Por supuesto, fue Lu Xinyi quién organizó y planeó todo. ¿Cómo podía dejar que Sun Qiyan destruyera Ropa con Estilo sin luchar?
Después de todo, su prima todavía tenía deudas que necesitaba pagar; y era el momento oportuno para destruirla. Arrastrar a Xi Yunchuan junto a ella había sido una ventaja por parte de Lu Xinyi. Incluso si los dos rogaban de rodillas por perdón, ¡ella nunca los dejaría en paz! ¿Acaso Sun Qiyan no había querído ser popular? Entonces, a Lu Xinyi no le importaría lanzarla bajo los reflectores que tanto deseaba tener.
—Señorita, tiene una llamada telefónica —le dijo Jiao Jiao sacando a su jefa de sus profundos pensamientos. Lu Xinyi casi había perdido la llamada telefónica, pero llegó justo a tiempo para contestarla.
—Xin'er, la cinta fue reproducida por los principales medios de comunicación. ¿Estás satisfecha? —le preguntó Tang Shui al otro lado de la línea telefónica.