Capitulo 1: Inesperado cliché, parte 1.
Senjou Shirou es un joven de 17 años muy peculiar.
Contrariamente a lo que uno esperaría de alguien de su edad, Shirou a demostrado ser muy servicial y bondadoso con las personas a su alrededor.
Él suele estar ocupado ayudando a todos los que pueda ayudar. No suele pedir nada a cambio y, en caso de ser urgente, deja sus asuntos de lado y emplea toda su atención en el pedido.
No es para nada presumido.
Aunque algunos puedan creer que es solo una máscara, una tapadera de su verdadero carácter, hay pocas pruebas de que él este ayudando a otros por razones egoístas.
Es un chico muy desinteresado.
Por supuesto, eso no lo lleva al extremo.
Sus experiencias previas le enseñaron que es necesario pensar antes de pasar a la acción.
Y también le enseñaron que hay ocasiones dónde "salvar" a otros es lo mismo que condenarlos.
Shirou es cauteloso con su ideal.
Al menos en esta ocasión, prefiere que ese ideal no lo "muerda".
Esas memorias heredadas de sus contrapartes hicieron un buen trabajo al evitar que haga estupideces.
Pero, por supuesto, todo tiene un límite.
Y ese límite lo encontró en muchas situaciones que llevaron a extremos, donde se vió obligado a intervenir.
Una de esas situaciones es en su colegio.
Un idiota que no tiene nada mejor que hacer que molestar a uno de sus compañeros. En otras palabras, un matón.
Todo esto comenzó cuando Shirou asistía a una de sus clases de historia.
Mientras leía un libro, notó que uno de sus compañeros molestaba a otro.
Si bien no quería agrandar el problema, el hecho de que el último de sus compañeros no se defendiera hizo que reconsidere su postura.
A Shirou nunca le gustó los matones. Siempre pensó que eran personas lamentables que practicaban el acoso escolar (bulliying) por la necesidad de sentirse superiores, por un problema de ego. Él tenía (y tiene) razón.
Pero eso nunca significó una justificación para sus actos, ni tampoco les daba acceso a un perdón de su parte.
Shirou no pensaba quedarse indiferente en este tipo de situaciones.
Primero intentó mediar con el matón.
No funcionó. El problema parecía agrandarse.
El matón, Hiyama Daisuke, no parecía preocupado por las palabras de Shirou.
De hecho, intentó intimidar a Shirou también.
En esa ocasión, Hiyama se las arregló para llevar a Shirou a una parte apartada del colegio para "charlar".
Shirou no tuvo problema con "dialogar" con ellos.
Esa situación llevó a qué Hiyama fuera más contundente con el acoso a su primer víctima, Nagumo Hajime.
Nagumo estuvo por sufrir una paliza por parte de Hiyama y sus amigos.
Shirou, al anticiparse de que esto era posible que sucediera, creó un plan para neutralizar ese intento de acoso.
Pudo encontrar un aliado confiable.
La sensei, Hatayama Aiko.
Junto a ella, Shirou denunció el acoso escolar que Nagumo sufría por parte de Hiyama y sus amigos.
Esto llevó a que Hiyama fuera reprendido y advertido por los directivos.
Pero no eso no hizo que Hiyama dejará de molestar a Nagumo. Solo provocó que fuera más cuidadoso con su forma de acoso.
Shirou se enteró de esto, lo que causó que hubiera una "batalla en las sombras" entre él y Hiyama.
Hiyama fue cauteloso, solo incomodando tanto como podía a Nagumo.
Shirou fue astuto. Luego de comprobar que la mediación con Hiyama es una pérdida de tiempo, hizo lo que pudo para incomodar a Hiyama mientras él intentaba humillar a Nagumo.
Dado que no podía ser contundente o bien se podría malentender la situación, donde él era el matón y Hiyama su víctima. Dado que los directivos no fueron contundentes con su advertencia a Hiyama (además de que no pudieron presentar pruebas concretas en su contra y no había testigos que pudieran declarar en contra de él), no habían muchas opciones.
No podía involucrar nuevamente a la Hatayama-sensei en esto. No solo no aportaría una solución real al problema, sinó que también, conociéndola, haría un escándalo y lo reportaría a los directivos de la escuela, provocando que los mismos dudaran de la palabra de sensei si nuevamente no trae pruebas concretas.
Esto no tenía una solución fácil.
***
En la escuela, Shirou se estaba acercando a su escritorio para acomodar sus cosas antes del inicio de clases.
Pero, tal y como esperaba, Hiyama estaba acosando a Nagumo Hajime.
Shirou tenía su escritorio en la parte trasera de la clase. Nagumo tenía su escritorio al lado izquierdo del suyo.
Era inevitable que se encontrará con esta situación.
Hay ocasiones dónde Hiyama saca provecho de que Nagumo suele venir más temprano a clases que Shirou.
Si bien, Shirou desearía llegar temprano también, las tareas del hogar suelen evitar que salga de casa más temprano.
Él no es desordenado, pero no es el único huérfano en el orfanato. Eso y el hecho de que no puede evitar querer ayudar un poco al orfanato, haciendo tareas del hogar en este caso, en ocasiones reparando los electrodomésticos también.
Esas y otras razones que se presentan en el camino al colegio causó que Shirou no llegara temprano (y a veces tarde) al colegio.
Ese es el momento que Hiyama suele aprovechar para molestar a Nagumo.
Cómo ahora.
Hiyama: (...) Asqueroso otaku…
Shirou: Se nota que tienes mucho tiempo para perder, Hiyama.
Con un leve estremecimiento, Hiyama se dio vuelta para confirmar que la presencia detrás de él es, efectivamente, su compañero de clases, Senjou Shirou.
Hiyama odia a Shirou.
Todos los problemas por los que tuvo que pasar se deben a Shirou.
Su familia no es tan indulgente con él.
Sus maestros no lo ignoran mientras él está "jugando" con sus compañeros.
El problema que tuvieron con los directivos implica que él tenga una mancha en su prontuario académico, lo que conlleva a que tenga problemas en el futuro.
Esos, entre otros problemas, para Hiyama, se deben a Shirou.
Hiyama (mente): si él no estuviera aquí…
Volviendo a la clase, Hiyama no estaba contento.
Él pensaba en humillar un poco más a Nagumo, pero con Shirou presente era difícil continuar, más aún cuando, por experiencia, Hiyama no tenía forma de confrontar a Shirou.
Hiyama: Hmp… oí, Nagumo, tu novia ya está aquí. Supongo que no los molestaré más.
Shirou: su "novia" eh… si yo fuera eso, tú serías su acosador. Sabes que los acosadores no son populares ¿verdad?
Hiyama: ¡Ghh!...
Si bien, Hiyama intentó "morder" un poco a Shirou, no es tan hábil que digamos, por no hablar de la diferencia de experiencia que hay entre ambos.
A Shirou no le importa lo que Hiyama diga.
A Hiyama suele afectarle lo que Shirou diga, más aún cuando se usan palabras que no quiere escuchar.
Shirou: ¿Necesitas algo más de "mí novia", acosador? Y, por si no te diste cuenta, hay una persona en particular que no le agradará lo que está sucediendo aquí, y no me refiero a sensei…
Hiyama: ghhhh!...
Hiyama estaba enojado y frustrado al mismo tiempo. Su cara estaba con una expresión de absoluta ira, aunque por dentro esté bastante temeroso, no quiere dar más ventaja a su "enemigo".
El problema por el cual a Hiyama no le guste que lo llamen "acosador" se debe a lo que sucedió cuando lo atraparon molestando a Nagumo, cuando Kaori lo atrapó.
Si bien, él suele ser cuidadoso con eso, hubo ocasiones dónde se descuidaba frente al alumnado.
Por supuesto, la mayoría de esas ocasiones no suele tener problemas, con excepción de Shirou.
Pero una de esas ocasiones, quizás cegado por su frustración luego de que los directivos buscaran problemas con sus padres, Hiyama no tomó las precauciones necesarias para que no lo atraparan "con las manos en la masa". Lamentablemente, quien presenció su acoso a Nagumo fue Kaori y su amiga Shizuku.
Obviamente, la situación no terminó bien.
Kaori siente algo por Nagumo Hajime, algo que la gran mayoría de sus compañeros de clase saben.
Y esta fue la causa del acoso constante hacia Nagumo, así como también es la causa por la que nadie, además de Shirou, ayudaba a Nagumo.
Desde ese entonces, Kaori no le dirige la palabra a Hiyama ni a ninguno de sus amigos, lo que causó que gran parte de ellos se alejaran de él.
Pero, incluso si Hiyama quisiera golpear a Shirou, sus intentos previos le dijeron que no era una buena idea. Tampoco quería continuar con los problemas que causaba al involucrarse con Shirou, razón por la cual Hiyama se retiró.
Con una mirada indiferente con el malestar del "acosador", Shirou se acercó a Nagumo y dijo:
Shirou: Si no eres más firme con él, nunca se detendrá.
Nagumo: jeje, no quería armar una escena, tampoco quería que se ponga más violento.
Con una sonrisa un poco irónica mientras se rascaba una mejilla con el dedo índice, Nagumo argumentó, defendiendo su postura pacífica, evitando la violencia como podía.
Shirou respeta eso.
Shirou: bueno… sí en algún momento Hiyama se sobrepasa nuevamente, dímelo.
Nagumo: Gracias como siempre, Senjou-san.
Aunque a Nagumo no le agradaba ser causa de problemas, él entiende que Shirou es del tipo de persona que no dejará pasar por alto una injusticia.
Sabe las causas de su acoso y sabe que defenderse solo llevará a que la situación se le salga de las manos.
Quizás, antes de la intervención de Shirou, él tenía posibilidades de arreglar ese problema sin llevarlo a agredir físicamente a su compañero, por muy mínimas que sean, actualmente eso es imposible.
Hiyama está muy inestable mentalmente.
Si actúa para que no lo acosen, Hiyama se romperá, lo cual llevará, posiblemente, a algo extremo.
Nagumo decidió que es mejor aguantar por ahora.
Antes de que Shirou pudiera llegar a su asiento, la puerta se abrió nuevamente. Está vez, quienes entraron al salón fue un grupo de cuatro.
Al frente estaban dos chicas muy bonitas. Ellas eran Yaegashi Shizuku y Shirazaki Kaori.
Yaegashi Shizuku es una kendoka muy talentosa. También es una belleza "genial" que tiene enamorado a tanto chicos como chicas.
Con un largo cabello negro azabache y un físico esbelto y entrenado, Yaegashi se convirtió en una de las chicas más admiradas de su salón de clases.
Shirazaki Kaori es una belleza muy femenina y amable, suele tener una agradable predisposición con todos en la clase. Los hechos demostraron a qué es una persona que valora a todos por igual, cuidándolos con cariño cuando sea necesario, lo que causó que muchos se enamorarán en secreto.
Ambos son amigos de la infancia junto con los dos hombres que las siguen por detrás.
Sakagami Ryutarou y Amanogawa Kouki.
Sakagami es el típico cerebro muscular con mucha energía y Amanogawa es alguien amable con un gran sentido de la justicia, aunque no es la persona más perceptiva del mundo.
Los cuatro son un grupo muy popular en la escuela. Dos bellezas, un ikemen y un enérgico chico de secundaria, una combinación que llama la atención.
Y esa atención es la causante de todos los problemas de Nagumo, ya que Shirasaki tiende a hablar con él de lo que sea.
Shirazaki: ¡Buenos días, Nagumo-kun!
Nagumo: Buenos días, Shirazaki-san.
Shirasaki: ¡El manga que me recomendarte fue muy entretenido!
Nagumo: jaja me alegro que te haya gustado.
Con una sonrisa un tanto irónica pero amable también, Nagumo le responde a Shirasaki, quien habla con una gran sonrisa.
Nagumo sigue incómodo con que Kaori sea tan amigable con él.
Si bien es agradable que una persona tan amable como ella se interese en él, las miradas y gestos de una buena parte de la clase arruinan completamente sus ánimos de interactuar con la persona que tiene delante.
Al final, a la gente no le importa si él es un "asqueroso otaku" o no, solo están celosos de su "amigable" relación.
El hecho de que Shirasaki decidiera libremente hablar con él y no con ellos les molesta. Y más aún cuando está dispuesta a incursionar en su mundo.
Hay veces en los que Nagumo se siente muy avergonzado de todo lo que hace Shirasaki por él. Siente que no es digno de tanta atención.
Shirasaki: ¡Fue muy entretenido ver cómo Junsuke-kun crece como personaje! Es una pena que no haya más capítulos disponibles…
Nagumo: umm (asiente) es algo que suele suceder. Afortunadamente, por ahora parece que su lanzamiento es semanal, así que el próximo capítulo debería salir en unos días.
Shirasaki: ¿¡En serio!?...
Y con eso, tuvieron una pequeña conversación mientras otra se desarrollaba en otra parte del salón.
Yaegashi: Buenos días, Senjou-kun.
Shirou, al ver que quien lo saluda es Yaegashi Shizuku, decide dejar de leer para centrarse en ella en vez del libro que tenía a mano.
Shirou: Buenos días, Yaegashi-san.
Yaegashi: Veo que estás entretenido con un libro nuevo.
Shirou: Algo así. Estoy a la espera de que la clase empiece.
Yaegashi: Ya veo… bueno, para lo que vine---
Shirou: Si te refieres a la situación con Nagumo, por ahora parece estar relativamente bien… al menos, no he escuchado que Hiyama se sobrepase nuevamente con él.
Yaegashi: Ya veo…
Con un trato cordial y una conversación formal, Shirou está informando a Yaegashi sobre la situación en torno a Nagumo.
Si bien, Yaegashi tenía una idea de que estaban molestando a Nagumo, nunca pensó que llegaría a más allá de estupideces de un chico de escuela preparatoria. No hasta que presenció lo lejos que podían llegar. Lamentablemente, lo presenció con la persona que menos quería que lo sepa, dado que esto podría lastimarla.
Desde ese entonces, Yaegashi hizo lo que pudo para que el acoso a Nagumo parara tanto como pudo sin tener que llegar a extremos. Ayudó que alguien hiciera lo mismo desde hace un tiempo.
Desde entonces, Yaegashi suele consultar a Shirou sobre la situación.
Tienen un acuerdo tácito sobre el tema. Ella ayudaría en caso de ser necesaria su intervención.
Antes de continuar, la puerta del salón se abre nuevamente, esta vez con Hatayama Aiko entrando al salón de clases.
Hatayama: ¡Muy bien, chicos, es hora de la clase, todos a sus asientos!
Con eso, tanto Yaegashi como Shirazaki estuvieron a punto de ir a sus respectivos lugares para comenzar la clase.
Pero antes de moverse más de un paso, un extraño círculo mágico se manifestó en el salón.
Nagumo: ¿¡Un círculo mágico!?
Shirou estaba sorprendido, aunque se recuperó casi instantáneamente.
De alguna forma, una fórmula mágica de Formalcraft se manifestó sin que él sintiera algo antes.
Shirou: Trace--- ugh!
Antes de que Shirou pudiera hacer algo, un fuerte dolor de cabeza lo detuvo.
Su primera opción era ir a lo seguro, trazar Rule Breaker.
Lamentablemente, la imagen mental cayó, evitando que Shirou pudiera proyectar.
Los segundos perdidos fueron irrecuperables, la habitación se llenó de luz, cegando a todos en el proceso.
Esto fue el comienzo de un viaje largo y cruel para los alumnos y la sensei del salón de clases.