La nerviosidad que Rosa sintió toda la mañana desapareció cuando salió por las puertas con Víctor hacia Zayne. Las miradas de los invitados ya no le molestaban cuando llegó a la mitad del camino y notó que todos estaban emocionados por ella y por Zayne.
La boda fue un torbellino para Rosa ya que estaba fija en Zayne. Lo encantador que se veía y las cosas que le susurraba cuando tenía la oportunidad.
Rosa tuvo que pellizcarse unas cuantas veces para estar segura de que no era un sueño. Que no era un largo sueño en el que había caído y todavía estaba en el burdel durmiendo al lado de su cama.
Los aplausos cuando fue anunciada como la esposa de Zayne y su cálida mano en su rostro la trajeron de vuelta a la realidad.
Esta era su vida actual.