—Solo te veo como una hermana menor.
Mientras Christian estaba sentado en su oficina y observaba sus alrededores familiares, la sonrisa que a menudo tenía en su rostro desaparecía lentamente. Su mirada se volvió ominosa.
Tomó un adorno de su escritorio y lo apretó con tanta fuerza que las venas azules sobresalieron en el dorso de su mano, revelando la agitación que sentía en su interior.
Había apoyado a Michael para que asumiera como presidente, pero no fue por su propia voluntad. Después de todo, el resultado ya estaba decidido. Sabía que Michael no lo esperaría de él.