Mientras Xaviera Evans comenzaba a hablar, el frío de la sala de estudio desapareció de inmediato. El aura abrumadora que envolvía la habitación también se desvaneció. Steve Price vio entonces cómo Caleb Mamet, que unos segundos antes tenía el rostro sombrío, ahora levantaba la mirada tiernamente, con una sonrisa amorosa:
—Xaviera, ¿hay algo más? —preguntó.
Steve Price exclamó:
—¡¡!! Era como una persona completamente diferente a la de antes.
Xaviera pareció darse cuenta de que algo raro pasaba en la habitación. Parpadeó y preguntó:
—Caleb, no tienes buena cara. ¿Qué ha pasado?
Steve Price se puso nervioso de inmediato. Cuando había entrado antes para informar sobre el trabajo, el CEO le había pedido que se perdiera. ¿Ahora perdería los estribos con su esposa?
Caleb Mamet respondió en un tono suave:
—¡No es nada! Probablemente solo un poco cansado.