Lu Xinyi salió de su ensimismamiento y miró a Shen Yi, sorprendiéndose de quese hubiera quedado solo observando. Podía sentir el calor subiendo por sus mejillas, recordando que eran las únicas personas en esa isla. Qué lástima que pronto tuvieran que regresar, de lo contrario, le encantaría explorar la isla con él.
—Hace frío. Vamos adentro —dijo él y tomó su mano con delicadeza y comenzó a caminar. Apretaba su mano con suavidad, lo cual le daba tranquilidad.
—Bien —aceptó ella con gusto. Le alegraba poder compartir estos escasos momentos con él y bajó la vista hacia su mano, que él todavía tomaba con firmeza. Su mente de nuevo divagó hacia la vida de sus padres y su futuro con Shen Yi.
—Me pregunto cómo se siente. —Sin darse cuenta, dejó que esas palabras salieran por sus labios.
—¿Qué cosa? —preguntó él mirándole.