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Los ojos de Caleb Mamet se sentían dolorosamente cansados, un agotamiento que lo hacía querer cerrarlos. Recuerdos atormentadores de su aterradora infancia afloraban, volviendo sus labios pálidos y sus respiraciones se aceleraban.
Incluso después de todos estos años, los pensamientos de aquellos días oscuros e intolerables enviaban temblores emocionales. En ese entonces, Jenny Green lo tenía cautivo en Casa de Arce, sometiéndolo a brutalidades diarias.
Aprietaba los dientes en la oscuridad, soportando golpizas y abusos verbales. El odio dentro de él, como una enredadera que se arrastra, se extendía agresivamente, corroyendo su corazón.
El accidente de auto estaba desencadenando esos amargos recuerdos, trayendo un mal augurio. Tal vez…
Caleb se frotaba los ojos, estaban hinchados, pero los mantenía abiertos por miedo a que Xaviera Evans se diera cuenta.
Aún así, Xaviera vio el agotamiento en sus ojos y le preguntó en voz baja —¿Te sientes mal?