Con gran prisa, Zaki cogió un taxi y puso suavemente a Hinari en la parte de atrás. Obligó al conductor a pasar al asiento del pasajero y condujo a una velocidad mortal hasta que llegaron al hospital más cercano en cuestión de minutos.
En poco tiempo, Hinari fue tratada inmediatamente. El médico dijo que estaba bien y que las heridas no eran tan profundas. Sin embargo, esto no cambió la oscura expresión de Zaki. Permaneció en silencio y frío mientras observaba a Hinari que ya estaba durmiendo en la cama del hospital.