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Aldwulf fue tomado por sorpresa cuando el puño de Archer conectó con su cara; el impacto se sintió como si hubiera sido golpeado por un gigante furioso.
Salió despedido hacia atrás, estrellándose contra el suelo con un golpe sordo.
Los ojos de Archer ardían con intensidad mientras su ira tomaba el control, y estaba claro que no se iba a contener.
—Sera, sal de él —comenzó a volar alrededor, pero Archer rápidamente abrió un pequeño portal y la observó pasar a través de él.
Pallius se paralizó de miedo al ver a su hermanito, adornado con gigantescas alas blancas, cuatro cuernos y garras afiladas como navajas.
Sin dudarlo, avanzó y agarró a Pallius, golpeándolo con una ferocidad que era tanto aterradora como impresionante.
—Archer lo lanzó hacia un grupo de árboles, rompiendo algunos antes de finalmente estrellarse contra el suelo.
Mientras Pallius yacía aturdido, Archer sintió un ataque inminente y rápidamente levantó sus alas para defenderse, preparándose para el impacto.