—Madre, ¡no puedo comprometerme con él! Madre... Por favor, tienes que escucharme, tienes que detenerlo, madre... —Ella sostenía sus manos con fuerza rogándole mientras sus ojos se llenaban de lágrimas sin parar.
—Mo Zi Jia, no seas tan caprichosa, y no te aferres a Huo Shen, él no quiere comprometerse contigo, y no te ve como su futura esposa, deberías soltarlo cuanto antes y olvidarte de él... —Wang Kang trató de persuadirla, pero Mo Zi Jia negó con la cabeza violentamente, su madre no sabía a quién estaba empujándola, este hombre era una bestia vestida de humano.
—¡Madre, haz lo que te estoy diciendo! —Ella le rogaba, pero Wang Kang pensaba diferente, tal vez era una buena oportunidad para que su hija dejara su obsesión por Huo Shen, pero no veía el problema subyacente.