—¿Alguien te ha dicho alguna vez que eres molesto? —preguntó ella.
—Muchos lo han dicho, sí —Nux asintió.
—Todos tenían razón.
Nux simplemente sonrió.
—Especialmente esa sonrisa tuya. Es especialmente molesta.
Eisheth miró a Nux y respondió.
—¿Oh? Pero yo pensaba que mi sonrisa me hacía más encantador —Nux inclinó su cabeza mientras preguntaba.
—No negaré eso. Tiene cierto encanto —Eisheth sonrió juguetonamente.
—Decir que es molesta y encantadora al mismo tiempo... Tus palabras se contradicen, Reina Eisheth. Eso suele pasar cuando te enamoras —Nux comentó con picardía.
—No, es simplemente cómo funciona la mente de una mujer. Somos un desastre —le confesó ella.
—Quizás eso es porque solo juegas y no amas sinceramente a alguien, como mis esposas, míralas, están bastante resueltas, ¿no es así? —Nux soltó una risita mientras señalaba a sus esposas.
Eisheth echó un vistazo a las esposas de Nux y entonces, apareció en su rostro una sonrisa juguetona,