Esa noche decidí hacer una visita a la diosa de la luna. Si alguien sabía lo que estaba pasando conmigo y la llama de dragón. Con las manos de Ivan envueltas a mi alrededor posesivamente como si pudiera desaparecer en cualquier momento, decidí llamar a la diosa de la luna. Cerrando mis ojos y tomando un profundo suspiro, susurré suavemente.
—Diosa de la luna.
Inmediatamente sentí cómo la energía en la habitación se transformaba en la cueva de la luna.
Todo ya estaba de vuelta a la normalidad en la cueva de la luna. Las nubes oscuras se habían disipado, el agua estaba cristalina. La luna brillaba más que nunca y todo en este lugar parecía estar vivo con un nuevo tipo de energía y la diosa de la luna... la diosa de la luna...
—Hola Arianne —Una suave voz etérea dijo detrás de mí.