—Escucha, mi querido Walther —contestó ella, condescendiente—. ¿Tengo cara de pertenecer al USSTRATCOM? Porque me parece que son los únicos que se podrían encargar de esto.
El chiste rebuscado de Jones no hizo gracia en lo más mínimo al inglés. Sabía que ella había pertenecido en el pasado a la Fuerza Aérea, pero mencionar a un organismo capaz de desatar el infierno en la tierra a base de apretar botones...era un chiste de pésimo gusto, dada la situación.
—Jenn, me refiero a algo NO nuclear. Pero que sí pueda hacer bastante daño.
—¿Y se puede saber para qué? ¿Estuviste haciendo investigación por tu cuenta?
—Más o menos.
—¿Más o menos? ¿Sabes lo que le diría a un subordinado si me contara que averiguó algo "más o menos"?
—Jennifer, tengo un título de especialista en vigilancia y guerra electrónica. Sé de qué hablo.
—Y terminaste cuidando a una viejita en Irlanda. Pero supongamos que respeto tu opinión, cuervo (1). Continúa.
—Necesitaríamos atacar las instalaciones de ORIGO en Nizhniy Novgorod. ¿No has oído hablar del sistema Sura?
Jones asintió, sin darse cuenta de que su gesto no era visto. Rápidamente afirmó:
—Sí. Son instalaciones de investigación de la ionosfera. ¿Algo así como nuestro HAARP, pero más poderoso, no es cierto?
—MUCHO más poderoso. Por lo que pude averiguar, las instalaciones fueron compradas hace un par de años por una empresa privada y anónima, aunque podemos estar seguros de que detrás de eso está la mano de algún oligarca amigo de Putin.
—ORIGO...escuché algo al respecto, pero más que nada en páginas y canales de YouTube conspiranoicos. ¿Cómo puedes estar tan seguro de que hay que atacar ESAS instalaciones y no otras? ¿Y si nos equivocamos?
—Escucha. Esas antenas son las candidatas ideales para lanzar ese tipo de ataques, si la rusita logra descifrar los manuscritos. Pueden modificar a placer la longitud y orientación de onda de sus emisiones, manejan una potencia radiada enorme, y son operadas por un equipo de científicos e ingenieros con experiencia... ¿Entiendes, o te hago un croquis?
Jones hizo una pausa, intentando acomodar el golpe a su orgullo.
—Nizhniy Novgorod... Eso es en el oeste de Rusia, ¿verdad? Si mal no recuerdo...
El inglés sonrió para sus adentros. Sabía que Jones era un poco ególatra. Y a veces, un elogio servía para descomprimir la situación.
—Tus conocimientos de geografía no dejan de sorprenderme, Jennifer —le soltó, con la voz más suave que era capaz de hacer; es decir, una mezcla entre Barry White y parroquiano irlandés de un pub a las seis de la mañana.
El muy idiota. Jones agradeció que el otro no pudiera verla sonrojada.
—Deja los halagos para cuando estemos en DEFCON 5, tonto (2). Además, esa región era uno de los blancos posibles que teníamos que atacar cuando volábamos en los B-52. Por si no lo recuerdas, yo era uno de esos seres capaces de "convertirme en muerte, destructora de mundos" en caso de ser necesario.
—¿Extrañas los BUFF? (3)
—Por supuesto. En la Fuerza Aérea sólo teníamos que cumplir órdenes. Nada de sobreanalizar, nada de tomar decisiones por tu cuenta. La CIA es una mierda completamente distinta. Cada cosa que hagas puede estar mal, sin importar la lógica. Sólo importa la política. Te mueres de estrés y no puedes hacer nada para solucionarlo.
Podría haber dicho algo sarcástico, pero Walther se limitó a ser amable. No podía evitarlo.
—Sabes que puedes llamarme cuando quieras. Estaré para tí.
—Walther, tú siempre terminas preguntando...otras cosas. Tienes un enorme complejo de "cuidar a tu amiga loca", en todos los sentidos.
La voz de ella sonaba un poco más relajada ahora. Al parecer, las imágenes habían dejado de bailar en su cabeza por un momento. ¿O sería otra cosa?
—Volviendo al tema, Jota Jota... ¿Cuál sería tu plan de acción en este caso?
—Veamos. La Marina está operando un par de destructores en el mar Báltico, por lo que sé. Supongo que podrían lanzar misiles Tomahawk con ojivas de grafito para cortocircuitar las líneas eléctricas de ORIGO, o las propias antenas. Pero se requerirían decenas. Y donde los rusos nos descubran, pondrán en acción la doctrina Ivanov. Y ten por seguro que nos descubrirán.
—¿Y no podemos usar armas furtivas para eso? ¿Los bombarderos B2 no son capaces de lanzar misiles con cabezas EMP? (4)
—No sabemos si los rusos cuentan con radares capaces de detectar a nuestros B2. Y aunque no puedan detectar nuestros bombarderos o nuestros misiles, saben de sobra que los ucranianos no son capaces de hacer este tipo de ataques, al menos no a tanta distancia. Entonces, por descarte...Tercera Guerra Mundial.
—Pero, escúchame. Los únicos que saben que las instalaciones ORIGO pueden utilizarse como armas son Anastasia Romanova, Putin, y algunos generales rusos lamebotas. Lanzarnos armas nucleares sólo por un ataque a unas instalaciones cuyo fin nadie conoce, no suena muy razonable. Y, además, Anastasia querrá acabar con la humanidad de manera lenta y selectiva. Matarnos a todos en un infierno atómico no va con su estilo.
—¿Cómo sabes eso?
—Lo sabes tanto como yo. ¿O acaso lo has olvidado?
—No te sigo. Gracias a Dios, no puedo leer tu mente, William.
El inglés resopló, frustrado.
—A ver, recapitulemos. Por la info que nos pasó La Hechicera, la orden fue aniquilada en el 99 por un grupo de fuerzas especiales mandada por la rusita psicópata. Y al parecer, robaron un códice muy importante, que supuestamente contiene el código genético de los niños inmortales esos. Incluso, con un método para "despertar" esos genes que los hacen tan especiales en cualquier persona, lo que podría hacer que se creara una nueva raza, esta vez de inmortales. Inmortales capaces de reproducirse. Inmortales que, ya sabes, no van a querer gobernar sobre las cenizas de un erial radiactivo.
Durante un momento no se escuchó nada.
—¿Jennifer?
—Espera un momento. Le estoy echando whisky al café. Tengo que aclarar mi cabeza.
Se sintió un rápido ruido de sorber del otro lado. Luego, la oficial continuó hablando.
—O sea, opinas que Anastasia Romanova planea crear un Nuevo Orden Mundial.
—Es la versión resumida de la historia, pero sí. Es su oportunidad de oro.
—Ahora, dime la verdad. ¿Smith tenía la función de desvelar ese protocolo? ¿O daba lo mismo que lo hiciera cualquiera de ustedes?
—Cualquiera de nosotros que estuviera vivo tras la muerte de La Hechicera podía mostrárselo. Pero William y yo, conociendo un poco a Kali y sabiendo cómo se las gastan los jefes en MI6, decidimos ocultarlo. Eso, hasta que Smith se tomó atribuciones delante de la "chiquilla", y nos forzó a decidirlo con una votación.
—Eso huele sospechoso…
—Bastante. Y…tal vez no te gustará escuchar esto, pero Smith también reportaba de manera directa a tu jefe. Nos enteramos apenas ayer. Nos mandó un mensaje antes de irse de Irlanda. Huyó con los protocolos originales y la transcripción, que de seguro habrá grabado con un micrófono oculto.
—¡Maldición! ¿Y para qué todo eso?
—No lo sé. Parece que la CIA quiere ser la única agencia que maneje esta situación. Eso...o algo peor.
Un silencio ominoso de varios segundos detuvo el ritmo de la conversación. Cuando habló, el tono de voz de Jones había cambiado bastante.
—¿Es decir, que nos eludieron desde el principio? ¿La misión de Smith era tan secreta que nos la ofuscaron a todos?
—Siento decírtelo...pero sí. Estás en lo correcto.
La oficial de la CIA se apretó las sienes, otra vez. Era evidente que su mente estaba empezando a divagar.
—No, no —dijo con pánico.
—Tranquilízate.
—¡No! ¡Todo el mundo me pasó por encima! Tú, William, Smith, la vieja zorra bruja de La Hechicera...maldita sea. Se me parte la cabeza…
Mareada, reprimió una arcada.
Fue demasiado para ella. William sintió un llanto apagado del otro lado, apenas distinguible.
—Jennifer, cariño…no es hora de hacer una escena. Seamos profesionales.
—¡Vete a la mierda, William! ¿Cómo te sentirías si todos tus compañeros te trataran como una apestada?
—Escucha. La culpa es del director, que debería haberte informado esto hace mucho. Ahora... ¿Estás de acuerdo en armar una operación a espaldas de él?
—¡Joder! ¡Esto no es justo! ¡Me estás manipulando!
—Odio sonar melodramático, pero el destino de la raza humana en los próximos años depende de nosotros y de esa "chiquilla" insoportable. Piénsalo un momento.
Jones comenzó a hablar sola, como en un estado de delirio.
—Si Smith estaba en una misión bajo las órdenes del director...y me han eludido a mí...eso significa que era una misión secreta...eso significa...que si me lo hubieran dicho...me podrían haber puesto en peligro. O peor aún...podría haber comprometido la misión de alguna manera...Maldición. Tal vez el director sólo me estaba protegiendo. Sí, tal vez sólo pasó eso.
Otra voz pareció salir de su ya torturada mente. La entonación era tan diferente que podría ser tomada por la voz de otra persona.
"Aclárate, pedazo de mierda".
La voz original decidió no contestar al insulto. No obstante, la voz usurpadora siguió martillando.
"Jennifer, escucha, imbécil. En este mundo, la única persona capaz de cuidarte eres tú misma. Nunca lo olvides. NO ME HAGAS SONAR COMO LA MALA DENTRO DE TU CABEZA. Y, RECUERDA, NO LE DEBES NADA A NADIE. ¡A NADIE! ¡NI SIQUIERA A ESE VIEJO HIJO DE PUTA!"
Esto fue suficiente para hacerla volver en sí. Respiró hondo un par de veces, antes de pronunciar palabra.
—Walther...
—¿Yes, my Darling?
—Déjate de idioteces, por favor. Es de suponerse que esa zorra de Anastasia ya está cerca de Belgrado, ya sean ella o sus hombres... ¿Verdad?
—Es una suposición razonable...
—Entonces, hay que salvar a Kali. Debemos hacer que llegue segura a las manos del director. Pero no parece una tarea sencilla si la misma Anastasia está vigilando Belgrado...lo cual es posible aquí, y en cualquier variación que podamos plantear de este escenario. ¿Verdad?
—Jenn...Olvídate de eso. Kali va "por libre". Ella solo desaparecerá por un tiempo, como siempre hace. No necesitamos protegerla, y menos aún hacerla una cautiva de la CIA. Sólo tenemos que asegurarnos que desaparezca con los documentos de Tesla.
—¿Y si Anastasia la está rastreando ahora mismo...? ¿Qué vamos a hacer? ¡Kali tiene que salir sana y salva de Belgrado! ¡Y seguir sana y salva después!
Los ojos de JJ tenían la mirada de los mil metros, es decir, a un punto indefinido en el espacio. En su mente veía guerra, muerte, enfermedades desconocidas...de un solo fallo podían surgir cientos de posibilidades aterradoras. Intentó escapar, no apegarse a ninguna de esas posibilidades. Si dejaba que las emociones la dominaran, era el fin.
—¿Jennifer, te estás escuchando a tí misma? ¿Ahora pasaste del desinterés a la obsesión?
—La culpa es tuya, sabes que no puedes ponerme a hacer análisis y todavía estresarme de esa manera, no a esta hora de la mañana. Las...las imágenes, Walther.
— Tienes que tranquilizarte, Jenn. Las imágenes no van a hacerte daño.
—¿Por qué eres así?
—¿Qué dices?
—¿Acaso lo haces porque sientes que soy más vulnerable en este estado? ¿Es un tip secreto que te enseñó la vieja bruja esa? ¿En serio puedes ser tan manipulador e hijo de puta?
—Jennifer...
—Por el bien de la humanidad...Por el bien hasta de nosotros... ¡Kali tiene que llegar sana y salva desde Belgrado a las manos del director! No hay nada más importante en este momento que la vida de esa "niña"...mierda...
Jones parecía meterse cada vez más en el trance, como si le hubiera echado algo más a su café que un chorro de whisky. Manoteó la taza con torpeza, volcando un poco de su contenido.
—Jennifer, aclárate. ¿Confías en un superior que es capaz de ocultarte cosas vitales?
—Cállate, pesado.
—En serio, Jenn. ¿No estás, aunque sea, un poco molesta al respecto?
—¿Me lo preguntas en serio?¡Él sabía todo esto y no me dijo NADA! ¡NADA EN ABSOLUTO!
—Entonces —razonó—, estamos en completo derecho de operar a espaldas de él. Es más, su pasividad es sospechosa. ¿Y si está trabajando para el otro lado? Piénsalo un poco.
La frase del inglés fue sucedida por una pausa de varios segundos. La Jennifer Jones que empezó a hablar tenía un tono...ligeramente diferente al de su siempre malhumorada jefa y amiga.
—Oh...por el cielo...Sí... ¡Sí! Vamos a hacerlo, vamos a operar a espaldas suyas...Pero si se entera...Nos va a hacer encarcelar o matar. Es nuestro destino. ¿Estás dispuesto a aceptar eso?
—Puede ser —reconoció Walther, con voz apagada.
—Por supuesto que puede ser...Esta es nuestra única oportunidad de salvar a Kali...Y a la humanidad. Esto es demasiado importante como para dejarlo en manos de un cerdo calculador...que tiene que jugar según las reglas...y su conveniencia...Esto es más importante que...Esto es...nuestra responsabilidad...
La voz de Jones ya sonaba agotada por el esfuerzo. Volver a la normalidad le requirió tres respiraciones profundas (¿o fueron cuatro?). El caso fue que a ella se le hizo eterno.
—Esto es un asco, Walther. Se supone que la gente se calma un poco cuando consume alcohol, en vez de pasar por...este tipo de experiencias. Me siento como si no fuera yo, ni siquiera alguien parecida a mí misma. Y no tengo manera de parar esto.
—Todavía no has tomado tus pastillas... ¿Verdad?
—No, maldito hijo de perra, porque no suelen llamarme para una reunión de crisis a las seis de la mañana, sin dejarme espacio siquiera para respirar. Y si no dejo que esta...cosa se exprese de vez en cuando, es peor. Créeme que es peor. Mucho peor.
Walther calló por un momento. Tal vez no hubiera leído sobre la función de Jones cuando volaba los B-52, pero sí había prestado atención al ver su historial médico...sobre todo psiquiátrico. Aunque estabilizado gracias a los medicamentos, Jennifer Jones tenía un don tan absolutamente roto, que los investigadores de MK Ultra habrían matado para conseguirlo en los años 70. Ninguna mente normal podría soportar esa capacidad; incluso, la de ella misma. Su miedo era entendible. Su fastidio, también.
—¿Me odias?
—¿Qué diablos dices, Jenn?
—¿No te parezco la agente más patética y poco confiable que has conocido en toda tu carrera?
—Ni en sueños, tonta. Por algo te eligieron de enlace para la sección 13. La Hechicera te guardaba un gran cariño... ¿sabes? Y creía que eras una mujer extremadamente capaz.
Jennifer Jones suspiró.
—Esa maldita vieja bruja...desde que me descubrió, no paró de molestarme hasta que envié mi postulación a la agencia. ¿La odio, sabes? La odio, aunque esté muerta, y lo siento si eso te parece descortés o alguna mierda de esas. Me utilizó. Como todos.
—Espera. Yo nunca te utilicé.
—Ja. Porque tú eres un maldito gentleman, el tipo más buena gente que he conocido en mi vida. Y por eso nunca te ascendieron, y tu mujer te dejó. Es una lástima...
—¿El que mi mujer me haya dejado?
—No, me refiero al hecho de que nunca llegaste a ser jefe de nada. Me hubiera gustado ver eso. Pero claro, tenías que ser un buen tipo. Y así terminaste.
—Eres un poco grosera a veces, Jota Jota —protestó el inglés, con voz de resaca—. Pero te quiero de todas maneras. Ahora, hay que movernos.
—Te gusta resaltar lo obvio, ¿verdad? —soltó J.J en tono jocoso, pero luego le habló de forma normal, como si hubiera decidido replegar su ataque—. Cuenta con eso. Y ahora, ve a tomarte un té. Y de los fuertes. Mamá águila se ocupa.
Jennifer Jones cortó la comunicación y se tumbó sobre la mesada de la cocina, agotada.
Tendría que entregar a Kali ante el director, viva o muerta. Y a la vez apoyarla en Serbia, por si acaso las cosas salían bien y lograba robar esos malditos documentos; eso, claro, sin que nadie se enterase.
Y si TODO salía mal y Kali era capturada, debía convencer al Asesor de Seguridad Nacional de que autorizara una operación militar que, para el gobierno ruso, era el equivalente a meterles un palo en el culo.
¿Cómo una persona podía actuar de manera cuerda ante tales opciones?
Y más aún: ¿Por qué ella debía elegir entre esas opciones?
Notas al pie:
(1) "Cuervo" (en inglés, "Raven" o "Crow") es un apodo dado a los operadores de guerra electrónica, basados en el nombre en clave que usaban los aliados en la 2GM para referirse a sus especialistas en esta materia.
(2) Dudo que alguno de los receptores de este documento lo ignore, pero DEFCON 5 se refiere a la situación normal en tiempos de paz. Los niveles suben hasta DEFCON 1, que básicamente es guerra nuclear.
(3) BUFF: un apodo popular entre los pilotos y aficionados de la aviación para referirse al icónico bombardero B-52 Stratofortress. BUFF viene a ser una especie de acrónimo que significa Big Ugly Fat Fucker (en español, algo así como: Gran Cabrón Feo y Gordo)
(4) EMP: Pulso Electro Magnético. En este caso, Walther se está refiriendo concretamente a las ojivas CHAMP, que aniquilan sistemas electrónicos mediante descargas de alta potencia de radiación de microondas. El misil furtivo JASSM fue seleccionado por los militares norteamericanos como el "vehículo óptimo" para esta clase de carga de combate.