Nunca esperé renacer, además volver a ser un niño y peor aún un adolescente, no pasaba por mis planes, pero una muerte inesperada truncó mis objetivos.
Volver a ser un niño era horrible, pero volver a ser un niño en un orfanato, en el mundo Pokemon, era aún peor…
Al menos el gobierno conocido como "la liga Pokémon" no dejaba a los huérfanos tirados a la deriva. Cuando cumples catorce años eras considerado un adulto en derecho propio y con ello lograbas obtener un primer Pokémon además de un estipendio mensual que duraría el resto de la conferencia, un tiempo adecuado para criar a sus Pokémon y obtener insignias.
Mientras viajaba con los demás huérfanos en el autobús, todos ellos parecían emocionados por obtener un Pokémon y desafiar a los gimnasios sin saber realmente lo cuesta arriba que resultaba.
El autobús paró y con ellos siguieron los chillidos emocionados de los huérfanos a su alrededor, a pesar de que era una institución del gobierno la que les daría su primer pokemon, esperaba algo más vistoso que un simple rancho, aunque le pareció poco notable, los demás a su alrededor no parecieron desanimarse por el lugar, dedujo por sus expresiones emocionadas.
Sus zapatillas se embarraron mientras caminaba por el rancho, fue un trabajador, un anciano poco comunicativo el que los guió a través del lugar, notó que habían tauros labrando la tierra con ayuda de algunas herramientas mientras algunas personas los dirigian, estaban preparando el sembradío para la próxima cosecha.
También habían Militank pastando por el lugar junto algunas crías que jugaban entre ellas y un Arcaine descansando, lejos, haciendo guardia silenciosamente, eso le hizo subir sus expectativas del pokemon que iba a recibir
Aunque era un entrante del gobierno, pensó que tal vez, debido al Arcaine presente, tal vez, solo tal vez, podrían conseguir algo más vistoso que un pokémon tipo normal.
Estaba totalmente equivocado… Ya que no hubo un glorioso charmander o algún fiel Bulbasaur preparado por el profesor Oak.
Y ciertamente tenía sentido, no gastar demasiados recursos en huérfanos, ya que la mayoría no lograba conseguir las insignias necesarias para participar en la conferencia y algunos incluso morirán en el bosque si sobreestiman sus capacidades, eran pocos casos, pero ocurría que algún entrenador moría por un enjambre de beedrill o por adentrarse demasiado en el bosque y encontrarse con un Arbok salvaje.
Miro los corrales que estaban al aire libre siendo la excepción el de los Pokémon tipo ave:
Los pidgey que estaban comiendo sin prestarles atención a la multitud de huérfanos que los miraba o los Rattata a los que parecía molestarles el ruido y los meowth ignoraban a todos mientras descansaban tomando el sol.
La voz monótona y aburrida del anciano que hablaba como si hubiera dicho esas palabras miles de veces lo sacó de sus pensamientos:
"Bueno niños pueden elegir entre un Rattata, un Pidgey o un meowth" luego de un suspiro cansado el anciano volvió a hablar de forma aburrida:
"Recuerden que un Pidgey es bueno para buscar comida en la naturaleza, los ayudará a encontrar bayas y es bueno para guiar si se pierden, un Rattata puede sobrevivir comiendo raíces y algunas plantas por lo que resulta un pokémon bastante económico de mantener."
Luego les hizo una señal para que fueran a ver si un pokémon estaba dispuesto a seguirlos.
El viejo no estaba motivado pensó thomas con disgusto ni siquiera mencionó sus formas evolutivas o que meowth es un pokémon con el cual es difícil trabajar debido a su temperamento arrogante.
De todas formas Thomas no se lo iba a hacer notar, iba a agarrar a su Pokemon e irse de este bodrio pensó.
La mayoría de los huérfanos a su alrededor, fue por los pidgey y algunos fueron a intentar suerte con los meowth, él fue el único que eligió a los Rattata, por una parte no parecían tan pequeños y débiles como los Pidgey y por otra parte tenían mejor temperamento que los meowth, necesitaba un entrante trabajador si quería formar un equipo y participar en la conferencia.
Con ello en mente agarró una de las pokebolas y unas cuantas bayas que estaban en una mesa rústica hecha de madera cerca de él.
Abrió la puerta del corral donde estaban los Rattata y entró, los pequeños Pokémon parecían vacilantes en su presencia, algunos incluso se alejaron...
Pero hubo dos que llamaron su atención, eran un poco más grandes que los Rattata en el corral, pero no demasiado, los observó por un momento con interés y al ver que no retrocedían se acercó a ellos.
"¿Ratt Rattata?"
"¿Ratta Ratt Ratt?"
Cuando se acercó, los pequeños Pokémon roedor comenzaron a hablar entre ellos, thomas por su parte no tenía idea de lo que dijeron así que simplemente les hablo:
"Alguno de ustedes quiere seguirme y luchar contra pokémon fuertes"
Parecer ser que esas no eran las palabras que quería oír uno de los Rattata por que se fue ignorandolo.
Dejó escapar un suspiro, pero al ver que tenía la atención del otro Rattata pensó que al menos alguien estaba interesado.
El pequeño Rattata le hizo un gesto a las bayas con sus garras.
Thomas le dio unas pocas y le dijo al Pokémon que devoraba las bayas con sus grandes incisivos.
¿Entonces te gusta pelear con otros Pokémon?
¡RATTATAAA!
¿Eso es un si? preguntó Thomas todavía no familiarizado con el pequeño.
El Rattata le hizo un gesto con la cabeza de arriba a abajo y con una de sus patas le señaló la Pokebola.
"¿Quieres que te atrape?"
El pequeño dejo escapar un suspiro exagerado como si le costaras creer que el humano frente a el fuera tan tonto.
Thomas pensó que eso era un sí, así que presiono la pokebola en el inofensivo Rattata y el láser rojo se disparó capturándolo y obteniendo su primer Pokémon.
Si quieres leer un fanfic realmente bueno de un Rattata te recomiendo este de BOR902:
My life as a youngster with a top percentage Rattata was much more successful than I expected? - Pokemon SI
Es mucho mejor y el mio esta claramente inspirado en el.
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