Habiendo escuchado las palabras de Qiao Nan, Zhao Yu estaba tan furiosa que casi vomita sangre. ¿Estaba Qiao Nan siendo deliberadamente irracional, acaso no sabía a qué se refería?
—¿No buscó Qiao Nan al Profesor Chen a propósito para hacer que ella malinterpretara que se presentaría una queja, y luego la hizo perder la cara frente al Profesor Chen y muchos profesores en la oficina?
—Mi compañera de clase Zhao Yu, ¿por qué estás callada? Deberíamos aclarar este asunto, ¿cómo te tendí una trampa, de qué te difamé? —Qiao Nan cruzó sus brazos y miró fríamente a Zhao Yu, mientras le pedía que explicara.
—¡Sabes a qué me refiero! —Zhao Yu estaba tan enojada que se olvidó de llorar. Solo logró decir una frase—. ¡Todavía te atreves a instigar a Zhu Baoguo para que me golpee, Qiao Nan, cómo puedes ser tan mala!
—Primero, no lo entiendo. Segundo, no le pedí a Zhu Baoguo que te golpeara. Me estás difamando —Qiao Nan se rió—. Zhao Yu, no digas cosas incorrectas la próxima vez, no te difamé.