Tiana rió cuando su rostro apareció en la pantalla; sabía que había llamado por la foto que había publicado.
—¿Cuándo tomaste esa foto? —Nicklaus sonrió con malicia;
—Mientras dormías y me abrazabas como si fuera a desaparecer al minuto siguiente —ella le sonrió—. ¿No te gusta? ¿Debo borrarla?
—¡No! No, me encanta, no la borres, es linda —él sonrió.
—Entonces, ¿qué estás haciendo?
—Acabo de terminar una reunión, estoy por entrar a otra.
—Oh, lo siento, tienes mucho trabajo hoy —Tiana hizo un puchero tristemente; ha sido muy estresante para él desde que volvieron de su luna de miel.
—Sí, creo que volveré tarde hoy, no me esperes, ¿de acuerdo?
—Mmm, sabes que eso no es posible pero no te preocupes, toma tu tiempo, no te estreses demasiado.
—Está bien, hablamos más tarde.
—Sí.