El sonido de los pájaros y animales se escuchó levemente en la oscura noche, nada más pacífico para quien lo haya oído alguna vez. Este no era el caso de la aldea bai, los aldeanos aunque menos histéricos y asustados ya había sacado su resolución; no dudaria ante las dificultades, este es su hogar y por respeto a quienes estuvieron antes de ellos y los que irán más allá de serían el último muro de defensa ante el precipicio que es la violencia.
En este ambiente relajante y atmosférico unos leves sonidos rompieron la serenidad. Era como el crepitar de caballos y gritos de salvajes. La aldea estaba preparada, nunca fueron personas de guerra; solo aldeanos por amor a la calma y belleza de lo que les rodea. Mientras mas se acercaba el ruido mas se agitaban sus emociones pero con eso su calma tampoco disminuye.
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En un salon grande recubierto por columnas y un solo tono de luz unos paso se fueron oyendo, dirigiéndose a lo que sea que este al final de la magnificencia de este lugar.
Los pasos se fueron deteniendo con duda para consiguiente aumentar con mayor voluntad, recordando a una épica epopeya de heroes que llegan a la sala del rey demonio.
La persona productora de esos leves pasos se acerco a el trono que emitía poderío y respeto, en el se encontraba la existencia que este joven jamás vio.
".....Padre... yo...."
El receptor parece ignorar esa llamada, dejando un vacío sonoro en lo que una vez fue un gran silencio.
"¡Padre!"
La voz del joven sonó una vez más pero con un tono más fuerte. La cabeza recostada de aquel que llamaba padre se inclinó un poco, abriendo con ello sus ojos salvajes y dominantes. No dejando espacio para dar marcha atrás la voz que salio de este ser, fue atronadora como si un trueno acaba de caer y aquellos que lo subestimaron sufrirían de las graves consecuencias.
"oh, hijo estabas acá. No me habia dado cuenta, entonces dime,¿que necesitas de mí?"
A pesar de que no alzó la voz de ninguna manera se escuchó de manera fuerte y clara. Las emociones del joven se alteraron pero,,, no podía retroceder lo que sucedió no debió de hacerlo, tenía que enmendar los errores de las decisiones de su hermano mayor y padre. La violencia no era el camino, él estaba seguro de ello.
"Padre, se que mi hermano quiere ese tesoro del mundo..pero acaso enviar a la caballería de sangre fue una decisión correcta... muchos moriran y si no sufrirán las consecuencias por su desconocimiento, acaso a pesar de nuestras reglas... ¿debemos buscar exterminar a aquellos que nunca nos han afectado de alguna manera?"
El hombre en el trono solo se quedo hay indiferente, sus emociones no cambiaban a pesar de saber las consecuencias de sus actos. no pudo entender el razonamiento y solo la violencia fue su camino... siempre lo fue.
"hijo, ¿acaso no entiendes? las masacres siempre estuvieron desde el principio de la creación de la mansión. Nunca hemos actuado de manera diferente, sino lo entiendes no es mi problema. El mundo antes y ahora siempre a sido dominado por los fuertes, si las recompensas valen la pena no me importaría que corran ríos de sangre más aún en un caso tan especial"
"¡Pero...!"
"Silencio, esa es una verdad irrefutable. el que solo vengas hacia mis aposentos solo para recriminarle por un hecho que no es incorrecto, demuestra tu falta de voluntad y firmeza... mejor alejate. Tu talento puede que no sea malo pero el hecho de que dudes solo me causa decepción; es mejor que reflexiones con detenimiento"
"Yo..."
Antes de que el joven pudiera decir más su cuerpo fue expulsado y dejado ante las puertas de una manera desconcertante.
Yo acaso me he equivocado..no, no hay manera. Solo por beneficios adicionales merece la pena descartar a los demás como si fueran hormigas..¡No aceptó tal pensamiento! Si mi padre no quiere verlo tomaré la justicia por mis manos.
El joven se fue alejando hasta llegar a su zona residencial con una voluntad ardiente y determinada. Al entrar en su cuarto su visión se difumino.
"Que esta sucediendo, mi mente no funciona"
El cuerpo cayo en el suelo duro y frio. Una sombra se proyecto detrás de este" Losiento joven maestro.. pero no había otra manera"
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La aldea en su calma pudo escuchar con exactitud una voz salvaje, que causó dolor en sus oídos.
"Basura, sal y presentarse ante nosotros dependiendo de como vea su actitud sobreviven, caso contrario morirán sin un lugar de entierro"
Las personas de la aldea salieron con lentitud de sus hogares, cada uno dando un paso mas y otro hasta llegar ante los hombres que emitían esa terrible sed de sangre; Como podían haber tales demonios que se hicieran llamar humanos.
Las piernas de todos temblaban, pero en lo más profunda de su psique una llam ardía con voluntad, esa llama expuso toda su voluntad ¡Jamás cedieron! Mientras esto ocurria un soldado se bajo de su caballo negro y con su armadura negra mostró su presencia ante el mundo.
"Umn nada mal de hecho. Aldeanos cuéntenos acaso usted vieron a soldados del señor meng, si es asi... ya saben, ¿no? de lo contrario puede que sobrevivan jajajaja. Bueno de todas formas ¿quien es su representante?"
El jefe de la aldea con su aspecto decrépito se adelanto entre la masa y con una voz calmada y anciana se presentó como tal, como aquel que estuvo dentro de las mejores épocas de su hogar y que ahora debía proteger.
"Señor soy yo"
"Ok, dime entonces jefe de esta aldea ¿acaso los has visto?"
"n..."
Antes de que pudiera responder el jefe fue agarrado con fuerza por una mano salvaje y dominante, las venas pulsaban tras esta y el cuello del anciano se comenzó a poner morado; fue algo aterrador de presenciar, tal fuerza pudo dejar a todos pasmados.
"No me mientas viejo, se que estubieron aca, asi que lo entiendes, verdad, todos y si digo todos ¡Moriran!"
Mientras este "monstruo" decía esto, su mano fue agarrada por alguien. Nadie supo quién fue, pero si se sabía de qué edad era, una persona joven. Esto sorprendió a todos los aldeanos, nadie supo cómo reaccionar.
"Que estas haciendo.... pedazo de mierda"
Liang chen estaba sosteniendo con toda su fuerza la mano de ese salvaje soldado, pero se dio cuenta de una cosa...¿¡No pudo detenerlo!? Antes de que pudiera reaccionar una fuerza impulsora le golpeo el pecho mandandolo a volar sin dejarle oportunidad de reaccionar; una gran cantidad se sangre salio de su boca.. llenado el cielo de un tinte sangriento y mortal.
"Oh nada mal pequeño, pero eres un reino mas bajo. Vas a morir, debiste haber escapado, quizás lo hubieras logrado..." En las cejas del hombre se pudo ver un salvajismo monumental, que al anciano anteriormente en sus brazos y a los demás no pudo dejar de temblar; no podían hacer nada, estaba totalmente asustados. Contra una diferencia tan grande de fuerza todo en lo que pensaron se fue por el desagüe solo querían que nadie sufriera.