—¿Sabes por qué me convertí en el presidente de la Corporación Mundial Empire, verdad? —Connor miró a Quenna y preguntó con una sonrisa.
—Lo sé. Es porque tienes mucha suerte. Eres capaz de heredar una herencia tan grande... —Quenna miró a Connor y dijo con envidia.
—Puedes pensar que mi vida es buena, pero si estuvieras en mi lugar, podrías darte cuenta de que algunas cosas no son tan buenas como piensas. Ser rico no significa que no tengas preocupaciones... —Connor suspiró impotente y dijo con indiferencia.
—Es verdad. Tal vez no pueda entender los problemas de ustedes, los ricos —Quenna miró a Connor y asintió de acuerdo—. ¿Entonces, por qué me promoviste como tu asistente? No creo que pueda ser la asistente del presidente todavía...