—Presidente Zhao, ¿está bien...? —voces preocupadas llenaban el aire. Los empleados estaban desconcertados al ver a su jefe caer al suelo, retorciéndose de dolor.
—Presidente Zhao, no hay necesidad de hacer una reverencia tan grande —dijo una voz clara.
Todas las miradas se dirigieron hacia la fuente de la voz, revelando la presencia de Fang Yuan.
Para Gu Panpan, ver a Fang Yuan era como encontrar a un salvador, llenándola de emoción.
Fang Yuan exudaba una aura fuerte, lanzando una mirada fría hacia el individuo herido que yacía en el suelo, con la boca sangrando. —He aprobado el permiso de Panpan. ¿Por qué? ¿Necesito tu autorización para todo?
Zhao Quan se sujetó la boca, el dolor le impedía hablar.
Al observar esto, algunos empleados se apresuraron a ofrecer asistencia.
Gu Panpan miró en la dirección por donde Zhao Quan se había ido y comentó:
—Creo que necesita ir al hospital a que le pongan puntos. Mi propia barbilla también comienza a doler.
Fang Yuan estuvo de acuerdo: