Después del entrenamiento agotador de ayer, finalmente pudimos descansar. Estoy sorprendentemente recuperado, aunque aún siento el eco del cansancio en mis músculos. Lo más impactante de todo fue descubrir que nuestra compañera, la chica tímida que siempre estaba en silencio, fue quien más nos ayudó. Su habilidad para manipular emociones fue lo que nos dio la fuerza para seguir adelante. Sin ella, habríamos caído mucho antes.
El día de hoy, Xavier ha decidido cumplir su promesa. Nos reunimos en el mismo campo de entrenamiento, pero esta vez la tensión es diferente. Es más serena, como si el peso de las respuestas que estamos a punto de recibir fuera incluso más pesado que cualquier batalla.
—Bueno, chicos, como lo prometido es deuda, es hora de responder sus preguntas —dice Xavier, cruzando los brazos y mirándonos con seriedad.
El viejo, como siempre, es el primero en hablar.
—¿Qué es todo esto? ¿Qué tiene que ver el fenómeno del cielo oscuro? ¿Y qué lo provocó?
Xavier cierra los ojos, como si buscara las palabras correctas para describir algo más allá de lo que podemos entender.
—Tu pregunta es como intentar descifrar el origen de todo. A lo largo de mi vida, he buscado la verdad, viajado por todo el mundo y aprendido mucho, pero la verdadera causa sigue siendo un misterio.
Xavier hace una pausa, dejando que sus palabras se asienten. Se nota que lo que va a decir no es algo que comparte fácilmente.
—La teoría de mi maestro es que todo comenzó con una persona que proviene de otro mundo, un ser que no pertenece a este plano —continúa—. Según mi maestro, hubo un error… un niño cruzó a este mundo y rompió la barrera que separa nuestra realidad del "mundo original".
El viejo y yo nos miramos, confusos. ¿Un niño? ¿Otro mundo? Todo suena como una historia sacada de una fantasía, pero la seriedad en los ojos de Xavier nos dice que esto es real.
—He recorrido todo el mundo bajo las órdenes de mi maestro, buscando a ese niño —dice Xavier con un tono sombrío—. Incluso viajé al pasado para intentar encontrar el momento exacto en que apareció, pero fallé en mi misión.
—¿Entonces fracasaste en encontrarlo? —pregunto, aún intentando asimilar la magnitud de lo que dice.
Xavier asiente lentamente.
—Sí… pero no solo vine por eso. Hay otro motivo por el cual estoy aquí.
—¿Cuál? —insisto.
—Vine a salvar a mi maestro de la oscuridad que lo consume —responde Xavier, su voz teñida de tristeza.
De repente, mi visión comienza a distorsionarse. Lo que antes era el campo de entrenamiento se convierte en una sala oscura, luego vuelve a cambiar al campo, y así sucesivamente, como un parpadeo interminable entre dos realidades. Un dolor agudo atraviesa mi cabeza, y siento como la sangre comienza a salir de mis ojos. Es un dolor familiar, uno que había intentado olvidar.
—¿Qué… qué me está pasando? —grito mientras caigo de rodillas. El dolor es insoportable, como si algo intentara desgarrar mi mente desde adentro.
Y entonces, escucho una voz en mi cabeza, fría y desprovista de emociones.
**"Tú no deberías existir."**
El terror se apodera de mí. ¿Quién o qué me está hablando? La realidad sigue distorsionándose, cambiando entre el campo y la sala, una y otra vez. Mi cuerpo tiembla incontrolablemente, y las imágenes se mezclan como si todo estuviera desmoronándose.
—¡Xavier! —grito desesperado, intentando aferrarme a algo en medio de este caos.
Xavier, visiblemente alarmado, invoca la Esfera de Caos con un gesto rápido.
—¡Esfera de Caos, ven a mí y cúralo! —ordena con urgencia.
La esfera aparece sobre mí, y un rayo de luz comienza a envolver mi cuerpo. Siento que el dolor se alivia, que la sanación está surtiendo efecto, pero la voz regresa, más fuerte esta vez.
**"Eres un error… no puedes existir."**
La desesperación me consume mientras caigo una vez más, la realidad distorsionándose hasta que todo se vuelve negro y los colores desaparecen por completo.
Cuando recupero la conciencia, algo es diferente. Mi cuerpo se siente extraño, más pequeño. Me incorporo lentamente, y lo que veo a mi alrededor no tiene sentido. Estoy en el cuerpo de un niño.
—¿Qué demonios ha pasado? —murmuro, tocando mi rostro con manos pequeñas y temblorosas.
Una oleada de recuerdos desconocidos inunda mi mente, fragmentos de momentos que no reconozco pero que se sienten inquietantemente familiares. Mi cabeza late con fuerza, como si estuviera al borde de explotar.
—¿Dónde estoy? ¿Qué… qué es esto? —pregunto, pero no hay nadie alrededor para responderme.
El pánico comienza a apoderarse de mí. No sé cómo, pero tengo la sensación de que algo ha salido terriblemente mal. ¿Quién soy realmente? ¿Qué me está ocurriendo?
—¡XAVIER! —grito con todas mis fuerzas, esperando que él pueda escucharme en este lugar que parece fuera del tiempo y el espacio.
Pero la única respuesta es el silencio y la oscuridad abrumadora que me rodea.
Mi nombre es Dave… ¿o lo es? ¿Qué es real y qué es una ilusión? Mientras trato de comprender la situación, solo una cosa está clara: la verdad sobre mí mismo es mucho más complicada de lo que imaginaba.