—¡No! ¡Vete a casa Xue! O mejor todavía, encuentra un hogar para ti mismo. No puedes esperar que te acepte y te deje quedar ahora que tengo esposa —se quejó Shen Yi.
Oh, no. No tenía planeado dejar que se quedara el hermano menor y compartir las comidas que Lu Xinyi cocinaba. Todavía, no estaba satisfecho de esas delicias y esperaba seguir comiendo más comidas que su esposa le cocinara ¡El esposo debía tener la mayor prioridad!
—¿Qué? ¿Me estas echando? —Shen Xue estaba sorprendido de que el hermano estuviera intentando que se fuera. Durante mucho tiempo, había estado haciendo eso: siempre entraba en la casa de Shen Yi cuando el padre y la abuela intentaban que él hiciera algo que no quería. Estaba un poco desconcertado por como lo estaba mirando de fijo el hermano.
Shen Xue miró a su nueva cuñada con ojos de súplica.