No podía mostrar sus verdaderos sentimientos a nadie, si se atrevía a desahogar su corazón, todos pensarían que estaba siendo ingrato en lugar de estar orgulloso y agradecido por tener un hermano así.
Ahora, solo podía ofrecer una sonrisa y charlar alegremente con los invitados, ocultando todo lo que sentía. Nadie iba a escuchar sus sentimientos aunque quisiera expresarlos.
—Huo Zheng, ¿los meseros han empaquetado la comida que les indiqué y la han repartido a las personas alrededor del hotel? Además, puedes hacer arreglos para que los helicópteros militares arrojen dulces o algo comestible por las calles... —Huo Shen hizo tintinear su copa de vino con los invitados frente a él mientras daba instrucciones a Huo Zheng en tono bajo.