A las afueras de una ciudad sumida en la total oscuridad de la noche, se detenía un auto del mismo color de esta, pudiendo ser visible por sus luces intermitentes que brillaban más en ese momento por debajo de un puente abandonado.
"Hemos llegado" alertó Ijichi desde el asiento del conductor. Los jóvenes que iba transportando se bajaron del auto. La brisa fría vatio contra estos, haciendo que sus cabellos bailaran al son de este, la chica instintivamente se llevó las manos a los brazos por el repentino cambio de temperatura.
"Nos vemos chicos, les deseo buena suerte a todos" se despidió con seriedad el hombre acomodándose las gafas. Rápidamente puso el marcha el auto para retirarse de la escena.
Estos no dijeron nada por un tiempo, solo se quedaron observando a sus alrededores. La chica había estado en lo correcto, llegaron cuando la noche estaba en su punto más alto, había tanto oscuridad y soledad que no dejaba resultar algo inquietante para estos.
"Ijichi si que nos dejo lejos, maldición" suspiró Itadori mirando un letrero, dónde se les daba la bienvenida a su destino, la Ciudad Karakura. Pero que aún faltaban unos 100 metros para que verdaderamente estuvieran sobre esta.
"No lo culpo, es precavido. Él a diferencia de nosotros, no puede defenderse de un ataque sorpresa y sabe que solo sería una carga" dijo con calma el pelinegro mientras empezaba a caminar. "Andando" llamo y sus compañeros le siguieron, estando alerta al más minuto detalle ambiental en su lento pero seguro caminar.
Llegaron en breve a la entrada de aquella Ciudad. Una inmensa calle central estaba frente a ellos, era algo tétrica, muchas luces de edificios y casas parpadean constantemente al igual que los semáforos a la distancia, toda esa iluminación se reflejaba en la oscura calle y en sus retinas que solo tenían concentración en ellas.
Iban a reanudar el paso cuando Nobara alzo los brazos delante de sus compañeros para que se detuvieran. "Oye Kugisaki, qué crees que hac-"
"Cállate Itadori. Fushiguro, ¿No escuchaste eso?" preguntó mirando a la pura oscuridad, el color rojo de un semáforo cercano se reflejaba en su mirar.
"Fue algo muy leve, pero creo haber escuchado un pequeño estruendo" confirmo este.
"Entonces vamos con cuidado. Hay que acercarnos, si se trata de una maldición podemos exterminarla" dijo Itadori con una mirada dura.
"Espera, piensa, si se trata de una maldición y aún no está haciendo nada, podemos usarla como carnada. Si en verdad hay algo en esta ciudad que está acabando con las Maldiciones tenemos que verlo con nuestros propios ojos" le recordo. Fushiguro asintió a su lado.
"Somos los ojos de Gojou en este lugar, nuestros ojos tienen que ser capaz de ver incluso en esta obstigante oscuridad, hagamos que así sea" motivo Megumi mientras empezaba a correr al lugar de origen seguido de sus dos camaradas Hechiceros.
Sus pasos resonaban por los callejones estrechos, soledad y frialdad se respiraba en esos lugares con aún más intensidad. Megumi, que iba en la cabeza decidió hacer uso de sus recursos para dar con el lugar con más facilidad.
"Cabal" pronunció por lo bajo, de su sombra se manifestó un enorme perro con garras de su misma magnitud. Más que un perro, se parecía más a un robusto lobo salvaje, era muy intimidante más que todo por su envergadura y sus filosos ojos que miraban tan determinados como los de su dueño hacía adelante.
Itadori y Nobara pensaron que era lindo, sin embargo, no era el contexto adecuado para expresar sus pensamientos más personales. Callaron y siguieron al líder de caza, al cruzar una intercepción, escucharon otro tipo de sonido, algo similar a lo que sería una espada cortando el aire. Fushiguro deshizo su ritual y relentizo el paso en gran medida.
Pegando su espalda totalmente recta contra la pared, miro con cautela hacia la calle, Itadori y Nobara con un poco menos de cuidado imitaron su acción.
Fueron cegados por un breve instante a causa de un potente reflejo provocado por el chocar de la tenue pero a la vez fuerte luz de la luna en una superficie metálica, como lo era una espada. Miraron con asombro la escena ante ellos.
Un chico, de extraño cabello anaranjado al igual que extraña ropa, estaba balanceando su espada con fuerza y agresividad hacía una maldición medianamente fuerte. La fuerza que llevaba tras los cortes era inmensa y se podía sentir simplemente por el viento que alzaba con cada swin.
Era extraño, tenía clase en su balanceo, pero este era opacado por la fuerza bruta que llevaba consigo. Los chicos sin dejar de prestar atención a la escena, presenciaron como de un bestial y casi imperceptible ataque, el muchacho de la espada acababa con brutalidad con la Maldición, y por ende, con la pelea.
"Oigan, ¿Qué haremos? hay que decidir rápido, puede descubrirnos en cualquier momento si es que es diestro en el rastreo por nuestra energía maldita" se apresuró Fushiguro.
"De verlo, que era lo primero que teníamos que hacer, lo vimos. Pero si soy sincera, no sé que fue lo que vimos en verdad, siento energía maldita emanar de él, pero no da la sensación de que sea un Hechicero"
"Podría incluso ser un desertor de la Secundaria Jujutsu de Kioto, pero eso sería extraño, se nos hubiera notificado de ante mano" añadió Megumi pensativo.
"Estoy de acuerdo, es un misterio total, pero yo propongo algo" dijo Itadori determinado. Fushiguro tenía su propio movimiento en mente, pero escucharía primero a Itadori.
"Habla y que sea rápido"
"Veamos que es lo que tiene" propuso mientras apretaba su puño, Nobara entendió en seguida al igual que el pelinegro.
"Es justo lo que pensaba, no sabemos lo que es, pero puede ver Maldiciones y posee energía maldita. Vamos a ponerlo a prueba con nuestros propios métodos aquí y ahora. Pero no se les ocurra atacar a matar, esto es una prueba y no una batalla real. Estos ojos no solo están viendo por nosotros esta noche, recuerdenlo" afirmó Fushiguro mientras se levantaba.
No escucho respuestas afirmativas o negativas, así que alzó la miraba. Grata fue su sorpresa cuando sus compañeros ya no estaban junto a él. Se apresuró en observar a la calle, su entrecejo se contrajo al ver que Nobara y el extraño chico ya se estaban amenazando con sus armas, y sabía que Nobara en ese tipo de situaciones no iba a retroceder un milímetro.
"Maldición, esos estupidos" dijo molesto, a la escena se le sumo rápidamente Itadori con un puñetazo, agrietando y creando un pequeño temblor.
Ahí fue dónde Fushiguro pensó con molestia. "A la mierda, ya no importa" posicionó sus manos, dándoles una forma de dos alas con rapidez y fluidez. "¡Es tu momento, Nue!"
- Tiempo Actual -
"¿Qué sucede, no querían jugar?" provocó el peli naranja mientras tomaba una postura que le sea favorable para actuar rápido tanto en defensa como en ataque. "Entonces juguemos" tenía que admitirlo, llevaba mucho tiempo sin exigirse peleando, necesitaba desquitarse con algo.
Ninguno de sus oponentes mostró signo de estar intimidados o de dudas. Al contrario, sonrisas rudas en las caras de Nobara e Itadori se manifestaron, por su parte, el pelinegro se ocupó de guardar la distancia, manteniéndose firme y serio a su vez. Ellos al igual que él, estaban listos para comenzar la contienda.
En segundos, la calmada noche en esa despoblada calle en medio de una oscura ciudad se había convertido en una ruidosa tempestad de sonidos metálicos y de objetos siendo destruidos en el proceso de una batalla de dos existencias similares pero diferentes a su vez.
Ichigo, con su notable velocidad y técnica manejando su enorme espada con maestría, se encargaba de defender los ataques de un Itadori que cortaba la distancia sin miedo de su espada y se dedicaba a intentar acertarle un golpe certero, sin la energía que antes engullia su puño en el primer ataque sorpresa lanzado cuando este hizo su aparición.
Retrocediendo y esquivando cada ráfaga de puñetazos, colocó su espada para que le sirviera de escudo a uno de esos golpes, sorpresa fue la que se llevo cuando todo su cuerpo tembló por el potente golpe que la hoja había recibido. El pelirrojo le sonrió confíado por la expresión que le había hecho adoptar.
Ichigo frunció el ceño recuperarse de esa breve desconcentración. "¿Pero que fué eso? Por un momento me abrumó ese golpe, él no es un humano, ¿Quién demonios son estos sujetos?" pensó. Su pensar se vió interrumpido por el sonido de zapatos corriendo hacía su posición.
"¡Eso es Itadori, manténlo justo ahí!" gritó Nobara a la vez que con un martillo se abalanzaba sobre Ichigo para conectarle un buen golpe. Al ver como se acercaba con rapidez, el peli naranja cedió en su lucha de fuerza con el pelirrojo, para lograr apartarse de Itadori justo en el momento en que la chica le lanzaba un martillazo con todas sus fuerzas, haciendo que el golpe con ese objeto contundente se llevara Itadori justo en la cara.
Escuchó un sonido cuando vió como el golpe daba de lleno en el muchacho, era como si algo se desinflara, su mirada se fijó mejor en que portaba la chica, y resulto que era un inofensivo martillo de juguete.
"Tch, tienes suerte Itadori, probablemente estarías muerto si fuera el de verdad" suspiró Nobara decepcionada por fallar su ataque.
Por otro lado, un suspiro de alivio se presento del lado del muchacho. "Eso fue peligroso, puede ser duro pero si llegaba a recibir eso..." pensó, alzándose las mangas con la intención de reanudar su ataque incesante.
"Vayamos con todo esta vez, Kugisaki. De todas formas, ese tipo no se ve tan blando como para caer por un simple golpe cualquiera. Además, tenemos la espalda cubierta" motivó colocando sus puños en alto. La energía maldita corrió por todo su cuerpo con destino a sus puños, como lo dijo, iba dar todo.
La chica asintió y tomó su martillo metálico de su cintura a la vez que agarraba tres clavos de su pequeña mochila, manteniendolos en su puño. "¡Hagámoslo!" exclamó cruzando sus brazos con sus peculiares armas frente a ella.
Ambos estaban listos para ir mucho más serios que antes al ver que si se contenían no llegarían a nada.
Ichigo observando como estos se le acercaban totalmente desprotegidos, suspiró y tomo posesión de ataque. "Ahí vienen, de frente y sin cuidado, esto será fac-"
"Nue Plus Gama: Poso Sin Fondo" escuchó a la distancia, en cuanto quiso moverse para responder al ataque conjunto que estaba por llegar, no pudo. El shock lo invadió cuando se dió cuenta que unas ranas voladoras lo tenían apresado de cada una de sus extremidades.
"¡¿Pero qué mierda es ésto?!" grito mostrando su sorpresa. Los ataques estaban a tan solo un metro de impactar de lleno en su ser, así que solo le quedo una opción.
Nobara e Itadori golpearon al aire un segundo después de que pensaron que lo tenían a disposición para acertar sus golpes con precisión. "¿Eh? ¿Qué pasó?" preguntó Kugisaki, a lo único que había golpeado era al amplio suelo asfaltado.
El peli naranja desapareció totalmente de escena, Fushiguro a la distancia no encontró razón ni explicación alguna para lo que habían presenciado. Estaba seguro de que lo tenía, su sorpresa fue en aumento cuando el chico que había desaparecido antes, se presentaba en medio de Kugisaki e Itadori sin que estos siquiera lo noten.
"¡Oigan par de estúpidos cuidado!" advirtió el pelinegro, antes de que se dieran cuenta de lo que pasaba, estos fueron golpeados con fuerza haciendo que se alejen en direcciones contrarias.
Con la Zanpaküto posada con relajación en su hombro, Ichigo se mantuvo tranquilo mientras estos se recuperaban del golpe y se le acercaban poco a poco en la guardía en alto. Las ranas desaparecieron y Fushiguro salió de las sombras, con calma pero con precaución al igual que sus compañeros, se fué acercando lentamente al joven que los esperaba con la guardia baja.
Un paso a la vez, cuando los tres estaban a menos de dos metros de su oponente, cesaron el paso.
Fushiguro, con una gota de sudor bajando por su frente, analizó la situación. "Creo que lo mejor es esperar a que sea él quién inicie el intercambio, quizás tomar la iniciativa lanzar el primer ataque nos había resultado en contra. Puede que ellos lo hayan entendido tamb-"
"¡Ahhh!" a sus dos compañeros no se les paso por ningún momento espelucar con lo que haría el oponente, ellos lo buscarían a él y no al contrario, así que ambos se lanzaron al ataque sin dudar. Megumi no se dió el tiempo de maldecirlos a ambos y también se metió en la pelea a corta distancia, sin que está fuera su especialidad.
Los tres comenzaron a intercambiar golpes en corta distancia. Clavos volando por los aires y rozando levemente el rostro de Ichigo durante el enfrentamiento era una escena que se repetía múltiples veces en segundos. Uno de ellos le cortó levemente la mejilla, la sangre emergió poco a poco de la herida hasta comenzar a gotear por su mentón, iba a golpear con el reverso de su espada esa mujer con la intención de dejarla fuera de combate, pero ese intento fue detenido por otra rana alada que volaba por encima de él.
Uso Shumpo para tomar distancia, evitando a su vez una patada frontal que iba con malas intenciones dirigida a su cara por parte del pelirrojo. Sin dudas, eran un fastidio, tenía que admitirlo, los tres eran diferentes pero congeniaban muy bien a la hora de atacar y defenderse uno al otro, tenían que tenerse mucha confianza entre ellos para hacer eso. Se le dibujó una leve sonrisa en el rostro por lo parecidos que podían llegar a ser en su momento con él y su equipo.
Despejó ese pensamiento para analizar la situación, la picazón en la mejilla le había recordado que había sido herido. Miró a la chica, esta estaba engullendo sus clavos en una especie de aura azul; esta era la que más le estaba complicando las cosas debido a lo molesto que era pelear esquivando cada dos por tres un clavo, el de las extrañas criaturas también estaba siendo un dolor de cabeza cada vez que quería tomar la iniciativa de un ataque.
Se le ocurrió algo que podría resultar, justo en ese momento sus tres oponentes se volvieron a lanzar contra él para no dar tregua al intercambio.
En la pelea a corta distancia en dónde estaba rodeado por los tres Hechiceros, el peli naranja lanzo su espada al aire y se puso a pelear cuerpo a cuerpo con sus propios puños, conectó un buen golpe a la mandíbula del pelirrojo, pero se sorprendió cuando este ni siquiera tambaleó y en cambio le sostuvo la mano para retenerlo.
"¡Ataquenlo ahora!" gritó. Nobara y Fushiguro se lanzaron a atacar la espalda del Shinigami con la intención de aprovechar la apertura.
Sin embargo, Nobara vió una luz por su visión periférica, era como la de un reflejo en la calle, pero nada parecido a una bombilla estaba encendida en ese momento en las proximidades. Luego escuchó pequeño como un sumbido, como algo cortando el aire a una gran velocidad, algo parecido a una...
Espada.
Al mismo instante que se dió cuenta de que era, tomó a Fushiguro y se apartó del sitio. El pelinegro estaba por protestar, hasta que se trago todo lo que iba a decir cuando la gigantesca espada lanzada por el Shinigami, caía directo a sus humanidades a decapitarlos si seguían con su ataque.
"Ese maldito es bueno" rió la mujer ayudando a levantar al pelinegro.
"Gracias por eso Kugisaki, no la contaba si no fuera por ti" sin dudar este le ofreció su gratitud, ya que literalmente había salvado su cuello.
Esta nego con la cabeza. "Somos compañeros, tú estas para cuidarme la espalda y al igual que yo la tuya. Ahora, será mejor que vayamos a..." su expresión cambio totalmente cuando dirigió su mirada a donde estaba Itadori.
Fushiguro confundido por eso, también dirigió sus ojos al lugar dónde estaba el pelirrojo. Lo entendió, entendió perfectamente la expresión de Nobara y en cambio el adoptó una similar.
Lo que veían, era como Ichigo y su compañero se apretaban fuertemente con sus manos izquierdas con toda su fuerza, para no dejar que el otro escapara del agarre del contrario; mientras que con la otra se turnaban para aterrizar su golpe más fuerte directo en la cara de su oponente, los impactos provocaban incluso leves temblores en la zona y resonaban a través de los edificios.
"S-son unos malditos monstruos" tartamudeo Nobara mientras seguía mirando como se daban con todo. Fushiguro guardo silencio sin poder creer la potencia que llevaban dichos ataques, creyó escuchar algo similar a al crujido de un hueso.
Ambos estaban parados frente a frente, sin esquivar, sin trucos, sin energía maldita o Reiatsu en sus golpes. Pura fuerza física que con cada golpe impactado en el rostro del rival hacia que la tierra temblara ligeramente. La sangre comenzó a correr de ambos lados junto con varios moretones, sin embargo, tenían sonrisas en sus rostros que solo pedían más y más.
En un momento, Itadori reforzó su golpe con energía maldita, Ichigo también hizo lo propio con Reiatsu en su golpe; el agarre de sus manos izquierdas fue deshizo para poder tomar aún más impulso. Lanzaron sus puños sin compasión hacía el rostro del otro y al momento de hacer contacto, la tierra se agrietó debajo de sus pies. Ichigo por un momento creyó quedar inconsciente, se había vuelto todo negro a su alrededor, de pronto todo se comenzó a aclarar y pudo mirar mucho más allá, todo era diferente.
No estaba en la Ciudad Karakura.
"¿Y este lugar? no puede ser que me haya matado tan rápido" susurró confundido. Estaba parado sobre agua, si le preguntaban en dónde estaba, respondería que en el infierno seguramente, no sabía como se veía este exactamente, pero si tenía un panorama para el infierno en su mente sería muy similar al que estaba presenciando.
"Oh, esto es una sorpresa" escuchó a su espalda una voz profunda. Volteó lentamente, vió una pila de cráneos que formaban una tétrica montaña, sobre todo esto, había alguien sentando sobre todo ello.
Piernas cruzadas, su cabeza apoyada en su mano derecha y su semblante y ojos fríos como el mismísimo hielo. Era realmente similar en apariencia al chico pelirrojo excepto por los tatuajes en todo su cuerpo y el kimono blanco que vestía. Mentiría si dijera que no se sentía intimidado por la pesada mirada que le daba, es como su estuviera mirando a un inmundo insecto que podría aplastar cuando y dónde quisiera.
Con el mismo entrecejo molesto y amenazante le volvió a hablar. "Cómo te atreves a poner siquiera un pie dentro de mis confines. Esto es intolerable, mi único juguete es el mocoso, ya tengo la suficiente diversi-" se detuvo un momento, Ichigo no entendió el por qué, solo levantó su guardía por si tenía que defenderse.
El eco de una risa loca invadió el lugar y lleno por completo los oidos de Ichigo. Aquel hombre se estaba riendo a todo pulmón, pero una risa maligna, tétrica, oscura. En cuento la risa cesó, de la cima de los cráneos el hombre se levantó e Ichigo levantó aún más su guardía, no le daba buena espina. "Mocoso engreído, no sabes lo molesto que es que me mires desde abajo como una cucaracha, pero esta vez te lo dejaré pasar, meztiso" y procedió a chasquear los dedos con una sonrisa maníaca. Ichigo comenzó a hundirse en el agua poco a poco sin poder hacer nada.
Resistirse era inútil, era como ser tragado por arenas movedizas, pero antes de ser tragado por completo tenía que preguntar algo. "¡¿Oye tú, quién demonios eres?!" vió como la sonrisa del interrogado se ampliaba con maldad.
"Soy tu peor pesadilla. Ten por seguro que acabaré hasta con el último de ustedes, y tú quedaras como el aperitivo final" le dijo antes de que fuera tragado por completo, la oscuridad volvió a ser su única compañía.
El hombre se quedo parado en su mismo sitio, sin mover un músculo, siquiera la mirada. Levantó su puño hacía arriba y lo cerro con toda su fuerza, en su semblante solo había furia y odio. "Nunca pensé que me volvería a encontrar cara a cara con una de esas asquerosas ratas, pero al parecer este espécimen, es algo... especial..." su expresión cambió poco a poco a una de rudeza, pedía sangre. "Seguro que me entretendrá lo suficiente, bueno, ese chico tan patético no será quien lo haga, sino 'Él' " se corrigió así mismo para luego adoptar su posición de descanso nuevamente.
Ya sabía que las cosas estaban por ponerse... locas.
Cuando Ichigo se dió cuenta, estaba de vuelta al mundo real. Tenía el puño incrustado en su rostro de chico frente a él, pero no sentía dolor, lo único que sentía era conmoción total, no entendía nada. Dió un salto hacía atrás para esquivar otro golpe y tomó con fuerza su Zanpaküto, estaba sudando por lo que había pasado, estaba sudando producto de ello, ¿Era miedo lo que sentía?
"No pienses en eso, no lo hagas, concentrate maldición" se regaño, Itadori iba a volver a cargar contra el, así que necesitaba su mente en blanco para poder pelear de la mejor manera.
Cuando iban a seguir en su furioso intercambio, una voz resonó en los oidos de los presentes, rompiendo el ambiente. "Vaya, parece que te estás divirtiendo, no es bueno dejar a los demás fuera por fuera, Kurosaki" Ichigo se congeló en cuanto la voz llego a su órgano auditivo, por un momento sintió que su corazón dejo de latir.
"Y a ustedes, ni se les ocurra moverse un milímetro o lo siguiente que veran será un charco de su propia sangre" advirtió la misma voz por detrás de Fushiguro y Nobara, no se habían dado cuenta de esa nueva presencia hasta que la tuvieron justo a su espalda.
Estos miraron sobre sus hombros para ver quiénes eran, no los reconocieron a ninguna de las personas que habían hecho su acto de aparición, pero algo les era seguro, solo significaba más problemas para ellos.
Continuará...