Download App
88.85% VIGGO / Chapter 295: Orario y el balance 2.289

Chapter 295: Orario y el balance 2.289

El día de la escolta llego y Viggo se presentó a las siete de la mañana en la entrada del calabozo. De por sí, Viggo con dos metros con cinco centímetros de altura y cabello rojo ya resaltaba entre la multitud. Sin embargo, añadido a la hermosa armadura real enana con su color turquesa y bordes dorados, fue imposible de ignorar. A su lado lo acompañaban Sakura y Ana, ambas espartanas de cabello purpura que combinaban con la armadura purpura que les había fabricado la propia Hepheastus. Sakura llevaba el cabello hasta los hombros mientras que Ana lo llevaba largo hasta los tobillos y amarrado por una cinta blanca.

Por otro lado, Asfi de cabello corto y color turquesa estaba sentada en una banca. Era bonita, pero por su actitud apenas si llamaba la atención. Sin embargo, al ver a Viggo y a las otras dos guerreras agacho la cabeza, como queriendo ocultarse y que no la vincularan a ellos. Era la diferencia de la tierra a la luna. Ella era una pequeña aventurera de nivel 1 y si no fuera por su rara habilidad, Hermes jamás le hubiera puesto atención. Todo en ella gritaban común, promedio y no resaltaba en nada. Por otro lado, Viggo ya era fuerte, pero con esa armadura se veía imponente mientras que las dos muchachas a los lados eran demasiado sensuales. Todo en ellas gritaba aventurero de primera categoría.

Viggo se detuvo delante del banco en donde Asfi estaba sentada con la cabeza agachada. Menos mal que no tenía el cuello más largo porque si no hubiera imitado a los avestruces y ocultado su cabeza bajo tierra. Viggo tosió para llamar la atención y dijo con voz gruesa —buenos días, Asfi—

Asfi levantó su rostro con una mirada apenada. Viggo la miró de pie y le tendió la mano. Asfi miró esa mano recubierta por el guantelete de color turquesa y bordes dorados. Le pareció increíblemente grande. Ella acercó su mano, puso sus dedos sobre los de Viggo y lo miró a los ojos. Viggo la ayudo a levantarse con un gesto suave y quedaron de frente. Viggo era por lo menos dos cabezas más alto que ella. Asfi tuvo que levantar su rostro con el cuello extendido para mirarlo a los ojos.

—Buenos días Asfi— repitió Viggo

—Buenos días— repitió Asfi con voz temerosa, miró los alrededores y agacho la mirada viendo al suelo.

—Asfi— dijo Viggo con voz gruesa y calmada —mírame, no podemos hablar si no me miras a la cara—

Asfi escucho dos risitas y levantó su rostro. Vio a las dos mujeres a los lados de Viggo y se sintió fea y pequeña. De nuevo iba a agachar la mirada, pero Viggo le sostuvo el mentón con los dedos de su mano derecha y le levantó el rostro.

—Asfi, hablemos— repitió Viggo, Asfi asintió y Viggo continuo —te voy a escoltar, Sakura a mi derecha y Ana a mi izquierda nos acompañaran ¿Tienes experiencia en combate?— Asfi asintió y respondió con un sí casi inaudible. Viggo asintió y preguntó —¿Cuál?—

—Una daga— susurro Asfi

Viggo asintió y miró a su izquierda, donde estaba Ana con su largo cabello purpura atado por una cinta blanca —te lo dejo a ti, ayuda a esta niña de la mejor manera— dijo

—¿Qué?— preguntó Asfi

—Ana te va a ayudar a mejorar tus habilidades, será una ayuda de nuestra parte. Puedes agradecerle a Ana o no, todo depende de ti—

Viggo le soltó la cara y comenzó a caminar por delante. Sakura lo siguió de cerca, ella llevaba un arco cruzado en la espalda y una aljaba con flechas. Ana quedó mirando a Asfi con una expresión tranquila, era una cabeza más alta que ella y menos atemorizante que el gigante Viggo, pero de igual manera, Asfi agacho la cabeza.

—Levanta la cabeza— dijo Ana con voz suave y seductora. Asfi levantó la mirada y vio que ella la miraba con indiferencia —no sé porque sientes pena, pero si vas a entrar al calabozo y mantienes esa actitud, te mataran ¿Esa es tu intención?— Asfi negó furiosamente con su cabeza y Ana continuo —bien, es un comienzo, déjame ver tu daga—

Asfi sacó su daga de la cintura y se la presento a Ana. Esta última la miró y sintió que estaba viendo un cuchillo grande para cortar carne. Ana negó, le devolvió el cuchillo y busco en su mochila. Ella sacó un largo cuchillo de cuarenta centímetros.

—No lo puedo aceptar— dijo Asfi

—No te preocupes, es uno de los fracasos de Tsubaki, incluso si lo pierdes no es un problema. Es mejor que ese cuchillo que andas trayendo—

Asfi miró la daga que le tendía Ana y se dio cuenta que se parecía a una katana, pero más pequeña, un wakizashi. Ella la recibió y la llevo en su mano izquierda.

Ana alzo los ojos y dijo —¿Eres diestra o zurda?—

—Diestra— respondió Asfi

—En ese caso lleva el wakizashi en tu mano derecha. Uno utiliza su mejor daga en la mano dominante y no la más débil. Si se te rompe la daga más débil en tu mano dominante te puede producir un shock y dejarte expuesta—

Asfi asintió, intercambio dagas de manos y espero a que Ana le diera la siguiente orden.

Ana soltó un largo suspiro pensando que esto sería largo. Más le vale a Viggo compensarla adecuadamente después de esto, pensó.

—Ven, vamos, espero que de ahora en adelante hables más. Es necesario si vas a ser aventurera— dijo Ana y comenzó a caminar

Asfi quedó mirando la espalda de Ana y el largo cabello purpura que les llegaba a los tobillos. Era demasiado largo y hermoso pensó. Después miró su cabello, era corto, su color era bonito, pero ni por asomo como el de aquella mujer. Ella avanzó con los ánimos por el suelo y maldijo a Hermes el momento en que se le ocurrió pedirle semejante favor a uno de los aventureros de alto nivel de Orario.

Ana y Asfi rápidamente alcanzaron a Viggo y Sakura. Pronto se sumergieron en el calabozo, pero aun así lo aventureros en el camino los quedaban viendo y se apartaban de su camino. Nadie con ese tipo de armadura podía ser un aventurero normal. Ana y Asfi tomaron la delantera mientras Sakura y Viggo los seguían. Ana le iba explicando como luchar a Asfi con un tono de voz estricto, fue la única manera de mantener a Asfi concentrada y alejada de sus pensamientos negativos.

Llegaron al primer goblin, Ana se detuvo por delante y apoyo su mano izquierda en la cintura. Ella miró a Asfi y le dijo —ok, pon en práctica todo lo que te he dicho—

—Perdón, pero yo soy la persona que debe ser escoltada, no debo luchar— respondió Asfi

—Nosotros somos la escolta— respondió Ana en un tono de voz firme que hizo tiritar a Asfi —nosotros nos preocupamos de que los monstruos no te maten. Ahora ¿Tú quieres ser un aventurero o no?— Asfi agacho la cabeza y asintió. Ana continuo —en ese caso, los aventureros luchan, pelean contra los monstruos exponiendo sus vidas. Ahora, vas a hacer todo lo que te he dicho o te dejare a tu suerte. Viggo es mi hombre y me hará caso si le digo que ignoremos cualquier trato, incluso si fue con un dios—

Asfi tirito de miedo, miró a Ana a los ojos y vio la severidad en la mirada. Asfi frunció el ceño, lo cual hizo sonreír a Ana.

—Esa expresión está mejor— dijo Ana con una sonrisa —no tienes por qué vivir agachando la cabeza, no me debes nada, lo que hago, lo hago porque quiero y tú también deberías hacer lo mismo, claro, si te respetas a ti misma—

Asfi continúo mostrando la expresión enojada, no le gustaba que la presionaran. Miró hacia el goblin por delante de ella, se puso en posición de combate y corrió portando una daga en cada mano. Ella se detuvo delante del goblin y este último la recibió con un arañazo a la cara. Asfi echo su rostro hacia atrás, esquivando las manos toscas y huesudas del monstruo. Ella avanzó con su mano derecha como si lanzara un puñetazo y con el filo de la daga hacia atrás. El movimiento fue natural, la daga alcanzó la garganta del monstruo y este último fue empujado por el dolor hacia atrás.

El goblin trastabillo con sus pies y cayó sobre su espalda mientras llevaba su mano derecha al cuello para evitar que sangrara. Asfi lo quedó mirando desde su posición, viendo como el goblin exhalaba su última respiración y al caer completamente tendido en el suelo, se desvaneció como si fuera humo y dejo una piedra purpura del tamaño de una uña.

—Bien, parece que tienes talento— dijo Ana acercándose a ella con la mano izquierda apoyada en su cintura. Ella paso por al lado de Asfi, se agacho y recogió la piedra purpura. Se dio la vuelta y vio a Asfi igual de enojada que antes. Ana sonrió ante esa expresión, era la ira por no poder ordenar su vida, depender de otros sin ser dueño de su destino. Ella le tendió la piedra purpura y le dijo —toma, tu primer intento. Igual que esta piedra, así es tu fuerza, insignificante y carente de sentido. Sin embargo, si entrenas te volverás fuerte y crecerá—

—No me gusta que me dé ordenes— dijo Asfi levantando la mirada y viéndola a los ojos

Ana sonrió, camino hasta que estuvieron una delante de la otra y le dio un cabezazo en la frente. Asfi retrocedió dos pasos, se agacho, soltó sus dagas y se agarró la frente.

—Mal— dijo Ana —eres débil y los débiles hacen lo que los fuertes quieren. Yo soy fuerte, tu trasero me pertenece y harás lo que yo diga. Si no eres fuerte, te dejare ser la comida de los monstruos—

Asfi levantó la mirada con ojos llenos de lágrimas, furiosa con esta mujer. Sus labios temblaron con ganas de llorar. Ella escapo de su reino para caer en las manos de Hermes y que este último la entregara a estos monstruos ¿Qué clase de destino era esto?

—Mal— dijo Ana cruzando sus brazos —llorar no solucionará tus problemas, no te devolverá el control sobre tu vida. Toma tus dagas y lucha, son tus colmillos, son tu arma más poderosa junto con tu mente y tu cuerpo. Ahora ¿Te vas a levantar o te ayudo?—

Asfi aparto las manos de su frente, extendió sus manos y recogió sus dagas del suelo. Ella se puso de pie con una mirada enojada y las lágrimas cayendo por sus mejillas.

—Eso está mejor— dijo Ana con una sonrisa —ahora continuemos. Si en algún momento me quieres atacar, puedes hacerlo, ni mi hermana ni Viggo te van a detener. Sin embargo, si no me logras dañar, yo te dañare de vuelta, tú decides—

—Hoy, pasare de eso, no soy tonta— dijo Asfi —pero algún día te devolveré esto—

—Esa es la actitud— respondió Ana con una sonrisa, apuntó hacia adelante con sus ojos y le dijo —ahora avanza, no te podemos esperar todo el día—

Asfi continúo avanzando por delante con una mezcla de miedo y rencor, eso le dio el suficiente valor para enfrentar a cada monstruo en el camino, todos de bajo nivel. Cuando se reunieron más de dos Ana se hizo cargo y le dejo uno. Ese era el desafío de Asfi, aprender a ocupar sus dagas y a luchar con los monstruos. También le dio una idea de cuan fuerte era Ana y por decirlo de forma sencilla, fue abrumador. Apenas si la pudo seguir con la mirada.

No obstante, el juego termino después de tres pisos y de ahí en adelante lo fueron resolviendo todo entre Ana y Sakura. Poco a poco Asfi fue relegada a la parte posterior, donde Sakura y Viggo mantenían la vigilancia de los alrededores. Asfi miraba a Viggo y se burlaba de él en su mente porque a pesar de que era enorme e iba en esa majestuosa armadura, no hacía nada.


next chapter
Load failed, please RETRY

Weekly Power Status

Rank -- Power Ranking
Stone -- Power stone

Batch unlock chapters

Table of Contents

Display Options

Background

Font

Size

Chapter comments

Write a review Reading Status: C295
Fail to post. Please try again
  • Writing Quality
  • Stability of Updates
  • Story Development
  • Character Design
  • World Background

The total score 0.0

Review posted successfully! Read more reviews
Vote with Power Stone
Rank NO.-- Power Ranking
Stone -- Power Stone
Report inappropriate content
error Tip

Report abuse

Paragraph comments

Login