—Por favor, Diana, quédate y escúchame, has entendido mal —exactamente lo que ella esperaba que él dijera. La ira en su corazón se triplicó y luchó para salir de su abrazo sin éxito;
—Michael, suéltame este minuto o gritaré —reprochó enojada, pero parecía que Michael no iba a ceder.
—Diana, por favor escúchame, te prometo que entenderás una vez que me escuches —Michael dijo en voz calmada, pero todo lo que hizo fue triplicar su enojo.
—¡No quiero escuchar nada de lo que tengas que decir! ¡Te dije que no cambiaría nada, sé que vas a contar otra mentira, así que te ruego, déjame ir, no escucharé. ¡No lo haré!
—Soy un niño adoptado; Catherine no es mi verdadera madre —Michael interrumpió antes de que ella realmente gritara; y como si un cubo de agua acabara de ser vaciado sobre su cuerpo, Diana se quedó inmóvil al instante.