Kate y su familia llegaron al hospital y entraron casi inmediatamente. Ella estaba asustada por su padre, no porque le importara, sino porque no quería que se despertara. Kate quería que sus planes se desarrollaran lo más fluidamente posible sin dejar rastro alguno que pudiera llevar hasta ella.
Fue por eso que había culpado a su sobrina en primer lugar. Necesitaba desviar la atención de ella misma de cualquier manera posible.
—Venimos por Gabriel Sui —dijo ella a la recepcionista que asintió de inmediato y la condujo a la habitación del General. Cuando Kate y su familia llegaron a la sala con paredes de vidrio donde estaba siendo tratado el General, fueron recibidos por tres hombres vestidos de negro. Dentro de la habitación estaban Anna y su tía Grace y un guardia más en una esquina.