**Eli**
Las palabras se sentían surrealistas, el sonido de ellas era algo que Eli nunca había esperado oír de su propia voz. Pero cuando vio la sonrisa que le trajo a la cara de Harper, la mirada empañada en sus ojos que decía más que cualquier canción de amor, solo podía preguntarse por qué nunca le había confesado nada de esto antes.
Realmente fue el mayor favor del destino que no se hubiera perdido por completo y para siempre la oportunidad de hacerlo.
—¡Oh, Dios mío! Vas a hacerme llorar —Harper de repente apartó la vista de él, sollozando, y el repentino rubor que florecía sobre sus mejillas era... increíblemente adorable—. Soy ridícula, lo sé. ¡No es como que me estés proponiendo matrimonio ni nada! ¡Y ya estoy a punto de llorar! Así no se supone que sean las cosas.
Um, buen recordatorio. Asegúrese de que Harper realmente llore cuando él proponga - punto añadido al principio de su lista de verificación.