Jeanne se alejó de la mansión de la familia Lawrence.
Jeanne estaba realmente un poco abrumada por el hecho de que había recibido una parte de los activos de los Lawrence.
Sus ojos se movieron ligeramente, y recordó lo que Eden había dicho acerca de que Edward aún no había regresado.
No solo no había regresado, sino que tampoco la había estado llamando.
Se mordió los labios, aparentemente un poco indecisa. Finalmente, se puso su auricular inalámbrico y hizo la llamada.
El teléfono sonó varias veces.
Cuando se conectó la llamada, una voz masculina profunda y familiar llegó desde el otro extremo del teléfono. —Jeannie.
El corazón de Jeanne dio un vuelco, ya que no esperaba que Edward contestara su llamada.
Siempre había pensado que Edward estaba tan ocupado que no tenía tiempo para hacer llamadas o responderlas.
Sin embargo, en ese momento, se quedó desprevenida cuando escuchó su voz.
Jeanne se calmó y dijo:
—¿Cuándo volverás?