Una semana y media antes de que Keeley terminara su investigación para la tesis, presentó su carta de renuncia de dos semanas en el laboratorio explicando que tenía algunas preocupaciones personales que ocuparían su tiempo. Al Dr. Kim le entristeció que se fuera ya que habían trabajado juntos por mucho tiempo.
—Desearía poder mantenerte aquí después de la graduación —admitió—. Pero me temo que eso no depende de mí. Estaría encantada de darte una carta de recomendación si decides buscar en otro lugar más adelante.
—Gracias, Dr. Kim —dijo Keeley agradecida—. Y eso fue todo. Un final limpio.
Últimamente había estado tan cansada que se quedaba dormida en clase. Esto estaba afectando sus calificaciones, lo cual era imperdonable. Fue en ese momento que Aaron la convenció de abandonar.