Después de meses intentando convencerse a sí misma de que debería olvidarse de sus sentimientos, justo de entre toda la gente que estaba invitada a ver la campaña, Lu Xiulan no podía creer que tenía que enfrentarlo a él con tan poco aviso. No estaba preparada para esto y a ella le gustaba estar preparada para todo. Su agenda, sus planes, hasta su vida estaba planeada con antelación. No le gustaban las sorpresas.
—Song Yichen —le saludó Lu Xiulan con una inclinación, pero sus ojos se desviaron rápidamente.
En ese momento quería escapar de él, correr al baño de mujeres y esconderse en un cubículo donde pudiera soltar las lágrimas que amenazaban con asomar. Le había estado yendo bien o eso pensaba. Los últimos meses sin él fueron difíciles, pero estaba empezando a recoger los pedazos y a tomar el control de su vida de nuevo.