Lu Xinyi no sabía qué esperar al reunirse con su abuela materna. No tenía muchos recuerdos sobre esa mujer, y tampoco sabía cómo había sido su relación con su madre cuando Sun Meixiu todavía estaba viva.
Después de lavarse las manos en el fregadero y secarse, se pasó los dedos por el pelo, con la esperanza de verse lo suficientemente decente como para enfrentarse a su abuela Tang. Con su abuela Lu, Lu Xinyi tenía el mayor respeto; y fue bastante fácil para ella evaluar el estado de ánimo de la anciana. La abuela Lu era un poco estricta, recordándole que no desperdiciara la comida y que gastara su dinero sabiamente.
Las voces provenientes de su sala de estar hicieron que su corazón saltara de nerviosismo y emoción. Ella se sentía nerviosa porque esta sería la primera vez que tendría una reunión decente con su abuela Tang; emocionada ya que habría una oportunidad para que ella escuchara más sobre el pasado, ya fuera bueno o malo.