Tang Ying se levantó de su silla del comedor y se acercó a donde estaban ellos, Su Wei Wei se dio la vuelta para mirarlo y se preguntó si él podría ayudarla con eso.
Él le tiró suavemente de la ropa y, viendo que había captado la atención de Su Wei Wei, le hizo señas cuidadosamente diciéndole que él podía hacerlo exactamente de la misma manera que Huo Shen, solo tenía que creer en él.
—¿Puedes? —los ojos de Su Wei Wei se iluminaron de inmediato.
—Sí... —asintió con la cabeza con calma asegurándole, que sabía cómo hacerlo ya que lo había hecho varias veces.
—Bien, eso es mejor... Gracias... —cuando él se ofreció voluntario, Su Wei Wei creyó inmediatamente en sus palabras y, con confianza, sabía que él podría lograr lo que ella quería al menos con una semejanza cercana a lo que Huo Shen había hecho.