Lu Xiulan se sentía patética. Se fue del evento que se suponía que presentaría y aquí estaba, de pie afuera del hotel, viendo como la lluvia caía desde el oscuro cielo. ¿Qué tan cliché podía ser? Se rio por dentro. Oh, por favor, no vengan con que Song Yichen la seguirá en la lluvia porque, de seguro, no será así.
Su pelo y su vestido de noche estaban empapados. Se secó la lluvia de la cara y vio que la tinta de su maquillaje para ojos teñía sus dedos—. A prueba de agua, sí claro.
Fue mala idea no usar su propio auto y venir con Yuan Jin. Ahora, no podía hacer nada más que caminar y encontrar un taxi en esta lluviosa noche.
Aunque Lu Xiulan sabía que este no era el final ideal para ella, esta vez no tenía ningún arrepentimiento. Song Yichen nació en una familia adinerada y, como tal, definitivamente escogerían una mujer digna de él en el futuro. Solo deseaba que pudiera encontrar a alguien que lo quiera más que ella.