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47.94% La Leyenda del Scire / Chapter 35: Capítulo 1: Un ángel para tu soledad  

Chương 35: Capítulo 1: Un ángel para tu soledad  

Fons, Ash, Residencia Harch - 17 de Octubre - Año 525

 

VLAS

 

Luego de todo lo sucedido en Remia decidí irme con Rhys y su esposa Lara, a Fons. Dejé todo atrás, mi vida, el colegio, mi futuro, mis memorias, lo que sentí junto a ella... Y a mamá y Kora.

De todas formas, aunque lo quisiera, no puedo olvidar nada. Por eso, luego de cuatro meses viviendo con Rhys, Lara y Leah, todavía no he podido encajar muy bien en mi nueva vida. He intentado hacerlo, más que nada, su calidez es demasiada, su trato hacia mí es algo que ni siquiera viviendo en Remia llegué a tener. Me comprenden, me ayudan, y se preocupan por mi más que nada... Pero sigo sin poder lograrlo, no sé cómo seguir adelante. Y es lo único que quiero conseguir.

Quizás sea culpa por dejar todo atrás sin siquiera pensarlo, quizás sea miedo de salir de nuevo lastimado al tener sentimientos por otras personas, quizás sea que todavía no puedo superar el dolor que me dejó la muerte de Zenda, o quizás sea todo eso junto, y más. Todavía sigo atado a Remia, a todo lo que eso conlleva. A su risa, a su cariño, a su amor, a su recuerdo... Sigo atado a ella, y a todo lo que perdí luego de ese fatídico día... Ese día que me marcó para siempre

Pero no había vuelta atrás, ya no podía seguir pensando en el pasado, seguir adelante fue lo que decidí para mi vida, y no podía continuar intentando sobrevivir en medio de un mar de tristeza, ahogado de recuerdos, de sucesos pasados, que ya no iban a volver. Y realmente no era lo que quería hacer, estaba perdiendo una gran parte de mi vida, estaba fracasando en mi propósito... Estaba dejando en vilo una promesa a punto de romperse... Estaba decepcionando a Zenda. Ya que cuando llegara mi momento de morir, quisiera hacerlo sin remordimientos, y con un sentido más allá que solo haber existido sin más, tal y como ella decidió para la suya, por lo que mi destino desde ese día... Sólo dependía de mí.

 

En la tarde...

 

—Ey... ¿No saben a dónde fue Vlas? —preguntó Rhys, entrando a la sala. Lara y Leah lo miraron confundidas mientras negaban con la cabeza—. Lo he estado buscando y no lo encuentro, además dejó su celular en su habitación —agregó, mostrando algo de preocupación.

—Lo vi salir hace algunas horas... Quizás iría a caminar por ahí, como hace siempre —indicó Leah, llevando algunas palomitas que tenía en un pote a su boca. Su vista estaba muy concentrada en la televisión.

—Ya veo, entonces lo dejaré solo por un rato, al igual que todos los días, volverá —se

le notó algo apenado al decir esas palabras.

Lara se dio cuenta rápidamente y se acercó.

—¿Necesitabas algo de él? —preguntó, apoyando su mano en el hombro de su esposo.

—No... Pero no puedo dejar de verlo cada vez más extraño, quiero hablar con él para saber qué le pasa, pero cada vez que lo busco no lo encuentro, ni siquiera su energía puedo sentir... No sé qué pasa —respondió Rhys al bajar su rostro.

Tenía una inexplicable sensación de impotencia que lo atormentaba, habían sido cuatro largos meses, Vlas parecía ser que no se recuperaba, y él no podía hacer nada... No sabía que decirle, él no podía ponerse en el lugar de su hermano porque, aunque la situación que vivió se asemejaba a la suya, él tomó el peor camino posible y no supo cómo actuar. Pero también entendía que tenía que alentarlo, quizás no necesitaba siquiera hablarle, con acciones, haciéndolo sentir parte de la familia o intentando demostrarle que él estaba ahí, y que no se iría de su lado... Si es que eso era lo que su hermano temía... Pero se acobardaba, tenía miedo de no poder hacerle llegar su mensaje y empeorar la situación, en esos momentos deseaba ser más como Lara... Comprender a las personas siempre se le hizo complicado. 

—Claro, pero recuerda lo que le sucedió... Además de que todo esto es nuevo para él, quizás se siente incómodo pensando que es una carga, o sólo tiene miedo de que lo juzguemos... Rhys, todavía es un adolescente, no podemos presionarlo para que hable, debemos dejar que él decida cuando hacerlo —explicó Lara.

—Si... Entiendo tu punto, también comprendo que esto pudo haber sucedido en el peor momento posible... La adolescencia es una etapa compleja para cualquier persona.

—Es un proceso de asimilación, Rhys... Nadie tiene determinado cuantos días de duelo serán luego de perder a lo más importante que tenías, no sé realmente a dónde irá, pero quizás en ese lugar él se siente bien y se encuentra consigo mismo, dejemos que siga así por un tiempo más, hablaremos con él cuando sea el momento.

—Lo sé, Lara, pero el momento se está alejando, no quiero dejarlo solo, cuatro meses es mucho tiempo... ¿Y si piensa hacer una locura?

Esa pregunta vino acompañada de un fuerte estremecimiento, y una agonizante sensación de no saber qué hacer. De nuevo.

—Ey, créeme que si pensara hacer una locura ya la hubiera hecho... Vlas es un chico fuerte, tú más que nadie sabes lo que significa enfrentarte a tu destino y lo difícil que puede llegar a ser —respondió Lara, acercándose a él—. ¿Por qué no le pides ayuda a Leah para que lo busque? Ella también perdió personas importantes en su vida, e hizo mucho por él cuando estuvimos en Remia... Quizás puede volver a ayudarlo, ellos se entiendes —añadió, en voz baja, moviendo sus ojos hacia Leah.

—Quizás puede funcionar... Aunque ahora mismo creo que hay una persona más indicada para esto —dijo él, tomando su celular—. Vuelvo luego —agregó, saliendo de la sala. 

—Sí... Ten cuidado. —Lara apreció como se fue—. Esto es complicado —dijo, moviendo su mirada hacia su hija, recostada en el sillón, ella parecía no haberse interesado mucho en lo que ellos estaban hablando, seguía concentrada en la televisión—. Por cierto, ¿Tú no tenías que estudiar para un examen? —le preguntó.

—Emm... Sí, pero me tomé un descanso —respondió Leah.

—¿Un descanso de tres horas? —preguntó Lara, señalando su reloj—. Vamos, no te hagas la loca... Vuelve a estudiar —ordenó.

—Ah, mamá... Déjame descansar por hoy —pidió su hija, acomodándose en el sillón, en el proceso se le cayeron algunos de las palomitas al suelo—. Te prometo que mañana estudiaré el doble de tiempo, también limpiaré este desastre... Por favor. —Casi se pone de rodillas ante su madre.

—Está bien, pero la cumples, esta vez es la última que te creo, vienes con el mismo cuento hace días —recordó Lara—. Si no lo haces, no te permitiré volver a tomar un descanso hasta el próximo receso de clases —indicó, caminando hacia la salida—. Iré a hacer las compras, vuelvo luego.

—Está bien —respondió Leah. Lara ya había salido de la habitación para ese momento—. Maldita sea, ella cumple con sus amenazas... Mejor estudio mañana.

 

Mientras tanto...

 

Fons, Ash - 17 de Octubre - Año 525

 

 Vlas había encontrado un lugar en la cima de una colina al este de Ash, que daba una hermosa vista hacia la ciudad, donde admiraba el atardecer todos los días, ese lugar le recordaba a la playa de Remia, donde había vivido recuerdos inolvidables.

 Se encontraba sentado en el césped, apreciando como la ciudad se encendía en la noche, ahogado en sus pensamientos, con la música de sus auriculares calmando su mente. Luego de lo sucedido en Remia se había vuelto más perceptivo, a veces sentía que sus pensamientos eran más fuertes de lo que eran antes, sentía como sus sentidos se habían agudizado, se sentía más liviano, más indiferente al dolor físico, y no podía ignorar su obvio crecimiento físico también.

Obviamente todo eso que le estaba sucediendo era consecuencias directas de haber conseguido un Scire, y aunque a veces se le hacían molestas, otras tantas, como en ese momento, le ayudaban demasiado, para prevenir cualquier tipo de problemas.

Fue un instinto aislado, sintió que algo se acercaba a él, no parecía ser una amenaza, pero era mejor prevenir que lamentar, por lo que se quitó sus auriculares y alzó su mirada cuando siguiente a eso escuchó unos pasos detrás de él, para que un momento después una persona se sentara a su lado.

—¿Qué tal? —preguntó amistosamente el extraño, mientras Vlas lo miraba anonadado.

—Hola, ¿Nos conocemos? —preguntó Vlas, confundido. Obviamente no, él jamás lo había visto en su vida.

—No, pero eres Vlas Windsor, ¿Cierto? 

—Sí... ¿Cómo sabes mi nombre? —Vlas lo miró sorprendido, y su cabeza se llenó de preguntas.

 Él no conocía a ese chico, pero parecía que él sí, y además de eso tenía demasiada confianza para hablar con otros desconocidos. No parecía pasar los veinte años, estaba sentado, pero podía notar que él también era muy alto incluso superaba su altura en esa posición. Vestía una sudadera color amarillo pastel y un pantalón azul oscuro, además de unas botas negras. Vlas se quedó con la misma idea, realmente no parecía superar los veinte. Su vestimenta era algo que Vlas podría llegar a usar, algo casual. Tenía el cabello corto y revuelto, pero este parecía ser más corto en sus costados que arriba, y era de color negro, ojos azul oscuro, levemente afinados, además de usar aretes de oro en su oreja izquierda... Era bastante atractivo.

—Porque eres el hermano de Rhys, te conocí en Remia, tú estabas noqueado luego de que Cole te haya atacado por eso no sabes quién soy, al igual que te sucedió con Mya —explicó Kit, sacando una barra de cereal de su bolsillo—. ¿Quieres? —le ofreció otra.

—No, gracias —Vlas lo rechazó formalmente cuando recordó lo que Rhys le había dicho al conocer a Mya—. Oh, claro... Tú debes ser parte del grupo de Rhys —declaró emocionado.

Unió los cabos rápidamente, él debería de ser Dean o Kit, los miembros restantes que todavía no conocía.

—Sí, soy Kit Miracle... Mucho gusto, Vlas.

Extendió su mano y Vlas replicó.

—El gusto es mío, Kit... Así que tú eres amigo de Rhys, ¿Cierto?

—Algo así, en realidad lo veo más como un maestro, un líder... Mi modelo a seguir —respondió Kit, con cierta admiración.

—Claro, es lo que todos dicen de él. —Persona que conocía, persona que hablaba maravillas de Rhys, ya casi no le sorprendía lo que su hermano era capaz de producir en los demás—. ¿Dónde se conocieron? —preguntó con curiosidad.

—En realidad me hizo conocerlo, apareció un día frente a mí diciéndome que me entrenaría para despertar el potencial que tenía dentro, me contó su sueño y desde ese momento lo seguí sin pensar en nada, pensé que eso me ayudaría a encontrar lo que no tenía.

—¿Lo que no tenías?

—Sí, yo no tengo pasado... O sea, obviamente tengo, pero no lo conozco, parece que a los quince años tuve un accidente que me hizo estar dos años en coma, cuando desperté no recordaba nada, ni mi nombre, mi familia, mi pasado, mi historia, nada... Era solo un fantasma, intenté buscar quién era, lo hice por mucho tiempo, pero como te dije, un día apareció Rhys y me prometió que si lo ayudaba me daría una mano para encontrar pistas sobre mi pasado, al principio lo seguí por interés, pero al final terminé por compartir su sueño luego de ver lo que realmente era el mundo, y lo interesante que era Rhys, seguirlo quizás fue la mejor decisión de mi vida, sin él probablemente ya estaría bajo tierra.

Vlas lo escuchó con atención y sonrió levemente.

Kit quedó en silencio mientras terminaba su aperitivo. Vlas sólo permaneció con sus ojos todavía puestos en Kit unos momentos, para luego hablar en respuesta a su historia.

—Eso suena algo duro... ¿Entonces todavía no recuerdas nada sobre tu pasado? 

—Mi nombre... Rhys consiguió archivos de mí en la clínica que pase los dos años en coma... «Kit Miracle: 17 de Octubre 504»... Sólo decía eso, mi apellido viene de Bellum Giant, todavía no sé cómo termine aquí, pero no puedo volver a ahí para descubrir todo lo que mi pasado oculta... La dictadura que lleva casi treinta años no permite que nadie entre ni salga de ese lugar por lo que sí quiero volver debo seguir a Rhys para que cuando lleguemos al final y acabemos con «los fuertes» obtenga las respuestas a mi pasado

—Claro, pero... ¿Realmente quieres conocer ese pasado?

—Es una pregunta interesante, a su vez ambigüa, si me la hubieras hecho hace dos años te hubiera dicho que si sin siquiera pensarlo, pero ahora he perdido esa necesidad y anhelo de conocerlo, encontré mi lugar en el mundo con ellos, ya tengo una familia, personas que me importan y que por ellos realmente daría la vida, quizás mi pasado no es el que espero y terminaría decepcionándome... Pero eso no lo sabré hasta que acabemos con esto.

—Espero que lo logres, ojalá todos pudiéramos recuperar lo que perdimos, pero a veces termina siendo un sueño imposible. —Vlas levantó su mirada, y las estrellas ya se habían formado frente a él.

Ahí estaba de nuevo, la más brillante en el mismo lugar de siempre... Cuatro meses en el mismo lugar de siempre.

—Sé por qué lo dices, conozco tu historia... Yo al principio me sentía vacío... Bueno, en realidad lo estaba, era extraño saber que no sabía nada de nada, tenía la mente en blanco, y al igual que tú, sólo tenía sueños imposibles, pensaba que el mundo era una utopía, pero cuando desperté estábamos en plenas consecuencias de la guerra, todo a mi alrededor era sufrimiento y destrucción, eso terminó por angustiarme a mí, y me hizo replantear el mundo en el que había despertado... Tenía que pelear para sobrevivir, y no era fuerte, todo lo contrario... Por eso que Rhys haya aparecido en ese momento y me haya salvado de ese camino me devolvió las esperanzas, en todo, el mundo que me rodeaba no sólo era maldad y destrucción, también había personas como él o Lara, Mya, Dean y Leah también, ellos me aceptaron incluso cuando no tenía una identidad... Pero siempre recordaré una frase que Rhys me dijo una vez... «Aunque las dudas te carcoman, aunque no le encuentres sentido a tu vida, aunque ya no tengas más para dar... Nunca lo olvides, siempre estaremos aquí para ayudarte, de ningún modo intentes seguir este camino solo... Acompañado te irá mejor».

Eso era para él... Vlas lo entendió al instante, ese chico estaba ahí por él, y le estaba dando la mano para alzarlo en su camino... ¿Pero por qué? Apenas se conocían, no habría razón para ayudarlo.

—Mi hermano realmente es una persona de admirar... Y escuchando tus vivencias puedo comprender que ellos también lo son —dijo Vlas con una sonrisa, refiriéndose a Dean, Mya, Lara y Leah—. Yo también le debo mucho a Rhys y Lara... Si no fuera por ellos tampoco estaría aquí ahora mismo, pero estoy algo aislado de lo que me rodea, no sé lo que es, creo que todo se debe a que perdí a alguien muy importante para mí, y aunque he seguido sin ella, todavía siento que me hace falta, por eso aún no encuentro mi camino... Y con lo único que cargo es con la esperanza de algún día poder hacerlo —agregó, con un poco de angustia e ilusión entremezcladas en su corazón.

—Lo harás, te lo aseguro... Rhys no te dejará atrás, Lara tampoco lo hará... También nos tendrás a nosotros, y a Leah... No estarás solo, Vlas... «Acompañado te irá mejor» —declaró Kit, apoyando sus manos en el suelo para así impulsarse y ponerse de pie.

—¿Ya te irás? —preguntó Vlas, siguiendo el movimiento de Kit con su mirada.

—Sí, iré a festejar mi cumpleaños con mis amigos, después de todo, no se cumplen veintiún años todos los días —respondió, soltando una risa.

—Oh claro, hoy es 17 de Octubre... Feliz cumpleaños.

—Gracias, Vlas... ¿No quieres venir? —preguntó, con una sonrisa, alzando su pulgar al señalar detrás de él.

—No, no podría... Todavía no los conozco lo suficiente, además, dijiste que son tus amigos, y no quiero sentirme desubicado en su reunión.

—Tampoco nos conocerás si no aceptas mi invitación... Vamos, no estarás fuera de lugar, te prometo que no te haremos sentir incómodo en ningún momento, ¿Qué dices? ¿Vienes? —insistió Kit.

—Ahora que lo pienso, creo que algo de interacción con personas me hará bien... Me apunto.

El impulso de confianza que tuvo de repente lo sorprendió, pero no le desagradó, lo había ayudado en ese momento.

—Excelente, también estarán Leah y Mya, así que no te preocupes por no conocer a nadie... No es que tenga demasiados amigos —dijo, comenzando a caminar hacia debajo de la colina—. Sígueme, es cerca de aquí —agregó alejándose, y Vlas tomó camino a su lado.

 

Después...

 

Fons, Ash, Distrito Central - 17 de Octubre - Año 525

 

 Entraron al lugar que Kit lo había llevado. Vlas miró alrededor apenas dar algunos pasos dentro: Candelabros, pista de baile, escaleras a un segundo piso donde había mesas y barras de bebidas, un DJ, bola disco... Claro, estaban en un antro. Para sorpresa de Vlas, quien no solía frecuentar ese tipo de lugares, parecía ser más tranquilo de lo que señalaban, incluso creyó que a esos lugares solo podían asistir personas mayores de edad.

—Hola chicos, estoy de regreso... También les traigo una sorpresa, con ustedes... Vlas Windsor. —Kit se había acercado con demasiada confianza a dos personas que estaban de espaldas a la puerta, sentadas en los taburetes de la barra del bar.

 Ellos se dieron vuelta rápidamente al escuchar su nombre, y Vlas pudo notar que la chica de la izquierda era Mya, también estaba otro chico que parecía ser amigo de ellos también... Así que Dean. Su cabello estaba desordenado, color rubio oscuro, grandes ojos color lila, y una gran sonrisa brillante, incluso sin haberlo escuchado percibió al instante que ese chico desbordaba confianza y carisma. Tenía puesta una camiseta manga corta blanca y un pantalón básico azul marino, adicionando unas zapatillas deportivas blancas con parches de equipos de futbol... A Vlas le terminaron por encantar.

—Oh, así que viniste, Vlas... ¿Bienvenido? —Ella sonrió con algo de confusión ante la sorpresiva aparición de Vlas.

 Él no había olvidado lo hermosa que ella era, incluso en ese momento estaba aún más linda que cuatro meses atrás. Quizás era el vestido plateado ajustado al cuerpo que hacía resaltar sus atributos, o el hermoso cabello negro azulado que brillaba como su sonrisa... Una chica tan atractiva que hasta parecía un sueño.

 —Ey... Mya te saludó —dijo Kit, pellizcándolo en el brazo

 Maldita sea, se había quedado en blanco mirándola a ella... Quizás parecía un maldito baboso.

—Oh sí, claro... ¿Qué tal Mya? —Levantó su mano, pero bajó su cabeza al estar avergonzado de su accionar, quizás Mya no lo había notado, pero disimular no se le daba muy bien.

—Hola... Yo soy Dean, gusto en conocerte Vlas, me han hablado mucho de ti.

Vlas no se equivocó, Dean era alguien que tomaba confianza demasiado rápido, cuando él menos se dio cuenta, ya estaba a su lado, y había pasado su mano alrededor de su hombro.

—Ho... Hola Dean, un gusto también. —Automáticamente Vlas se puso nervioso y el tartamudeo comenzó de nuevo.

—Por favor Dean, no comiences a ser pesado con los nuevos... No lo hagas sentir incómodo. —Mya se puso de pie y lo alejó, tomando la mano de Vlas—. Ven, siéntate en aquí, Vlas, ¿Quieres algo de tomar? —preguntó guiándolo, hacia la parte de la barra en la cual ella estaba sentada.

—Agua, nada más. —Alzó sus hombros ligeramente.

—¿«Agua, nada más»? ¿Ni siquiera una cerveza?

—Soy menor de edad, no puedo tomar alcohol.

—En Ash no hay edad reglamentaria para tomar alcohol, así que puedes hacerlo —luego de decir eso, Mya levantó la mano e hizo un gesto con sus dedos—. Cinco cervezas aquí —señaló al barman, y este asintió.

—Entonces, Vlas, ¿Qué puedes decirnos sobre ti? Nosotros apenas te conocemos gracias a lo que Rhys nos ha contado, pero nada más que eso —preguntó Kit, sentándose a su lado.

—Emm... No sé qué puedo decirles, tengo dieciséis años, me gustan las ciencias y la música, también leer... No me gustan pocas cosas, pelear es una de ellas, sólo lo hago si es necesario, tampoco me gustan las personas con malas intenciones, pero puede que llegue a darles una segunda oportunidad si se permiten el perdón... Creo en que si pensáramos menos en nosotros y más en los demás el mundo sería un lugar mejor, eso también lleva a que me atraigan las personas que piensan en los demás de la forma en que lo hacia ella, podría decir que esa también es mi mayor debilidad, ya que me hace recordar demasiado a lo que me cautivó de ella en primer lugar... Soy bueno en los deportes, pero prefiero los videojuegos, principalmente los de carreras, he pasado noches enteras jugando a estos... A veces soy algo terco cuando creo que tengo razón, eso me puede llevar a discusiones muy largas de las que no cederé hasta que gane... Tan solo me falta hablar del futuro, no pienso demasiado en este, aunque tengo una naturaleza algo ambiciosa, de todas maneras sólo hay algo que quiero que perduré en él... Lo último que me queda de lo que alguna vez fue mi vida en Remia... El recuerdo de haberlas tenido a ellas en mi vida. —No paró.

Fue la primera vez en cuatro meses que había tomado la suficiente confianza como para abrirse a alguien más y lo hizo todo de un solo golpe... «Acompañado te irá mejor»... Esas palabras lo influenciaron, quizás Rhys y Kit tenían razón, eso se vio reflejado en las reacciones de ellos... Asombro.

—Wow, eso sí que fue una presentación. —Mya intentó dispersar el extraño silencio que se había formado luego de las palabras de Vlas—. Así que... ¿Perdiste a alguien importante para ti?

—Sí... Zenda, ella era el amor de mi vida... Ella me presentó un mundo de una manera distinta a la cual lo veía yo... Su optimismo y esperanza iluminaban donde fuera que ella se encontrara, era radiante, hermosa y encantadora, en todos los sentidos... Su luz fue lo que impidió que mi vida se apagara en el peor momento de esta, y su recuerdo es lo que todavía me mantiene a flote, incluso luego de su partida. —Su garganta se cerró con esa última frase, tan solo habían pasado cuatro meses... Muy poco tiempo como para poder superar ese momento, y más para él.

—¿Ella fue tu sacrificio? —Mya indagó.

—Así es —respondió Vlas, dándole una mirada a su sello—. Esto fue lo que me la quitó —agregó, mostrando su mano.

—Oh claro, tú eres el actual poseedor del Scire... ¿Y qué tal te ha ido con eso? —preguntó Kit.

—No he hecho nada aún... Tengo el pensamiento de que puedo lograr cosas inimaginables con él, pero todavía no puedo hallarle un uso que a su vez me beneficie a mí, siento que no lo haré hasta que me encuentre a mí mismo, pero tampoco sé que quiero para mí... Le dije a Rhys que lo ayudaría en su sueño, pero ni siquiera he hablado con él desde que vinimos aquí, y sólo he estado corriendo de mis responsabilidades como un cobarde —dijo, con frustración.

Él no quería estar en ese lugar, no quería ser un barco a la deriva, quería tener motivaciones, un propósito al cual llegar... Inevitablemente quería ser como Rhys, verlo superar cada obstáculo lo inspiraba, pero él no era Rhys, no tenía sus capacidades, fuerza o habilidades... No tenía su carisma ni su personalidad, ellos eran totalmente diferentes, quizás esa era la razón por la cual a su vez lo afrontaron de diferentes maneras... Aun así él era su figura, si no podía llegar a ser como Rhys... ¿Quién terminaría por ser?

—¿Y por qué no lo haces? Rhys es quien menos te reprocharía tus actitudes, ha estado deseando reunirse contigo desde que lo conocí, ¿Hay algún problema entre ustedes? —preguntó Dean, con curiosidad.

—No, para nada... Rhys es un gran hermano y sé todo lo que hizo en Remia para que yo esté seguro, sé lo de Cole, sé lo de mi padre, y lo de los asesinos, también sé todo lo que hizo los últimos diez años para mantenerlos a salvo a ustedes, a Leah, y obviamente a Lara, eso hace que no pueda siquiera desconfiar de él, pero es un problema mío, soy yo el que no sabe qué hacer consigo mismo, creo que si no me decido pronto... Terminará siendo muy tarde. —Vlas bajó su mirada. ¿Tarde?

—¿Tarde para qué? —preguntó Mya, confundida. Casi pensando lo mismo que él.

—Tarde para volver por ella... Y también para llegar a ser feliz.

Esa respuesta llamó al silencio.

Mya notó que Vlas no estaba animado, y disimuladamente acarició su mano mientras se acercaba a él.

—Todos estuvimos en tu lugar, Vlas... No voy a mentirte con frases optimistas cuando conozco la realidad y sé que no es para nada agradable, pero eso no quita que pueda decirte que todo depende ti... Debes de tener fuerza de voluntad y podrás salir adelante, tienes las herramientas y el entorno para hacerlo posible, sólo falta que des ese paso... Y no importa el tiempo que pase, nunca será un impedimento para poder llegar a ser feliz... Nunca será un impedimento para reencontrarte con esa persona que dejaste atrás... Créeme, nunca lo será. —Los ojos de Mya brillaban en su discurso motivador.

Vlas notó cierta emoción en su voz, como si estuviera hablando con conocimiento propio... Ella parecía estar bien parada en su mundo, comprendiendo objetivamente lo que la rodeaba y no haciéndose ideas imposibles. Vlas no quiso preguntar nada sobre su vida, pero pudo percibir que una historia sin misericordia se encontraba plasmada en su ardiente mirada... Esos ojos estaban llenos de fuego y confianza, misma confianza que vio cuando la conoció en Remia... No pareció haberse equivocado al suponer eso sobre ella, sí que era una chica valiente y admirable, con tan solo unas pocas palabras contó su vida sin mencionar nada de esta, e hizo alusión a su sueño sin demostrar que tenía uno, porque no podía ocultarlo, esa mirada tan decidida lo demostró... Ella también era una soñadora.

—Gracias, Mya... En tan solo unas horas tú y Kit me hicieron darme cuenta de cosas que no vislumbré en cuatro meses... Se siente bien conocer personas sensatas que tienen los pies sobre la tierra, y a su vez soñadoras... Rhys fue inteligente al elegirlos a ustedes. —Sonrió en respuesta a lo dicho por Mya.

Cruzaron miradas por un momento y ella le sonrió con simpatía también. Vaya momento el que había sucedido entre ellos, extrañamente Vlas se sintió motivado con su actitud, era contagiosa e influenciable hasta cierto punto. Pero tampoco pudo evitar sentirse inservible, que todos le dijeran lo útil y fuerte que era lo hacía sentir de forma contraria, ¿Cómo era posible que todos comprendieran algo sobre él mismo que ni siquiera él podía darse cuenta? 

Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando una voz conocida hizo presencia en el lugar. 

—Ya estoy aquí... ¿Me extrañaron? —Todos voltearon y contemplaron a Leah acercándose con un gran ánimo—. ¿Vlas? —Lo miró extrañada, pero con un poco de alegría representada en su sonrisa.

El hermano de Rhys... Para Leah, Vlas era sólo eso, sin embargo, su casi nula interacción desde que habían vuelto de Remia no impidió que ese interés hacia él que había despertado en ella cuando lo conoció en Remia creciera. Su mayor sorpresa vino cuando entrevió lo distinto que él era comparándolo con Rhys, los más de cinco años de convivencia con él lo hicieron conocerlo muy bien, y a su vez crear ciertas suposiciones de su hermano, ya que Rhys hablaba demasiado de él. Cuando conoció a Vlas en Remia todas las especulaciones que tenía sobre él se vinieron abajo, y hasta cierto punto se sentía agradecida. No es que odiara a Rhys pero mayormente ese tipo de personalidades le causaban rechazo, tuvo suerte de conocerlo bien, si no fuera por eso, su relación con Rhys hubiese sido distinta.

Esa fue la razón de su alivio cuando descubrió que Vlas era distinto a su hermano, era alguien de su edad que a su vez era importante para alguien que amaba y que se iría a vivir con ella tarde o temprano. Cuando el momento llegó, intentó de todas las formas posibles relacionarse con él para lograr una convivencia cómoda. Ellos ya habían tenido algunos momentos lindos en Remia, ella había notado que Vlas le causaba sentimientos encontrados, unos que ella no había sentido antes. Y cuando conoció su historia, meses atrás, quiso ayudarle, y en Remia hizo sólo un poco, creyendo que cuando él se fuera con ellos a Fons, podría seguir a su lado, y él aceptaría esa ayuda que ella le ofreció antes de despedirse esa mañana. Pero él estaba demasiado encerrado en su mundo luego de lo que le pasó como para que ella, siendo una persona que apenas conocía, pudiera siquiera ayudarlo a superar su sufrimiento.

Esa sonrisa de alegría se debía al verlo por fin relacionándose con personas, Vlas no era un mal chico y con el paso de los meses le tomó mucho más aprecio del que le había tomado en Remia, al ver a Rhys y Lara algo angustiados con su situación, ahora que él estaba comenzando a avanzar ellos por fin podrían estar tranquilos... Y ella también. 

—Hola Leah, me invitaron también —respondió Vlas.

—Ya veo. —Advirtió Leah, con una sonrisa—. Al fin saliste de casa —bromeó.

—Kit me insistió que viniera y vi una gran oportunidad para relacionarme con más personas... Aunque últimamente no estaba hablando con nadie.

—Así es... Pero venir aquí hoy ya es un avance... Felicidades Vlas. —Se acercó y acaricio su cabello con una sonrisa.

—Gracias, Leah... ¿Sabes? Esta es la conversación más larga que hemos tenido desde que volvimos de Remia —rio el chico.

—Y la más encantadora también —respondió ella, guiñándole un ojo.

 

Unas horas después…

 

La incomodidad y timidez de Vlas se fueron desvaneciendo a medida que la noche pasaba. Los chicos eran muy agradables, y lo hicieron sentir como si fuera parte de su grupo, lo integraron sin juzgarlo y eso se apreciaba... No tenía palabras para agradecerles lo que estaban haciendo por él. 

—Vamos a bailar... ¿O se quedaran aburridos aquí toda la noche? —Dean se puso de pie y comenzó a animar a los demás—. Vamos, vamos. —Tomó a Vlas y Kit del hombro, y los llevó con él.

Vlas miró Kit y este asintió con una sonrisa, ya lo había entendido, no había manera de convencer a Dean de lo contrario así que ambos sólo lo siguieron hacia la pista de baile.

—¿Vienen? —preguntó Kit, volteando hacia las chicas.

—Si, claro —respondió Mya, y ambas comenzaron a caminar detrás de ellos—. Ey, ¿Crees que no lo noté? —preguntó, volteando su mirada a Leah.

Ella le devolvió la mirada y notó la insinuación en sus ojos, que luego se dirigieron hacia adelante, más concretamente a Vlas.

—¿A qué te refieres? —preguntó confundida.

—«Parece que el menor de los Windsor te cautivó, Leah» —respondió riendo.

—Mya, sigues con eso... Ya te dije que no, Vlas no es mi tipo —dijo volviendo su mirada hacia delante—. Creo... —añadió titubeando. ¿Seguir haciéndose la desentendida con ese tema era sensato?

—¿O sea que te gusta?

—Ya te dije que no... Vlas es el hermano de Rhys, e inevitablemente me interesé en él, pero no es el tipo de interés que tú crees... Es un chico con muchos problemas, traumas y heridas, sólo creo que puedo llegar a ayudarle para que salga adelante... Sólo eso.

Siguió mirando su espalda y lo escuchó reír en respuesta a un chiste de Kit... ¿Ese mismo chico era el que había estado viviendo con ella por cinco meses? Al final la solución a su actitud era sencilla, sólo había que hacerlo sentir parte, no importaba de qué manera, mientras él se sintiera cómodo todo sería más fácil en su camino... Y ella quería darle esa comodidad.

 

Unos minutos después...

 

 Leah abandonó la pista, y se alejó hacia una zona de descanso rodeada de sillones y mesas de cristal. Vlas la vio irse, e hizo lo mismo, yendo detrás de ella.

 —¿Te cansaste? —preguntó, cuando al alcanzarla, se sentó en el sillón que se encontraba al lado de ella.

 —Ni que lo digas... La última vez que salí a bailar fue en mi cumpleaños, y ya han pasado más de diez meses desde ese día —respondió Leah, llamando al mozo con la mano—. ¿Quieres algo de beber? —le preguntó a Vlas.

 —Si... Un Mojito. —Él sabía poco de bebidas, casi nunca tomaba alcohol, pero una vez en una fiesta en el palacio oyó ese nombre, y le pareció gracioso, por lo que quiso probar que tal era.

 —Buena elección... A mi tráeme un vodka con jugo de fresa, por favor —indicó al mozo.

 —Ya se los traigo, señorita —respondió este, alejándose con sus órdenes.

 —Gracias —agradeció Leah luego de que este se alejara. Aprovechó para atar su cabello de paso.

—No sabía que te gustaba bailar, Leah... Sabes moverte.

El halago de Vlas vino con una sonrisa a la que Leah respondió.

—Aunque no lo creas, Lara es una persona a la que le gusta salir de fiesta... A veces ponía música en la casa y bailábamos juntas, al final terminé por acostumbrarme a sus movimientos, ella es una belleza hasta en ese sentido —explicó la chica, entre risas—. Lo que sí me sorprendió fuiste tú... No creí que fueras tan bueno bailando.

—Tomé clases de baile cuando era pequeño, mi madre insistía que lo hiciera para las galas o reuniones en el palacio, así que supongo que viene de ahí.

—Es algo interesante, también había olvidado que eres un príncipe... Rhys había dicho algo por el estilo una vez, pero casi nunca habla de eso.

—Si... Rhys era no sólo el príncipe de Remia, sino que el heredero al trono... Si no se hubiera ido de Remia tan joven habría sido rey, probablemente el rey más joven de la historia de nuestro reino... Mi abuelo tenía treinta y tres años cuando asumió, y mi tío veinte.

—¿Y Rhys cuántos hubiese tenido?

—Habría sido apenas se graduara de la universidad... Asi que quizás a los dieciocho.

—¿Dieciocho años y rey de una potencia mundial? ¿Él podría haberlo aguantado?

—Sí, claro que sí... Tú conoces a Rhys, sabes de su talento, él hubiera sido el mejor rey de todos los tiempos... No tengo dudas —respondió, la admiración hizo eco en su voz—. Pero no pasó... A los dieciocho se fue de Remia y rechazó para siempre a la Familia Real, dejó de lado todo lo que lo convertía en un príncipe además de su título de marqués proveniente de nuestro clan... Ahora Rhys no es más que un civil con un pasado de noble.

—Claro... Pero ahora que lo pienso bien... ¿Eso no afecta a tu familia? O sea, normalmente alguien que tenga ese estatus no puede rechazarlo y abandonar la Familia Real sin el permiso del líder... En este caso, el rey.

—No, en Remia no funciona así... Las leyes son distintas.

No había normas dentro de la casa Di Rem. No por haber nacido con ese apellido un individuo de esa familia tenía que vivir como un esclavo, se permitía decidir todo. Por esa razón, la opción de que a los dieciocho años podías abandonar la familia existía. Obviamente había nobles que despreciaban a las personas de clases inferiores a ellos, como en cualquier tipo de pirámide social donde alguien tiene más poder e influencia que otros, así eran los seres humanos. Pero siempre había excepciones, por lo que si por alguna razón un noble decidía casarse con un plebeyo, o alguien de una casa inferior, nadie en todo el reino se lo podía impedir.

El sistema de gobierno en Remia era el de una monarquía constitucional... Existía un rey, pero él no decidía todo. De las pocas tareas que el rey tenía, había dos muy importantes para el liderazgo del reino: La primera era elegir a los jefes de gobierno, dándole así el título de líderes totales de la nación al Primer Ministro y su Consejo, que gobernaban en el Parlamento, donde se llevaban a cabo las reuniones entre gobernantes de ciudades y ministros elegidos cada cinco años en las elecciones nacionales. La segunda era elegir a su propio Consejo, integrado por los cinco líderes de las familias fundadoras y los comandantes del Ejército Real. El rey solo gobernaba en Rem, una isla con una constitución diferente a la de la nación de Remia, pero uniéndose ambas formaban el gran Reino de Remia.

—Ahora entiendo por qué Rhys es una persona que se mueve con tanta libertad a pesar de haber pertenecido a la élite de Remia... No voy a negar que eso es algo admirable, creo que todas las familias reales deberían de tomar esa decisión, es algo arcaico limitar tanto la vida de los integrantes.

—Ni que lo digas.

—Pero volviendo al inicio... Aparte de baile... ¿Sabes más cosas?

—Si... Artes marciales, baloncesto, patinaje, surf, ciencias, piano y algo de ajedrez... Mi amiga me enseñó. 

—¿Qué? —Lo miró sorprendida.

—Si... No es común que me jacte de mis logros, pero parece ser que tengo muchos. —Sonrió con modestia.

—¿Bromeas, Vlas? Eres un genio, eres demasiado versátil, ¿Cómo puede ser que seas tan bueno en tantas cosas?

—En realidad no es que tenga mucha idea... Genética quizás, Demian era muy bueno en los deportes y en los estudios también... Y creo que ya ni siquiera es necesario hablar de Rhys.

—Sí, tienes razón... ¿Entonces tus padres son personas talentosas, cierto?

—Más o menos... Mi padre sí, aunque desearía decir que no, en realidad es un genio bastante avanzado, es inteligente, frío, calculador, vertiginoso, y perspicaz... Mi madre quizás no esté al nivel de él o el de Rhys, pero sigue siendo una mujer demasiado inteligente y capaz... Después de todo, ella controla enteramente la economía de Remia, todo pasa por su cabeza, sabe qué hacer en todo momento... Podría decirse que inversamente a nosotros ella solo se centró en una disciplina en toda su vida, pero no quita que sea la mejor en eso.

Una extensa descripción de los padres de Vlas que asombró a Leah.

 Vlas no estaba tan equivocado, aunque él no lo había visto todo. Rygal era mucho más de lo que su hijo pretendía saber. Rygal no demostraba nunca ser alguien cruel, aunque lo era, o alguien manipulador, aunque lo era, o alguien carismático, aunque lo era. Quizás la vasta experiencia que los años le habían otorgado lo ayudó a crear diferentes rostros y personificaciones de él mismo para poder tener todo bajo su control sin necesidad de usar más de algunas palabras.

Usaba cada una de sus virtudes dependiendo con quien o quienes debía de tratar, usaba su carisma, su crueldad o su influencia siendo ágil en cada una de estas. Sus monstruosas aptitudes fueron lo que lo hicieron apto de gobernar Remia por casi treinta años, y no mostrar ni una sola recaída luego de lo sucedido en el infame Incidente de Ajax, donde todos los anteriores líderes de la nación incluido su propio padre fueron asesinados misteriosamente, jamás se supo quién fue el autor o las razones de tal masacre, pero no se necesitaron, las capacidades de Rygal convencieron a la población y desde ese momento no dejó el liderazgo otra vez, hasta que su hijo nació y todas sus esperanzas se volcaron hacia él.

Pero Rhys Windsor era igual que su padre, nunca se dejaría controlar por nadie sabiendo que tiene las capacidades para tener el control él mismo... Por esa razón ambos tomaron roles antagónicos en los planes y camino del otro... Vlas, Clio, Cole, Lara, Leah y todos los demás sólo estaban en el medio de una guerra entre dos genios con diferentes puntos de vistas e ideologías contrarias, una guerra que conllevaba mucho más que solo un Scire o Remia... Una guerra que conllevaba el mundo entero que los vería luchar... Hasta que uno de los dos cayera a los pies del otro.

Hasta que el Demonio de Remia o el Príncipe de las Tinieblas llegaran a su final... Cumplieran su destino... Hasta que la mirada del otro sea lo último que el otro vea... Antes de desaparecer por la eternidad.

—Igualmente no lo veo tan sorprendente... He conocido personas que también han tenido un talento monstruoso para demasiadas cosas, quizás no al nivel de Rhys o mi padre, pero sí que han dejado marca a su manera —dijo Vlas, tomando la bebida que el mozo había dejado encima de la mesa un rato antes.

Al decir eso sólo la imagen de Kora vino a su cabeza, entraba demasiado bien en esa descripción, estúpidamente Vlas lo dijo inconscientemente, ella era la mayor demostración de que él realmente conocía personas talentosas... La extrañaba mucho también, jugar ajedrez con ella era entretenido, aunque casi siempre terminara perdiendo, ir a la heladería juntos, pasar por alguna tienda de ropa y ayudarla a elegir vestidos. Probablemente la persona con la que más tiempo pasaba era Zenda, pero también tenía recuerdos con Kora y estos formaban una extensa parte de sus diez años vividos en Remia con ellas... Todavía había una promesa entre ellos, una promesa que se prometió a sí mismo no romper, una promesa que le hizo a Zenda, y la única que podría darle algo de tranquilidad antes de que la culpa lo consumiera por completo, una promesa que debía cumplir para poder verla feliz... Tenía que volver por ella... Tenía que mirarla a los ojos una vez más.

—Ah sí... ¿Quién es? —preguntó Leah, dando un sorbo de su vaso también.

—Kora Allen... Mi mejor amiga.

—¿Tu mejor amiga? —preguntó Leah, dándole una mirada de reojo—. ¿Ella era...?

—Sí —la interrumpió Vlas, dándose cuenta por donde venía la pregunta—. Es su hermana gemela... La conociste ese día que fuimos al muelle —añadió, dejando la copa vacía arriba de la mesa luego de tomar todo de un trago. Esa bebida con nombre gracioso estaba muy buena, debería pedir otro.

—Ya veo... La recuerdo sí, ¿Kora es la jugadora de ajedrez, cierto? —Leah hizo memoria.

—La mejor jugadora de ajedrez... No hay nadie mejor que ella —respondió Vlas, con una sonrisa—. Excepto Rhys, solo él pudo ganarle —rio al final.

—Ese tipo —rio también Leah—. ¿Por qué eres tan diferente a él? Eso fue lo que más me sorprendió de ti cuando te conocí, si no fuera por tu apariencia no me hubiera creído que ustedes eran hermanos.

—Soy doce años menor a Rhys, mi madre me crio de una forma distinta, además de que la mayoría de mi vida fui casi un hijo único, tampoco tengo la personalidad arrogante y orgullosa de Rhys, quizás él la veía necesaria para su camino, después de todo ser un rey sin seguridad no tiene demasiado sentido... Creo que también por esa razón ya no es tan engreído con antes, o tal vez sea por la presencia de Lara... No lo sé.

—Es un misterio, ¿No es así?

—Ni que lo digas... Incluso sabiendo un poco de su historia todas sus acciones tienen un doble significado que no llegas a descifrar... Hasta su decisión —respondió Vlas, cuando la idea de su padre matando a Demian entró en su cabeza otra vez—. Ninguno de nosotros estaría aquí si Rhys hubiera tomado la decisión antes de tiempo... Pero supongo que ya mucho no se puede hacer... Él ya lo hizo, yo ya lo hice, y demasiadas personas ya lo hicieron, el tiempo para arrepentirse no llegará, porque no vamos a revivir a las personas que murieron por nosotros —lo dijo con un poco de amargura creciendo hasta su garganta, pero que se llegó a desvanecer cuando sintió una cálida mano situándose sobre la suya.

—¿Vas a seguir atormentándote la existencia cada vez que pienses en todo lo que perdiste, o pensarás en lo que quieres para tu futuro? —Leah lo miró con entereza, y esperó una sensata respuesta a su pregunta.

—Creo que todavía es muy temprano para eso... No ha pasado demasiado tiempo.

—Tú lo dijiste: «El tiempo para arrepentirse no llegará», no sé qué buscas, pero creo que es momento para que empieces a pensarlo... No vivirás por siempre, y aunque el arrepentimiento no llegue nunca, el final si lo hará... Y ahí quizás sí puedas sentirte algo arrepentido por lo que no hiciste sabiendo que tenías todo para que fuera así.

Vlas no pudo responder luego de que Leah lo haya dejado en una encrucijada. Ese pensamiento había crecido al mismo tiempo que ella superaba la muerte de sus padres, Vlas lo pudo vislumbrar cuando a medida que hablaba su mano se aferraba más a la de él, y escuchó latir su corazón a una gran velocidad. No había una explicación más adecuada para esa reacción que el recuerdo de su propio camino hacia su concerniente búsqueda... Esa búsqueda la cual él también tenía que explorar... Como a sí mismo.

—Chicos, el lugar está por cerrar pero tenemos planeado ir a la playa para terminar la noche ahí, ¿Se suman? —Ambos volvieron a tierra cuando la voz de Mya se asomó por sus espaldas, para en seguida colocarse entre ellos—. ¿Están bien? —preguntó, notando una cierta fluctuación en el entorno a ellos dos. y la mano de Leah tomando la de Vlas.

—Claro... ¿Qué decías? —preguntó Leah, alzando la mirada hacia Mya.

—Les decía si querían acompañarnos hasta la playa que se encuentra atrás del lugar, pensábamos estar ahí algún tiempo más.

—Emm... Yo no tengo ningún problema —respondió Leah, negando con la cabeza—. ¿Tú, Vlas? —preguntó, al dirigir su mirada hacia él.

—De hecho luego tenemos que volver al mismo lugar, así que supongo que también me sumo —respondió Vlas, moviéndose en el sillón y poniéndose de pie.

—Excelente... Nosotros iremos a pagar la cuenta, ¿Pueden esperarnos fuera?

—Si claro... Los esperamos —Leah asintió, y se paró rápidamente para tomar a Vlas de la mano y salir del lugar.

 

Unos minutos después…

 

Fons, Ash, Playa de Ash - 18 de Octubre - Año 525

 

 El sol se asomaba por la línea del horizonte tornando así al cielo de un color naranja brillante que se mezclaba con el azul oscuro de la noche mientras esta se desvanecía por el otro lado. A lo lejos se comenzaba a escuchar el canto de las aves, y el de los grillos y las ranas se disipaba. Se veían las luces de la ciudad apagándose para darle paso a una nueva mañana en la inmensa capital de Fons poblada de característicos rascacielos que acompañaban las estructuras antiguas que envolvían la ciudad, y el palacio en el centro de esta. Inmenso, alzándose como una fortaleza colosal e impenetrable. Demasiado agradable a la vista.

—Chicos, no quisiera ponerme sentimental, pero créanme que fue el mejor cumpleaños que tuve jamás —declaró Kit, mientras sentado en la arena jugaba con esta escurriéndose en sus dedos.

—Eso no suena muy prometedor cuando sabemos que no recuerdas trece de ellos —bromeó Dean, que se encontraba sentado a su lado.

—Quince de hecho, recuerda que pase dos años en coma.

—Tienes razón, olvide ese pequeño detalle. —Dean comenzó a reír, y Kit sonrió levemente acompañando a su amigo.

—Ustedes dos ya están borrachos y comienzan a hablar estupideces. —Mya empujó a Kit y Dean, quienes cayeron a carcajadas en la arena—. Y ustedes dos ya se pusieron cariñosos... Así que realmente soy la única sobria aquí. —Dirigió su mirada a Leah, y comenzó a reír luego de divisar como Vlas dormía recostado a ella.

—Parece que su cuerpo no aguantó y terminó por dormirse —dijo Leah, con una suave risa.

Al bajar su mirada hacia el chico, encontró en sí misma una linda sensación haciendo presencia en su corazón, ese rostro tan lindo siempre le causaba lo mismo. Su mano ya se había afianzado a la de él, y ambos llevaban tomados de estas mucho tiempo.

—¿Quieren que los lleve hasta la casa de Lara? Tengo el carro en el estacionamiento del club —preguntó Mya, sacando las llaves de su bolsillo.

—No, quédate tranquila, llamáremos un taxi —respondió Leah, encogiéndose de hombros.

—Creo que «llamaremos» no es la palabra adecuada —rio Mya, dando una señal hacia Vlas.

—Sí, lo sé, pero quédense tranquilos, yo puedo llevarlo.

—Aun así no los dejaremos solos, esperaremos aquí hasta que llegué el taxi —dijo Kit, moviéndose hacia ellos.

—Bien, gracias.

 

Luego...

 

Kit convenció a Mya y Dean de que se fueran, ya que él podía despedir a Leah y Vlas, ellos siguieron su consejo y abandonaron el lugar unos minutos después. Kit acompañó a los chicos hacia la acera de la avenida esperando un taxi que llegó cerca de diez minutos después.

—Gracias por la noche de hoy, creo que él hubiera dicho lo mismo pero ya debe estar en su quinto sueño —declaró Leah, señalando a Vlas entre risas, mientras lo subía al taxi.

—De nada Leah, saluda a Rhys de mi parte... Y cuídalo, aunque apenas pudimos conocerlo esta noche, sé que es un buen chico —dijo Kit, con estima, inclinando su cabeza levemente hacia Vlas. 

—Lo sé, yo también creo lo mismo, la vida lo golpeó demasiado pero quizás sí lo ayudamos puede llegar a salir adelante. —Leah se sentó en el asiento y le echó una mirada, Vlas todavía se encontraba dormido a su lado. Sonrió sutilmente después de eso.

—Así es, tengan cuidado, nos vemos luego. —Kit cerró la puerta, para luego despedirse cuando el taxi arrancó, y lo dejó con la mano en alto mientras los veía alejarse del lugar—. Gracias por todo, chicos. —Sonrió dándose la vuelta, y comenzando a caminar hacia su casa... Sería un camino largo.

 

Al llegar a la casa...

 

Fons, Ash, Residencia Harch - 18 de Octubre - Año 525

 

 El taxi estacionó frente al inmenso portón de la casa de Lara... Leah abrió la puerta y suspiró al notar que Vlas todavía seguía dormido.

—Ey Vlas... Despierta, ya llegamos —lo llamó, intentando sacarlo del auto jalándolo del brazo.

—Leah, ¿Eres tú? —su voz se arrastraba a medida que pronunciaba esas palabras semidormido.

—Sí, soy yo, lindo... Ven, entremos a la casa. —Lo jaló con más fuerza luego de que él cerrara sus ojos y apoyara su cabeza en el asiento de nuevo—. Maldita sea —refunfuño, viendo lo difícil que se le estaba haciendo.

 Cuando lo pudo lograr, lo apoyó en su hombro sosteniéndolo al pasar su brazo por alrededor de su cuello mientras el de Vlas seguía apoyado en su hombro, cuando este quedó quieto, pagó el taxi y lo vio alejarse mientras abría la puerta de la casa. Se agachó y lo subió en su espalda para dirigirse hacia dentro con más facilidad, intentando no hacer mucho ruido a medida que esquivaba los muebles y subía las escaleras. Caminó con él todavía sobre ella por la planta alta, Vlas era pesado y subir las escaleras con él a cuestas la cansó. Llegó hasta su habitación y lo lanzó en la cama de espaldas, cuando lo hizo, soltó un suspiro de alivio, lo movió un poco en la cama y le quitó sus zapatos, para luego apoyar su cabeza en la almohada, y por último le dio un beso en la mejilla.

—Descansa Vlas —dijo, dándose la vuelta y alejándose de su lado, cuando notó que algo la jalaba de su mano.

—Espera... No te vayas.

Escuchó la voz ronca de Vlas en la oscuridad

—¿Qué sucede? —preguntó confundida, dirigiéndose a la cama de nuevo.

—Quédate a dormir conmigo, no quiero dormir solo —respondió él, sin soltar su mano.

Ese pedido la tomó por sorpresa y agradeció que la luz estuviera apagada, así Vlas no podía notar el sonrojo que en ese momento se había plasmado en su rostro.

—¿Qué dices, Vlas? ¿Acaso eres un niño pequeño que tiene miedo de dormir solo? No pierdes el tiempo —preguntó ella con una sonrisa, y Vlas le devolvió otra.

—Ojala así fuera y mi vida volviera ser a como cuando era un niño pequeño y mamá dormía conmigo —respondió, en voz baja.

—¿Quieres hablar de algo? —preguntó Leah, subiéndose a la cama, y acostándose a su lado.

—Quizás... Realmente no lo sé, hay muchas cosas que he pensado, pero no quiero aburrirte.

—No lo harás... Habla, aquí estoy escuchándote. —Tomó a Vlas del brazo y lo llevó hacia ella apoyando su cabeza en sus piernas—. No gires tu cabeza, verás debajo de mi falda —bromeó.

—Claro —asintió Vlas, también riendo.

—Ahora sí, ¿Qué sucede?

—Es que, no lo sé, tengo algo de miedo —respondió Vlas. con su voz palpitando. Si tenía miedo, en ese momento lo estaba comenzando a demostrar.

—¿Miedo? —Leah expresó su confusión en su pregunta.

—Si... Tengo miedo de no ser capaz de controlar este poder, y de decepcionar a Rhys al no poder ayudarlo en su sueño.

—¿Cómo? ¿Por qué lo decepcionarías?

—Yo le hice una promesa y él espera mucho de mí... De hecho yo también, creo que puedo lograr más que lo que he hecho estos meses, pero a la vez siento que no tengo ninguna razón para seguir adelante... Y no sé qué hacer con mi vida.

—Vlas... ¿Recuerdas lo que te dije hoy antes de irnos de la discoteca?

—Sí... Cada palabra.

—Bien... Entonces, ¿Lo has pensado? ¿Qué quieres para tu vida, Vlas Windsor? ¿Cuál es tu meta?

Era una respuesta fácil, pero Vlas osciló algunos segundos antes de darle una contestación coherente a Leah, quien todavía tenía su mirada encima suyo.

—Quiero poder volver a Remia para proteger lo único que me queda de Zenda... Y también pretendo impedir que las personas que quiero sufran, eso sólo mostraría mi incompetencia y terminaría por hacerme ver que no sirvo para esto —respondió Vlas con la mayor honestidad posible.

—Ves, al final no era una respuesta muy elaborada —bromeó ella, revolviendo el cabello mientras lo miraba con cariño... Él le sonreía tiernamente, y eso no paraba de hacer que su corazón latiera cada vez más fuerte—. Ahora dime... ¿Cómo piensas hacer eso?

—No lo sé, haciéndome fuerte quizás —supuso, levantando ligeramente sus hombros.

—¿Y realmente crees que podrás hacerte fuerte sin luchar? —preguntó ella con ironía, levantando la mirada—. Así no funciona el mundo, Vlas, si quieres protegerlos tienes que luchar.

—¿Luchar? —Vlas sabía a qué se refería pero instintivamente hizo esa pregunta, aguardando la continuación de Leah.

—Sí, luchar, luchar por los que quieres, luchar por Rhys, luchar por ella y luchar por ti... Si no lo haces no avanzarás, deja atrás ese arrepentimiento, esa culpa, ese miedo, deja atrás todo lo que te limita, desafía tu propio destino para lograr cumplir tu objetivo, si no eres capaz de eso, entonces debes abandonar tus sueños, tus esperanzas, tus seres queridos, y hasta tu propia vida... Pero sé que tú no quieres eso, por esa razón debes de luchar, no te rindas sin siquiera intentarlo... Eso es lo que terminaría demostrando que no sirves para esto.

Ese marrón claro de sus vehementes ojos que comenzaron a irradiar luz lo hipnotizaron, y sólo la miró embriagado por esas palabras que habían entrado por su oído como una melodía hermosa. 

 Para Vlas, ese discurso antes dicho por la dulce e impasible voz de Leah se asimiló a las palabras que aquella vez Zenda le dijo antes de morir... «Vive por ti»... «Lucha por ti»... Con una casi obligación en sí mismas, enseñaban un largo camino el cual debía comenzar a recorrer. Para vivir necesitaba luchar, una lucha contra sí mismo antes de querer luchar contra el mundo... Una lucha interna que apenas iniciaba, no iniciaba ni para bien ni para mal, iniciaba para que él al fin lograra activar ese sello sin sentirse culpable, para que él pudiera mirar a su hermano a la cara sin apreciar la vergüenza, para que él consiguiera dar un paso adelante sin olvidar todo lo que fue en Remia, o en cualquier otro lugar en el que haya estado... Para que él al fin alcanzara a cumplir su promesa con Zenda, Kora y Rhys... Lo único que le quedaba en esta vida.

 Entrenar, hacerse fuerte, y pelear, contra todo lo que se interpusiera en su camino, eso era lo mínimo que podía hacer... Si, lo mínimo, lo mínimo para sobrevivir... Pero él recordó también lo que pensaba antes de llegar a Fons, él no quería sobrevivir, quería vivir y llegar hasta el final de sus días sin remordimientos... Y sin promesas rotas también, esta vez iba en serio... No sólo su destino, no sólo sus promesas, y no sólo su futuro, toda su vida dependía de sí mismo, y había algo que tenía que hacer antes de pretender proteger a los demás... Primero debía protegerse a sí mismo, debía vivir por él y nadie más... Y había una sola forma de conseguirlo

—¿Tú me enseñarías a controlar mi Energía del Alma? —Apretó la mano de Leah con una propuesta saliendo de sus labios.

—¿Quieres que sea tu maestra? —El asombro de Leah era inmenso, y su pregunta casi insólita lo demostró.

—Sí... Te vi enfriar tú bebida muchas veces esta noche sólo usando tu mano, sé que eres capaz de utilizarla tú también.

—Eres muy perspicaz pequeño Windsor... ¿Hasta qué nivel quieres que llegue contigo? —preguntó Leah, con reticencia.

—Al menos hasta que sepa lo básico, o hasta tu nivel... Luego de que llegues a tu límite, Rhys puede seguir con el resto, creo que después de eso sólo quedaría controlar mi Scire.

—Ya veo —dijo Leah, dando un pequeño bostezo, y peinándose hacia atrás al pasar sus dedos por su cabello—. ¿Tienes pensado cuando quieres comenzar? 

—No lo sé, esta tarde quizás —lanzó esa opción al aire, poniéndola en consideración—. ¿Tú qué piensas? —Buscó la recomendación de Leah al elevar su mirada hacia ella.

—En la tarde está bien... Por la mañana tengo colegio y no es que pueda sólo faltar a clases por tu entrenamiento. —Leah bostezó esta vez más fuerte, y lanzó su cuerpo hacia atrás, apoyando la espalda en pared—. Antes de pensar en entrenar debes descansar adecuadamente... Son las 6:30 a.m, duérmete y vemos que sucede en la tarde, recuerda que también debemos hablar con Rhys —agregó, trasladándose en la cama hasta quedar al lado de Vlas, y al llegar a ese lugar, logró recostar su cabeza en la almohada restante.

—¿Así que dormirás aquí hoy? —preguntó Vlas, y al voltear su rostro quedó cara a cara con Leah.

—Tú me lo pediste, ahora no me moveré, estoy demasiado cansada y encontré comodidad —respondió ella, sonriendo con confianza.

—Entiendo, descansa entonces —indicó Vlas, poniéndose boca arriba, y unos momentos después, cerró sus ojos.

—Tú también, Vlas —respondió Leah, haciendo lo mismo.

Vlas sintió como ella tanteaba la cama buscando su mano, rio levemente y terminó moviendo la suya hasta que llegó a tocar la de ella, estaba cálida y era más pequeña que la de él, sin contar que se sentía muy suave, casi como si estuviera acariciando seda, no había notado esos detalles las otras veces que lo habían hecho. Cuando enlazaron sus dedos la escuchó riendo con ternura.

—Gracias.

Su suave voz se coló por sus oídos.

Él solo asintió y ella apoyó cuidadosamente su cabeza en el pecho de Vlas. Esto lo puso nervioso, y apretó sus ojos más fuerte, anhelando dormirse rápido. Su cuerpo le hizo caso, o quizás estaba demasiado cansado como para seguir despierto, ya que no pasaron muchos minutos cuando cayó en un profundo sueño.

Todavía sin soltar la mano de la chica que en ese mismo momento se encontraba acostada a su lado.

—Te quiero, Leah... —dijo, dormido.

Ella lo había escuchado, todavía seguía despierta... Tal declaración era complicada de asumir, pero sabiendo que él lo había dicho inconscientemente, no lo tomó como una verdad absoluta de sus sentimientos... Aun con lo bien que la hizo sentir.

—Yo también, Vlas... —sólo respondió... Y cuando menos se dio cuenta... También cayó dormida.


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Chương 36: Capítulo 2: Entrenamiento – Tiempo con ella I  

Fons, Ash, Residencia Harch - 18 de Octubre - Año 525

 

Rhys estaba, como todas las mañanas, sentado en la mesa de la cocina tomando su desayuno. Lo hacía por costumbre, gracias a su poder él en realidad no necesitaba comer, ni dormir, ni ejercer cualquier otra acción cotidiana de un ser humano. Pero le encantaba sentir el placer que le daba levantarse descansado y poner el café a calentar mientras iba al baño a tomar una ducha refrescante y renovadora que lo ponía a tono con un nuevo día. Después de eso, bajaba hasta la cocina otra vez, servía su café negro en la taza negra de porcelana que Lara le había regalado para alguno de sus tantos cumpleaños, preparaba un sándwich de jamón con queso cortándole los molestos bordes al pan, y se sentaba en la mesa que daba hacia la puerta trasera apreciando el inmenso jardín de rosas que Lara tenía en su patio... Todas las mañanas eran iguales, y jamás se sintió tan agradecido de que así fuera.

—Cada día pienso aún más que mi esposa es un zombi —lanzó esas palabras acompañadas de una risa cuando escuchó unos pasos adentrarse en la cocina.

Al voltear la silla que estaba de espaldas a la puerta apreció a su esposa parada con sus manos apoyadas en la mesa y en un bostezo que parecía nunca acabar.

—Oh, Rhys... No me di cuenta que estabas aquí —dijo Lara, con una dulce voz mañanera, y una brillante sonrisa semidormida—. Buenos días, cariño. —Se acercó lentamente a su silla y se inclinó para saludarlo con un beso.

—Buenos días mi amor, ¿Dormiste bien?

—Algo así, parece que esta mañana llegó Leah, y aunque intentó no hacer demasiado ruido la escuché igual —respondió, dirigiéndose hacia el fogón de mármol que se encontraba en la esquina de la cocina.

—Oh, ya veo, quizás porque vino con Vlas, yo noté la presencia de ambos al mismo tiempo —indicó Rhys, tomando un sorbo de café.

—¿En serio? —preguntó, con una leve sorpresa.

—Sí, de hecho creo que la situación aumentó a más y ahora están ambos en la habitación de Vlas —dijo, sonriendo con sutileza.

—No, por favor, dime que no están durmiendo juntos —rio Lara, dejando la cafetera en su lugar, y comenzando a caminar hacia la puerta.

—Ve y confírmalo tú misma... Sólo tienes que abrir la puerta y admirar el paisaje. 

—Ni que lo digas, esto no me lo puedo perder —declaró Lara, acelerando su paso a medida que subía las escaleras.

 

Unos minutos después…

 

Cerca de cinco minutos pasaron cuando Rhys sintió los pasos de Lara bajando las escaleras otra vez. Alzó su mirada para vislumbrar el rostro de sorpresa que su esposa seguramente tenía, y no pudo reír cuando la vio entrar con su mano tapando su boca, y sus mejillas rojas.

—Te lo dije, ¿O no? —preguntó Rhys, entre risas.

—Realmente creí que lo decías en broma, no sé qué decir. —Lara se dirigió de nuevo hacia la cafetera, y sirvió su café—. ¿No crees que son muy lindos juntos? —preguntó, sentándose al lado de Rhys, con una naciente placidez.

—Creo que es el mejor momento para que estén juntos.

—¿Tú dices que llegaran hasta ese punto? Quizás sólo quieren ser amigos.

—Tú y yo también éramos amigos, Lara —rio Rhys.

—Es una situación diferente Rhys... Demasiado diría yo... Vlas viene de una pérdida terrible, y eso involucró demasiado el amor que sentía hacia otra persona... Enamorarse otra vez puede llegar a tornársele complicado.

—Sí, lo sé, sólo lo decía como una curiosidad... Aunque viéndolo de una forma positiva al menos sabemos que Vlas ya no se sentirá solo.

—Así es... ¿Sabes por qué llegaron juntos en la mañana?

—Le pregunté a Kit si ayer fueron juntos y me dijo que no... Él fue con Vlas después de que yo se lo pidiera, y luego de una charla lo convenció a que lo acompañara en el festejo, parece que al final decidieron venir juntos ya que venían al mismo lugar.

—Ya veo, ¿O sea que Vlas terminó relacionándose con ellos?

—Eso parece. —El rostro de Rhys cambió, y ligeramente una sonrisa de alivio se pudo divisar en él—. Kit también me contó que habló algo sobre sus sentimientos, y que también bailo con ellos en la pista, por lo que veo... Ya comenzó a tener más confianza —agregó, jugando con el borde de su taza.

—Y por lo que yo veo... Estás feliz por eso —aludió Lara, acariciando su mano.

—Más que nunca... Si Vlas comienza a ser más abierto con los demás quiere decir que puede que comience a encontrar el equilibrio en sí mismo, eso suena algo extraordinario para él... Tú sabes que su felicidad es mi prioridad.

—Sí, lo sé más que nadie... De hecho yo también estoy feliz por algo, al parecer Leah lo está ayudando, estoy demasiado orgullosa de esa chica. —Sonrió, con algo de modestia.

—La hemos criado bien... Me sorprende que lo haya ayudado más de lo que creí que lo haría, espero sigan así.

—Yo igual —correspondió Lara, recostándose a Rhys, cuando la mañana comenzaba a acabarse.

Ya se estaba volviendo el momento de que se fuera a trabajar.

 

Unas horas después...

 

—Parece que la resaca golpea fuerte, ¿Cierto?

La fuerte voz de Rhys resonó en su entrada a la cocina, apenas desvió su mirada hacia la mesa vio a Vlas con su cabeza apoyada en ella y cubriéndose el rostro con sus brazos.

—Oh, Rhys... Realmente sí, no debí tomar demasiado. —Vlas levantó su brazo haciendo un abertura para ver a su hermano parado junto a él. No quiso levantar su cabeza, esta le dolía demasiado y un sólo movimiento bajaba la sangre con rapidez—. ¿Por qué nunca me dijiste que en Ash no hay edad reglamentaria para tomar alcohol? Creo que me dejé llevar con esa ventaja.

—Quizás porque jamás me preguntaste —respondió Rhys sarcásticamente, mientras movía hacia atrás una silla y tomaba asiento a su lado.

—Claro, tienes razón.

—¿Qué tal estuvo tu noche? —preguntó Rhys, revolviéndole el cabello de Vlas con su mano.

—Fue algo extraña, viéndolo de manera correcta... Fue la primera vez que salí de fiesta, y también la primera vez que tomé alcohol, pero se podría decir que la disfruté —respondió Vlas, levantando su cabeza con delicadeza. Acaricio su nunca cuando apoyó su espalda en el respaldar de la silla, y suspiró.

—Ya veo —dijo Rhys, apreciando todo su movimiento—. ¿Qué tal los chicos? ¿Te cayeron bien?

—Sí, demasiado... Kit fue quien me convenció de ir, parece que entiende a los demás y eso lo hace ser un buen chico, muy amigable y empático... Dean es algo enérgico, eso me cae bien, quizás le quitaría algo de sus chistes malos o su hiperactividad, pero me sigue pareciendo una buena persona... Y Mya, bueno, ella me sigue pareciendo extraordinaria —respondió, sonriendo, con una inmensa emoción desprendiéndose de su voz de la misma manera.

No quiso agregar a Leah en su respuesta, sintió que ella se merecía un párrafo aparte, porque lo que había sucedido en la mañana todavía lo tenía un poco confundido. Y más cuando recordaba todo eso que pasó entre ellos en Remia... Y esa mirada que le regaló el último día que se vieron.

—Kit me dijo que hablaste con ellos sobre lo que te sucedía y...

—Lo siento Rhys, yo quería decirte todo lo que sentía pero... —En medio de su disculpa, sintió el brazo de Rhys apoyándose en su hombro.

Cuando miró a Rhys este tenía su mano apoyada en su mandíbula, y el codo en la mesa, lo miraba con gracia, mientras movía su mano evitando que él siguiera hablando.

—No tienes por qué disculparte, Vlas... Si hay alguien que tiene que disculparse soy yo por haberte puesto presión para que controlaras tus poderes... Mira, si no quieres hacerlo no tienes que hacerlo tampoco, yo no me voy a decepcionar de ti, ni mucho menos, seguiré aún más orgulloso ya que eso diría que enfrentaste tus miedos y decidiste lo mejor para ti... No voy a intentar convertirte en un segundo Rhys Windsor, no es algo que quiera ni deba hacer... Así que viéndolo de esa forma, si eso es lo que quieres para ti, lo respeto y apoyo... Tú eres lo más importante que tengo, y siempre estaré ahí para ti sin importar nada de lo que suceda contigo o conmigo... Te lo dije aquella vez en Remia, y todavía sigue en pie, seguirá en pie hasta el final de mis días.

Rhys lo miraba con amor y orgullo, a medida que pronunciaba las palabras que Vlas no sabía que necesitaba. No tardó demasiado en enorgullecer a su hermano, al final lo único que tenía que hacer para que Rhys lo halagara era ser él mismo... No ser Rhys, no ser nadie más... Ahí tenía la respuesta que había buscado cuando aquella pregunta había aparecido en su cabeza la noche anterior... Tenía que ser Vlas Windsor, ese que viviría y pelearía por él.

—Rhys —suspiró, con una felicidad inmensa dominando su cuerpo.

No dijo nada más y sólo se inclinó para darle un abrazo a su hermano. La comodidad fue más cuando los brazos de Rhys lo resguardaron, y este golpeó su espalda con unas palmadas.

—Haría hasta lo imposible por ti hermano... Ni Rygal, ni el destino, ni el mundo entero, ni un Scire... Ni siquiera un dios se interpondrá en mi camino... Tú serás feliz... Te lo prometo.

La enorme seguridad que Rhys portaba en sus palabras convenció a Vlas y supo que esa promesa era cierta, y hasta sagrada para Rhys, él sabía que no mentía cuando se refería a él, a Lara, a Leah o a su madre... Pero recordó algo que él mismo también había prometido meses atrás... Y eso no podía quedar en suspenso hasta que él mismo decidiera cómo actuar... Era una decisión que ya había tomado, y de la que no daría marcha atrás.

—Tengo una promesa hacia ti desde hace mucho tiempo, y un Scire que me ayudará a cumplirla, Rhys... No estarás solo enfrentándote a todo eso... Yo pelearé a tu lado... Como tu hermano, como tu mano derecha... ¿Sí? —preguntó, enmarcando en su rostro su decisión.

Rhys lo miró con una sonrisa fascinada, y su respuesta vino llena de ilusión.

—¿Entrenarás tu Scire? —preguntó, con sus brillantes ojos verdes aún más brillantes que de costumbre, parecían un collar de esmeraldas recién pulidas.

—Justo de eso quería hablarte, tomé una decisión con respecto a mis poderes —Vlas titubeó

—¿Si? ¿Cuál? —indagó.

—Los voy a aprender a controlar... En la mañana tuve una charla con Leah y comprendí que lo mejor para mí es sacarle provecho a este poder, ya que si no lo hago no respetaría los deseos de Zenda, quien se sacrificó para dármelos, ni tampoco los míos, que son varios; entre una promesa hecha hacia Kora, que es volver a Remia por ella, y también otra hacia ti, que es ayudarte con tu sueño... Y todo lo que eso conlleve... Para eso debo hacerme fuerte, tengo la mejor herramienta en la palma de mi mano, y sé que aunque al principio sea difícil, no me rendiré sin intentarlo. —Era la primera vez en meses que le hablaba a su hermano con firmeza y honestidad, ya se había olvidado de la sensación de alivio que eso otorgaba.

—Ya veo... Así que, ¿Cuándo comenzarás? —preguntó Rhys.

—Leah puede controlar la energía, ¿Cierto?

—Yo le enseñé, aprendió rápidamente, ella es bastante buena... ¿Por qué lo preguntas?

—Quiero que ella me ayude con lo básico, luego seguirías tú que me ayudarías a controlar mi Scire, pero primero quiero darle prioridad a manipularla mejor, ¿Estás de acuerdo?

—Totalmente, si Leah acepta puede enseñarte, sabe suficiente como para ser tú maestra, deberías preguntarle, y si no se niega tienen toda mi aprobación. 

—Yo ya acepté, sólo queríamos esperar tu opinión —dijo Leah, haciendo presencia en la sala al aparecerse detrás de los hermanos. Se acercó a la silla de Vlas—. Vlas quería comenzar en la tarde —añadió, apoyándose en el respaldo de esta.

—Así que se complotaron para hacérmelo saber —rio Rhys sacudiendo su cabeza en negación—. Estos chicos de ahora... Bueno, ¿Qué más podría decir? Obviamente que acepto, además creo que sería lo más correcto... Lara últimamente está muy ocupada con demasiadas reuniones, y yo tengo que encargarme de un problema.

—¿Qué tipo de problema? —preguntó Vlas, curioso.

—Es un fantasma del pasado que volvió a fastidiar en mi vida otra vez... Un tipo que enfrenté hace unos años y cometí el grave error de dejarlo vivo.

—¿Y cómo sucedió? Es extraño que una persona que haya peleado contigo en ese pasado siga con vida —preguntó Leah.

Vlas miró a Leah con concordancia, él también pensaba exactamente lo mismo.

—Hace unos años cuando estuve Filii Dei conocí a un tipo que quería conseguir un Scire a toda costa, nunca supe sus verdaderas razones para hacerlo, pero darle paso a que invada la nación de mi mejor amiga era algo que no me podía permitir.

—¿Artemisa? —preguntó Vlas.

Rhys nunca llamó mejor amigo a nadie, de las únicas personas que Vlas alguna vez tuvo conocimiento que eran sus amigos fueron: Ashley Crown, Jake Lauren, y Artemisa Filii Dei. Pero entre todos ellos, Artemisa fue a quien más conoció, él era un niño, pero todavía la recordaba, la vio por última vez unos meses antes de que Rhys se fuera de Remia, por lo tanto, su recuerdo era vigente en su mente, así como el de Rhys... Él se llevaba bien con Artemisa, ella lo trataba muy bien, ya que según ella, le recordaba a su hermana menor, Hera... Y él admiraba mucho a Artemisa de la misma manera, más que nada, porque ella fue la primer amistad de Rhys, y según él, mucho tiempo atrás, su primer amor.

Artemisa fue la princesa del Imperio Filiideiense en su juventud, y la emperatriz en la actualidad, luego de asumir el trono tras diez años de preparación, después de la muerte de su padre cuando ella apenas era una niña. Tal vez por esa razón ella era tan comprensible con Rhys. Él le contó muchas veces que cuando era pequeño, Artemisa significaba su mayor liberación, la única persona con la cual él podía ser él mismo, la única persona que compartía su angustia, su presión, su destino... Ella, como él, tenía que cumplir esas expectativas que se le habían marcado cuando fue designada como heredera al trono, y estar siempre a la altura se volvió una obligación, tantas miradas, tantas palabras, sin significado, o con tanto significado que se volvían vacías. Rhys tenía razón, ella lo comprendía más que nadie, pero así mismo, ninguno era bueno para el otro, sufrir lo mismo no era una compensación, al final, ninguno se quería retractar de su destino, y siguieron aguantando todo eso que les caía encima por tal responsabilidad... Ellos se ayudaban con lo que podían, ellos... Ellos no tenían escapatoria, no tenían otra visión del mundo.

Y así, se separaron. Rhys conoció a Lara, y ella le mostro esa parte del mundo necesaria para que él pudiera elegir lo que quería para su vida. Y Artemisa hizo la suya, sin Rhys... De la misma manera, encontrando a alguien que la pudiera guiar por otro rumbo, sin encerrarse para siempre en la cárcel que su vida había formado en su mente... «Ella eligió su camino... Y yo no formaba parte de este... Y ahora es feliz... Bien por ella», Rhys le dijo, y él no quiso decir nada más ese día, ni siquiera supo por qué le preguntó por ella en primer lugar, sólo surgió, pero eso, esa respuesta... Fue suficiente para saber lo que su hermano sentía... Lo que siempre sintió.

—Sí... Ella... —Rhys dio un vistazo al suelo, pero en un instante, volvió su mirada a su hermano—. Amenazaron su mandato... Sólo le di una mano.

—¿Peleaste con ese tipo? —preguntó Vlas, bajando la línea de sus pensamientos a la conversación que estaba teniendo con su hermano.

—Sí... Controlaba Energía del Alma pero no era la gran cosa... Acompañé a Artemisa en la defensa a su palacio y me quedó sólo él, me fue fácil vencerlo y salvar Filii Dei, Artemisa todavía tiene esa deuda conmigo... Pero el tiempo pasó y volví a Fons para no volver a escuchar de él de nuevo... Hasta la Guerra de Fons, había regresado con la idea de comenzar una invasión a la capital, esa vez no fui tan piadoso como en la anterior, y de nuevo le gané, pero como dije, no fui piadoso, y con la idea de que no volviera a intentar invadir una nación de nuevo, usé el Possessionem y le quité su poder, aun así, parece que ahora lo obtuvo de nuevo y se está ocultando mío, creo que planea una nueva invasión... Por Sun... Parece que no se cansa —suspiró Rhys, con gran molestia.

—¿Se puede recuperar de nuevo tus poderes luego de perderlos? —preguntó Vlas, no saber casi nada de la energía le causaba varias confusiones.

—Sí, con «perder tus poderes» Rhys se refiere a la anulación de la manifestación de energía, él no le quitó sus poderes, sólo se los bloqueó con su propia energía, por esa razón si alguien con un Scire hace de igual manera ese procedimiento pero en reversa, termina anulando la energía de Rhys, el Possessionem se desvanece, y la persona puede usar sus poderes de nuevo —explicó Leah, con lujo de detalle.

Vlas la miró sorprendido. Ella realmente era buena en eso, Rhys no había mentido on su afirmación. Iba a tener una gran maestra.

—¿Y qué es eso de «anular» la energía? —La confusión de Vlas se hacía cada vez más evidente.

—Eso podrás saberlo cuando comiences tu entrenamiento con Leah, ella te explicará toda la teoría para que luego lo puedas pasar a la práctica, ahí entenderás lo que te estamos explicando —respondió Rhys, empujando su silla hacia atrás y poniéndose de pie—. Bueno... Ahora que sé que te dejo en buenas manos puedo encargarme de esos problemas... Suerte Vlas, nos vemos luego —agregó, al rodear la mesa y enfilar a la salida, para al instante abandonar la habitación.

—Adiós Rhys —se despidieron ambos, al unísono.

—Bien Vlas, ¿Estás listo para empezar tu entrenamiento? —Leah se inclinó hacia él y le preguntó con una gran emoción.

—¿Ya? —preguntó Vlas, echándole un ojo a su reloj—. Apenas son las 2:00 p.m —indicó.

—Sí, no podemos perder más tiempo... Ve a cambiarte de ropa, ponte algo deportivo, te espero afuera en treinta minutos —ordenó ella, antes de erguirse de nuevo e irse por la puerta.

—Así será, maestra. —Con su cabeza todavía reventando, se puso de pie y siguió las órdenes de Leah, caminando paso a paso hacia su habitación.

 

Treinta minutos después…

 

Vlas se vistió con ropa que ni siquiera recordaba que tenía, un pantalón negro que formaba parte chándal de tela, del cual no tenía la prenda superior, y una sudadera vieja color gris que usaba cuando practicaba deportes. Salió de su habitación y bajó hasta la planta baja, escuchó algunos golpes. Corrió hacia la parte trasera de la casa y se encontró con una inmensa habitación que él sabía perfectamente que no estaba antes. Entró y vio a Leah parada al lado de una pizarra.

—Ya volví —avisó, subiendo los escalones de la entrada después de cerrar la puerta detrás de él.

—Bien, toma asiento ahí —señaló Leah, dándose la vuelta.

A Vlas le sorprendió la organización del lugar. No era una habitación grande, quizás tenía el tamaño de su dormitorio pero tenía el doble de mobiliario. Vio muchas cajas de madera alrededor, de ellas sobresalían algunas armas, eran puntiagudas, probablemente espadas o alabardas. A él lo rodeaban algunas sillas más aparte de la suya, estas estaban de frente a la antes mencionada pizarra en la que Leah estaba escribiendo. En las paredes había muchas cosas colgadas, cadenas, escudos, algunas espadas, en una esquina de la habitación también se encontraban algunos muñecos de entrenamiento. Pero lo más impresionante era el inmenso ring que ocupaba la mayoría de la habitación... ¿Iban a pelear? 

—¿Qué es esto? ¿Una sala de torturas? —bromeó Vlas, tomando asiento.

—Quizás, depende de cómo tú lo tomes, después de todo, es un entrenamiento complicado —respondió Leah, tomando un fibrón de una de las cajas debajo de la pizarra—. Antes que nada te daré una guía teórica sobre cómo funciona la energía, luego de eso te enseñare a manipularla —siguió, volteando otra vez, dándole la espalda a Vlas.

Vlas dirigió su mirada hacia ella... La única vez que se fijó en su figura fue cuando la conoció meses atrás en Remia, y en ese momento estaba concentrado en demasiadas cosas como para observar con atención a Leah. Ella estaba algo distinta, obviamente más alta, su cabello estaba más largo también, y llegaba hasta debajo de sus hombros. Él no podía ignorar el hecho de que ella tenía un hermoso cuerpo, el caso de que fuera alta le daba una figura casi ideal, sus piernas eran largas, sus caderas y pecho se ampliaban y dejaban resaltar su cintura delgada... Ella podría perfectamente ser modelo, además tenía un gran sentido de la moda. Aunque casi siempre usaba el mismo estilo de ropa, cómo él había notado en Remia, sólo faldas y suéteres, pero de todas formas le quedaban excelentes.

—Bien... ¿Empezamos? —preguntó Leah, mirando a Vlas de reojo. Había escrito algunas cosas en la pizarra.

Apenas escuchó esas palabras, Vlas bajó la mirada con rapidez, su rostro se puso rojo, y algo de vergüenza lo invadió. Si Leah se había dado cuenta de cómo la estaba mirando ya podía comenzar a cavar su propia tumba.

 —Sí, claro —respondió, sin levantar la mirada—. ¿Es difícil de entender?

—No lo creo... Si lo pudo entender alguien como Dean, a ti se te será demasiado fácil —ella rio.

—Ya veo.

—Bueno, presta atención... Te voy a pedir que te abstengas de preguntas hasta que termine de explicar, así que todas las dudas que tengas recuérdalas para preguntarme luego, ¿Entiendes? —preguntó, y Vlas asintió, sin decir nada—. Mira, comencemos con lo básico... Supongo que Rhys ya te explico que la energía te permite manipular el espacio a nivel atómico, algo extremadamente complejo y a la vez peligroso, ya que debes aprender a diferenciar elementos a tu alrededor y dentro de tu cuerpo, además de movimientos de partículas, espacios, posición, fuerza, etcétera... Son conceptos básicos de química y física pero eso no es necesario que lo sepas hasta que puedas al menos manipular tu energía, por eso vamos con ello... La energía viene del alma, de ahí su nombre, para las personas que nacen con la capacidad de manipularla la forma de activarla es con un golpe en el pecho, ahí está el nudo principal, en tu corazón, tú la despertaste cuando Cole te golpeó, sé que suena algo cruel pero eso no duele, la energía acumulada en tu pecho amortiguará el impacto y luego de este saldrá disparada por todo tu cuerpo, como un choque eléctrico, por lo que este se dormirá y estarás noqueado por unos minutos, así es como se despierta esta —Leah se explayó en su explicación.

—¿Puedo preguntar ahora? —preguntó levantando la mano. Luego de escucharla atentamente tenía varias dudas.

—Sí, quítate todas las dudas que tengas, yo las responderé, y cuando estés seguro de todo comenzaremos con la práctica.

—Entiendo, entonces, ¿Cómo es que se puede controlar la energía? ¿Sólo la debo manifestar?

—Fácil... Mira mi mano. —Se sentó a su lado, y colocó su palma hacia arriba—. Cuando la controles podrás concentrarla en cualquier parte de tu cuerpo... Como ya sabes, el límite del alma corporal son seis metros, por lo que de aquí a seis metros todo lo que me rodea es mi propia energía... Este límite se puede aumentar o disminuir dependiendo la necesidad, mientras más extensa sea tu aura más energía necesitarás, de esta manera, sí sólo la limitas alrededor de tu cuerpo saldrá con mucha más fuerza. —Luego de su explicación, movió su mano frente a la mirada de Vlas.

Vlas se concentró en ella hasta que lo que pasó a continuación lo asombró. Leah encendió una pequeña llama en su palma que podía cambiar de color soplándola. Vlas tenía ciertos conocimientos en química, pudo notar que lo que ella estaba haciendo era cambiar los gases que componían la llama para que su color se alterara. Quizás era un procedimiento básico, pero hacerlo con la palma de la mano seguía siendo sorprendente.

—Eres muy buena en esto Leah. —El chico se maravilló.

—Gracias, pero eso es lo primero que se aprende, también puedo convertir un pedazo de madera en una hoja o manipular el metal y darle diferentes formas... Pero vamos, eso sólo es de principiante, un poseedor del Scire puede saltarse todos esos pasos —dijo Leah, poniéndose de pie. Comenzó a caminar hacia una caja de las que estaban en la esquina de la habitación—. Esto es lo importante. —Se acercó de nuevo, pero esta vez con dos guantes.

—¿Guantes? ¿Quemaste tu mano? ¿Estás bien? —Vlas se acercó con preocupación, al advertir que lo que Leah había hecho anteriormente podría haberle hecho daño.

—No, quédate tranquilo, aunque eso era una flama estaba totalmente hecha de mi energía, era mi cuerpo, no puede lastimarme —respondió ella, con despreocupación—. Estos guantes se llaman Nio... Están creados totalmente de la Energía del Alma de un poseedor del Scire... Sirven para potenciar la Energía del Alma de un usuario ordinario, como yo, o los chicos, y Lara —añadió, dándole uno a Vlas.

—Así que «Nio» —dijo, apreciando el guante en su totalidad, forma, tela, tamaño... Parecía ser un guante normal—. «Alianza», eso significa su nombre en shi —adicionó, como curiosidad. 

—Si, Rhys me dijo algo por el estilo, también su nombre original, en el idioma del Scire... «Unio Aeterna» si mal no recuerdo.

—Ya veo, ¿Los creó Rhys?

—Exactamente... Quizás creas que parecen inútiles, pero no del todo... A veces un usuario de Energía del Alma se ve demasiado condicionado por sus propias reservas de energía, Lara es un gran ejemplo de esto... Esto conlleva que no puedan explotar con totalidad su alma corporal, limitándolos a uno o dos metros como máximo... Ahí es cuando los Nio sirven de ayuda —respondió, colocándose un guante—. Pedimos algo de poder prestado a Rhys, esto amplía no sólo nuestras reservas, también nuestro alcance y daño en ataques o habilidades, sin contar de que sirven también como localizador, Rhys puede saber dónde estamos en todo momento, y al tener su sello también puede usar la teletransportación en nosotros o él mismo llegar a donde sea que nos encontremos —añadió, activando su energía y el sello dibujado en el guante comenzó a brillar.

—Wow, eso es muy interesante... ¿Y cómo funciona? —Él la miró con atención.

—¿Ves el sello que tiene dibujado? —preguntó Leah, posando su dedo sobre el sello.

—Sí —respondió Vlas, él no lo había notado antes, pero cuando lo hizo, algo extraño produjo que su corazón comenzara a latir con fuerza y rapidez, causando que un escalofrío recorriera su cuerpo—. Es el mismo que Cole tenía... El sello de Rhys... El del Scire... El Infinesse —agregó, en voz baja.

—Lo sé, es un sello de sangre, es lo que le activa la unión que nos permite pedir prestado poder de un poseedor del Scire.

—¿Sello de sangre? —preguntó, confundido—. Rhys no me dijo que también se podía hacer eso.

—Quizás pensó que para entenderlo necesitas saber más sobre la Energía del Elma, porque si, como dije antes, el guante esta hecho totalmente de Energía del Alma de Rhys, cuando yo hice ese sello de sangre parte de su poder se me fue dado y así potencié mi energía, pero esto tiene contras, el poder del Scire sigue siendo de Rhys, por lo que cuando yo uso ese guante también tengo su energía en mi cuerpo, y aunque ambos sabemos que Rhys jamás lo haría, para alguien que tenga planes de traición puede ser usado para controlar el cuerpo de la persona a quien le dio su poder.

—Entonces... ¿Cómo es posible que puedas usarlo con libertad si estas limitada por el poder de Rhys?

—Ahí viene lo siguiente, como dijimos hoy con él, la Energía del Alma sólo puede ser anulada con la misma cantidad de energía pero de otra persona, por eso cuando se activa el sello de sangre y la energía de Rhys entra en mi cuerpo, yo activo la mía y termino por anular la suya, haciendo que el sello no se pierda, porque es mi energía y está dentro de mi cuerpo, en pocas palabras la hago parte de mí, haciendo así el control de Rhys nulo.

—Ahora si entiendo todo, ¿O sea que la energía de Rhys no es la suficiente como para que tu cuerpo la reconozca?

—Exacto, Rhys sólo entrega el 1% de su energía, para que al utilizar el mismo porcentaje de la mía para anularla no afecte mi funcionamiento con el otro 99% que me queda.

—Pero... ¿No es necesario que yo use ese guante, cierto?

—No, tu sello funciona igual que este guante, por lo que tú no tienes que hacer ese proceso, pero yo sólo te enseñaré a usar el alma corporal, Rhys supera los límites de esta, es lo que le permite usar la teletransportación y su Possessionem... Eso sucede gracias a que él es capaz de controlar las otras dos áreas del alma, pero ahí ya no es mi terreno —Leah se quitó el guante y acabó con su explicación.

—Claro, así que ya podemos empezar a entrenar —declaró, poniéndose de pie, emocionado.

—Si no tienes alguna otra pregunta entonces empecemos... Ven por aquí —indicó, guiándolo hacia una esquina de la habitación donde había varias cajas apiladas—. Ayúdame con esto. —Bajó algunas, y Vlas estiró los brazos para cargarlas.

—Vaya... Sí que están pesadas.

—Le pedí a Rhys que cree algunas armas pero se pasó, no sé porque hizo tantas —respondió Leah, de cabeza en una caja—. Aquí está —dijo, volviendo a su lugar.

—¿Puedo dejarlas? —preguntó Vlas, su cabeza estaba escondida detrás de la pila de cajas.

—Sí, claro.

—Wow... Estaban demasiado pesadas —suspiró aliviado—. ¿Qué sacaste? —preguntó, mirando a Leah.

—Esto —respondió ella, desenvainando una espada de acero brillante, relucía frente a la luz, y cuando Vlas acercó su rostro lo vio reflejado.

—Emm, Leah... Yo no sé usar esto —declaró Vlas, mirando la espada con confusión.

Cuando niño, analizó muchas veces la idea de comenzar esgrima, había comenzado a practicar artes marciales bajo la tutela de Rhys, a él no le gustaba pelear, pero su hermano lo convenció, y no le desagradó la idea, además de que Rhys era muy bueno. Cuando pensó aprender esgrima, así como Rhys también lo había hecho de joven, sucedió todo de la nada, Demian murió, Rhys se fue, su familia se quebró... Y nunca acabó de entrenar, dejó todo a medias... A veces, practicaba sólo, pero sin la tutela de alguien que realmente supiera tales disciplinas, no lograba nada. Además, la mayoría de veces, practicar aquello que su hermano le enseñaba, le traía recuerdos de él... Y para no sentirse triste cada vez... No lo hizo de nuevo en todos esos años que estuvo alejado de Rhys... Hasta ese momento, en el que Leah se lo propuso.

—Lo sé, por eso primero debes aprender a maniobrarla para luego hacerlo con tu energía en ella. —Ella se la entregó.

—¿Con mi energía? —Vlas preguntó, su conocimiento era tan nulo, que ni siquiera supo cómo tomar la espada apropiadamente. Ella lo acomodó un poco en una buena postura.

—Exacto, la mejor forma para controlar la energía es con un vínculo, encontrando algo para concentrarla en eso sin tener que desatarla completamente, ya que si lo haces puedes perder el control, y terminar muy mal.

—Entiendo, entonces, ¿Debo aprender a usar la espada? 

—Sí, ahora mismo empezamos... Ven, atácame, intenta golpearme con la espada. —Leah se posicionó en una postura para pelear.

—Leah, ¿Vas a pelear de pollera? —Vlas señaló su vestimenta, no era ropa como para tener una pelea.

—Pues claro... No voy a dar saltos acrobáticos, solo esquivaré una espada —respondió ella, riendo—. ¿Entonces? Vamos, te estoy esperando —alentó a Vlas.

—¿Segura? —preguntó él, algo nervioso.

—Sí, déjame decirte que ni siquiera podrás rozarme, al ser un novato en el uso de la energía, yo todavía soy superior a ti, incluso tú siendo un poseedor del Scire... Pero necesito que lo hagas para ver qué tal es tu estilo y nivel.

—Bien... Allá voy —dijo Vlas, lanzándose al ataque.

 La espada era pesada por lo que tuvo que sostenerla con las dos manos e intentar mantener el equilibrio para no caerse. Y si, realmente Leah tenía razón, le era casi imposible seguir sus movimientos, y cuando parecía estar cerca de golpearla ella tomaba un camino totalmente distinto con una gran velocidad, haciendo que Vlas pierda la brújula. Notó un patrón en el movimiento de Leah, ella nunca doblaba al mismo lugar dos veces seguidas, por lo que sí una vez lanzaba su ataque a la derecha, la segunda vez tenía que hacer lo mismo, ella no iría a la izquierda otra vez. No le salió, Leah vio a través de su plan y con rapidez dio un salto hacia atrás cuando él intentó hacer su movimiento, su cuerpo se desbalanceó con esa finta, caminó intentando recuperarse hasta que se tropezó con sus propios pies y cayó contra el suelo de cara.

—Por Sun, Vlas... Realmente creí que serías un principiante, pero no que fueras tan patético para luchar. —Leah soltó algunas carcajadas mientras se acercaba a él, boca abajo en el suelo.

—Es que, siento que no estoy hecho para luchar con armas, no soy Rhys, él hizo esgrima cuando era adolescente, por eso es tan bueno con la espada, mi mayor fuerte es mi propio cuerpo —declaró Vlas dándose la vuelta, luego de ese movimiento se sentó en el suelo cabizbajo, abatido.

—Ya veo, ¿Y qué tal una cadena? —preguntó ella, buscando en otra caja.

—¿Una cadena? —Vlas la miró confundido. Quizás estaba demasiado cansado para entender lo que ella le había dicho pero estaba seguro de que no se había equivocado.

—Sí... Como esta —respondió Leah, sacando una cadena larga con una cuchilla afilada en su extremo y un brazalete en el otro, supuso que era para atarla a su mano.

—Wow... Me gusta ese estilo. —Vlas le dio una mirada con extrañeza, jamás había visto un arma igual.

—Es interesante... Mira, la cadena mide cinco metros, pero si te acostumbras a ella con tu energía puedes ser capaz de multiplicar su tamaño hasta el que tú quieras, sirve para ataques de largo y corto alcance, y al ser de metal puedes usarla defensiva y ofensivamente al mismo tiempo, es un arma poco común ya que es algo difícil manipularla cuando se encuentra en el aire, al no ser rígida como una lanza no se puede controlar muy bien, pero tú puedes usar tu energía para resolver ese problema... ¿Qué dices? ¿Lo intentas? —preguntó, colocándole el brazalete en su muñeca derecha y entregándole el otro extremo con la cuchilla de acero afilada.

—Sí... ¿Qué tendría que hacer? —preguntó Vlas, apreciando la cadena colgar de su mano.

—Ven. —Leah lo tomó del brazo y lo llevó con ella hacia el ring—. ¿Ves ese muñeco que está en la esquina? —preguntó señalando los muñecos de entrenamiento que antes Vlas había notado.

—Sí.

—Lánzala hacia él, cuando logres engancharlo jálalo con fuerza hacia ti, y si realmente eres bueno en artes marciales quiero que le des una patada con la planta del pie luego de dar un giro... Así —explicó Leah haciendo una demostración del movimiento. Vlas se percató de que ella era muy buena en artes marciales, le salió a la perfección. Probablemente Rhys la había entrenado en el pasado—. Oh... Había olvidado que vestía una pollera, ¿No se vio nada? —preguntó, riendo.

—Para nada —respondió Vlas encogiéndose de hombros. En realidad si había sucedido, pero intentó ignorar la situación.

—Bien, ahora hazlo tú.

—Entiendo... A ver que sale —dijo Vlas, ubicándose exactamente a cinco metros del maniquí—. Concéntrate en la cadena, hazla parte tuyo y lánzala... Uno... Dos... Tres —contó, para al final lanzar la cadena siguiendo las indicaciones de Leah.

Cuando la cuchilla llegó al muñeco esta se introdujo en su pecho y se abrió como si fuera un gancho para que al tirar de la cadena no se soltara. Vlas jaló fuerte para traerlo hacia él pero tuvo que hacer el doble de esfuerzo cuando notó que este estaba demasiado pesado. Con el muñeco en el aire Vlas se dio cuenta de que ya no era necesario jalar, sino toda la fuerza haría más efecto en el muñeco y este pasaría de largo. Lo vio venir hacia a él automáticamente sin freno, cuando este estaba a un metro le dio la espalda y al sentir que la cadena se tensaba dio una vuelta e intentó golpearlo en el rostro... No llegó, se había pasado mucho con la fuerza y el muñeco se había ido muy arriba, al no tener una forma de frenarlo terminó cayendo encima de él con brusquedad.

—Mierda —maldijo, cuando sintió un fuerte impacto en sus costillas.

—Debo decir que para ser la primera vez fue bastante más prometedor que con la espada —declaró, Leah caminando de regreso a él— ¿Estás bien? —preguntó, agachándose a su lado hasta quitarle el muñeco de encima.

—Sí, gracias —respondió Vlas, tomando el lado izquierdo de su abdomen luego de un ligero quejido.

—¿Te lastimaste ahí? —preguntó Leah, preocupada.

—No, para nada, sólo fue el golpe, se irá rápidamente. —Él lo ignoró.

—Será mejor que lo verifique —dijo Leah, sentándose a su lado—. Ven aquí. —Levantó su sudadera y se sorprendió al apreciar el definido cuerpo de Vlas—. Vaya... Tienes músculos —rio, bajando su sudadera de nuevo. Él no tenía ningún daño. Pero su cuerpo... ¿No tenía sólo dieciséis años? La genética siempre tiraba para su lado, era imposible que estuviera tan bien físicamente.

—Era deportista, practicaba baloncesto, ¿Recuerdas que te lo dije? —él aludió, con obviedad.

Ella lo miró todavía colgada en sus pensamientos. Su mirada subió y bajó varias veces, sólo concentrada en él. ¿Había crecido tanto en tan pocos meses? Cuando todavía estaban en Remia, él apenas sobrepasaba su altura, y no se encontraban en tanta diferencia en cuanto a tamaño. Pero... Desde que habían vuelto él se veía tan diferente, cada día notaba su cambio, como si no lo hubiese visto por meses, y al final, siempre lo veía el día anterior. Debía darle tal la responsabilidad de su crecimiento a su poder, seguramente él también entrenaba, y no se dejaba estar... Quería darle las gracias por preocuparse por eso. Si le parecía atractivo antes, ¿Qué podía pensar ahora? Estaba más cerca de la madurez que meses atrás, y eso ciertamente la hacía sentir extraña en torno a él. Casi como más atenta a él... ¿Enamorada quizás?

El día anterior, cuando bailó a su lado, quiso besarlo, lo vio toda la noche con una sonrisa, apreciando con maravilla sus intensos ojos verdes, que brillaban como las luces del lugar. Luego él sólo estuvo a su lado por el resto de la noche, sin soltarle la mano, y pasó de verse tan atractivo y varonil, a tierno y cariñoso. Al final de la noche durmieron juntos, y no fue como esa vez en Remia, cuando ella se quedó a su lado esa noche tan fría y triste para él, tomando su mano por horas, hasta durmiendo a centímetros de su cabeza. No fue como esa vez, no iba a ser como cualquiera otra, si es que volvía a suceder. Con Vlas, todo era distinto, y eso era lo que hacía que ella quisiera conocerlo más aun, más que la anterior, y así, con cada momento que pasaban juntos, más... Y más.

«¿Es sensato, Vlas? ¿Puedo enamorarme de ti?», pensó la noche anterior, cuando escuchó su: «Te quiero». Eso sería una pregunta que en algún momento tendría una clara respuesta, y esperar era lo único que podía hacer. Porque como no lo hizo ese día cuando se despidió de él en Remia, tampoco lo iba a hacer en ese momento, en plena búsqueda de él de su propia identidad. No quería colocarlo en una encrucijada, respondiendo esos sentimientos que ni ella comprendía... Primero, ella debía comprender qué significaba estar enamorada, o si al menos lo estaba. Y luego, él podía entenderla, compartir sus sentimientos, o sí no era correspondido... Sólo serle claro... Y así, ella no se ilusionaría... No sufriría por amor... Aunque el momento llegaría... Ya no era una niña... No iba a volver a serlo de nuevo.

—Sí, lo había olvidado —respondió Leah, parándose otra vez. Un simple sacudón de cabeza dejó de lado todo lo que estaba pensando. Podía hacerlo en otro momento—. Entonces... ¿Cómo calificarías tu primer uso de la cadena? —Extendió su mano.

—En realidad sí que fue difícil, sólo con la fuerza que tuve que hacer para levantarlo se me fueron las energías —respondió Vlas, tomándola y poniéndose de pie.

—Eso se puede arreglar cuando empieces a controlar tu energía, cuando puedas manipularla por todo tu cuerpo puedes concentrarla en lugares específicos para poder acrecentar tu fuerza física o resistencia, dejando de lado que en parámetros generales estas aumentan descomunalmente.

—Claro, parece que hay mucho por practicar todavía... Entonces elijo las cadenas para seguir, me sentaron bien, además parecen ser más flexibles de lo que creía, si puedo alargarlas cuando controle mi energía ni siquiera debo acercarme a mi objetivo en una lucha real, y si las refuerzo con energía pueden llegar a ser indestructibles.

—Sí, por eso deberás seguir... ¿Viste eso que hiciste hoy? —Señaló el ring.

—¿Lo del muñeco?

—Sí, tienes que hacerlo hasta que te salga a la perfección, luego de eso te enseñare como direccionar energía por tu cuerpo, para como conclusión del entrenamiento, infundirla en la cadena.

—Entiendo, ¿Y cuánto me tomara hacerlo?

—Por lo rápido que vas progresando, yo diría que un mes.

—¡¿Un mes de solo lanzar la cadena?! —preguntó, cuando su mandíbula se desligó de su rostro, y se cayó de la sorpresa. 

—Parece mucho tiempo, ¿No es así? —preguntó Leah, entre risas—. Pero créeme, es muy necesario... Primero debes acostumbrarte a ella para luego poder hacerlo con cualquier tipo de objeto de forma automática, si tu cuerpo recuerda el proceso te será muy fácil —añadió, tomando una cuchilla cerca de ella y en un rápido movimiento, la lanzó hacia la cabeza del muñeco.

Vlas apenas distinguió lo que pasó, no pudo seguir el movimiento del arma, pero cuando dirigió su mirada al muñeco todo su cuerpo se paralizó del asombro... La cabeza del muñeco ya no estaba, el ataque de Leah se la había arrancado totalmente

—Acabo de hacer una nueva nota mental... Nunca meterme contigo —dijo, todavía mirando el muñeco sin poder creer lo que ella había hecho.

—Se llama práctica... Tienes que tener confianza en ti mismo y creer que fácilmente podrás llegar a ese nivel cuando termines tu entrenamiento. —Leah le quitó importancia a lo que hizo y comenzó a caminar hacia la salida—. Iré a tomar un baño, el entrenamiento por hoy ha terminado... Mañana aquí a la misma hora, intentaré que al menos pases dos horas al día haciendo lo del muñeco, ¿Estás de acuerdo? —Buscó su confirmación dándose la vuelta y lanzándole una mirada a sus ojos. Vlas hizo lo mismo y asintió.

—Sin problemas.

—Bien, mejor así, nos vemos más tarde en la cena. —Elevó su mano, y su saludo se perdió luego de que abandonara la sala y cerrara la puerta detrás de ella.

—Nos vemos luego Leah.

Vlas respiró hondo y se lanzó al suelo de nuevo. Su cuerpo casi ni respondía a sus pedidos, estaba demasiado cansado. Esa noche dormiría con demasiada placidez. 


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