NOTA 1: Los derechos de la serie Ranma 1/2 no me pertenecen. Esta historia fue escrita sin fines de lucro, solo como medio de esparcimiento. No me demanden.
NOTA 2: Durante el transcurso de esta historia se hace mención a lugares y situaciones de la serie de TV norteamericana "Going to Extremes", cuyos derechos no me pertenecen.
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La chica avanzó intempestivamente de un salto, lanzando una patada bastante anunciada, por lo que su oponente la esquivó sin ninguna dificultad. Entonces ella avanzó otra vez lanzando un golpe de puño. Lo siguiente que supo la chica es que estaba volando por los aires, para caer de espaldas sobre el césped.
— Mal Cindy. Eso estuvo realmente mal.
— No... tenía que... lanzarme tan fuerte... Sensei — dijo la chica aún tendida de espadas, tratando de recuperar el aire.
— Esta no es una clase de costura Cindy, son Artes Marciales — dijo Mousse, tendiéndole la mano a la chica, que era una de sus alumnas más difíciles.
Mousse no era tonto, sabía que la chica estaba ahí por él, como casi la mayoría de las chicas en su clase, pero pudo ver que con el pasar del tiempo la chica en verdad le fue tomando el gusto al arte y comenzó a disfrutarlo. Pese a ser un poco torpe, ponía todo su empeño en mejorar, cosa que también se aplicaba a sus estudios de medicina. Cindy Clayton era una chica muy linda, pero algo torpe, ese es motivo por lo que todos la tomaban por la típica "linda tonta". Cindy era consciente de esto, por lo que se esforzaba mucho para demostrase a sí misma y a los demás, que estaban equivocados, que ella no era una "linda tonta". Mousse debía reconocer que el esfuerzo de la chica estaba rindiendo sus frutos. Había consultado con sus profesores y constató que había mejorado mucho sus calificaciones. Tampoco podía negar que había mejorado en el arte.
— Cindy... ¿Sabes cual es tu problema? — dijo Mousse, después pensar de un momento.
— No — respondió la chica, con algo de cautela.
— No estás sintiendo lo que haces.
— Sensei, esa volcada que me dio la sentí muy buen — respondió la chica, aun algo adolorida.
— No me refiero a eso — dijo Mousse, con una sonrisa por el comentario — Cindy, las artes marciales son más que lanzar patadas y golpes, es una filosofía de vida. Es algo que sientes en mente, cuerpo y espíritu. Es algo que fluye desde lo más profundo de tu ser.
— ¿Y como se supone que...? — intentó preguntar la chica, pero Mousse levantó una mano para hacerla callar.
— Cierra los ojos, y respira profundamente — dijo Mousse, observando a la chica, la que hizo lo que le decían segundos después — Bien, así es... olvídate de todo, solo respira, despeja tu mente... así, respira, así... ahora piensa en el arte, en lo que has aprendido. Deja que fluya de ti, desde el fondo de tu corazón... debes sentirlo en cada fibra de tu cuerpo, en tu mente... en tu espíritu.
Cindy estaba de pie con los ojos cerrados, haciendo lo que su Sensei le decía, ante la mirada expectante, curiosa y divertida de sus compañeros, recordando todo lo aprendido, sintiéndolo con su mente... su cuerpo... su espíritu.
— Ahora abre los ojos — dijo Mousse luego de unos minutos. Cuando la chica lo hizo, pudo ver algo distinto en ella. Sonrió — ¡¡Ataca!!
Cindy nuevamente avanzó de un salto y se fue sobre Mousse con una patada, pero ahora era diferente a la vez pasada. Ella estaba en pleno control, sabía lo que hacía, a diferencia de antes que atacaba por inercia.
Mousse esquivó la patada sin mayores problemas, pero Cindy se fue sobre él otra vez y lanzó una serie de golpes, que Mousse pudo esquivar y contener, hasta que ante la sorpresa de todos los presentes, Mousse y Cindy quedaron trabados en un intercambio de golpes.
Mousse le lanzó una patada a su alumna, pero esta se agachó y para mayor sorpresa de todos, le hizo un barrido con la pierna izquierda. Mousse saltó dando una voltereta hacia atrás y cayó de pie bloqueando la siguiente patada de Cindy, sujetándole la pierna. Ambos se quedaron de pie en esa posición por unos segundos, hasta que Mousse soltó la pierna de Cindy y sonrió.
— Eso estuvo mucho mejor — dijo con una sonrisa de aprobación.
Cindy estaba de pie sin poder creer aún que ella hubiera sido capaz de hacer todo lo que hizo. Sus compañeros también estaban más que sorprendidos. Eso había sido algo espectacular.
— Sensei... ¿yo...? — intentó preguntar la chica.
— Sí. Tú lo hiciste. Esa es la diferencia entre lanzar patadas y sentir el arte en mente, cuerpo y espíritu — dijo Mousse, acercándose a su alumna y poniendo una mano en su hombro — Lo hiciste bien Cindy. Ya lo tienes, sigue así.
— Sí Sensei — dijo la chica con una radiante sonrisa, orgullosa consigo misma.
— Bien chicos, es todo por hoy. Continuaremos mañana. Tomen una ducha y luego vayan a comer algo. Escuché gruñir varios estómagos durante el entrenamiento de hoy — dijo Mousse, logrando que algunos rieran y otros se sonrojaran.
Los alumnos se despidieron formalmente de su Sensei con una reverencia, agradeciendo la clase del día, luego se retiraron del jardín donde siempre practicaban, junto al edificio principal de la Universidad. El grupo emprendió rumbo felicitando a Cindy y comentado lo que acaba de hacer, ya que se había superado mucho desde el encuentro con los discípulos del dojo Tendo. Mousse contempló el mar y no pudo evitar sonreír al recordar ese encuentro con los estudiantes de Ranma.
Tal como había prometido, se mantuvo en contacto con Ranma y Akane y tres meses después de su sorpresivo encuentro, Ranma, Akane y algunos de sus estudiantes habían viajado a Jantique, para ese prometido encuentro de artes marciales. El rumor de ese encuentro de artes marciales se esparció como la pólvora por toda la isla, por lo que no solo concitó la atención de los alumnos de la Universidad, sino que de toda la comunidad y en espacial de la Policía de Jantique, ya que Mousse era su instructor. Es así como la policía y toda la comunidad se habían hecho presentes para apoyar a los chicos de la Universidad.
En un inicio este encuentro se iba a realizar en un gimnasio, pero como nadie el Jantique se quería perder el evento, finalmente se realizó en el único estadio de futbol de la isla, que estaba totalmente repletando. El entusiasmo y apoyo a la Universidad de parte de toda la isla por este evento, dejó a Henry Croft, dueño y director de la Universidad, con una gran sonrisa de felicidad, lo que de paso aseguró el puesto de Mousse por un largo tiempo más.
Tal como Mousse esperaba, los combates fueron muy intensos. Ranma era un gran maestro y eso quedó demostrado con el nivel de sus alumnos, pero modestia aparte, él también era un buen maestro y sus alumnos supieron dar la pelea. Pese a llevar solo dos años entrenando, versus los hasta cinco años de training de los alumnos de Ranma, los combates fueron muy cerrados y se iba casi uno para cada uno, hasta que llegó lo que todos esperaban: La pelea de los Sensei.
Mousse recordó con una sonrisa aquel combate. Finalmente tenía un combate serio con Ranma Saotome. No por un malentendido, ni por culpa de una mujer, sino por el gusto de pelear. Simplemente para ver quién era mejor.
Las exclamaciones de asombro, los ojos desorbitados y las mandíbulas colgando, fueron generalizadas al ver el nivel de la pelea. Fue un combate de estilo libre y pelearon con todo, subiendo de intensidad a cada instante, hasta que él comenzó a usar sus armas ocultas y Ranma comenzó a lanzar ataques de Ki. Cuando Mousse esquivó por los pelos un poderoso Moko Takabisha, decidió que era el momento de ponerse serio. Había llegado el momento de usar las nuevas técnicas que había aprendido en el Templo Shaolín. Durante esos años, Mousse se había especializado en un ataque de explosiones de Ki, que le permitía concentrar grandes cantidades de Ki en sus extremidades y liberarlo junto con la fuerza de un golpe o una patada.
Sonrió al recordar la cara de asombro de Ranma, cuando él cayó con un potente golpe de puño donde el hombre de la trenza había estado milésimas de segundos atrás, momento en que el suelo hizo explosión, dejando un inmenso cráter en medio de la cancha de futbol. Al ver el despliegue de esa técnica, Ranma se vio un tanto preocupado, pero no vaciló, por el contrarió, continuó atacando con más fuerza y decisión. Luego de eso, Akane, el mismo Henry Croft y el jefe de policía de Jantique tuvieron que detenerlos, ya que estaban destruyendo todo el lugar y los espectadores estaban entre sorprendidos y asustados por lo que estaban presenciando. No era para menos. Cuando Ranma y él se dieron cuenta de hasta donde habían llegado con esa pelea, vieron que sus ropas estaban desechas, además estaban cubiertos de moretones y sangre; sin olvidar que la cancha de futbol parecía una zona de guerra. Finalmente, para el alivio de todos, la pelea terminó en un empate.
Mousse sonrió otra vez. Desde ese día todos en Jantique lo observaban con respeto, admiración y siempre lo saludaban al pasar. Eso lo incomodaba un poco, ya que a él no le gustaba sobresalir. Por otro lado, su Club de Artes Marciales tenía muchos más integrantes y sus alumnos lo miraban ahora con un respeto increíble.
Respecto de Ranma y sus alumnos, luego del torneó hicieron una barbacoa junto a la playa, en el mismo jardín que estaba ahora y se habían divertido hasta el amanecer. Finalmente el grupo de Ranma se fue un día después, prometiendo terminar el encuentro en el futuro, en un lugar donde no hubiera daños colaterales. También supo que Kasumi se decidió por entrar a estudiar medicina a la Todai y que se casaría con el Dr. Tofú apenas tuviera sus primeras vacaciones. Se alegró mucho por ella. Kasumi era una buena mujer y se merecía toda la felicidad del mundo.
Finalmente, respecto de Shampoo, supo que estuvo bastante mal luego de volver a Japón, pero se había recuperado poco después, para ponerse a trabajar con mucho más ahínco administrando el Nekohanten; tanto, que había abierto una sucursal en Tokio y pronto pensaba abrir otra más en un lugar que aún no había definido. Las cosas parecían estar yendo bien para ella y le alegraba saberlo. Shampoo había sufrido mucho y merecía encontrar la felicidad.
La mirada de Mousse se estrechó un poco al pensar en esa mujer que tanto significó para él en su pasado. Aún no era capaz de recordar nada de ese profundo sentimiento que sintió por ella una vez, pero ahora al recordarla, no podía apartar de su mente esa mirada con ojos húmedos que le dio Shampoo esa noche en la playa, mientras le decía que aún lo amaba. Por alguna razón ese recuerdo había estado martillándole en su mente desde el día en que ella se fue; eso y esa noche que pasaron juntos. Ese recuerdo le hacía sentir... la verdad no podía entender lo que sentía, era un sentimiento extraño, algo que no había sentido antes... añoranza, o algo así. Al menos eso creía.
Mousse dio un suspiro y sonrió para sí. Sea lo que sea que estaba sintiendo, ya se pasaría con el tiempo. Era mejor dejar las cosas así, después de todo, eso era lo que él quería, además, nunca vería otra vez a esa mujer. Con eso en mente, Mousse recogió el bolso donde tenía un recambio de ropa y se dispuso a ir a tomar un baño para luego ir a almorzar. En ese momento los ojos del joven chino vieron un scooter rojo acercarse y estacionarse muy cerca de donde estaba. El bolso cayó de su mano al reconocer a la persona que iba montada en ese scooter.
— ¡¡Shampoo!! — exclamó Mousse, totalmente sorprendido.
Efectivamente, Shampoo se bajó del scooter, vistiendo un vestido chino de una pieza, que dejaba una buena vista de las largas y torneadas piernas de la mujer, que de paso, se vería realmente hermosa. Entonces la mujer tomó una caja de entregas que iba sujeta en la parte posterior del scooter, la cual Mousse no había notado hasta ese momento. Con eso en sus manos, Shampoo se acercó a él con una radiante sonrisa.
— Ni hao — saludó ella alegremente, en chino mandarín.
— Ni...Ni hao — respondió Mousse, sorprendido — Shampoo... ¿Qué... qué haces aquí?
— Te traje el almuerzo — respondió Shampoo, señalando la caja de entregas que cargaba en una mano.
— ¿Almuerzo? ¿Pero... pero... qué?
Shampoo miró interrogante a Mousse por unos segundos, antes de responder.
— Pensé que Ranma te había mencionado que abriría una nueva sucursal de Nekohanten, cuando vino hace algunos meses.
— Lo hizo, pero… pero… ¿Aquí? ¿En Jantique? — preguntó un sorprendido Mousse, apenas creyéndose todo eso.
— Nunca le dije Ranma que abriría la sucursal aquí en Jantique. Quería que fuera una sorpresa. Por cierto, inauguramos hoy por la noche y estás cordialmente invitado. Estoy a un par de locales de tu amigo Benny. En un local grande que da a una esquina de la calle.
— Sí... recuerdo que estaban remodelando un local por ahí, pero... ¿Por qué?
La sonrisa de Shampoo desapareció y su rostro se tornó serio, mientras dejaba junto a ella la caja de entregas y pasaba junto a Mousse para contemplar el mar. El caminó hasta quedar de pie junto a ella contemplando el mar, esperando paciente hasta que estuviera lista para hablar.
— Cuando me fui de esta isla hace ya varios meses, había decidido no volver nunca más — comenzó Shampoo, con algo de tristeza en su voz — Yo... te causé mucho daño Mousse, por lo que respetaba y entendía tu decisión. Pensé sobre eso durante muchos días encerrada en mi cuarto. En lo estúpida que fui cuando adolescente y en cómo las cosas habían resultado para nosotros.
Mousse asintió con la cabeza y se quedó de pie aguardando en silencio hasta que Shampoo estuvo lista para continuar.
— Mientras analizaba lo que había pasado, todo lo que me habías dicho, recordé nuestro pasado y como desde que eras un niño, estabas detrás de mí, desafiándome a un combate por mi amor, siempre diciendo que me amabas y que me harías tu esposa.
Mousse no pudo evitar hacer una mueca al escuchar eso y Shampoo dio una leve sonrisa.
— En verdad te veías estúpido. Sobre todo cuando gritabas a todo pulmón que me amabas y luego corrías a abrazar lo primero que encontraras. Ya fuera un árbol, un poste de luz, una planta, incluso una vez abrasaste a Kuno e intentaste besarlo — terminó de decir esto último Shampoo, mientras intentaba contener la risa.
— No le encuentro la gracia — dijo Mousse, un tanto molesto.
— Perdón. No lo pude evitar... pero el punto es, que pese a todo lo que yo te hacía, siempre estabas ahí para mí. Cuando necesité practicar, estabas ahí, cuando necesité ayuda, aunque no la pidiera, estabas ahí, cuando necesité un amigo, estabas ahí... siempre estuviste ahí, hasta estuviste dispuesto a dar tu vida por mí.
— Shampoo...
— Sé que olvidaste lo que sentías por mí, pero ¿sabes qué? Esa noche que hicimos el amor y luego al día siguiente cuando nos despedimos en el aeropuerto, yo... sentí y vi al hombre del que estoy enamorada.
— Shampoo, nosotros ya hablamos de eso. Ya no soy el hombre que tú...
— Te equivocas Mousse — lo cortó Shampoo, mirándolo fijamente a los ojos — No importa que hayas perdido parte de tu memoria, sigues siendo el mismo hombre atento y de buenos sentimientos que conocí una vez.
— Shampoo, yo no...
— Pude ver algo en tus ojos, Mousse... en un principio creí que estaba equivocada, pero luego mientras más pensaba en ello, más segura estaba de lo que vi. Es por eso que estoy aquí en Jantique.
— Shampoo... te lo dije, ya no te amo. Ya no recuerdo nada. Ya no siento nada de lo que sentí una vez por ti.
— ¿Y qué hay de lo que sientes ahora? — preguntó Shampoo, dando un par de pasos hacia Mousse.
— ¿A qué... te refieres? — contra pregunto Mouse, visiblemente confundido.
— A esto precisamente — dijo Shampoo, acercándose a Mousse y atrapándolo en un típico abrazo estilo amazona — ¿Estás nervioso?
— Estoy... más bien desconcertado. ¿Podrías... soltarme? — dijo Mousse, sintiendo perfectamente los pechos de Shampoo presionando contra él.
— Suéltate tú, si te sientes incomodo — dijo Shampoo con una sonrisa traviesa.
Mousse comenzó a perder la paciencia al escuchar esas palabras. No estaba para juegos. Iba a soltarse de esa mujer, cuando se percató de que por la forma del abrazo, la única posibilidad de soltarse era... empujando a Shampoo de los pechos. "Ahora entiendo a Ranma", pensó con ofuscación.
— Bien, ya basta de juegos. ¿Que es lo que pretendes? — preguntó Mousse, mirándola seriamente.
— Aún no respondes mi pregunta. Sé que olvidaste todo lo que sentiste por mí hace siete años, pero... ¿Qué es lo sientes por mí ahora?
Mousse miró a la mujer sin saber que decir.
— Sientes algo por mí, Mousse. Puedo verlo en tus ojos. Te conozco de toda una vida, no puedes negarlo — afirmó con seriedad la ex-amazona, mirando fijamente al hombre frente a ella.
— Yo... — intentó responder Mousse, pero las palabras se negaron a salir de su boca. Shampoo se percató de eso y continuó con su ataque.
— Dime que lo que pasó entre nosotros esa noche no significó nada para ti. Dime que ese beso que nos dimos en el aeropuerto tampoco significó nada para ti... dímelo y me iré de Jantique, para siempre.
Mousse miró sorprendido a la mujer por sus palabras, pero más sorprendido consigo mismo al no poder decir nada. Sorprendido, porque la mujer tenía razón. Le pasaba algo con ella. ¿Amor? definitivamente no, pero...
— ¿No dices nada?
Shampoo sonrió y liberó a Mousse de su abrazo antes de hablar otra vez.
— Es divertido ver las vueltas que da la vida. Como nos hace darnos cuenta del daño que causamos y como toma revancha contra uno, haciéndote pasar por las mismas penurias que pasó esa persona que despreciaste tantas veces; la persona de la que te descubriste enamorada cuando ya era demasiado tarde. ¿Pero sabes? Está bien para mí. Es lo justo. Hay un dicho occidental que dice: "Lo que se hace, se paga". Yo estoy pagando ahora lo que te hice Mousse.
— Shampoo... ¿Qué?... ¿A qué te refieres? — preguntó Mousse, un tanto temeroso de la respuesta.
— Estuviste toda una vida detrás de mí, luchando día a día para lograr que me fijara en ti, hasta el punto de querer sacrificar tu vida por mí. ¿No es justo que yo haga lo mismo por ti?
— No logro entender de qué estás hablando.
— Sé que olvidaste lo que sentías por mí y no hay nada que hacer al respecto... pero te juro, lograré que te enamores de mi otra vez, aunque me cueste toda la vida — sentenció Shampoo.
Mousse quedó congelado al escuchar esas palabras. ¿Entonces ella iba a...? El ex-amazón no alcanzó a terminar su reflexión, cuando se vio atrapado en un nuevo abrazo estilo amazona y por un hermoso par de ojos que lo observaban a muy corta distancia.
— ¿Sabes una cosa, Mousse?... viendo tus ojos y tu reacción, estoy segura que no tardaré mucho en lograr que te fijes en mi.
— Espera un momennhft...
Mousse no alcanzó a terminar lo que iba a decir, cuando fue acallado por un inesperado beso, que lo hizo estremecer de pies a cabeza. Al separarse, Shampoo lo observaba con una sonrisa traviesa.
— Estás sonrojado... eso es un buen comienzo — dijo la mujer, separándose de él y encaminándose a su scooter.
Por su parte, Mousse se maldecía a sí mismo por reaccionar así, ya que sus mejillas en verdad estaban ardiendo. Miró a Shampoo que ya se había montado en su scooter y le dedicó una mirada estrecha.
— Lograré que te enamores de mi, Mousse. Te lo garantizo — dijo la mujer con una sonrisa, antes de echar a andar su scooter — Y no se te ocurra faltar a la inauguración de mi restaurante esta noche. También invité a tu amigo Benny y dijo que si no asistías, él personalmente iría a buscarte y te llevaría a patadas.
Con esas últimas palabras, la mujer aceleró y se perdió por el mismo camino que había llegado. Mientras, Mousse se quedó de pie, sin saber qué hacer o pensar. Estaba totalmente desconcertado. Jamás se esperó que pasara algo como esto. El había decidido dejar su pasado atrás y ahora que estaba rehaciendo su vida en un hermoso lugar, pasa algo como esto.
"Lograré que te enamores de mi otra vez". Eso le había dicho. ¿Significaba que esa amazona loca ahora andaría detrás de él como lo hizo con Ranma hace tantos años atrás? ¿Y por qué rayos no pudo decirle que se fuera cuando tuvo la oportunidad?
Aunque no lo quisiera admitir, Shampoo tenía razón, le pasaba algo con ella. Esa noche en la playa fue realmente especial. Nunca antes había sentido algo así con ninguna mujer. En verdad ella había sido especial ¿Sería por que era virgen? No, no era eso, lo de esa noche fue más que algo físico, fue...
Mousse se asustó un poco ante las implicancias de todo esto. Esa mujer en verdad no le era totalmente indiferente pese a ser una virtual desconocida, aunque estaba seguro de que no estaba enamorado de ella.
"Lograré que te enamores de mi otra vez"
El susodicho tragó sonoramente al recordar esas palabras y todo lo que Ranma tuvo que pasar en su oportunidad, aunque en ese entonces Shampoo solo tenía catorce años, ahora ya era toda una mujer. Por alguna razón el pensar eso tan solo logró ponerlo más nervioso. Finalmente decidió dejar eso de lado y ver el contenido de la caja de entregas. Un delicioso y humeante plato de ramen.
— Bien, parece que al menos ya no tendré que preocuparme más por la comida — se dijo Mousse, tomando la caja de entregas y su bolso.
El hombre miró por última vez el camino por donde Shampoo se había perdido, con el presentimiento de que muchas cosas cambiarían en su vida de ahora en adelante y que esa mujer sería la causante de todos esos cambios.
— Ya veremos que sale de todo esto. Solo espero que sepas lo que haces, Shampoo — dijo Mousse, encaminándose a otro lugar donde poder comerse su ramen con más tranquilidad.
Mientras, de regreso a su nuevo restaurante, Shampoo analizaba su nuevo reencuentro con Mousse. Las cosas habían salido mejor de lo que esperaba. Él no se había enojado, es más, pudo ver en sus ojos lo mismo que la última vez y eso reafirmó su decisión.
Mousse sentía algo por ella, pequeñito, pero sentía algo y ella se encargaría de que ese sentimiento fuera creciendo. Ya no era la misma adolescente inconsciente que fue en los tiempos que anduvo tras de Ranma. Todos esos años de sufrimiento por la supuesta muerte de Mousse y la profunda depresión en la que cayó, para luego encontrarlo vivo y saber que él la había olvidado, la habían hecho cambiar.
La vida le había enseñado de una forma muy dura, pero eso mismo había cambiado su perspectiva de la vida. Era otra mujer y haría las cosas con más juicio. Hoy solo lo había tanteado y Mousse reaccionó tal como esperaba. Era un buen inicio, ahora todo dependía de ella.
— Lograré que te enamores de mi otra vez, Mousse... ten por seguro que lo haré — con esas palabras, Shampoo aceleró su scooter y se encaminó a su nuevo restaurante y a su nueva vida.
FIN
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Notas del Autor: Hola a todos.
"Reencuentro con el Pasado", es un fic que publiqué hace ya mucho tiempo. Mirando hacia atrás, recuerdo que me costó bastante poder concretarlo. Años en verdad. Todo partió con la serie de TV, GOING TO EXTREMES, la cual me encantó y no pudo salir de mis recuerdos; hasta que llego Ranma ½ y surgió la loca de idea de hacer algo con Mousse y Shampoo, lo que me permitió posicionarlos en el universo de esta serie de TV. Lo demás es historia.
Sobre el argumento del fic, para mí siempre estuvo la idea de un final triste. No quería la típica historia con final feliz. Sentía que esta historia podía finalizar bien, sin dejar juntos a los protagonistas. Modestia aparte, creo que mal no quedó. Aun así, me surgió la idea y la necesidad de escribir este Final Alternativo, que espero les deje un mejor sabor de boca.
Si, lo sé. Mousse y Shampoo no quedaron juntos otra vez, pero se deja una ventana abierta para que Shampoo pueda reconquistar el amor de Mousse, si es que juega bien sus cartas. Lo que sigue de ahí en adelante no lo escribiré, así que lo dejo a su imaginación.
Saludos a todos y nos leemos pronto.
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