en una semana será la gala y en dos semanas será la coronación —informó, acomodándose sus gafas.

—Ya veo —dijo Rygal, esbozando una sonrisa en su rostro—. Puedes retirarte ahora... Gracias por la información —agregó, tomando un sorbo del vaso que tenía en su mano.

«La chica Harch es parte de una casa real... Así que Rhys estará ahí, creo que es momento de bajar a algunos de sus aliados», pensó, y el chasquido de sus dedos hizo que dos de sus súbditos aparecieran frente a él.

—¿Qué se le ofrece su alteza? —preguntaron ambos, hincándose en una rodilla.

—Necesito que llamen a Yoh Tales... Díganle que organicé una reunión con él para dentro de dos días... Que se apure con su respuesta —ordenó, dándose la vuelta, y con un ademán concluyó el aviso.

—Entendido —dijeron ambos al unisonó de nuevo, antes de desaparecer. 

 «Nos volveremos a ver... Rhys Windsor».

 

Horas después...

 

Fons, Ash, Residencia Harch - 22 de Marzo - Año 526

 

—Veo que llegaron todos temprano. —Rhys se hizo notar al dar un primer paso en la sala con su voz en alto, Vlas se mostró saliendo de detrás suyo.

—Rhys... Llegaste al fin, creímos que algo muy malo te había pasado —bromeó Dean.

—Se me fue la hora, estaba entrenando con Vlas —respondió empujándolo un poco con su mano luego de apoyarla en el hombro del chico.

—Hola chicos, tanto tiempo. —Vlas dio un saludo general al levantar su mano.

—¿Qué tal, Vlas? ¿Qué tal ha ido el entrenamiento con el Scire? —preguntó Kit, mostrando interés.

—Bueno... Lo empecé hace dos semanas y ya casi muero cuatro veces —respondió Vlas, entre risas.

—Un entrenamiento con Rhys no es algo muy leve... Te lo decimos por experiencia propia —soltó Mya, con una mueca de compasión.

—Aun así ese entrenamiento sirvió demasiado, ¿No es así? Ahora son muy fuertes gracias a esos métodos —intervino Rhys.

—Sí... Fue una recompensa a largo plazo, recibí muchas palizas de tu parte antes de siquiera poder defenderme un poco. —Dean le dio la razón.

—Así son las cosas, Dean —dijo Kit, recostándose en su silla—. Entonces Rhys... ¿Para qué nos has llamado aquí? —preguntó, con curiosidad.

—La coronación... Creo que ya saben lo que sucederá dentro de dos semanas, ¿Cierto? —preguntó. Caminó alrededor de la mesa, y tomó asiento en la punta de esta, las miradas de todos los chicos apuntaban a él.

—Así que era cierto, escuché rumores pero solo creí que eran suposiciones falsas, el rey al fin cederá el trono a su heredero —respondió Mya.

—Exacto, Lee me lo dije hace un mes, pero me pidió que no dijera nada hasta dos semanas antes, ya que hoy mismo comenzarían a enviar las invitaciones para la gala y posteriormente la ceremonia —explicó Rhys, sacando unos papeles de su abrigo, estos se deslizaron sobre la mesa cuando los lanzó hacia el medio.

—Parece que empezaron sin nosotras. —Se escuchó a Leah saliendo de la cocina con bandejas llenas de galletas.

—Pensamos que tardarías más, Rhys... Quisimos comer algo, así que preparé galletas. —Lara dejó algunas bebidas en la mesa para luego sentarse al lado de Rhys—. ¿Terminaron su entrenamiento? —preguntó, dándole un beso.

—No, pero nos tomamos una pausa, Vlas casi no podía más. —Rhys tomó una de las botellas y luego de destaparla la bebió de un sorbo.

—¿Estás bien? —Leah se sentó al lado de Vlas, apenas lo rozó con su codo él le dio una mirada.

—Oh sí, sólo usé demasiada energía en esas marionetas extrañas —respondió Vlas, con una sonrisa. Le gustó que ella se preocupara por él.

—Mejor así —dijo ella, rozándole la mano—. Estaba preocupada por ti —susurró acercándose a su oído.

 «¿Por qué eres tan impredecible, Leah?», se preguntó, ya que su mirada confundida se vio replicada con el guiño que ella le lanzó.

—Ey Rhys, casi lo olvidábamos... Felicitaciones —dijo Kit, levantando sus brazos mientras trazaba una sonrisa en su rostro.

—Sí, eso —señaló Mya, recordándolo—. Parece que no perdiste el tiempo, felicitaciones de mi parte también. —Se unió a Kit.

—Como todos te felicitan supongo que también debo hacerlo... Felicitaciones Rhys, espero que no le causes ningún trauma al niño tampoco —también lo felicitó Dean, haciendo muestra de su peculiar humor.

—Ya felicitamos a Lara, así que sólo quedabas tú... Te hubiéramos traído un regalo pero nos acabamos de enterar —dijo Mya.

«Rhys y Lara tendrán un bebé», pensó Vlas. Su mirada se había quedado inmóvil, apuntando a Rhys, él no se había percatado de tal acecho. Fue un movimiento rápido el que su hermano hizo con su rostro para que ambos cruzaran miradas. Rhys sonrió cuando notó la confusión en su rostro: «Luego te explico», le dijo sin decir nada, sólo moviendo sus labios. Vlas asintió en silencio. Y Rhys volvió su mirada a Lara. 

—Gracias chicos, de hecho yo tampoco lo sabía hasta anoche, alguien lo guardó muy bien en secreto. —Sonrió, abrazando a Lara.

—Como les dije hoy, mi esposo es un hombre muy ocupado, así que tuve que esperar a que terminará su entrenamiento para contarle la gran noticia —declaró Lara, completando su dicho con ironía.

—Hoy es un día en el que estás muy graciosa, ¿No crees Lara? —preguntó Rhys, dándole una mirada

—Es una broma Rhys, te tomas todo en serio —rio suavemente. La ternura que desprendió con sólo esa acción hizo sonreír a Rhys también—. Mejor dejemos eso de lado, ¿De qué hablaban? —preguntó, desviando el tema.

—Sobre la coronación de Lee —respondió Rhys, tocando con sus dedos los papeles que seguían sobre la mesa.

—Ya veo, eso mismo quería decirte yo también... Me llegó la invitación hoy —dijo Lara, sacando una carta del bolsillo de su falda—. Me gusta el diseño, tiene retoques en los bordes con oro, es muy linda —agregó, encantada.

—Sí, es muy linda. —Rhys tomó la carta—. «Casa Harch», ¿Irá toda tu familia? —preguntó, leyendo el nombre del destinatario.

—Eso parece. —Lara alzó sus hombros ligeramente.

—Ellos nunca aprobaron nuestra relación, incluso cuando nos casamos amenazaron con quitarte de la herencia y arrebatarte la empresa... No quiero tener que estar en la misma mesa que ellos —dijo, entre dientes. Buscó en sus bolsillos también y terminó sacando su invitación—. Por suerte a mí me invitaron por separado junto con Vlas —agregó.

«Windsor» se leía en la invitación.

—Lee no deja cabo suelto, al menos tomó esa precaución —rio Lara. Otra vez con ternura.

«Por Sun, deja de ser tan linda», el pensamiento de Rhys tan sólo abarcaba una cosa.

—Sí... Con respecto a lo demás, quiero proponerles una misión —dijo, cambiando el tono de la conversación, la seriedad lo invadió al mirar al dirigirse a los chicos.

—¿Una misión? —inquirió Vlas.

—Sí, una misión... Como ustedes deben de saber, el Reino de Fons es blanco fácil de todas las naciones periféricas por sus conflictos al correr de la historia, en cada una de las coronaciones siempre sucede algún altercado, por eso Lee cree que esta no será la excepción —explicó Rhys.

—Déjame adivinar... ¿Quiere que seamos sus guardias, cierto? —preguntó Mya, anticipándose a la evidente propuesta que llegaría de parte de Rhys.

—Así es, más exactamente quiere que protejamos todo el palacio el día de la coronación, podría hacerlo yo solo, pero probablemente si todo se va de control, en una pelea destruiría todo el lugar, además de que ahora mi prioridad es la seguridad de Lara... Así que necesito su ayuda para alejar el peligro del lugar si hipotéticamente ocurre un ataque —respondió, repartiendo los papeles entre los presentes, exceptuando Lara y Leah.

—¿Qué sería esto? —preguntó Kit, leyendo el documento: «Contrato de seguridad».

—Parece que se lo tomó en serio, realmente quiere que seamos sus guardias —dijo Dean.

—Exacto, no sé si leyeron bien, pero ofrece una base de cinco millones de Exs... Mas la cantidad que sea pedida por cualquier tipo de improvisto o daño externo, obviamente también tendremos el derecho de organizar toda la seguridad a nuestro placer para que nuestro trabajo sea más eficiente, confía demasiado en nosotros —explicó Rhys, a medida que leía el contrato.

—¿Realmente pagará veinticinco millones sólo en seguridad? ¿Tan preocupado está? —preguntó Mya.

—Seguramente, en los últimos años la nación de Fons ha pasado por demasiados conflictos, desde la guerra con Zardie hasta la Guerra de Fons, por eso creo que Lee fue inteligente al mover esta ficha, mejor prevenir que lamentar.

—Yo no tengo ningún problema con participar, leí el contrato y no veo nada malo, sumado que el dinero me sirve demasiado, además estará Rhys, si algo llegara a suceder las cosas no se saldrán de control —declaró Dean, con seguridad.

—Yo también, creo que Rhys aceptó esta oferta confiando en nosotros, y no lo decepcionaré. —Se sumó Kit.

—Viendo sus decisiones también acepto, después de todo si ocurre algún ataque puedo encargarme fácilmente —aseguró Mya.

—Entonces sólo quedas tú, Vlas... ¿Qué dices? ¿Aceptas? —Rhys miró a su hermano, quien todavía seguía con el contrato en la mano.

—Emm... No lo sé —respondió, con inseguridad—. Creo que todavía no estoy preparado —añadió, dejando el contrato en la mesa.

—Eso no es problema, todavía puedes seguir entrenando, y el plazo para aceptar la misión es de una semana, tienes todo ese tiempo para decidir.

—Entiendo... Entonces esperaré a ver como progreso en la semana.

—Mejor así, hablé con Lara y ambos nos pusimos de acuerdo en que Leah y ella no participen, ya saben, situaciones externas, así que sólo seremos nosotros cinco. —Rhys giró su dedo en un cirulo, señalando a todos los que estaban sentados en la mesa.

—Así es... La casa Harch es la más importante del reino, obligadamente debo ir a presentar mis respetos a la Corona, y siendo Leah mi hija legal también forma parte de esta, debe de ir conmigo —explicó Lara.

—Bien, lo comprendemos... Creo que hablo por todos cuando digo que debemos darte las gracias de nuevo por la oportunidad Rhys, haremos lo posible para que sea una misión satisfactoria —declaró Kit, tomando la compromiso.

Él no se consideraba el líder del grupo, pero era el mayor, por lo tanto, a veces se encargaba de las tareas que mayor responsabilidad llevaban, y Rhys tenía confianza ciega en él, tanto como él en Rhys.

—Gracias chicos... Entonces, sabiendo eso, la reunión acaba aquí, les avisaré la próxima semana para que planeemos como nos organizaremos y quien irá con quien. —Se levantó de su silla y todos hicieron lo mismo—. Luego hablaremos, Vlas... Tengo algo que decirte —musitó, al pasar al lado de su hermano quien lo miró confundido.

—Lo que digas —asintió el chico. Recordando ese gesto que le había hecho momentos atrás.

«¿Qué será?», se puso ansioso rápidamente.

 

Unas horas después...

 

Vlas contemplaba la ciudad comenzando a encenderse el sábado por la noche, en el balcón de la mansión que daba hacia el norte se veía a la perfección todos los rascacielos de Ash, las luces de la ciudad y el hermoso valle donde horas antes había estado perdido por culpa de Rhys. Este rodeaba toda la región, y se divisaba inmenso a lo lejos, detrás de todo, envolviendo la ciudad como una sombra gigante que la engullía.

—Creí que aceptarías la invitación de los chicos para salir esta noche.

Como siempre hacía, Rhys apareció de la nada detrás de él y se paró a su lado, apoyándose en la baranda del balcón.

—No estoy con energías para ir de fiesta, la última vez me dormí por hacer lo mismo —respondió Vlas, con su vista desviándose hacia su hermano, él parecía haberse olvidado que horas antes le había dicho que tenían que hablar—. ¿Cuándo me ibas a decir? —preguntó.

—Hmm... ¿Te refieres a lo del embarazo?

—Exactamente. 

—Te lo iba a decir después de la reunión, cuando tuviésemos un momento a solas, como este, pero los chicos se enteraron antes y arruinaron mi sorpresa... Igualmente yo me enteré ayer, perdón por no decírtelo antes, he estado algo pensativo últimamente —respondió Rhys, con su mirada perdida en el horizonte.

Extrañamente, por primera vez, Vlas escuchaba como los sentimientos expresados por su hermano concordaban con sus acciones.

—No pasa nada, después de todo me terminaría enterando —dijo despreocupado. Se giró hacia él y sonrió levemente—. Felicitaciones... Vas a ser el mejor padre del mundo —agregó, dándole un abrazo.

—Gracias, Vlas... Y de tu parte, espero que seas para él o ella el mejor tío del mundo —respondió su hermano, riendo.

—Sí, claro... Si tú lo dices... Espero nunca se entere que me he besado con su hermana, vaya ejemplo de tío tendrá —dijo, chistando con gracia, y las carcajadas de Rhys se desataron—. ¿Qué tal se lo tomó Lara?

—Lara está muy emocionada, y estoy feliz de que así sea, ella más que nadie merece formar una familia y ser feliz —dijo Rhys, con una sonrisa iluminando su rostro. Vlas pudo notar sus ojos brillar más de lo normal—. Aunque estoy algo preocupado, no se lo quise hacer saber a ella anoche, intenté ocultárselo cuando me contó que tenía el mismo miedo, pero puedo confiar en ti... ¿Cierto? —preguntó, en voz baja.

—Claro Rhys, tú me has ayudado cientos de veces, dime que sucede, quizás puedo darte algún consejo, aunque no tenga hijos —bromeó.

—Se trata sobre lo que inevitablemente sucederá... Mi enfrentamiento con Rygal... Puedo seguir repitiendo que estoy totalmente seguro de que puedo vencerlo, pero a veces me paro a pensar y comprendo que realmente no es tan así... Rygal también sabe que soy más fuerte que él, no se dejará vencer, quién sabe qué plan esté formulando para intentar vencerme, quién sabe qué tipo de acción tomará, y conociéndolo, cada día me invade más el miedo de creer que puede terminar haciendo una movida hacia Lara —soltó, agobiado.

—¿Tú crees que él sería capaz de un acto así? —Vlas lo miró, imaginando lo peor.

—Rygal es la mayor escoria que jamás existió, él es capaz de todo, Demian es el mayor ejemplo... Por eso el miedo hacia lo que haga con Lara me comienza a absorber, ella es lo más importante que tengo, no puedo perderla, el día que desaparezca de mi vida toda mi humanidad se irá con ella, y nunca volveré a ser la misma persona otra vez... Rhys Windsor morirá junto con su recuerdo, junto con todo lo que ella significó para mí, y su sonrisa grabada en mi mente como llamas... Además, hay una promesa que debo de cumplir... Tengo que llegar hasta el final con ella a mi lado.

Vlas notó que esas palabras saliendo de la boca de Rhys se escuchaban tan decididas y al mismo tiempo tan inseguras... Como si la única razón de Rhys para sostenerse fuera pensar en lo peor, para no tener esperanzas, y al final no perder la ilusión.

—No creo que sea tan imbécil de hacerlo, Rhys... Su muerte estaría decidida en el momento exacto en el que intente tocarle un pelo a Lara... Tú no lo dejarías vivo.

—Sí, realmente es así... De todas maneras, hay algo más aparte de sólo pensar que podría llegar hacerle algo a ella, se trata sobre mi poder... Sobre mi condición principal —dijo, haciendo un gesto con sus ojos.

—Ya veo... El sentimiento limitador, ¿No es así?

—Claro... Creo que ya te diste cuenta cual fue el sentimiento que los despertó.

—Sí... El odio, ¿Verdad?

—Te has vuelto demasiado perspicaz, Vlas... El nuevo uso que le estás dando a la energía te ha hecho mejor en ese campo también —rio Rhys—. ¿Sabes? Yo no tenía pensado matar a Rygal para salvar a nadie hace años, de hecho sí, sabía que su existencia ponía en juego mi propósito y la vida de todos ustedes, pero en realidad me sentía un suicida, ya que yo lo odiaba por haberme quitado todo, ese odio se concentraba sólo en él, en su existencia, en su presencia, y quería acabar con él por mí mismo, por nadie más, porque lo había perdido todo e hiciera lo que hiciera no los iba a recuperar con ese pensamiento tan miserable, y al final, sólo quería enfrentarme a él arriesgando mi vida, con la esperanza de poder matarlo, y al menos haberle dado algo de sentido a mi vida y mi poder... Pero sabía que no podía hacerlo, porque no era lo suficientemente fuerte para siquiera pensar la posibilidad de hacerle el suficiente daño aun con mi muerte, y también sabía que nadie estaba lo suficientemente preparado para afrontar las consecuencias que dejaría la muerte de Rygal en todo el mundo, porque aunque no lo creas, este mundo sin Rygal se derrumbaría —añadió.

—¿Tan así? No sabía que su influencia era tanta —dijo Vlas, sorprendido.

—Sí... Eso lo entendí cuando orquestó una guerra sólo con palabras y todo detrás de los hilos... Una guerra donde todos perdimos, el suceso más importante y determinante de mi vida, de la de Lara, de la de Leah, de Kit, de Dean y de Mya, desde ese momento nada fue igual, y ahí comprendí que debía tomar otro camino, el camino que estoy siguiendo ahora... No el de un suicida que no se preocupaba ni por su propia vida —contó Rhys, hasta que se quedó en silencio por unos minutos.

 Vlas sabiendo que ese no era el final decidió también quedarse en silencio, quizás Rhys necesitaba un momento para poder recordar todo lo que sucedió, después de todo, acababa de decir que fue lo más determinante de su vida... Y así fue, luego de un silencio prologando, siguió:

—En ese momento estaba haciendo lo posible para recuperar a Lara, ella estaba perdida luego de la muerte de sus padres y caía cada vez más hondo, pero tenía miedo de sólo arruinarlo más, así que mientras estaba alejado de ella, seguía buscando la manera de ampliar mi camino y conseguir aliados en mi propósito, fui egoísta y eso me terminó pasando factura, pero seguí buscando personas que me ayudaran, ahí conocí a Lee, el príncipe de Fons, también tenía el apoyo de Jean Blake, probablemente la persona que mayor representa lo que es ser un agente del caos... Pero eso no era lo único que sucedía, detrás de todo eso estaba la figura de él, de Rygal —musitó, entre dientes.

Su memoria automáticamente se activó y recordó aquel momento que lo marcó para siempre, ese color rojo de sus manos que nunca pudo borrar, esa ira contenida que estalló sin medir consecuencias... Ese maldito rostro con una sonrisa que lo había hecho perder todo en primer lugar, había vuelto para quitarle lo poco que había conseguido luego de eso... Sólo recordarlo le hacía hervir su sangre.

—¿Estás diciendo que todo lo que sucedía era su culpa?

—Hasta el día de hoy todavía no comprendo cómo fue que lo hizo, quizás lo sepa cuando acabe con él... Pero sí, él era la razón por la que estábamos perdiéndolo todo, hasta que llegó el día que lo definió, que definió mi destino para siempre... El día en el que vi morir a Rhys Windsor y al Demonio de Remia al mismo tiempo, y el cual despertó en mí la persona que soy hasta el día de hoy.

 Vlas lo miraba atentamente, estaba a punto de conocer la verdad de su hermano y saber todo lo que rodeaba su persona, ese misterio que siempre vio y que siempre quiso conocer; ¿Qué fue lo que hizo que Rhys Windsor sea Rhys Windsor en primer lugar?

—Una muerte... Una sola muerte hizo que me perdiera para siempre y que mi mayor objetivo se vea complementado por mi mayor propósito... Así como cuando supe que fue quien asesino a Demian y me convertí en un demonio, ese día que lo vi asesinar mi propio reflejo me convertí en un dios... Todo lo que me rodeaba se había convertido en mí y debía encontrar un balance si no quería terminar siendo consumido por tal poder... No me cegaba la oscuridad, en realidad mi mente solo estaba en blanco... Pero, ¿Qué más daba? Yo no era consciente de lo que hacía, si no hubiera sabido qué hacer en ese momento me estaría arrepintiendo hasta el día de hoy. 

 «Lo vi asesinar mi propio reflejo», obviamente era una metáfora y no se refería a él, realmente Rygal había asesinado a una persona, pero Vlas vio que Rhys ocultó su identidad, por lo que entendió una sola cosa: No quería hablar sobre eso. Su relato se centraba en otra perspectiva, se centraba en cómo se había completado, y ahí lo comprendió, recordando la charla de la mañana sobre «entenderse a sí mismo», era eso.

—Los Ojos del Alma —dijo, casi como una respuesta a una pregunta que se había hecho hace años. Pero sin habérsela hecho.

—Eres rápido. —Sonrió su hermano—. Y si, los Ojos del Alma son la razón por la que ya nada es como antes, la razón por la cual Lara, tú, los chicos, Leah, mamá, y en un futuro mi bebé, forman parte de mí, la razón que hizo que ese odio sólo haya podido ser contrarrestado por un sentimiento igual de fuerte que ese, que superaba mi existencia misma.

—El amor —musitó Vlas, con clara obviedad—. Claro... Ahora comprendo, si tú no amas te mueres... Por eso tu miedo hacia lo que sea que suceda con Lara, y más si esto involucra la muerte... Ella es la máxima condición de tu poder, si ella no está... Todo se acabaría... Y tú desaparecerías para siempre —añadió, entendiéndolo todo.

—Suena trágico... Lo sé... Pero así es mi destino, Vlas, si no lo aceptaba estaría en la nada, aunque debo decir que yo no soy nadie sin ustedes, mi razón de vida, mi existencia misma está con ustedes, por eso lo único que quiero es acabar con esto para siempre, quiero que dejen de estar atados a mí y que puedan ser felices solos, siguiendo sus caminos y encontrando su libertad... Quizás luego de que les dé ese futuro prometido hasta yo podré dejar de estar atado y condenado... Yo sólo quiero ser feliz junto a Lara, verla sonreír y que en tranquilidad viva una vida plena es lo único que me dará algo de libertad... Una libertad que veo demasiado lejos, incluso estando tan cerca de ella —declaró, alzando su mirada al cielo. Con lentitud, estiró su brazo, intentando atrapar algo que no estaba allí, algo invisible, algo imposible.

 Rhys cargaba con mucho, en su rostro que siempre estaba seguro, frío y comprensivo se ocultaba más de lo que Vlas sospechaba... Obviamente él creía que tenía ese tipo de cosas ocultas sólo para sí mismo, quizás algunas pocas compartidas con Lara, pero jamás pensó que se las soltaría todas a él en una noche. Cuando Vlas miró las estrellas recordó también la primera vez que había perdido la esperanza y comenzó a cargar con un peso a sus espaldas, el momento en el que su destino se marcó para siempre, por lo que pensó... ¿Y si eso no hubiera sucedido?

—Rhys... ¿Alguna vez pensaste que hubiera sido de nosotros si el Scire no hubiera aparecido en nuestras vidas? —preguntó, sacándole una leve sonrisa a su hermano.

—Una etapa de mi vida se trató de exactamente eso, de afrontar el hecho de que quizás nunca encontremos la respuesta a esa pregunta, y que por más que lo intentemos, e imaginemos cientos de escenarios diferentes, estos hubieran sido imposibles —respondió Rhys, con franqueza.

—Lo dices porque al ser un destino incompleto, nada de lo que hubiera pasado en nuestra vida podría haberlo evitado, ¿No?

—Así es, yo ya comprendí que no puedo seguir intentando averiguar qué es lo que nos llevó a esto... Soy un simple humano, Vlas, y ser un simple humano es tan limitante que incluso con el Scire más fuerte de todos los tiempos jamás seré capaz de darle la vuelta a mi destino... ¿Tú ya lo has comprendido?

—Lo comprendo pero todavía no puedo aceptarlo, ni siquiera tengo la respuesta de qué es exactamente el Scire, sé por qué lo tengo, soy un elegido y así está marcado desde que nací, pero no sé por qué lo soy, no sé por qué es la única forma de enfrentar el mundo para nosotros... No entiendo nada —protestó Vlas, algo molesto.

—Lo sé, pienso exactamente lo mismo, pero comprender algo así no es para lo que estamos hechos, si ni siquiera podemos entendernos a nosotros mismos, no podríamos entender el motivo de un destino que jamás cambiará, ni la razón del por qué debemos seguirlo, yo creo que es un mandamiento de la misma humanidad, necesita creerse a sí misma para seguir adelante, por esa razón se necesitan mártires o dioses, más que nuestro problema es uno existencial, que supera la realidad, ya que no estamos atados a ella, lo hacemos porque tenemos miedo de cambiar, por eso la mayor esperanza se convierte en la mayor desgracia, y en los últimos años el Scire no se ha usado para otra cosa que no sea matarnos nosotros mismos, la humanidad le teme a la humanidad.

—No podemos temerle a nada más, ya que nuestro propio destino está en sus manos, en las manos de una sociedad cada vez más egoísta e individualista, sea lo que sea nos llevará a la autodestrucción si no acabamos con esto para siempre.

—¿Con «esto» qué? —preguntó Rhys confundido.

—El Scire.

—¿Crees que el Scire es la representación del miedo humano?

—No, creo que el Scire es un escudo creado para no enfrentarlo, y que si sigue existiendo, este miedo se hará cada vez más grande, hasta que la única forma de erradicarlo sea erradicando la base... O sea, la humanidad misma.

—A ver si comprendo bien lo que quieres decir... Según tú, el Scire es una forma de ocultar el miedo que la humanidad siente por ella misma, es una forma de represión, por lo que si no acabamos con él a tiempo este miedo terminará por hacerse más y más grande hasta ser la amenaza que cause el apocalipsis y erradique a toda la humanidad, ¿No es así? 

—Sí, eso es lo que pienso, ¿Qué opinas?

—Que estás totalmente loco —respondió Rhys, riendo.

—Si... Lo sé, creo que me fui de tema —señaló Vlas, algo decepcionado.

—Aunque nunca dije que estuviera mal, tiene mucha lógica, pero con respecto a «acabar con esto», ¿Cómo harás para eliminar del mundo una ley que viene siendo impuesta por quién sabe cuánto tiempo sin saber nada sobre eso?

—Sabes, hay una teoría muy famosa que dice que si viajamos en el tiempo hasta el principio de todo sabremos cómo fue creado el universo y podremos comprender aún más nuestra propia existencia, quizás esa sea la clave.

—Descubrir el principio de todo para encontrar la razón de su existencia, he escuchado eso antes —recordó Rhys, seguramente fue en algún libro de esos que leía sólo para matar el aburrimiento en sus tiempos libres.

—Todo está unido, Rhys —dijo Vlas, con una sonrisa.

—Así es, Vlas... ¿Sabes? La idea de erradicar el Scire no suena tan descabellada después de todo, creo que podría ser real si sabemos qué significa exactamente este sello, pero eso también es otra interrogante en la infinitas preguntas que nos hacemos a diario... ¿Tú quieres intentarlo? Yo podría ayudarte —propuso, con su mirada suficientemente decidida ante su hermano.

—¿Intentar erradicar el Scire del mundo?

—Exactamente... Tú propusiste la idea, creí que realmente querías algo así.

 En ese momento la cabeza de Vlas supo que era el momento de decidir su camino. ¿Qué era lo que había estado buscando todo ese tiempo que pasó? No podía sólo proteger a los demás sin una razón. Porque sí, el amor y el miedo a perderlos era más que suficiente, pero, ¿Que quedaba de él? ¿Se iba a quedar con esa conformidad por todo lo que durara su vida? Quizás en el futuro, cuando todos estuvieran a su lado a salvo, le encontraría sentido, pero, él era alguien ambicioso y orgulloso también, era un Windsor y el príncipe de Remia, era mucho más que conformidad.

Su personalidad más competitiva no había salido hasta que comenzó a superar esos primeros obstáculos que aparecieron en su camino... La muerte de Zenda, alejarse de Kora, de Remia y de su madre, el entrenamiento con Leah y sus sentimientos por ella, la complejidad del control de su Scire y todo lo que estaba por venir. Superó todo eso con hegemonía, caminó por la cornisa y no cayó, supo que ya era momento de alzar sus alas y comenzar a volar. La cima todavía estaba lejos. Rhys todavía estaba lejos. Su final todavía estaba lejos. «Emprende ese camino», se repitió sin cesar. Ese camino que prometió a Zenda encontrar, y ese camino que haría posible su sueño de querer protegerlos a todos y no perder a nadie más en su vida.

Debía erradicar el Scire del planeta, para siempre. Debía... Darle sentido a su existencia, a su poder... A lo que significaba ser Vlas Windsor para sí mismo: «Ahora todo depende de ti». Y si ese destino era incierto o incompleto... Debía conocerlo... Luchar contra él... Y ganar.

—¿En serio tú lo harías? —Buscó la confirmación en los ojos de su hermano. Estos se habían llenado de fogosidad. La respuesta era obvia.

—Pero por favor, Vlas... Tú fuiste quien dijo que me ayudaría en mi sueño en primer lugar, si tú formas parte del mío yo también formaré parte del tuyo, así que siguiendo eso... ¿Trato? —preguntó Rhys, estirando su mano.

 Vlas vio ese gesto y no pudo evitar sonreír. Rhys, aunque era la persona que cargaba tantos sueños y vidas en su espalda todavía tenía lugar para darle una mano y apoyarlo en su camino, no podía desaprovechar esa oportunidad.

—Trato —dijo, tomando la mano de su hermano, con una enorme sonrisa en su rostro.

—Por lo visto tu camino comienza hoy, Vlas Windsor... Necesitarás entrenar mucho para poder seguir adelante, ¿Comenzamos mañana? —preguntó Rhys, caminando unos pasos hacia atrás. En un ligero movimiento, se dio la vuelta.

—Tú eres el entrenador, sólo sigo tus órdenes. —Vlas le dejó la responsabilidad.

—Entiendo... Entonces mañana no te quejes cuando tengas que entrenar diez horas seguidas.

—Okey, iremos despacio, ¿Bien? No quiero morir sin antes haber logrado lo que me acabo de proponer.

—Lo que tú digas, Vlas —dijo Rhys, al emprender su caminata otra vez. Casi había abierto la puerta casi por la mitad cuando recordó algo importante—. Ey —lo llamó, volviéndose en sus pasos.

—Sí... ¿Qué pasa? —preguntó Vlas, girando su cabeza.

—Creo que hay alguien con quien debes hablar antes de dar el primer paso, comenzaste tu camino con su ayuda, y terminó afectándote más de lo que tú hubieras creído nunca... Yo creo que será de mucha importancia desde aquí hacia el futuro... ¿Cierto? —preguntó Rhys, guiñando su ojo, obviamente Vlas sabía a quién se refería, porque sonrió en respuesta.

—Sí, lo haré, quédate tranquilo —dijo este, recordando su cruce de palabras con Leah en la reunión—. Yo también puedo asegurar de que ella será importante en mi vida —agregó, asintiendo con un sonrisa.

«Decidiste amarla, Vlas Windsor... Decidiste intentar ser feliz... Felicitaciones».

—Suerte entonces... Me iré a dormir, no puedo dejar esperando a Lara mucho tiempo... Tú también descansa, ahora que me diste luz verde para que decida sobre tu entrenamiento estás bajo mi control —bromeó, apoyándose en la pared.

—Gracias Rhys, tú también descansa... Ah, y felicita a Lara de mi parte, dile que será la mejor madre del mundo.

—Serán dados, Vlas... Buenas noches —finalizó, antes de esfumarse en los pasillos. Dejando a Vlas solo en el balcón.

 «Fue más complicado y confuso de lo que creí, cariño... Pero aquí estoy, con la idea de comenzar un camino para cumplir aquello que te prometí... Buenas noches a ti también... Zenda», pensó, regalándole a su mirada un vistazo de ese inmenso y hermoso cielo estrellado, ese día más que nunca. Divisó una señal en el cielo también, porque desde ese momento en su vida... Había marcado un antes y un después.


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