—Nian Xiaomu, aléjate más de mí—un poco de sensualidad sonó en su voz áspera.
Nina Xiaomu se sorprendió ante esas repentinas palabras.
Lo miró atónita.
¡Su estado de ánimo definitivamente no estaba temperamental como de costumbre!
Nian Xiaomu tiró el pañuelo de papel en el tacho de basura. No sólo no se marchó, sino que,en lugar de eso, tomó el control remoto y encendió el aire acondicionado. Después de eso extendió su mano frente a él.
—Levante la cabeza. Bajaré la almohada para que pueda dormir con más comodidad.
Ella bajó sus prejuicios hacia Yu Yuehan dado que era una enfermera. Cuidar pacientes era su profesión, después de todo.
Viendo que él aún la estaba mirando fijamente en blanco, hizo fuerza con los brazos y tiró de la almohada debajo de su cabeza.
Se encogió de hombros; estaba acostumbrada a que él la fulminara con la mirada, pero no era como si importara de todos modos.