<<Odín, el padre de todo, no tolera la deslealtad ni la adoración a otros dioses. Él es el primero y cada dios, criatura, bestia o raza, debe inclinarse ante su poder>>
Así decían los escritos finales del Thorin, administrador del puesto de avanzada enano. Su pueblo y los hijos de Ivaldi, llegaron a Midgar hace cientos de inviernos. En ese tiempo, llegaron a estas montañas y se escondieron en lo profundo de la ladera. Como había pastizales y la humedad era perfecta, se asentaron aquí y empezaron a construir sus refugios dentro de la montaña. Todo fue perfecto hasta que los hijos de Ivaldi, sintiéndose seguros de su actual posición, decidieron aventurarse. Pasaron los inviernos y la ciudad creció, al igual que el ego de los hijos de Ivaldi. Cada uno creía poder gobernar al pueblo enano y decidir de la mejor manera su destino.
Al final, los hijos de Ivaldi se separaron y Mótsugnir, el hermano mayor y más confiable, se llevó a la mayoría. El resto se dividió en dos grupos separados por su fascinación a la magia y los otros por las riquezas que traían los minerales. En el puesto de avanzada quedaron cien enanos para mantener las instalaciones y tener un lugar seguro, por si lo hijos de Ivaldi tenían que retroceder. Midgar era una tierra neutral, donde muchas razas podían coexistir. Sin embargo, lo que no consideraron los hijos de Ivaldi, es que el dios cuervo Odín, no olvida.
Desde el norte viajaron las noticias de que Mótsugnir había perdido la cabeza y empezó a cazar dragones. Los otros hermanos se encerraron e ignoraron lo que su hermano estaba haciendo. Uno de ellos se volvió tan bueno con la alquimia que podía controlar a los antiguos (seres de piedra que se alimentan de minerales). No obstante, sus noticias duraron un par de décadas hasta que, de un día para otro, todos los asentamientos enanos pertenecientes a los hijos de Ivaldi, quedaron vacíos. Solo quedo Thorin esperando a que alguien volviera, pero eso jamás sucedió.
Incluso si Thorin envió algunos exploradores a investigar las tierras del norte, ninguno volvió. Algo estaba pasando en Midgar, ya que se estaba llenando de caminantes de Hel y draugrs. Thorin junto a sus soldados resistieron a cada oleada de monstruos que ataco. Se sintieron seguros y poderosos, sus armas eran las mejores y sus estrategias ingeniosas. Sin embargo, no había manera de que un pequeño enano, superara al Padre de Todo.
Odín vino en persona a conversar con Thorin, le parecía grandioso que el enano pudiera haber resistido tanto tiempo sin corromperse por el poder o las riquezas. Así que el dios Aesir le ofreció una posición dentro de su ejército. No obstante, al igual que el dios Odín no olvida a los que lo desafían. Thorin no podía olvidar a su señor Ivaldi, y la terrible persecución de Odín. Así que Thorin le respondió con el filo de su espada y el dios Odín se apartó sin recibir ningún daño. No obstante, él le aseguro a Thorin que había asegurado su muerte con tal comportamiento. Thorin llamo a los soldados, redoblo las protecciones, se abasteció de toda la comida que pudo y cerró los accesos. Todo el mundo estaba en alerta máxima. Sin embargo, todos sus esfuerzos fueron en vano.
Odín, era el dios máximo de los Aesir y eso lo convertía en un dios con recursos. Él domino con sus artes mágicas a un ejército de ogros y los lanzo contra la fortaleza subterránea. Las protecciones aguantaron un par de días, pero los ogros golpeaban juntos y con su monstruosa fuerza, al quinto día cayeron las protecciones y el ejército de ogros entro al puesto de avanzada.
Al final, Thorin se arrepentía en sus escritos y pedía a las Nornas (tejedoras del destino) que le dieron una segunda oportunidad. No obstante, su espada y su corona rota en su recamara decían que las Nornas ignoraron sus suplicas. Sus últimas palabras escritas en un papel fueron "Maldito sea el señor de los colgados. Maldito seas Odín, el usurpador".
Viggo sentado sobre un bloque de piedra leía el diario del administrador del puesto de avanzada. Sentía un hormigueo de malestar en el estómago de solo pensar en Odín. El dios rey de esta tierra era alguien vengativo, soberbió y paranoico. Él haría lo que sea necesario para eliminar a los que se le oponen y aquellos que le representan algún peligro.
Según otro libro, Ivaldi estaba viviendo junto a su pueblo en otro reino llamado Niflheim. Sus conocimientos y experimentos llamaron la atención del dios rey. Pero Ivaldi se negó a compartir su conocimiento y Odín lo mato por ello. Ahora Viggo se planteaba si seguir o retirarse antes de dar un paso en falso y el enfrentamiento sea inevitable.
Viggo dejo el libro a un lado, sobre el bloque de piedra que estaba sentado y se refregó el rostro con las manos -Mucha información- murmuro –¿Qué debería estar haciendo yo ahora?-
Viggo soltó un suspiro y miró hacia el interior de la montaña hueca y como colgaban las enormes poleas del techo. Los puentes que conectaban los niveles parecían firmes, pero a algunos les faltaban algunas partes, como si alguien los hubiera golpeado. Viggo se levantó de la roca y tomo una antorcha que había colocado en un soporte de un pilar de piedra. Después camino hasta apoyarse en una baranda hecha de roca sólida y miró hacia abajo. En estos momentos él estaba en el décimo piso del puesto de avanzada. El lugar estaba deshabitado y quedaban unos pocos huesos repartidos por el suelo. De seguro, los ogros se comieron a los enanos después de haberlos vencido. El mobiliario estaba destrozado, las calles llenas de excremento de ogro y no existían puertas, salvo la de la bóveda en el fondo de la casa Thorin.
Viggo miró hacia abajo y dejo caer la antorcha hacia el fondo oscuro. La luz ilumino el fondo y se vio la enorme mano del gran ogro que mato Viggo hace un par de horas. Viggo había revisado los diez primeros pisos en busca de conocimiento, algún metal o tesoro. Sin embargo, parece que Thorin guardaba todo lo importante en su bóveda persona. Viggo pasó una hora haciendo fuerza hasta poder mover la gran puerta metálica y abrirla. Ahí se encontró el diario y otros libros de utilidad. Todavía le faltaba revisar diez pisos más hacia arriba, pero prefirió detenerse y absorber el conocimiento. Bueno, y también revisar los tesoros en la bóveda.
Viggo se concentró en la oscuridad hasta que la antorcha en el primero piso se apagó. Viggo soltó un suspiro pensando en lo frustrante que era no poder decidirse. Por un lado, estaban los consejos de su maestro y por otro lado estaban las sugerentes palabras de Kiara. Ahora tenía una razón para matar al dios rey, pero a su vez, había igual número de razones para no desafiarlo. Viggo se dio dos palmadas en las mejillas y pensó que ya lo pensaría. Ahora era momento de divertirse con las riquezas. Así que Viggo se dio la vuelta y comenzó a caminar a la casa de Thorin, una construcción hecha dentro de los grandes muros de roca sólida. El lugar estaba oscuro, así que cuando paso por el dintel, Viggo busco un palo, después saco una venda de su bolsa atada a la cintura y confecciono otra antorcha. Una vez que él inscribió con el mínimo de mana la runa Sowelu "S", la antorcha se encendió en llamas e ilumino todo en un radio de diez metros. Después avanzó hasta el final de la casa, donde había una enorme puerta metálica.
Viggo paso la puerta de seguridad y entro a la bodega. Se dirigió a una pared y engancho la antorcha a un soporte en la pared. Entonces la luz de la antorcha revelo montañas de monedas de oro, piezas de metal en lingotes y en el centro de la bodega, una hermosa armadura de color azul. Solo había una coraza, guanteletes, un cinto y las botas. Viggo jamás había visto una armadura tan bonita, incluso entre las que había hecho su propia madre. La coraza tenía una malla dorada en su interior mientras que las hombreras, pectoral y antebrazos estaban hechos de un metal celeste con bordes dorados. En el pectoral había diseñado dos lobos dorados como ambos se pararán en sus patas traseras y ladrarán al otro. Una armadura preciosa, sin lugar a duda. No obstante, a pesar de que Viggo había crecido hasta el 1,70 mts. La armadura a simple vista era para alguien mucho más grande, incluso alguien más grande que su maestro o su padre. Bueno, era la armadura de un dios. Los enanos del puesto de avanzada pudieron perdurar durante tanto tiempo gracias a la ayuda de un dios de la guerra, Tyr. Y esta iba a ser su armadura.
Viggo soltó un suspiro y de pura curiosidad, saco la enorme coraza y se la puso. Para su diversión, la coraza era tan grande que él podía agacharse y esconderse en su interior. No obstante, quiso ponérsela y metió los brazos en las mangas. Su cuerpo a penas si lograba cubrir el interior de la coraza. Viggo soltó un suspiro, la tomo del cuello y se la quiso quitar. No obstante, se detuvo a medio camino y activo su touki por pura curiosidad. Al instante siguiente la armadura adquirió un brillo purpura y se comenzó a encoger. Viggo detuvo el flujo del mana y el proceso se detuvo. Viggo quedó intrigado y continúo emitiendo touki. La coraza emitió el brillo purpura y comenzó a ajustarse a las dimensiones de Viggo hasta que quedo perfectamente amoldada a su cuerpo. Viggo sonrió divertido y trato de revertir el efecto. Era como él pensaba, gracias a la ingeniería enana, cualquier con un poco de mana podía utilizar esta armadura. O más bien dicho, con un poco de mana se podía acomodar a las necesidades del usuario.
Viggo realizo el mismo proceso con el cinto, las botas y guanteletes, todo amoldo a la perfección y Viggo quedó conforme. Por otro lado, la armadura consumía menos mana que solo activando el touki sin la armadura. A lo mejor era como las runas de Berkana "B" y te daban un poder, pensó Viggo. Esto lo emociono y Viggo decidió tomar el resto de los tesoros y continuar su exploración.
Al final de revisar cada piso del puesto de avanzada, Viggo no encontró más que casas con un mobiliario destrozado y un montón de huesos triturados. Ahora que Viggo había matado a todos los ogros, el puesto de avanzada estaba deshabitado. Sería perfecto para una base, pero como solo era él, no quería molestarse en arreglar toda una montaña.
Así que Viggo descanso durante toda la noche y al otro día salió de la montaña con destino al centro de Midgar, donde está El lago de los Nueve Reinos. Como a eso de las 10 de la mañana llego a la cima de una montaña con una gran vista de todo el lago. La enorme masa de agua se extendía por kilómetros mientras era rodeada por extensas playas y oscuros bosques. El cielo estaba gris, pero parecía misericorde y dejaba pasar algunos haces de luz entre las nubes.
Viggo se detuvo en la punta de un acantilado y miró toda la bastedad de la tierra. Entonces él pensó que este era un gran lugar, así que saco de la Bolsa de la Abundancia una silla, un atril y lienzo de tela. Acomodo la silla y coloco el lienzo sobre el atril. Entonces miró una vez más el gran lago de los Nueve reinos y comenzó a esbozar los contornos con un carboncillo. Primero el gran lago en su centro como eje de todas las cosas y después extendiéndose hacia los lados con las playas, bosques, hasta ascender a las montañas y seguir elevándose hasta llegar a la cierra nevada.
Viggo tarareaba la cancioncilla de la "Musa del bosque" hasta que se sintió tan relajado que la comenzó a cantar de forma involuntaria. Él hacia el estribillo y cuando llegaba al coro, paraba de dibujar y movía su mano como si estuviera dirigiendo a los marineros para que cantaran. No obstante, toda su entretención se vino abajo cuando escucho enormes estallidos en un bosque, a cinco kilómetros de donde él estaba.
Viggo vio cómo se elevaban grandes nubes de humo y los árboles centenarios caían por decenas.
Con esto damos por terminado el arco de la niñez.
En AGOSTO empiezan las nuevas publicaciones.
Lo que se viene:
Lucha contra dioses Midgar, valkirias, crear una familia en Orario y aventurerarse en lo más profundo del calabozo. Además de que bajara una diosa, su nombre empieza con "B".