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Anochece en la zona de clase alta de Bambú Verde. Ciudad de Jin Hai.
Shi Feng sostenía una carpeta con documentos mientras se sentaba silenciosamente en el sofá de cuero. Contemplando la piscina de afuera a través de la ventana francesa, Shi Feng se sentía lleno de frustración y con falta de voluntad al mismo tiempo.
Él era el capitán de Sombra, uno de los cuatro talleres de videojuego más importantes en la ciudad de Jin Hai. Él había comandado un grupo de diez mil personas. Incluso, era el famoso experto de la ciudad de Jin Hai; él era el Mago de la Espada. Sin embargo, lo único que podía hacer ahora era ahogar sus penas en alcohol metido en su casa.
Diez años jugando videojuegos.
Diez años peleando en sangrientas batallas.
Él experimentó un sinnúmero de pruebas y sufrimiento. Bajo su dirección, Sombra ha logrado exitosamente establecer diez ciudades estado en el juego Dominio de Dios. Eran finalmente capaces de competir contra los grupos de primera. Sin embargo, antes de que pudiera disfrutar de esa gloria eterna, un simple documento ha transformado todo en humo; que una vez esfumado, no dejaría que ese momento de éxito volviera.
Shi Feng nunca pensó que sus diez años de esfuerzo se irían así por la borda. Él sacrificó tanto por el juego y aún así, todo lo que hizo fue preparar el camino para que los demás lleguen a la meta. Todo ésto terminó porque él se opuso a la decisión de que Sombra se una al super-grupo, [Dominadores del Mundo]. Todavía ni era el día siguiente cuando el grupo financiero Lan Hua ya le había dado su respuesta. Él tenía que eliminar su cuenta Rey de la Espada nivel 200, cuenta en la que había invertido diez años de sudor y lágrimas, y retirar su cheque de liquidación del departamento financiero.
Todo lo que recibió fue 5.000.000 de créditos y una sola mansión. Comparado con las diez ciudades estado establecidas en el rentable reino virtual, no podría siquiera ser considerado una gota en el océano.
Shi Feng pensó acerca de lo mucho que contribuyó con Sombra. Pensó en cómo sus esfuerzos habían transformado a los grupos Lan Hua en grandes grupos financieros. Luego pensó en cómo aún así se estaban deshaciendo de él, como si no fuera nada más que basura; Shi Feng juró que se vengaría por aquellas acciones.
—No dejaré que esto quede así. En el peor de los casos, simplemente empezaré de nuevo.
Los ojos de Shi Feng brillaron con confianza y decisión; sus manos rompieron el contrato en pequeños pedazos. Agarrando la botella de vino de la mesa, tomó varios tragos.
Incluso si ya no tenía la cuenta del Rey de la Espada, incluso si ya no tenía el apoyo de su equipo, las habilidades y el conocimiento que había obtenido del juego, no lo traicionarían. Siempre que tuviera sus habilidades, podría surgir una vez más en el Dominio de Dios; y reconstruir un reino virtual propio.
Temprano en la mañana. El sol recién había salido.
¡Ring, ring, ring!
La alarma del teléfono seguía sonando.
Shi Feng se despertó resentido. Sin esfuerzo alcanzó su teléfono que estaba en la cabecera; los efectos de la bebida de anoche todavía podían sentirse en su cuerpo.
—Oye, ¿Que pasa?
—Hermano Feng, soy yo, Blackie. ¿Todavía me preguntas qué pasa?, ¿no habíamos acordado en convertirnos en jugadores profesionales de videojuegos?. Sombra está reclutando en nuestro colegio hoy. ¿Acaso no has querido siempre convertirte en un miembro principal de Sombra?.
Shi Feng estaba un poco confundido.
El grupo financiero Lan Hua acababa de despedirlo, entonces, ¿por qué querría él asistir a la evaluación de Sombra?.
—¿Hermano Feng, hermano Feng, puedes oírme? Las pruebas son a las diez en punto. ¡Si no te apuras, no lo lograrás!
—Blackie, deja de bromear; acabo de ser despedido de Sombra.
—¿Despedido? ¿Cuánto tomaste anoche, hermano Feng? ¿Incluso ahora sigues sin despertarte? ¿Cómo podrías haber sido despedido de Sombra si ellos ni siquiera han contratado a nadie aún? Bueno, solo ven rápido.
Blackie colgó el teléfono sin que Shi Feng pudiese responder.
Cuando Shi Feng, un poco aturdido, vio su teléfono descubrió que éste viejo y roto iPhone 6 no era suyo. Su teléfono era el iPhone 12 último modelo.
Inmediatamente Shi Feng empezó a inspeccionar sus alrededores.
Lo que captaron sus ojos fue una habitación desordenada, no más grande que quince metros cuadrados. Alrededor había libros sobre estrategias de videojuegos. En una esquina de la habitación, sobre la mesa de estudio, había una laptop extremadamente vieja. En el armario de la pared, había una pila de ropa desordenada. Dentro del armario había un espejo; un espejo que en este momento mostraba un rostro familiar.
Shi Feng saltó de sorpresa cuando vio éste rostro extremadamente familiar.
—¿Cómo es que me volví joven de nuevo?— dijo Shi Feng e inmediatamente camino hacia el espejo. Solo luego de mirar al espejo y el reflejo en él una y otra vez, fue que Shi Feng confirmó que realmente se había vuelto joven de nuevo.
Él durmió en su lujosa y espaciosa cama anoche pero ahora estaba en éste desastroso lugar al despertar. No solo eso, además era joven otra vez.
Shi Feng aún tenía algunos recuerdos de éste lugar. Él había vivido allí hace diez años. Por más de seis meses, Shi Feng alquiló sin ganas este lugar, todo para poder jugar Dominio de Dios mientras también asistía a la universidad. Solo luego de haber ganado un poco de dinero en Dominio de Dios alquiló un gran condominio.
Shi Feng miró hacia el pasado, a esos arduos años. La situación de su familia no era buena en ese momento. Para que Shi Feng pudiera asistir a la universidad, sus padres tuvieron que acumular algunas deudas. Aún así, los padres de Shi Feng se aseguraban de enviarle suficiente dinero para su mantenimiento cada mes, sufriendo así ellos las consecuencias.
Shi Feng quería cambiar la situación de su familia de todo corazón. Sin embargo, encontrar un trabajo que pague bien mientras que las calles estaban llenas de estudiantes universitarios era tremendamente difícil; entonces pensó los altamente rentables videojuegos de realidad virtual. Estableciendo como meta convertirse en un jugador de videojuegos profesional, inclusive había comprado un casco de videojuegos virtuales, entrenando arduamente para mejorar sus habilidades como jugador.
Durante ese tiempo, pan y fideos instantáneos se convirtieron en su comida diaria. Para ahorrar dinero también evitaba participar de los eventos sociales organizados por sus compañeros, eso hizo que se volviera un ser invisible en su clase. Los varones lo miraban con desprecio, mientras las chicas se alejaban de él. Cada vez que Shi Feng iba a comprar fideos instantáneos, su billetera no tendría más que 10 créditos. Él ni siquiera se animaba a comprar salchichas de jamón que costaban un solo crédito. Por pena, la vendedora le había ofrecido una salchicha de jamón con descuento. Sin embargo, la sensación de tener la billetera vacía hizo que Shi Feng lo rechazara como sin ganas.
—¿Acaso alguien me está haciendo una broma?
Shi Feng observó su joven apariencia en el espejo y el ambiente familiar alrededor. Él no podía evitar negar con la cabeza, rehusandose a creer ésta conclusión.
Ni siquiera los Estados Unidos de América, siendo el país más desarrollado del mundo, contaba con la tecnología necesaria para rejuvenecer. Además, ¿quién haría una broma así a un pobre viejo como él?
Shi Feng miró la fecha en su teléfono.
19 de abril de 2129.
—¿No me digas que he reencarnado?— dijo Shi Feng y su cara reflejó una sonrisa amarga.
Él recordaba que hoy era el 5 de agosto del año 2139. No había posibilidad que fuera abril de 2129, año en el que aún asistía a la universidad.
Shi Feng movió la cabeza tratando de despertarse. Aún, muy por dentro, con todavía un poco de esperanza, esperando haber sido reencarnado, viajando atrás en el tiempo diez años. Caminó hacia el escritorio, encendiendo la laptop.
Incluso si la fecha en su teléfono pudiera ser falsa, la información en internet definitivamente no lo sería.
Luego que navegar en internet por varios minutos…
Shi Feng estaba completamente devastado. Toda la información que encontraba en internet señalaba que hoy era el 19 de abril de 2129. Incluso la fecha tan esperada del lanzamiento oficial de Dominio de Dios estaba claramente visible en la página web oficial, haciendo una cuenta regresiva de seis días a partir de ahora, el 25 de abril.
—¡Realmente he reencarnado! ¿Acaso realmente volví diez años en el tiempo?— dijo Shi Feng mientras observaba fijamente el reporte de noticias de Dominio de Dios, mientras lágrimas de emoción corrían por sus mejillas.
Las emociones que sentía Shi Feng eran difíciles de describir en el momento. Sentía arrepentimiento, tanto como tristeza y felicidad.
Era como si todo frente a él fuese solo un sueño.
Sin embargo, los chirridos de los insectos y el viento frío del aire acondicionado le demostraban lo contrario, todo era real.
Mirando en su teléfono la foto familiar que había tomado cuando ingresó a la universidad, Shi Feng nunca antes se había dado cuenta de que sus padres tenían el pelo blanco. La piel alrededor de los ojos de su madre inclusive tenía arrugas. Ya no eran tan vivaces como antes; eran realmente ancianos ahora.
Un año y medio había pasado ya desde el lanzamiento de Dominio de Dios cuando Shi Feng se dió cuenta cuán entrados en años estaban sus padres. Las grandes deudas, el excesivo trabajo, y el estrés habían causado que sus padres hayan enfermado gravemente. Curarlos requería de millones de créditos, pero en ese momento Shi Feng era tan solo un capitán de equipo en Sombra. El dinero que ganaba estaba lejos de ser suficiente para cubrir costos tan altos como esos.
Shi Feng intentó todo para juntar suficiente dinero, pero aún así no fue suficiente. Incluso cuando Shi Feng dió todo de sí, sus padres murieron pocos meses después.
En su vida anterior él había fallado en cuidar a sus padres apropiadamente. ¿Cómo pudo haber sabido del sufrimiento y dolor por el que pasaban?
Luego de que Shi Feng ganara millones de créditos, su dolor aún permanecía en su corazón siempre.
Nunca hubiera pensado que el destino le jugaría una broma pesada de esa manera. Haciéndolo volver al punto de inicio, volviendo a empezar de cero.
—¡Genial! ¡Ésto es tan genial! jajajaja. Ya que he reencarnado tengo el poder de cambiarlo todo. Voy a ganar suficiente dinero para curar a mi mamá y papá y les permitiré vivir una vida sin preocupaciones— se juró en silencio Shi Feng mientras secaba sus lágrimas.
Justo cuando Shi Feng planeaba su futuro, otra llamada de Blackie apareció en su teléfono, insistiendo en que Shi Feng vaya rápido a la universidad para tomar la prueba.
Sin embargo, Shi Feng no estaba apurado. Se vistió de una manera relajada, arreglándose antes de dirigirse a la universidad de Jin Hai.
No podía estar más familiarizado con Sombra.
Shi Feng todavía lo recordaba. Cuando aún asistía a la universidad, el aclamado hijo del grupo Lan Hua, Lan Hailong, había creado el Taller Sombra para entrar a Dominio de Dios. Lan Hailong también había invertido una considerable suma de dinero en el reclutamiento de estudiantes expertos de la universidad de Jin Hai. Shi Feng participó en las pruebas de Sombra en ese entonces, convirtiéndose exitosamente en un miembro principal del taller; mientras que Blackie se convirtió en un miembro externo. Shi Feng estuvo feliz por bastante tiempo luego de eso.
Luego de tres años de estar bajo la dirección de Shi Feng, el Taller Sombra permitió que el grupo Lan Hua generara grandes ganancias en Dominio de Dios, convirtiéndose rápidamente en un gran grupo financiero. Sin embargo, Shi Feng nunca hubiera pensado que Lan Hailong sería quien lo despediría personalmente.
Ya que había reencarnado tenía ventaja absoluta sobre Dominio de Dios, cosa que los demás no tenían. Claramente no se uniría a Sombra para convertirse en una herramienta para generar ganancias a los demás. Él quería tomar un nuevo camino; un camino en el que no pelee para los demás, sino para sí mismo. Quería evitar que sus padres le tengan que mandar dinero para su mantenimiento. Él quería cubrir toda la deuda que ellos habían acumulado. Para lograrlo quería aventurarse a crear su propio taller, iniciar su propia compañía de videojuegos y construir su propio reino virtual… todo para vivir una vida mejor.
Tan pronto como Shi Feng llegó al Bloque de Enseñanza 1, observó una esbelta y alta figura frente al edificio. Aquel joven moreno andaba rondando los pasillos sintiendo pánico; esa persona era Blackie.
—Hermano Feng, finalmente te decidiste en aparecer. Por suerte el periodo de inscripción aún no ha terminado, apurémonos a inscribirnos.— dijo Blackie ansiosamente luego de ver a Shi Feng.
Shi Feng movió la cabeza diciendo seriamente —Blackie, no me uniré a Sombra; voy a abrir mi propio taller. ¿Te unirías a mi causa?
Blackie era alguien que Shi Feng conoció en otro juego de realidad virtual y demostraba muy buenas habilidades. Ambos habían encarado varios desafíos juntos y no tenían una relación distinta a la de verdaderos hermanos en este momento. Durante el tiempo en el que trabajaron en Sombra, Blackie había demostrado gran talento en administración, aunque no tuviera tanto talento para los videojuegos. Él logró dirigir a cientos de miles de miembros de grupos de manera clara y ordenada. Si Shi Feng obtenía la ayuda de Blackie esta vez, sus planes darían un paso en la dirección correcta. Sin embargo, él respetaría la decisión de Blackie de cualquier manera. Ésto era porque Shi Feng no tenía nada que ofrecer en ese momento, y la situación familiar de Blackie no era nada buena tampoco. Blackie tan solo había elegido convertirse en un jugador profesional de videojuegos y unirse a Sombra para ganar algunos créditos y así cubrir sus costos de mantenimiento.
Blackie quedó en blanco ante las palabras de Shi Feng, bajando la cabeza en silencio. Todo era demasiado repentino. No solo eso sino que el Shi Feng que veía hoy se sentía diferente. Al contrario de su actitud impaciente, Shi Feng ahora emitía un aura inquebrantable y segura.
Luego de un largo minuto, Blackie levantó la cabeza y miró a Shi Feng.
—Hermano Feng, deja de decir tonterías. ¿Acaso sabes cuánto cuesta un casco de realidad virtual? Eso sería 8.000 créditos. Además necesitas por lo menos seis personas para iniciar un taller. ¿Y qué hay del lugar, salario y todo lo demás? Tan solo los fondos iniciales serían entre setenta u ochenta mil. Además están las inversiones que les siguen. Esos son muchos créditos. ¿Acaso tienes tantos créditos en éste momento?— dijo Blackie bastante consciente de la situación de Shi Feng. Él sabía que Shi Feng no provenía de una familia adinerada, entonces quiso persuadirlo para que cambiara de opinión acerca de esta loca idea.
—Tienes razón. En este momento ni siquiera tengo créditos para un casco de realidad virtual para jugar Dominio de Dios— dijo Shi Feng asintiendo con la cabeza. Era como lo había dicho Blackie. Incluso setenta y ochenta mil era considerado poco dinero. Shi Feng recordó que Lan Hailong había gastado más de 5.000.000 créditos por el taller de cien personas que había contratado. Él también había invertido aún más en los periodos siguientes para mejorar la calidad y fuerza del taller.
—Ya que es así, ¿por qué no en vez de tomar el riesgo, te unes de manera segura a Sombra? Por lo menos Sombra podría proveernos cascos de realidad virtual. De otra manera olvídate de convertirnos en jugadores profesionales; ni siquiera podríamos jugar el juego.— dijo Blackie viendo que Shi Feng entendía la base del problema y suspiró de alivio mientras lo empujaba al bloque de enseñanza.
Shi Feng retiró la mano de Blackie, mirándolo fijamente antes de decir con un tono serio, —Aún así planeo empezar mi propio taller. No quiero que los demás me controlen. Entonces, ¿Blackie, te unirías a mi causa?
Shi Feng no insistiría ya que no tenía ninguna garantía. Tampoco podía revelar el secreto de que había sido reencarnado. No podía hacer más que esperar que Blackie creyera en él.
Viendo la seria expresión de Shi Feng, Blackie sintió que él estaba actuando un poco extraño hoy. Ésto era una locura. Todos sabían que uno no podía ganar dinero en los primeros periodos de los juegos virtuales. ¿Acaso Shi Feng tenía alguna manera de hacer dinero en Dominio de Dios? Incluso si llegaba a hacer dinero, ésto solo sería dentro de unos meses. No tenían tanto tiempo que perder.
Luego de dudar por un rato, Blackie respondió sin muchas ganas, —Te entiendo. Eres el jefe. Empezaré el taller contigo, ¿pero cómo hacemos con los cascos de realidad virtual? No podemos jugar sin ellos, ¿o si?
El seño fruncido de Shi Feng se relajó inmediatamente mientras apoyaba su mano felizmente en la espalda de Blackie diciendo —¡Éste es mi hermano! No te preocupes por los cascos. Recuerdo que Dominio de Dios tenía un periodo de prueba disponible para alumnos universitarios. Cada universidad tiene un punto de distribución, siempre y cuando muestres tu carnet de estudiante, entonces, por diez días, puedes obtener un casco de juego gratis. Vamos a echarle un vistazo.
—¿Qué haremos luego de los diez días?— dijo Blackie mientras su rostro moreno se tornaba gris, sintiendo de repente que su futuro era bastante negro. ¿Por qué tenía que creer en Shi Feng?¿Podría ser acaso la seguridad y estabilidad de Shi Feng? ¿No habría problema en aventurarse con Shi Feng, verdad?
¿Qué podría uno hacer en Dominio de Dios en diez días?
Claramente se perderían el periodo de contratación de los talleres luego de diez días. Al final, aún tendrían que comprar los cascos de juego, ¿pero de dónde vendría el dinero?
Ni siquiera un jugador profesional sería capaz de ganar 16.000 créditos a los diez días del lanzamiento de Dominio de Dios.
—Déjame el problema de dinero a mi.
Shi Feng mostró una sonrisa segura mientras ponía su mano en el hombro de Blackie.
Ganar 16.000 créditos en diez días era realmente pura fantasía. Sin embargo, él tenía el espíritu de una persona reencarnada. Sin importar cuales fueran los desafíos, él se sobrepondría a todo y el lanzamiento de Dominio de Dios era tan solo el punto de partida de su auge.
Luego de eso, Shi Feng llevó a Blackie a retirar los cascos de realidad virtual. Y usó todo su dinero para comprar dos cajas grandes de fideos instantáneos, colocándolos debajo de su escritorio en su casa alquilada. Ésto era suficiente para los diez días. Luego de instruir a Blackie en algunas cosas sobre Dominio de Dios, Shi Feng silenciosamente esperó el lanzamiento del juego.
25 de abril, 9pm. En la oscura y silenciosa habitación, sólo penetran unos pocos rayos de luz.
Shi Feng, acostado en la cama, sutilmente aprieta el botón de inicio mientras cierra los ojos.
—Dominio de Dios, aquí voy.