Wu Li se encontraba estupefacto, impactado por la gravedad de las palabras de Sombra y la inquebrantable confianza con la que las pronunciaba.
Incluso los espectadores, incluidos Yang Sheng, Ethan y los hombres de Yang Sheng, no podían evitar mantener sus ojos fijos en la joven mujer en la entrada.
Aun así, había otro individuo cuya mirada permanecía firmemente fija en Sombra desde que apareció.
Yang Hanying sentía su corazón a punto de estallar de su pecho al observarla.
Sólo esa noche tuvo la oportunidad de mirarla como se debe. Parecía la misma chica del pasado, pero su actitud había sufrido un cambio notable: se había agudizado. Como si fuera una hoja que no había sido suficientemente afilada y ahora, en su estado actual, su filo brillara intensamente.
Fue su inquebrantable confianza lo que siempre lo había atraído hacia ella.